Algo de lo que hablar
La comunicación, es una de las primeras cosas que aprendemos en la vida.
Un día más.
A pesar de haberle costado levantarse de la cama, Gaara fue a trabajar y en los vestuarios, escuchó claramente como el resto de internos chismorreaban sobre él y de lo ocurrido con Naruto.
Es curioso, que conforme vamos creciendo y asimilando palabras y aprendiendo a hablar, menos sabemos qué decir. O cómo pedir lo que queremos de verdad.
Sasori desayunaba junto a un mostrador. A su lado estaban un adormilado Sasuke y Sakura.
-Hay que hacer algo-dijo Sasori- todo el mundo habla de Gaara. Es como un animal, como un panda al que todos quieren ver.
-Ni se te ocurra decírselo-apuntó Sakura- le encantan los pandas.
-Podría ser cualquiera de nosotros, nos podría haber pasado a nosotros-siguió el pelirrojo menor-hay que intentar animarlo.
-No te preocupes-dijo Sakura.
-Está controlado-añadió Sasuke.
-¿Qué estáis tramando?.
-Nada-dijeron los otros dos al unísono.
Gaara llegó siguiendo a Tsunade.
Sasuke y Sakura le rodearon por ambos lados.
-Oye, después de las rondas vamos a enseñarte algo-le dijo su mejor amigo.
Pero el pelirrojo parecía ausente.
-¿Gaara?-Sakura intentaba que su mirada se encontrase con la del otro-¿Gaara has oído?
-No está sordo.
-Está raro.
-¿Qué esperabas?, ha pasado de él y ha enloquecido.
-Gaara ¿te has vuelto loco?-la discusión entre los dos parecía haber despertado al pelirrojo.
-No me he vuelto loco.
-Si, está bien-dijo Sasuke- queremos enseñarte algo, así que procura que no te asignen ninguna operación.
-Es alucinante-dijo Sakura entusiasmada.
Después de la ronda, fueron a ver eso tan interesante.
-¿Qué ocurre?-cuestionó Gaara mientras los tres bajaban las escaleras con prisa.
-Tenemos un caso-dijo Sasuke que parecía que iba a abrir un regalo de navidad.
-Nos lo han prestado-dijo Sakura.
-Es de psiquiatría y es un caso sin precedentes-continuó el azabache- Gaara, al cruzar la puerta verás el misterio médico más increíble. Ahora si quieres puedes irte-dijo cuando estaban junto a la puerta-eres libre. Oh, atravesar esa puerta y jugarte tu puesto en el programa. Lo que te obligaría a ganarte la vida vendiendo patatas en traje de baño. ¿Qué dices?
-Adelante.
El paciente, un hombre con embarazo psicológico, de abultado estómago incluido. Cuya mujer también está embarazada.
Los tres salieron de la habitación con el historial en la mano. Alucinando.
-Es un caso fascinante-dijo Sasuke sin dejar de mirar los folios.
-Nadie ha podido...
-Gaara- Naruto les sacó de su ensimismamiento-hola. Gaara ¿podríamos hablar?.
-No-dijeron Sasuke y Sakura al unísono y se llevaron al pelirrojo a rastras antes de que respondiera.
-Vale-dijo el rubio, que se había quedado con cara de tonto.
El paciente se hace una prueba de embarazo y da positivo. Pero Iruka le examina y confirma que no está embarazado. Tsunade les asigna el caso a los tres.
A la hora del almuerzo, Sasori llega enfadado y se sienta con el trío.
-¿Un embarazado?-preguntó mientras pinchaba con violencia el tenedor en su ensalada-¿tenéis uno y no me lo contáis?.
-Puedes ver la operación pagando mil yenes-dijo Sakura, sacándole una risa a Sasuke.
-Vendes entradas y aún no sabemos qué le pasa-dijo Gaara, que no veía aquello como un espectáculo de circo.
-Sea lo que sea, eso tiene que salir, solo hacemos negocio-dijo el de negros cabellos.
-Pases para espectadores ¿quieres vender?-preguntó la pelirrosa con la boca llena.
-No.
-No necesitaba eso-siguió Sasori- soy el nuevo chico de Deidara.
Kiba, que se encargaba de una chica en silla de ruedas, la llevó con el a la mesa para comer con los demás.
-Hola-dijo la chica tímida-soy su nueva obra.
-Me cae bien-dijo Sasuke.
-¿Eres voluntario?-le preguntó a Kiba el pelirrojo menor.
-Déjame-fue la respuesta.
La recién incorporada seguía hablando-ésto me gusta-dijo mirando a su alrededor-comida de verdad, en una cafetería con bandejas y amigos.
-No nos conoces- dijo Sakura mirándola con cara de extrañeza.
-¿No hay cafetería en tu instituto?-cuestionó Sasori.
-Me dan clases en casa. ¿Sois los más populares del hospital?.
-¿Por qué dices eso?-preguntó Gaara.
-Parece que todos hablan de ti-dijo ella, y efectivamente, todos los de alrededor le miraban y hacían comentarios.
Al escanear al embarazado, descubrieron lo que tenía dentro. Un quiste que podría ser maligno. Un gemelo parásito.
En un pasillo, Naruto vio que Gaara estaba solo rellenando informes en un mostrador e iba ha aprovechar para hablar con el. Pero una rubia de pechos voluminosos se lo impidió.
-Procura no acercarte.
-¿A quién?-intentó disimular Naruto.
-A mi interno.
-No iba a verlo.
-Si, si que ibas. Vamos, no tienes derecho. No puedes hacerle eso a Gaara.
-Solo quiero saber si está bien.
-No lo está. Es como un accidente de tráfico, la gente reduce la velocidad para evitar el desastre. Se las apaña como puede después de lo que ha pasado. Sé que no puedes verlo porque eres uno de los involucrados, pero no puedes ayudarlo. Harás que empeore. Desaparece. Que respire-el rubio no parecía querer obedecer-lárgate.
La habitación del embarazado está llena de gente y Sasuke tiene un fajo de billetes en una mano.
-¿Qué está pasando aquí?-cuestionó Gaara entrando y ni esperó una respuesta-¡fuera!¡fuera!¡esta es la habitación de un paciente!¡van a operarle!¡está enfermo y cansado de que le observen continuamente!¿y vosotros?-preguntó a Sasuke y Sakura-¡esto no es un zoo!¡fuera!¡fuera!-empezó a empujar a la gente para que saliera-por cierto si queréis seguir señalándome y murmurando cosas sobre mi hacedlo a la cara. Mirad a Gaara, no está triste ni le han roto el corazón. Quizá se haya vuelto loco. ¡Eso es posible!, debería daros vergüenza-añadió y cerró la puerta de la habitación detrás de si. Naruto en ese momento salía de una habitación contigua y se le quedó mirando interrogante-¿y tú qué estás mirando?.
Por fin operan al 'embarazado' y todo sale bien.
Al final, no puedes evitar hablar de ciertas cosas. Hay cosas que no queremos escuchar. A veces hablamos porque no podemos estar callados más tiempo. Hay cosas que exceden a las palabras. Son producto de la acción. A veces hablas porque no hay alternativa. Otras cosas, te las reservas.
Y no siempre, pero de cuando en cuando, algunas cosas hablan por si solas.
Continuará...