Dale una oportunidad a la paz
Pregunta a los cirujanos, por qué se hicieron cirujanos. Seguramente te dirán que por la euforia. Por la emoción. Por lo que sientes cuando abres a alguien para salvarle la vida. Para mi fue distinto. Quizá porque me crié solo con mi madre. No...sin duda fue por eso. Fue el silencio lo que me atrajo de la cirugía.
Gaara se queda en reposo en casa.
Naruto caminaba por el hospital junto a Sasuke.
-¿Como estás?-preguntó el rubio, sorprendiendo al otro.
-Bien...¿por qué?¿Gaara te ha dicho algo?
-Que estás deprimido por lo de la fusión. Que necesitas un dios.
-Está muerto. Cuando le crezca el hígado le mato.
-Estás de suerte. Te he puesto en mi servicio. Necesitas un dios y aquí tienes uno-se chuleó Naruto.
-¿Tú un dios?, te pasas el día mirando derivaciones.
-Hoy tengo una lobectomía.
El quirófano es un lugar silencioso. Apacible. Para que estemos alerta ante las complicaciones. Cuando estás en el quirófano con tu paciente sobre la mesa, el ruido del mundo, las preocupaciones, desaparecen. La calma se apodera de ti. El tiempo marcha sin darte cuenta en ese momento. Te sientes en paz.
A manos de Naruto llega el caso de un hombre con un tumor en la médula espinal. Un hemangioblastoma. Un tumor aparentemente inoperable, pero el paciente insiste al rubio para que le opere a pesar de los riesgos. Así que se decide a hacerlo.
Naruto pone a todos los internos a practicar. Con un aparato quirúrgico, deben introducir un rotulador en un pequeño agujero en el fondo de un vaso y marcar con un punto un lugar concreto en un billete. El que más se aproxime a dicho lugar exacto, operará con él. Lo que genera un pique entre Itachi y Sasuke. Siendo el mayor el que lo consigue.
Naruto estaba junto a un mostrador, y Kakashi se acercó a el con disimulo.
-Parece que vas a operar clandestinamente-dijo en baja voz y tapándose la boca.
El rubio sonrió-voy a hacer una operación en la que creo.
-Para cabrear al jefe.
-¿Desde cuándo es tu mejor amigo?, ese soy yo.
-No es mi mejor amigo. Es el jefe. Tú eres mi mejor amigo. Y tú has hecho que mi novio se cabree por no poder operar ese tumor.
-Por ahora-dijo Naruto- y lo siento por tu novio. Pero su hermano le superó.
Neji y Rock Lee aparecieron por la espalda del rubio y cada uno se le puso a un lado-¿vas a operar?-preguntó el ortopeda.
-Creo en esa operación-respondió Naruto algo acorralado.
-Contra las órdenes del jefe, se cabreará-dijo Rock Lee.
-Hay un programa que dice que estaré haciendo craneotomías. No tiene porque enterarse.
Rock Lee levantó la mano-no digas más, porque secretos con el jefe no es buena idea- Neji se le acercó y le abrazó para calmarlo.
-Yo creo que haces de puta madre-dijo al rubio y se llevó a su novio.
Kankurô se acercó a Naruto con los brazos en jarras-¿debo ofenderme?, intento hallar una razón por la que has avisado a todos los residentes excepto a mi. ¡Tu cuñado!, tú cuñado Naruto.
-Estás en mi servicio-dijo Kakashi como ofendido.
-Pequeño Sabaku No, no te llamé porque tengo un trabajo para ti-dijo el de ojos azules-necesito alguien que me recuerde cuando caminar, descansar, beber agua...en resumen, seré tu paciente. Porque será una operación larga.
-¿Quieres que sea tu médico?-preguntó incrédulo.
-Si al doctor Hatake no le importa que dejes su servicio claro.
-Este tumor solo se da una vez en la vida- Kankurô puso las manos en pose de súplica y ojitos de cachorro abandonado.
