La preparación lo es todo
Te golpean inesperadamente. Cuando llegan las desgracias, llegan de pronto, sin previo aviso. No vemos llegar la catástrofe aunque intentemos estar preparados.
En cuanto amaneció y la luz del sol se filtró por las ventanas de la habitación, Kakashi despertó al sentir unos toques en la puerta. Sasuke, que estaba sentado en una butaca junto a las cunitas, habló.
-¡Adelante!
Al abrirse la puerta, lo primero que entró por ella fue un manojo de globos azules, y sujetándolos, Mikoto con una sonrisa de oreja a oreja.
-Buenos días...-canturreó la mujer. Sasuke se levantó y se abrazaron. Tras la morena, entró un hombre alto de larga melena negra y ojos oscuros que llevaba en brazos un gran oso de peluche blanco.
-¿Qué...qué haces tú aquí?-Sasuke se sorprendió al ver al hombre.
-Dime claramente que no te alegras de verme y ya está, no hagas preguntas estúpidas-fue la única respuesta de éste. Pero extrañamente, sonreía y ambos se estrecharon las manos con cordialidad.
-Kakashi, éste es Madara, mi padrastro.
-Es un placer doctor Hatake. Y mi enhorabuena-el hombre imponía, además iba vestido con un impecable traje oscuro, pero parecía afable.
-Kakashi-sama...-Mikoto había dejado los globos atados en el brazo de una silla y llorosa abrazó al peliblanco.
-Te hacía de viaje como siempre- Sasuke parecía ofendido con su padrastro, pero por otro lado, ambos parecían divertirse con cada comentario.
-No quería ver como el tipo con el que te casabas tiraba su vida por la borda-dejó el oso en la misma silla donde estaban los globos y se acercó a las cunas-vaya...son guapos y todo.
-Pues claro que lo son. ¿No has mirado a mi marido?
-Solo en una miserable foto que me enseñó tu madre. He llegado a pensar que jamás has existido y solo eres producto de mi imaginación.
-Nunca venís a vernos...-dijo la mujer que ya había dejado de abrazar a Kakashi y se secaba las lágrimas con un pañuelo que sacó de su bolso.
-Somos médicos mamá.
-Lo sé...esa siempre es tu respuesta.
-Eso dice él- Madara se acercó a Kakashi y le tendió la mano para estrechársela.
-Es un placer, señor. De haber sabido que venían...
-Llevo dos meses trabajando en casa porque esos bebés podían nacer de un momento a otro-dijo el hombre-no quería perderme algo así. Siento lo de la boda, me pillasteis fuera del país.
-No pasa nada.
Madara le miró unos instantes en silencio-eres buena persona...¿te drogó o algo?
-Cierra el pico- Sasuke estaba junto a sus hijos-mamá, ¿quieres coger uno?
-Si...-la mujer estaba emocionada a más no poder y cuando estuvo junto a la cuna, se tapó la boca con las manos.
-Este es Sakumo- ambos niños llevaban un pijamita de color amarillo con un pequeño dibujo de Winnie the Pooh sobre el pecho-y ese es Itachi.
Mikoto empezó a llorar de nuevo cuando escuchó ese nombre y cogió al bebé- Itachi...son...no tengo palabras...se parecen a ti Sasuke...cuando eras pequeño...
Unas plantas más abajo en el hospital, la cosa era muy distinta. Se estaban aprovisionando porque se anuncia temporal. Vientos huracanados y fuertes lluvias en tan solo tres días.
Así que Shikamaru reunió al personal junto a las escaleras para darles una charla.
-Hay que pedir suministros, hay que prepararse para el doble de capacidad de pacientes, eso significa más camas y camillas en los pasillos. Habrá muchos afectados por el temporal, necesitaremos espacio. Dad el alta a todos los pacientes que podáis. Posoperatorios y pacientes de larga duración serán trasladados a otro hospital. Debemos aprovisionarnos de agua, comida, medicinas, linternas, llenaremos de combustible los generadores de emergencia. Los cirujanos adelantad, posponed o cancelad las operaciones no urgentes hasta después del temporal.
