Voy hacia ti a toda máquina
Seguían en el bar. Gaara ahogándose en el alcohol. Y Sasori, Sakura y Sasuke jugando a los dardos. Cuando de pronto, los buscas de todos comenzaron a sonar insistentes. Chôji puso la televisión y vieron de lo que se trataba. Un grave accidente de tren.
-Nueve uno uno-dijo Sasuke.
-Hemos trabajado treinta horas-se quejó Sakura.
-No llevo muda limpia-dijo Sasori con algo de miedo.
-Que horror-dijo Chôji. Entonces vio como Gaara se ponía el abrigo dispuesto a irse con sus amigos-¿te marchas?, no, no puede ser.
-Tengo que ayudar a otras víctimas además de a mi mismo.
-Al menos tómate antes un café- Chôji era el mejor barman del mundo-no estás en condiciones de operar.
-¡Gaara!-llamó Sasuke desde la puerta.
-Esto me ayudará a distraerme.
-Es la estupidez más grande que he oído nunca-dijo el castaño, ganándose una sonrisa del de orbes turquesa.
Se puede dividir a la gente en dos grupos: aquellos a los que les gustan las sorpresas, y a los que no.
La entrada del hospital era un caos. Ambulancias, un ir y venir de camillas con enfermos, médicos y enfermeras.
A mi, no me gustan.
Nunca he conocido a un cirujano al que le gusten las sorpresas. Porque en esta profesión hay que saberlo todo. Cuando no es así, la gente muere y llegan las demandas. ¿Estoy divagando?...creo que si.
En un abrir y cerrar de ojos ya estaban todos vestidos de azul y dispuestos a ayudar en todo lo que se les mandara. Aunque de mala gana.
Cuando se bajaron del ascensor, llegó Tsunade.
-Moveos chicos-dijo poniéndose la ropa de faena.
-Creo que estoy un poco borracho-dijo Gaara con una sonrisa boba-no tenía guardia.
-Yo tampoco-respondió la mujer y se dirigió al resto-¿alguien más ha bebido?-nadie dijo nada, a pesar de que sí lo habían hecho, pero no tanto-de acuerdo Sabaku No, vete, ya hablaremos. ¡El resto quedaos conmigo!, esperad órdenes. Sé que os encanta ver sangre y entrañas, pero la noche será larga y ya estáis cansados. No quiero errores.
Entonces siguieron a la mujer a la sala de urgencias. Atestada.
-Ya no estoy cansado-dijo entusiasmado Sasuke mientras se ponía los guantes.
-Yo tampoco-dijo Sasori.
-Una embarazada con quemaduras-dijo Iruka junto a una paciente-voy a necesitar ayuda.
Gaara se quedó mirándole. Se apartó del resto y se apoyó en una pared cercana. No podía dejar de mirar al marido de su ex. Sus amigos levantaron las manos, todos querían atender a la embarazada.
-Sakura ve-ordenó Tsunade.
-¡Si!, pasadlo bien.
Naruto entró en la sala. Aun no se había puesto el atuendo médico. Miró a Gaara por unos segundos y fue a atender a alguien.
-Mira...el doctor Amor aparece en escena-dijo Sasuke.
-¿Crees que vuelvan juntos?-le preguntó Sasori.
-Espero que no, perdería mil yenes.
A Sasuke le toca un hombre con una pierna amputada. Es tal la situación, que Jiraiya decide volver a trabajar a pesar de seguir de baja por su operación. Tsunade pone a Kiba a suturar a ver si se le quita el miedo a los bisturíes tras lo del ascensor.
Lo que quería decir, porque quería decir algo, no tiene que ver con las sorpresas, ni con las demandas, ni con las muertes, ni con los cirujanos. Esta es la cuestión. Quien dijo 'ojos que no ven, corazón que no siente' , era un gilipollas.
Para la mayor parte de la gente que conozco, no hay nada peor que no saber lo que ocurre.
Aparecen también, dos personas atravesadas por una barra de hierro, un hombre y una mujer. Gaara los contempla como si fueran la octava maravilla mundial. Se encarga Sasori bajo la tutela de Deidara. Pero la herida es grave, y salvar a uno, implica la muerte del otro.
Bueno vale, tal vez haya algo peor.
Tsunade llamó a Gaara- que te pongan tiamina por vía intravenosa y luego vienes a verme. Que no se te ocurra hablar con los pacientes y no les des medicamentos.
-¿Y si me marcho a casa?-cuestionó el pelirrojo.
La mujer le miró con seriedad-a menos que te hayas bebido una botella, estarás sobrio en pocas horas. La tiamina te aliviará la resaca. Luego podrás empezar a atender a las víctimas que hay por aquí, además, si yo no puedo irme a casa, nadie se irá-sentenció.
Cada uno seguía a lo suyo.
Sakura caminaba por la sala de urgencias cuando escuchó a alguien quejarse detrás de unas cortinas. Cuando las descorrió, se encontró con Gaara sentado en una camilla y con una jeringuilla en la mano.
-¿Qué haces?-preguntó divertida.
-Intentando inyectarme tiamina, pero hoy no hay manera de que atine.
La chica sonrió y se apiadó de el-déjame-cogió un taburete y se sentó a su lado.
-¿Qué tal con Iruka?-la pelirrosa esperaba esa pregunta y no mostró sorpresa-¿mal humor?¿buen humor?¿cara de mi marido no me quiere?.
-Creo que más bien de...odio el olor a chamusquina.
