Suficiente es suficiente (se acabaron las lágrimas).
Tengo una tía, que cuando te sirve cualquier cosa, te dice: dime cuando.
Resaca.
Gaara estaba tendido boca arriba sobre las frías baldosas del suelo del baño, y Sasuke le hacía compañía tumbado en la bañera.
-No soy yo, es él-decía el pelirrojo haciendo aspavientos en el aire con los brazos-él y su estúpido pene, tan masculino. Ninguno me dijo que estaba casado, ninguno me avisó de que era muy posible que rompiéramos...voy a vomitar otra vez-dijo arrastrándose a gatas al inodoro.
Mi tía decía: dime cuando. Nosotros no lo decíamos.
-No, tranquilo, falsa alarma.
-El problema son las hormonas-sugirió el azabache.
-El problema es el tequila y su absurdo pene.
Sakura y Sasori entraron al baño, con sus respectivos cepillos de dientes y todavía en pijama.
-¿Qué pasa?-cuestionó el menor.
-Al parecer Gaara lo ha dejado definitivamente con Naruto- aclaró la pelirrosa.
No decimos 'cuando', porque siempre existe la posibilidad, de que haya más.
-¿De verdad lo has dejado con Uzumaki?-preguntó interesado Sasori, antes de llevarse el cepillo a la boca.
-Me siento vacío...-fue la respuesta.
-Llevas dos horas vomitando-aclaró la chica.
Más tequila, más amor, más de lo que sea. Más es mejor.
-No...me siento vacío.
Era hora de ir a trabajar. Y el pelirrojo llevó a todos en su coche. Pero nada más bajarse en el aparcamiento, Naruto le abordó.
-Déjame-dijo sin dejar de andar al hospital.
-¿Qué?.
-Me estás acosando, déjame.
-¿Recuerdas lo que te dije anoche?¿no oíste lo que te conté?.
-Tu marido y tú estáis casados por conveniencia.
-E Iruka no existe para mi.
-¿Tuviste amnesia marital?.
-No, anoche te lo conté todo.
-No me sirve-añadió cansado.
-¿Por qué no?.
-Porque esperaste dos meses para decírmelo, y tuve que enterarme cuando apareció aquí, esbelto y fabuloso y lo oí de sus propios labios. Has quitado el tapón y yo soy como un lavabo, digas lo que digas todo se cuela, nada será suficiente-añadió, para después dejarlo plantado frente a las puertas automáticas.
Se produce un grave accidente de tráfico y se tienen que encargar todos de los implicados. Tsunade asigna a Gaara un chico con obstrucción intestinal que no quiere decir qué se ha tragado.
-Señor-le dijo Gaara al paciente mientras esperaban para tomar el ascensor-sería más fácil si nos dijera qué es lo que ha ingerido, ganaríamos un tiempo precioso, lo sabremos en cuanto veamos las tomografías de todas maneras.
-Tiene unas facciones preciosas, delicadas, casi de porcelana.
-Señor-dijo algo hastiado-lo que ha ingerido, podría matarle, ¿no quiere contarme lo que le ha obstruido los intestinos?.
-Tal vez lo ofenda-dijo nervioso.
-¿Son drogas?.
-No lo son, se lo juro.
-Muy bien...me alegra que no sean drogas-y entraron en el ascensor.
Pero en la tomografía descubrió que eran unas diez cabezas de muñeca.
En medio de un pasillo, Iruka interceptó a Gaara.
-Doctor Sabaku No ¿podemos hablar?, supongo que te ha contado porque me dejó.
-Doctor Uzumaki, con el debido respeto, no tengo nada que ver en esto-quiso marcharse, pero el otro continuó hablando y le seguía.
-¿Enserio?, así que no has vuelto con él ¿eh?, buen chico.
-En el futuro, preferiría que nuestra relación fuera estrictamente profesional-concluyó el pelirrojo, borde y alejándose por fin del otro.
-Gaara, yo quiero a mi marido, hay dos versiones en cada historia.
Llegó la hora de comer. Y excepto Kiba, todos se sentaron juntos.
-Hola-saludó el enfermero pelirrojo a Sasori. Pero éste apenas se inmutó, ganándose miradas de reproche del resto de compañeros-¿qué?-les cuestionó.
-Sasori, intenta hacer las paces contigo. Ve a comer con él-animó Gaara.
-No, no lo haré.
-Es guapo y le gustas, olvida lo de la sífilis-instó Sakura.
-No es por la sífilis.
-Claro que si-dijo Sasuke.
-No tiene nada que ver.
-¿Entonces?-preguntó la pelirrosa, que al ver la actitud nerviosa de su amigo, cayó en la cuenta- ahm.
-¿Qué?-el de ojos turquesa se quedó intrigado-¿qué es?, suéltalo.
-El otro chico.
-¡Sakura!.
-¿Otro chico?¿estás con otro?-preguntó el azabache-no pierdes el tiempo.
-No le ha dicho que le gusta-continuó la chica.
-Sakura esto no es el instituto.
-Estás pillado.
-No lo estoy-era tan poco creíble, que Sasuke se carcajeó-es que es un asunto muy personal, algún día aclararé este asunto con el otro chico, ¡hombre!, es un hombre.
-¿Qué estás haciendo?-le preguntó enfadado Gaara-¿qué haces con el enfermero?.
-Nada.
-Quieres que crea que no tienes compromisos, le estás dando esperanzas, y no hay nada peor en el mundo que pensar que las tienes cuando no es así.
-Tiene razón-secundó Sasuke- dile que hay otro, díselo Sasori, al menos dale la ocasión de que sepa qué pasa. ¡Por el amor de dios!.
-¿Por qué me gritas?-estaba abochornado.
-Por las hormonas, por todas las hormonas y porque hace demasiado tiempo que no hecho un jodido polvo-y pinchó el tenedor en su plato con violencia.
-¿Cambiamos de tema?-planteó Sakura asustada.
Esa misma noche, Sasori se armó de valor y habló con el enfermero.
-Puede que no lo haya superado-es lo primero que le dijo nada más verle-lo tuyo con Kiba o lo de la sífilis, aunque ese...ese no es el problema-respiró hondo-hay un chico que...y no me importa que haya otro tío, francamente, no...no me importaría que me pegara el ébola...me gustas, pero...no lo suficiente.
-Estaba equivocado, has sido sincero, y está bien.
Hay mucho que decir sobre el vaso medio lleno. Sobre saber decir 'cuando'. Creo que es una línea borrosa, un barómetro de necesidad y deseo. Depende por completo del individuo. Y depende de lo que te estén sirviendo. A veces, sólo queremos probarlo. Otras veces, no hay suficiente. El vaso no tiene fondo.
Y lo único que queremos, es más.
Continuará...