La cara del cambio
A mi no me van los cambios. En oncología, cuando una célula normal se convierte en algo maligno se habla de transformación.
Kiba sonreía falsamente mientras un fotógrafo profesional le sacaba fotos y le cegaba con un flash. Estaba en una sala del hospital que parecía un verdadero estudio fotográfico y Zabuza supervisaba el asunto.
-Ahora hagamos otra en la que sonrías de verdad-pidió Zabuza.
-Oiga...no me apetece ser la mascota del hospital o lo que sea que...
-Embajador de la marca-interrumpió el azabache-no te hemos elegido aún. Eres un buen candidato. Guapo, tratas a los niños...eso quiere el comprador.
-Yo me largo-dijo y así lo hizo.
-Mañana vendrán unos relaciones públicas para acompañarte todo el día. ¡Se civilizado!
Las células se hacen tóxicas delante de tus ojos, así que yo creo que la transformación es una mierda.
Al día siguiente, por la mañana, junto a un mostrador, Hinata se acercó a Shino.
-Toma-dijo la chica dándole comida envuelta en papel de aluminio.
-¿Qué es?
-Un burrito. No desayunaste en casa.
-¿Un burrito?¿para desayunar?
-No te he visto probar bocado ni una sola vez desde que vives en mi casa...eso no está bien y me imaginé que hoy no sería distinto.
-Gracias-dijo sonriente aceptando el alimento y abriéndolo para darle un bocado-¿cómo estás?, te veo apagada.
-Si...he estado de guardia. ¿Sabes lo aburrida que es una noche sin pacientes de trauma?, recé para que a alguien le reventara el apéndice, solo para no dormirme. ¿Cómo voy a aprender a ser cirujana de trauma sin urgencias...ni traumas?...perdona, estoy cansada y enfadada.
-Oye...-Shino volvió a tapar el burrito-¿qué te parece si salimos a dar un paseo?, corto. Para que cojas un poco el aire-no esperó respuesta, porque cogió a la chica de la muñeca y tiró de ella rumbo a la calle.
Kiba andaba por un pasillo junto a una mujer a la que le colgaba una cámara de fotos del cuello.
-¿Conmigo?¿todo el día?-preguntó el castaño.
-Solo queremos saber cómo es, doctor Inuzuka. Verle en su elemento. Es importante elegir al embajador para nuestra marca.
-¿Vuestra marca?, este hospital no es un coche de lujo.
Hidan se les unió y le entregó unos informes a Kiba- buenos días doctor Inuzuka- la mujer empezó a sacarles fotos andando frente a ellos-todo va bien, tengo los escáneres. ¿Quiere decirme quién es esa chiflada que nos está sacando fotos?
-Soy asesora de imagen.
-Van a comprar el hospital. Buscan una cara para ponerla en los pósters.
-¿Y le han elegido?-preguntó el de cabellos plateados.
Llegaron a donde estaba su paciente, una chica transexual que quiere una extirpación de pechos. Allí había otro fotógrafo y Kakashi.
-¿Tienen más gente persiguiéndome?-cuestionó molesto el castaño.
-Me persigue a mi-aclaró Kakashi que posaba contento-por lo del embajador de la marca o no se qué. Bueno, es igual, acabamos en un segundo.
-Pero si estás preñado.
-Apenas se nota con estos uniformes tan amplios.
-Y una mierda-a pesar de que al principio a Kiba no le gustaba el asunto, parece que el tener competencia le molestaba.
-Reconoce Inuzuka que soy el tío más guapo de este hospital. Yo seré la cara de los carteles.
-Quieres ser embajador y crees que quedarás bien.
-Siempre quedo bien.
Sasuke y Kankurô estaban junto a un mostrador.
-Kakashi Hatake, la cara del Konoha Byôin- dijo el azabache mientras se le caía la baba.
-A Kiba también le va bien-dijo Kankurô defendiendo a su marido.
-Si, si quieres una cara que suda cerveza. Mi Kakashi fue esculpido por el mejor de los escultores.
-¿Disculpa?, te recuerdo que tiene tripita.
