El león duerme esta noche
-¿Te gusta el suelo?- Naruto conducía, Gaara estaba a su lado y la pequeña Miina en el asiento trasero del vehículo en su sillita. El pelirrojo asintió ante la pregunta-¿y el dormitorio principal?-otro asentimiento-¿y te gustan las puertas que dan a la terraza?
-Si, todo lo que has puesto. Y lo que más, que no haya tenido que hacer nada.
-Miau...-dijo Miina con su dulce vocecilla.
-Miau, eso es Miina- apremió Gaara- eso dice el gatito- miró a su marido-quiero que me sorprendas cuando esté todo acabado.
-¿Que te sorprenda?
-Que me sorprendas.
-Grrr...-soltó la pequeña.
-Si Miina, grrr, eso dice el león-el pelirrojo miró a la niña, pero cuando su vista volvió al frente, a través del parabrisas, en plena calle vieron un león de carne y hueso. Ambos adultos lo miraron con asombro-¿no es...?
-¿Un león?
En el quirófano solemos decir: no domestiques a un león. Significa que aunque un tumor parezca inofensivo, o pequeño, o tenga unos márgenes perfectos, es un tumor. Es peligroso y puede morder.
En el hospital, Gaara y Sasuke caminaban por un pasillo.
-¿Un león?¿de verdad era un león?
-Mirándome, quería comerme-admitió el de ojos aqua.
-¿No sería un león de montaña o...un gato gordo?
-Era un león de verdad.
-Sabaku No, estás conmigo...-dijo Kakashi acercándose y dándole un informe. El azabache, sin mirarle, siguió de largo.
-He visto un león, andando por la calle. Volvía con Naruto de la casa y estaba allí en la calle.
-¿Cómo está Sasuke?
-¿Por qué a nadie le importa que haya visto un león paseándose por Konoha?
-Perdona.
-No puedes obligarle a abrirse, deja que lo haga él. Mientras tanto mira esto-dijo y le mostró en la pantalla de su teléfono móvil la foto del león dormido-llegó protección de animales. Un dardo y a dormir.
Llegan un par de heridos por el león a urgencias. Itachi y Jiraiya se encargan de un hombre. De una mujer se ocupa Tsunade y resulta ser la dueña del león. Kiba sigue con el bebé de la interna, pero no tiene muchas esperanzas de que se recupere y atiende a un anciano.
Sasuke ayuda a Temari con su creación de corazones con células madre. Mientras estaba solo en un laboratorio a lo suyo, entraron Itachi y Kiba.
-¿Qué tal los corazones?-preguntó su hermano y tomó asiento en un taburete.
-Menuda mierda-dijo el castaño. Ambos llevaban comida en las manos- Uchiha fabrica órganos y yo remendando a un abuelo. Soy como un ratón muerto. Frío y muerto. Eso soy.
-Eh, puedes hacerlo. Se te da bien ser un capullo y es igual que estar frío o muerto...¿no Sasuke?-el otro le ignoró-¿has visto?, eso debes hacer. Haz eso, haz como mi hermano.
-Hola- Kankurô entró-¿sabéis lo de la chica del león?
-Si-respondieron el azabache mayor y su marido al unísono.
-El novio fue el aperitivo y quiso cenarse a su mamá-dijo Itachi.
-A mi me da pena-reconoció Kankurô- es una chica con una mascota. No sé, seguramente tuvo buenos amigos e incluso un buen novio. Los amigos pasaron de ella, el novio se fue con otra y su familia...posiblemente la abandonó y la dejó pudriéndose en su desván con su gato o en su caso con un león.
-Esto es un laboratorio, no una cafetería-dijo Sasuke serio-así que largaos de aquí.
Kankurô obedeció sin chistar.
-Frío y muerto-dijo Itachi levantándose y se marchó seguido de Kiba.
Operan al hombre atacado por el león.
Al caer la noche. Kakashi acababa de tomar una reconfortante ducha. Como siempre, había sido un largo día. Duro trabajo y además, el echo de cruzarse con Sasuke a cada momento no ayudaba. Cada vez que sus ojos se encontraban, la mirada del azabache se mostraba fría y llena de rencor. Y a pesar de todo, no quería reprocharle nada.
Se dejó caer en el sofá en cuanto tuvo puesta la amplia camisa y el cómodo pantalón. Encendió la televisión dispuesto a caer dormido en cuestión de minutos, pero alguien llamó a la puerta.
-¡No he pedido nada!-gritó con la esperanza de que los del servicio de habitaciones le dejasen en paz, pero volvieron a llamar. Bufó molesto y pensando en las palabras que escribiría en la hoja de reclamaciones a la mañana siguiente, hasta que al abrir se encontró con Itachi.
-Hola-parecía tranquilo.
-Itachi...¿qué?
-Acabo de salir del hospital...iba a ir a casa, pero pensé...que tú ibas a estar solo en esta habitación de hotel...
-No quiero compañía, gracias-hizo ademán de cerrar la puerta, pero la mano del otro se lo impidió.
-Kakashi...-empujó levemente la puerta y entró en la estancia.
-Ya te he dicho que...
-Vas a divorciarte. Vas a ser libre. Estás disponible y no pienso desistir. El que la sigue la consigue-dijo sonriente.
-Aún no estoy divorciado y aunque lo estuviera no es seguro que tú y yo...-se llevó los dedos a las sienes. Esas situaciones tan complicadas le daban dolores de cabeza.
Itachi ni se inmutó, le agarró por el cuello de la camisa, lo atrajo hacia si, y le besó en los labios.
Todos oímos advertencias que ignoramos. Desafiamos a la suerte. Nos la jugamos. Jugamos con fuego. Es la naturaleza humana, si nos dicen que no toquemos algo, lo tocamos aunque sepamos que no debemos. Quizá porque en el fondo, buscamos problemas.
Continuará...