-Perdóname-dijo Gaara que ni se inmutó cuando la chica le pinchó en el brazo izquierdo con la vía-ya sé que ha habido un accidente de tren, hay mucha gente mal herida y me convierto en un narcisista cuando bebo alcohol. Sí, es lo que piensas, ya lo sé-su amiga solo le sonrió.
-Por si te sirve de algo, no me gustan sus guantes de color salmón. ¿Qué cirujano que se precie de serlo lleva guantes de color salmón?.
-A eso me refería.
-Ya- Sakura se rió y dejó al pelirrojo solo.
Deidara, Tsunade, Naruto, Sasori y Gaara intentaban decidir a cual de los heridos atravesados por la barra salvarían. Pero el rubio quería examinar a ambos antes de tomar una decisión.
-Doctor Sabaku No-dijo Naruto en medio de un pasillo.
-El doctor Sabaku No necesita hacerse un test de alcoholemia antes de ponerse a practicar la medicina-dijo Tsunade que intuía lo que iba a decir el rubio.
-¿Qué?, no, estoy bien, mire-el pelirrojo estiró los brazos en cruz, se tocó la nariz con los dedos índices y se puso a la pata coja-perfecto.
-Bien, vale-dijo Naruto, yéndose, ya que sabía que lo que Tsunade decía iba a misa.
-Estoy bien-insistió el pelirrojo a la mujer.
-Ahora te arrepientes del último chupito ¿no?.
El pelirrojo fue a donde Sasori, que le hizo el test.
-Au, au- decía Gaara una y otra vez mientras su amigo le pinchaba en el brazo derecho.
-Perdona-dijo Sasori avergonzado.
-Has operado un corazón Sasori, ¿no sabes sacar un poco de sangre?.
-Salvé a ese tío-dijo el chico orgulloso.
-Si, así fue.
-Creo...-dijo acercándose un poco más al otro-creo que operar me pone.
Gaara sonrió-eso es natural.
-¿Alguna novedad?-preguntó cambiando de tema.
-No-el pelirrojo mayor sabía a lo que se refería.
-Es increíble que le hayas dejado. Y si te sirve de algo, está loco si no lucha por ti-no era capaz de mirar los ojos turquesa, a pesar de que sentía que estaban posados en el.
-Decidme que habéis visto una pierna derecha limpiamente seccionada-dijo Sasuke apareciendo tras ellos, desesperado.
-No-dijo Sasori con miedo y el azabache se marchó.
-Es muy raro este trabajo-dijo Gaara.
-Lo es.
Al pelirrojo le tocaba seguir con la vía de tiamina.
Kiba se tomó un descanso y se acercó a el para contarle su jornada.
-¿Iruka te gritó delante de un paciente?-Gaara empezaba a animarse a pesar de no poder ejercer esa noche.
-Es el amante del diablo-dijo el chico.
-Gracias, ¿y no le respondiste?.
-No-suspiró.
-¿Dónde están tus huevos?.
-¿Qué haces?.
-Hablar como tú.
-Sasori tapa un agujero y todos le felicitan como si fuera un héroe, yo tuve un mal día.
-Te asustaste.
-Ja, solo dudé un instante-seguía poniéndose chulo. Al fin y al cabo, era Kiba.
-No la encuentro- Sasuke volvió a hacer acto de presencia, agobiado-he mirado en las ambulancias, en urgencias, ¿dónde está esa pierna peluda que va a joder mi carrera?-añadió y se marchó.
Y Kiba aprovechó para escabullirse también.
-Espero que vuelvas a las andadas, me gustabas mucho más antes-dijo Gaara antes de que el otro desapareciera de su vista.
-A mi también-dijo éste.
Al final, la persona que va a morir al separarse de la barra es la chica. Porque es la que en peor estado se encuentra. Sus heridas son más graves.
Por fin aparece la pierna, pero es Kiba el que se la lleva al jefe y Sasuke queda fuera del caso.
Gaara está perfectamente justo a tiempo para la operación de los unidos por la barra y consigue participar. La chica como era de esperar, fallece.
A la mañana siguiente, cuando todo volvía a estar en calma, Iruka se acercó a hablar con Sakura.
-¿Ha tomado una decisión doctora Haruno?.
-¿Disculpe?.
-Respecto a si vas a...odiarme-la chica le miró-eres la amiga de Gaara, yo soy el capullo que ha venido a destrozar su vida y que le arrebató al doctor...espera...¿cómo le llamáis?.
La pelirrosa se ruborizó y miró para otro lado-macizo.
-Si...dios, ¿no le avergüenza?.
-No lo sé.
-Ya, tienes todo el derecho a odiarme.
-Supongo-respondió la chica incómoda.
-Pero voy a quedarme una temporada.
-¿De verdad?.
-Si, y se te da bien mi especialidad. Tengo mucho que enseñar, si quieres aprender. Así que cuando decidas si te interesa odiarme, dímelo-se marchó y dejó a la chica con un gran debate interior.
Si eres cirujano, debes conocer muchos detalles. Debes saber que tienes lo que se requiere. Saber cómo cuidar a los pacientes y cómo cuidar los unos de los otros.
Tsunade y Naruto bajan en el ascensor. Ambos en completo silencio. Cuando la mujer se percata de que el rubio no está bien. Pulsa el botón de frenado de emergencia, y el rubio se echa a llorar.
En los vestuarios, todos están agotados.
Sasuke llega con cafés y echa una mirada de odio a Kiba, que se marcha sin decir una palabra.
A veces, tenemos que intentar cuidar de nosotros mismos. Como cirujanos tenemos que saberlo todo, pero como seres humanos, a veces es mejor no ver nada. Porque cuando no ves nada, puede que sientas temor, pero te quedan esperanzas.
Continuará...