-Únete al sindicato del crimen-dijo el peliblanco y el castaño empezó a dar saltitos de alegría.
Itachi se acercó al mostrador y se paró junto a Kakashi.
-Hola-dijo. Llevaba un refresco en la mano.
-Hola-el peliblanco le sonrió y le palmeó el hombro-enhorabuena. ¿Estás nervioso por la operación?
-Ah...si. Bueno, no tanto-miró a Kankurô-¿por qué ese está tan feliz?, Uzumaki no le dejó participar en la competición.
-Él os sustituirá cuando descanséis, vayáis al cuarto de baño y esas cosas.
Itachi le miró serio-yo nunca descanso...cambiando de tema...quería decirte que no tenía ni idea de que eras el novio de mi hermano...yo...lo siento.
-¿Lo sientes?, no pasa nada hombre- Kakashi rió.
-Si, es que...iba a invitarte a tomar una copa y...
-Aún podemos tomarla cuñado. Cuando termines de operar el super tumor-volvió a palmearle el hombro y se marchó bajo la atenta mirada del azabache.
Llega la hora de la operación a escondidas de Jiraiya, que cree que es una simple craneotomía. Naruto, Itachi y Kankurô. Sasuke observaba desde la galería. Kakashi se sentó a su lado. Estaban solos.
-Siento lo que ocurrió-dijo el peliblanco.
Sasuke miraba al frente, a los que operaban una planta más abajo-¿quién te lo ha dicho?
-Nadie...bueno...lo comentaron en urgencias-el azabache se revolvió en su silla, molesto-era difícil.
-No lo era. Fue un momento de...mi hermano tuvo que quedar por encima, le odio...¿sabes?, no hablemos de eso. Ver a Kankurô ahí y a mi no ya es bastante castigo. Era mi interno. Yo quiero una operación así. Tan difícil y tan larga...
Kakashi le miró con tristeza-me apuñalaría el corazón para que me operaras culito, si así consiguiera que pisaras un quirófano.
El azabache le miró y no pudo contener una sonrisa-idiota.
Tras diez horas, Naruto ni ha tocado la médula porque no sabe qué hacer por el estado del tumor. Jiraiya además lo descubre y le echa del quirófano. Así que cierra al paciente.
Naruto volvió a casa. Gaara estaba recostado en la cama, por lo que el rubio empezó a desvestirse y se tumbó a su lado.
-No puedo entenderlo-dijo el pelirrojo.
-No hay nada que entender. Estuve diez horas mirándolo.
-¿En el quirófano?¿diez horas sin hacer nada?
-Si...bien, hablemos de ti. ¿Qué tal tu día?
-¿Mi día?, bueno...he dormido. Me he comido una caja entera de cereales y me he empezado y dejado 'El señor de los anillos' por enésima vez-dijo Gaara enseñándole al otro el libro que reposaba sobre la mesita de al lado. Se le notaba por el tono que estaba aburrido. Naruto le miró.
-¿Hablamos del tumor?-y le abrazó.
-Por favor-dijo el pelirrojo feliz-tengo mono de cirugía.
-Había más vasos que en la resonancia-la cabeza del rubio estaba sobre el pecho del otro.
-¿Y le hiciste la descompresión?
-Si.
-Pero no hallaste el plano de disección.
-No había nada, estaba...no había modo de distinguir nada.
-Pero, ¿por qué?
-Porque era un...un...¿sabes?-Naruto se levantó de la cama, se puso a los pies de esta y la echó hacia adelante.
-¿Qué haces?
La rodó poniendo al pelirrojo de cara a la pared-mira y aprende-sacó un rotulador y empezó a dibujar en la pared-el tumor está aquí.
-Has perdido la cabeza...
-Desde la T7 sube a la T2...
-¡No pintes la pared!