-Apenas se le nota y eso es sexy. Además, solo es la cara lo que saldrá en los pósters. Con eso estáis perdidos.
Kiba y Kakashi se les acercaron.
-Están en el bote-dijo Sasuke a su marido-aunque Inuzuka es un broncas y un luchador, eso cautiva. Pero tu eres mi marido, el mejor. Anda, impresiónalos. Es lo que quieren.
-Tengo acidez...
-Para tu información les gusta la cara de Hatake y su fama, tu tienes la hermosa cara, pero no lo otro-dijo Kankurô a Kiba.
-Joder...gracias.
-Pero tienes Kumogakure. Insiste en Kumogakure. Es por tu desayuno, tu cerebro no puede funcionar con tanto azúcar. Toma-dijo y le dio un plátano que sacó del bolsillo de su bata.
-¿Sueles llevarlos en el bolsillo?
Gaara se les unió. Llevaba una tablet en la mano-cada vez que la toco borra a otro paciente.
-¿El cacharro o tu?-le preguntó su mejor amigo.
-Me pasó lo mismo esta mañana, déjame ver-pidió Kankurô y la cogió.
-¿Os acosan los asesores de imagen?-preguntó Gaara al ver a los fotógrafos cerca de ellos.
-Buscan una cara para el hospital, para ponerla en los folletos-dijo Kiba con cansancio.
-E Inuzuka es mi competencia-apuntó Kakashi.
-¿Tu crees?-dijo su marido riendo entre dientes.
-Pírate precioso-le dijo el castaño molesto.
-¿Por qué no compito yo?-el pelirrojo parecía ofendido.
-A mi me lo ofrecieron-confesó Sasuke- me negué. Esta cara-se la señaló-solo saldrá en el folleto de los nobel.
Zabuza enseña el hospital al empresario que lo quiere comprar y sus socios. Es un hombre llamado Gatô que al parecer tiene más hospitales en propiedad.
Durante su paseo con Shino, se encuentran con un niño pequeño atropellado. Hinata llama a Kakashi por teléfono para pedirle un favor. Que a pesar de ser una emergencia de trauma, le reciba porque el niño no tiene demasiado tiempo y el Konoha Byôin es el hospital más cercano.
Kakashi, porque él solo no puede, mete en el asunto a Anko y a Hidan. Los tres van a la sala abandonada de urgencias.
Mientras el peliblanco colocaba la camilla en una zona apta entre tanto material de obra, habló con Anko- vigila la puerta. Nadie puede saber esto. No pueden entrar ¿entiendes?
-Si-ella obedeció en el acto y a los pocos segundos, a través de la puerta la escuchó hablar con alguien-puede ponerse en plan Hades todo lo que quiera, pero no pasará.
-Soy tu superior, te ordeno que me dejes entrar-dijo Gaara serio.
-Hoy no es mi superior.
-Entraré por la fuerza.
-¿Por qué no lo intenta?
Kakashi asomó la cabeza por la rendija de la puerta-eh, déjalo, le he llamado yo. Lo sabe.
Anko palideció y miró a Gaara- espero que entienda que yo no le hablaría así normalmente, estoy deseando trabajar con usted.
-¿En qué puedo ayudarte?-ignoró a la chica.
Varios minutos después, Gaara entró en la sala con material en las manos.
-Tengo un ventilador, un monitor y kits de vía central-informó el peliblanco. Pero el de ojos aqua no venía solo. Sasuke, Suigetsu y Jûgo entraron detrás, todos con cosas necesarias para la intervención secreta.
-Yo salino, bombas perfusoras, un desfibrilador y a tu marido-dijo Gaara dejando las cosas en su sitio correspondiente.
-Han podido conmigo...-dijo Anko derrotada.
-Cuanta menos gente mejor-dijo Kakashi dando un beso a su marido-menos tu culito. Bienvenido.
-Te traigo lacayos.
-No quiero internos.
-La sala tiene tres entradas, necesitamos vigilancia. Feliz, Mitarashi, a las puertas-ordenó-Tímido, serás enfermero.
-¿Por qué yo enfermero?-se quejó Suigetsu.
-Necesitamos luz-apreció Gaara.
