El amor te revoluciona
Casi todo el mundo odia los hospitales, pero los internos no. Para ellos es un lugar mágico. Es poesía. El ritmo de las máquinas, el fru fru de las batas. Es un lugar lleno de promesas, emociones, sorpresas. Donde los sueños pueden hacerse realidad.
A primera hora de la mañana, Sasuke y Gaara observaban a los internos desde el umbral de la puerta de los vestuarios.
-Fíjate en ellos...-dijo el pelirrojo-están frescos, radiantes.
-Riendo, charlando...es patético. Son patéticos.
-No puedo creer que fuéramos...ellos.
-¿Por qué nos miran?-preguntó Anko apenas sin vocalizar por si le leían los labios a los demás internos que la rodeaban.
-Sigue a lo tuyo...-le dijo Jûgo hablando entre dientes con una amplia sonrisa.
Gaara y Sasuke desaparecieron de la puerta y los internos siguieron hablando-tiene razón, concentrémonos-dijo Suigetsu.
-Rondas en cinco minutos-informó Sasuke a espaldas de los chicos que se sobresaltaron. Con la misma, volvió a marcharse.
-¿Estás es pediatría?, te lo cambio-dijo uno de los internos de Kiba a Anko- estoy con Uchiha.
-No pienso dejar a Inuzuka solo porque tu tengas miedo de Uchiha, Shino- dijo la chica.
-Vas a ver como te eclipso todo el día-le dijo Suigetsu a Shino, dado que él si iba a estar con su especialista-no es nada personal, pero Uchiha me adora.
-No te envidio...-dijo Jûgo- tengo una cirugía con Hyûga. Estaré cortando todo el día.
-¿Hyûga?-se burló el chico-es un zote. No te hagas muchas ilusiones.
-¿Qué dices?, es la única que nos trata bien.
-Porque es un zote-secundó Anko.
-Yo estoy en urgencias con Hades, ¿queréis cambiaros conmigo?-preguntó un chico llamado Hidan, otro de los internos de Gaara, de cabellos plateados y ojos morados.
-No.
-Yo no.
-No-aportaron los demás.
Sasuke, Shino y Suigetsu son los encargados de un bebé que está en la incubadora. Necesita un trasplante de corazón, además atienden a una mujer con marcapasos. Una malhumorada Hinata y Jûgo pasarán el día extrayendo forúnculos del cuerpo de diversas personas. El caso de Gaara, Hidan, Tsunade y Jiraiya es el de un hombre que recibió un disparo en el bosque cazando. Kiba y Anko se ocupan del bebé recién nacido de una adolescente de quince años.
Cuando cayó la noche, todos los internos deben quedarse en el hospital para cuidar de sus respectivos pacientes.
Hidan estaba junto a un mostrador. Cuando vio que Gaara pasaba por su lado, se le acercó sonriente.
-Enhorabuena...
-¡No!-el pelirrojo le hizo callar en el acto y miró alrededor por si la gente les había escuchado-¿cómo te has enterado?
-Llamaron para confirmar su ecografía de las ocho semanas...-dijo el chico asustado.
-Así que lo sabes-el interno asintió-vale, escúchame. Tú no has oído nada. No sabes nada y no vas a mencionarle esto jamás a nadie ¿entiendes?...¿tienes algo que decir antes de enterrar el tema para la eternidad?
-¿Enhorabuena?-sonrió como si nunca hubiera roto un plato, pero Gaara, serio, se marchó.
Sasuke hace el trasplante de corazón al bebé con la ayuda de Suigetsu.
Ya por la mañana, Neji y un recuperado Kakashi con uniforme y bata blanca incluida, reunieron a los internos en una sala.
-Aquí está chicos, la ocasión de participar en una de las operaciones más alucinantes e innovadoras que hayáis visto-informó el ortopeda. Hidan bostezó-¿has bostezado?-eso ofendió a Neji- Hatake, ¿ha bostezado?
-Descartado-le informó el peliblanco.
-Pero si...
-Si no aguantas un turno de noche, no aguantarás la operación-dijo Kakashi tajante-espabilad, vamos.
-Bien, el resto podrá examinar a nuestro paciente antes de pasar al laboratorio de prácticas para el concurso-dijo Neji.
-Que pase el paciente-dijo el peliblanco y Naruto entró por la puerta-el doctor Hyûga y yo vamos a hacer un trasplante de nervio en la mano al doctor Uzumaki. Queremos un interno de fiar.
-Es mucho decir, porque no nos fiamos ni un pelo-dijo Neji de brazos cruzados- Mitarashi, te toca.
Anko se puso en pie, nerviosa y se acercó a Naruto. Parecía no saber muy bien por donde empezar a tocar el brazo lesionado del otro.
-No muerdo Mitarashi- dijo Naruto al ver su indecisión.
-Ve a tu sitio...-dijo Neji con decepción- Hôzuki.
Suigestu salió con decisión, pero antes de tocar el brazo, miró a Neji y a Kakashi-¿la primera vez hizo una reparación proximal o distal?
-Deberías saberlo por las cicatrices...-dijo el ortopeda molesto-a tu sitio. Tenpin No.
El chico se acercó sonriente a Naruto- hola, soy el doctor Tenpin No...
-Sé quién eres Jûgo- dijo el rubio divertido.
-Lo sé, es que...es igual-empezó a palparle el brazo-¿le molesta la presión o la pronación?
-Si, y cada vez más.
-Debe de estar asustado. Yo también lo estaría. Pero el doctor Hyûga y el doctor Hatake tienen mucho talento. Tendrá los mejores cuidados.
Neji sonreía-ya está. Hay un ganador. Es el único que ha tratado al paciente como a un paciente. Enhorabuena, bienvenido al equipo-dijo y le palmeó la espalda.
-Gracias-dijo el chico ilusionado.
-No me las des, es un cascarrabias-dijo haciendo alusión a Naruto.
-Si...-secundó Kakashi.
Anko descubre que la adolescente que acaba de dar a luz va a dejar a su hijo en el hospital. Lo abandona.
Naruto y Gaara estaban juntos en un mostrador. A su espalda entonces escucharon una voz conocida.
-¿Qué tal Gaara?-una radiante Naruko les sonreía de oreja a oreja-espero que tengáis fotos de Miina, no he viajado durante horas para quedarme sin ver a esa monada.
No hay porque oír arpas sonando o pájaros cantando ni tienen que caer pétalos del cielo. Y hay días en los que el romanticismo decae. Pero, si miras alrededor, el mundo es alucinante. Así que párate un segundo, disfruta de la belleza, siente la magia, empápate de ella porque no es eterna. El romanticismo se desvanece. Pasan cosas, la gente cambia, el amor morirá, pero quizá no hoy.
Continuará...