-¿Hay que cancelar las operaciones?-preguntó Gaara a Naruto, desconcertado.
-Podrías bajar el ritmo.
-Estoy embarazado, no enfermo.
-Puedes ponerte de parto en cualquier momento.
-Y lo más importante-seguía Shikamaru- necesitamos copias en papel de todos los informes de los pacientes por si nos quedamos sin corriente.
-¡Yo me encargo!-se ofreció Tsunade.
-Tsunade...me alegra verte. Te incluiré en las rotaciones.
-Solo hablaba de los informes-dijo la mujer y se fue.
-Chicos...dicen que el temporal va a ser duro, pero tenemos tres días para prepararnos, procurad estar listos para cuando llegue. Gracias.
Naruto opera a un chico al que han dado una paliza. Kimimaro y Rock Lee van a pasar el día operando al bebé. Y a urgencias para Hinata llega un hombre que se cayó de un cuarto piso sobre unas barras de metal que ahora le atraviesan varias partes del cuerpo.
Shikamaru se acercó a la chica en cuanto ordenó que el paciente fuera llevado al quirófano.
-Hyûga, déjamelo-pidió a la de ojos perla.
-¿Por qué?, yo lo he admitido.
-Es un caso grave y necesito que...
-Es un caso grave. Mi caso grave. Estoy a punto de hacer mis exámenes otra vez, ¡y es exactamente esta clase de casos los que deben ver que sé tratar porque este año voy a machacarlos!
-Debes encargarte del temporal.
-Y una vez me dijo que debía dejar de ser una administrativa y ser cirujana. Es mi kebab humano.
-De acuerdo, anda ve-y la chica se fue dando saltos-te voy a supervisar. ¡Si la cosa se pone fea, te sustituyo!
-¡No hará falta!
Para operar al paciente deben primero cortar las barras, pero saltarán chispas que con el oxígeno de la sala podrían hacerles saltar por los aires, así que Shikamaru echa a todo el mundo, incluido a Gaara que se molesta. Neji e Hinata le ayudan en el proceso hasta que lo liberan de las barras y entonces el jefe echa a la Hyûga del quirófano.
Tan ofuscado anda el pelirrojo que tropieza en unos escalones y se cae, entrando en pánico por el bebé. Y Naruto al enterarse corrió a obstetricia donde ya Gaara estaba con Yamato.
-El bebé está bien.
-Define bien-dijo Gaara.
-Puedes hablarnos como médico-secundó Naruto que apretaba la mano de su marido con miedo.
-Bien significa que no hay desprendimiento de la placenta ni daños en el feto. Ni hemorragia. Tiene el latido fuerte. Hay bienestar. Todo está como debe. Has tenido mucha suerte...¿tienes molestias?
-Solo estoy dolorido.
-Si tienes cualquier molestia, sabes donde estoy-concluyó y les dejó a solas.
-Te lo dije, debes bajar el ritmo-reprendió el rubio.
-¿Sabes cómo habría evitado esto?, si hubiera estado a salvo en el quirófano explosivo donde debía estar.
-Súbete los calzoncillos.
En cuanto salió de allí, Kiba se le acercó asustado.
-¿Te han hecho la prueba de Kleihauer?-preguntó ansioso.
-Si, me han mirado. El bebé está muy bien.
-¿Pero cómo estás tu?¿por qué te caíste?¿te mareaste?
-Me caí porque tengo el mismo centro de gravedad que una vaca lechera. Este niño se está pasando. Debería haber nacido ayer o antes de ayer...está muy cómodo ahí dentro. Estoy bien de verdad, me preocupa más que aún no he ido a ver a los hijos de Sasuke.
-No vayas. Están su madre y su padrastro. Parece la cena de nochebuena.
-¿Ha venido su madre?, vaya...
-Si, y además te dirá que tu hija es fea comparado con los suyos. Casi le parto la cara. Y Kankurô les llevó galletas. Espero que Uchiha se atragante.