-Le abrí la columna. Un caos. No sabía que vaso se conectaba al tumor o a la médula...-Gaara sonrió.
Y así llegó la mañana de un nuevo día y Naruto seguía despierto y le explicaba a Gaara todo lo que había pensado para operar, pero ninguna de esas ideas servía para salvar la vida del paciente.
-¿Y por qué no cortas las venas de drenaje para exponer las arterias?-preguntó el pelirrojo.
-Sus venas son muy finas, si me equivoco reventaran y dejaré al paciente tetrapléjico. Prefiero seccionar.
-Lo que no hiciste.
-No.
-El paciente te dijo que podías. Sabía que salvarías su vida.
-Las piernas aún le funcionan.
-Pero quiero decir que no cortaste la médula. Estuviste en el quirófano diez horas. Sabías que el jefe iba a pararte. Cualquier otro lo habría hecho y tu no...así que habrá un motivo.
Naruto habla con Jiraiya. Tiene permiso para operar pensando que solo será una sección en la columna. Pero el rubio abrirá a ciegas, sin ningún plan. Esta vez, Kakashi le acompañará también en quirófano para que tenga alguien con quien hablar y comparar ideas. Sasuke vuelve a estar en la galería contándole por teléfono a Gaara todo lo que ocurre en la operación. Tras trece horas, Tsunade, Rock Lee, Neji y Shikamaru también se han pasado por el quirófano a ver como lo lleva. Después de veintiséis horas, y todos con los nervios a flor de piel, salva al paciente.
Pregunta a los cirujanos por qué se hicieron cirujanos. Seguramente te dirán que por la euforia. Por la emoción. Yo lo hice por la tranquilidad. La paz no es un estado permanente. Existe por momentos. Por instantes. Y desaparece antes de que nos demos cuenta. Podemos sentirla en cualquier momento. En el gesto de cariño de un extraño, en una tarea que requiere concentración.
Sasuke estaba en la sala donde Naruto les había puesto el reto del billete, intentando acertar con el rotulador. Kakashi llegó y le observó desde la puerta.
-Estás demasiado cerca-dijo el peliblanco llamando la atención del otro.
-No lo estoy.
-Lo estás. ¿Te enseño?
-¿Tú?-el azabache no pudo evitar una mueca de suficiencia-mira tus manos, las mías son manos de genio.
-No importan las manos. Sino el cuerpo. Y ambos sabemos que tengo un cuerpazo- se acercó a su novio y se colocó a su espalda-es la postura. Yérguete- le cogió de la cintura y le colocó la cabeza-no te acerques mucho y concéntrate-esa vez lo consiguió. En el punto justo. Las manos del peliblanco entonces le rodearon y apoyó en mentón en su hombro.
-Te quiero-dijo Sasuke observando orgulloso el billete con la marca.
Itachi los vio a través del ventanal y siguió su camino.
O en el consuelo de la rutina.
Jiraiya estaba apuntando cosas en el tablón, cuando Naruto se le acercó.
-No podemos seguir así-dijo el rubio llamando la atención del mayor-estoy harto de peleas. Intentemos olvidar y pasar página. Yo puedo si tu puedes.
-Estás despedido, fulminantemente. Lárgate de mi hospital.
-Ve a casa. Duerme un poco. Mañana hablamos-dijo el ojiazul y se marchó despreocupado.
Todos los días experimentamos momentos de paz. El truco está en saber cuando suceden. Para poder abrazarlos. Vivírlos.
Gaara estaba en la cama mirando el dibujo en la pared, cuando Naruto entró con una botella de champán, se tumbó a su lado y apoyó la cabeza en su pecho como acostumbraba.
-Bien, lo sé, lo sé casi todo por Sasuke- dijo el pelirrojo sonriente-pero quiero oír tu versión. Ve al principio y cuéntamelo todo-silencio-¿Naruto?
Se había quedado dormido.
Y luego, dejarlos marchar.
Continuará...