-Con más luz nos verán desde el vestíbulo.
-Pondré las de la obra.
Hinata y Shino llegan con el niño, pero las puertas que dan a la calle están cerradas. Todos, juntos, deben empujarlas.
-Quítate- Kiba apartó a Gaara.
-Vamos...porque esté embarazado no significa que...
-Ve a sentarte y déjame a mi- Kakashi le miró-no te preocupes, he despistado a la fotógrafa por los pasillos.
-¿Cómo has sabido que...?
-Le avisé yo-dijo Kankurô con cara de inocente a sus espaldas- Hinata es mi amiga, me llamó para contarme y...viene un niño. Necesitaréis a un pediatra.
-He traído un carro con cachivaches- informó Inuzuka-¿la abrimos?
-A la de tres-tiraron todos juntos y consiguieron abrirla. Hinata y Shino entraron a toda prisa.
-Hay que hacerle una secuencia rápida de intubación- dijo la de ojos perla en cuanto cruzó las puertas.
Todos rodearon al niño y se pusieron rápidamente a lo suyo.
-¿Y el ecógrafo portátil?-preguntó Gaara en medio del estrés por ayudar al niño a escondidas-¿no tenemos?
-¡Feliz!
-Ya voy-dijo Jûgo y salió corriendo.
-Necesito gasas para controlar la hemorragia-dijo Kiba.
-Ya están las tres vías. Podemos ponerle dopamina a cinco microgramos por kilo, pero hay que saber la velocidad de perfusión. Depende del tamaño. ¿Hay una calculadora?-pidió Hinata.
-Yo pregunto a las enfermeras-dijo Sasuke.
-No soy enfermero-dijo Suigetsu cuando todos le miraron.
-Pesa unos treinta kilos...-dijo Kankurô- la concentración de dopamina es de seiscientos por centímetro cúbico. Cinco por treinta, ciento cincuenta. Por sesenta minutos, nueve mil. Entre mil seiscientos...la velocidad es cinco coma seiscientos veinticinco por hora.
-Ese es mi Kankurôpedia- dijo orgulloso Kiba.
Kakashi intervino-no tenemos dopamina. No hay acceso a los medicamentos salvo que tengamos una enfermera o un código que...
-Lo tenéis-dijo Naruto entrando por la puerta.
-¿Le has llamado tú?-preguntó el peliblanco a Gaara.
-Vamos a necesitar medicamentos y tu no puedes moverte de aquí.
-Tengo los códigos. ¿Qué necesita el paciente?-dijo el rubio.
Finalmente consiguen salvar al niño y esconderlo de Zabuza, al menos lo suficiente como para que no corra peligro, pero lo termina descubriendo. Kakashi y Kiba pueden irse a su operación de extirpación de senos que también sale correctamente.
Fuera de una sala de juntas, ya de noche, todos los implicados en la intervención secreta estaban esperando a que les fueran llamando uno por uno.
-¿Qué pasa?-preguntó Kiba cuando él y el peliblanco se les unieron-¿lo ha descubierto?
-Estamos entrando uno a uno-dijo Hinata- para ver quien canta.
-No sé mentir-dijo Jûgo nervioso-se me da mal. Lo van a notar.
-Mentirás bien-le dijo Sasuke firme-tranquilo.
-Primero van los internos-dijo Gaara.
-Solo quiero saber qué ha pasado- dijo Shikamaru. Él y Zabuza estaban sentados frente a Suigetsu. Kiba abrió la puerta y entró.
-¿Quiere saberlo?, yo se lo diré. Un niño se moría y lo salvamos.
-Doctor Inuzuka...-dijo Zabuza- ha dicho 'y lo salvamos'. ¿Quién más ha sido?
Kakashi hizo acto de presencia-yo, fui yo. Admití al niño y decidí tratarlo.
-Hicimos lo debido-dijo el castaño- salvarle la vida.
-Y es lo que importa y no las políticas absurdas ni las campañas publicitarias. Además son las hormonas. Voy a tener hijos, no puedo descuidar a uno enfermo.
-Castíguenos si quiere, nos da igual.