Hinata estaba muy molesta en urgencias colocando cosas en los estantes hasta que un sanitario de ambulancias entró llamándola alarmado. Cuando salió, llevaban a un paciente en la camilla que se quejaba de dolor en el pecho. Pero resulta que todo el mundo está compinchado y le hacen a Hinata un baile flashmob con Shino incluido.
Cuando terminó la actuación, muchos de los médicos estaban en la entrada de ambulancias contemplando la escena y aplaudiendo.
Shino le dio una rosa a Hinata que no podía dejar de reír. Estaba colorada hasta las orejas, pero a la vez emocionada de que le hubieran hecho algo así a ella.
-Dios mío...
-Sé que te parecerá una locura...-dijo Shino recuperando el aliento por el bailoteo.
-Si, desde luego.
-Y un poco precipitado, pero cuando estoy seguro de algo, lo sé. Cuando te vi por primera vez en este hospital fue un shock. Y pensé...es la persona más hermosa que he visto. Y luego pensé...enseguida supe...que me enamoraría de ti-ella empezó a llorar-y nunca me ha hecho tan feliz estar seguro de algo-entonces sacó una pequeña cajita, se puso de rodillas y la abrió entre murmullos- Hinata Hyûga...te quiero y deseo hacerte el resto de mi vida tan feliz como tu me haces. Si tu quieres.
-Si...-dijo ella y se abalanzó a sus brazos bañados en aplausos del gentío.
-Por fin Hyûga ha encontrado a alguien tan cursi como ella-dijo Kiba a Gaara mientras aplaudía.
-Es Hinata en hombre. Uno entre un millón-dijo el pelirrojo.
La noche llegó antes de lo esperado gracias a las torrenciales lluvias que aparecieron sin esperar los anunciados tres días.
El paciente de Sasuke, padre del niño al que adora Shikamaru, despierta por fin y es trasladado a otro hospital. La operación al bebé que hacen Kimimaro y Lee sale estupendamente.
Nos esforzamos al máximo, pero a veces no es suficiente. Nos ponemos el cinturón, nos ponemos el casco, vamos por sitios iluminados. Intentamos salvarnos. Intentamos protegernos, pero eso no sirve de nada. Porque cuando llegan las desgracias, aparecen de repente.
Fuera llovía con fuerza, pero en la habitación todo parecía normal y en calma.
Sasuke paseaba de un lado a otro meciendo a uno de los bebés mientras Kakashi terminaba de darle el biberón al otro. Mikoto tejía lo que parecían unos calcetines y Madara estaba sentado a su lado trabajando desde su ordenador portátil.
Gaara entró en la habitación.
-Hola...a todos, lo siento, pero hoy ha sido un día de locos...a ver a mis ahijados...-se acercó al que Sasuke tenía cogido.
-Adorable ¿verdad?
-Son...por dios...
-Dilo. Serán unos rompecorazones.
-Admito que son muy, muy guapos-acarició una de las piernecitas del bebé-¿sabes que me caí por unas escaleras?
-¿Estás bien?
-Si...fueron pocos escalones, pero me asusté...
-Lógico.
-Naruto dice que debería bajar el ritmo, pero no puedo quedarme en casa.
-¿Y Miina?, con este temporal...
-En la guardería dicen que estarán abiertos las veinticuatro horas. La he dejado allí. Con Sasori y Sakura. Vamos a quedarnos a pasar la noche aquí.
-Podrías ponerte de parto en tu casa y sería una...caca-suavizó la palabrota por tener a su pequeño en brazos y eso hizo sonreír a Gaara. Jamás había visto a su mejor amigo con esa actitud. No le quitaba los ojos de encima a su retoño y le brillaban las pupilas al hacerlo.
-Lo hago porque pueden necesitar cirujanos. Sabes que noches como estas son las peores. Pienso trabajar hasta que...-sintió un movimiento en su vientre seguido de dolor. Lo que le obligó a llevarse las manos a la barriga y a encogerse ligeramente.
-Gaara...¿estás bien?-preguntó Kakashi alarmado.
-Si...es solo que...ya viene...
Las desgracias llegan de repente. Sin previo aviso. Pero olvidamos, que a veces, las alegrías también llegan así.
Continuará...