-Dejadlo-dijo Shikamaru- salid de aquí-obedecieron sin chistar.
-¿Ya está?-Zabuza le miró-¿no va a inhabilitarlos?
Naruto entró en cuanto los otros salieron.
-¿Me has llamado?
-Si-dijo Zabuza- hay un problema. Mi presencia ha desatado una revuelta y eso complica un poco mi trabajo, sobretodo si les ayuda. Fue su código el que dio acceso a la medicación de la planta quinta.
-¿Es cierto?-el Nara estaba atónito.
-Sé que este hospital es una familia. Pero les dará igual si no hay un hospital-el azabache ni dejó que Naruto lo admitiera-¿sabe cuánto podría haberle costado esta broma al hospital si el niño hubiera muerto aquí?. Gatô se habría retirado y estarán acabados sin el. Solo intento ayudarles, pero no puedo hacerlo si socavan mi autoridad a cada paso. Si les importa este hospital o quienes trabajan en el, es hora de que suban a bordo, sino van a asistir al cierre de sus puertas.
El cambio es extraño. No todos se adaptan. Puede pillarte desprevenido.
Un sonriente Kankurô se acercó a Kiba en cuanto salió de ver a uno de sus pacientes.
-Vamos...-dijo cogiéndole la mano.
-¿A dónde?-Inuzuka estaba contrariado.
-Tú sígueme-le guió hasta una sala de material.
-¿Qué hacemos aquí?
El otro rebuscó en una estantería y sacó una caja llena de dónuts- los he robado en dermatología.
-¿Robando otra vez?-dijo sin evitar sonreír.
-No se los comen. Comen cosas sin azúcar y sin gluten-le dio uno a su marido y él cogió otro-salud, por un día increíble. Te lo mereces. Y yo he contribuido, así que por nosotros-dijo, chocó su dónut con el del otro y le dio un bocado, llenándose los alrededores de la boca de azúcar glasé-son los que más te gustan- Kiba solo le miraba comer.
-Te quiero.
-Y yo a ti.
-No...yo...te quiero. Nunca había tenido a nadie que creyera tanto en mi ni que...me alabase. Nadie me apoyaba. Nadie sabía lo que yo quería, ni como, ni cuando. Eres como una enfermedad. Estás dentro de mi. Te quiero a todas horas. Cada minuto de cada día-concluyó y se comió la mitad del bollo de un solo mordisco.
Las cosas no son como antes. Tu mundo se transforma.
Hinata salió del hospital. Ya se iba a casa, pero la voz de Shino la detuvo.
-Hinata.
-Ah, hola.
-Te estaba esperando-reconoció el chico-¿qué tal el niño?, tuve que echar un vistazo a mis pacientes y no supe más después de que nos llamaron para...declarar.
-Se encuentra bien-dijo ella aliviada-todo fue como la seda.
-Genial.
-Si.
-Ahm...Hinata...quería...mierda...tenía pensado decirte algunas cosas...y cuando me miras no...-miró al suelo, ruborizado-vale, concéntrate-se dijo a si mismo-eres la mujer más valiente y preciosa que he conocido. Hoy has estado increíble. Eres increíble y me...me gustas. Me gustas muchísimo...sé que soy un interno y que vivir contigo no es suficiente como para que fijes en mi, pero...
En el rostro de la chica apareció una leve sonrisa y le silenció con un beso en los labios.
Te das cuenta de que el suelo se ha movido. Todo es incierto y no hay vuelta atrás.
En la azotea del hospital, Kakashi, Sasuke, Rock Lee, Naruto y Gaara estaban reunidos. Todo gracias al peliblanco.
-Las paredes tienen oídos-dijo el cirujano plástico a sus compañeros como explicación-os he reunido porque no podemos seguir sin decir una palabra. Somos la razón por la que el hospital tiene problemas. No podemos dejar que Gatô lo compre. Somos los responsables. Creo que...deberíamos comprar el hospital.
El mundo a tu alrededor es diferente. Irreconocible. Y no puedes hacer nada. Estás atrapado. El futuro te mira a los ojos y no sabes si te gusta lo que ves. Como dije...no me van los cambios.
Continuará...