Miénteme
A los médicos se les enseña a ser escépticos, porque los pacientes casi siempre mienten. La regla es que todos los pacientes mienten, mientras no se demuestre lo contrario. Mentir está mal. Eso nos dicen constantemente desde que nacemos. La sinceridad es la mejor cualidad. La verdad te hará libre. No mentirás...y esas cosas.
Lo cierto, es que a veces, hay que mentir.
En una habitación del hospital, Naruto sacaba sangre a Gaara. El pelirrojo sentado en una camilla y el rubio en un pequeño taburete con ruedas.
-Gracias por todo. Por sacarme sangre también. No la aceptaran sin un historial familiar completo-dijo Gaara.
-Me alegra que tu madre siga el programa. A pesar de tener que pincharte-se levantó, quedando su rostro a pocos centímetros del otro-ya está ¿te encuentras bien?.
Nos mentimos a nosotros mismo, porque la verdad es muy dolorosa.
-Estoy bien-dijo el pelirrojo después de varios segundos sumido en los ojos azules.
Sakura y Sasori, furiosos, llevaron el perro al hospital y en los vestuarios hablaron con Gaara.
-¡Este bicho tiene que irse!-decía el pelirrojo menor furioso.
-Se ha meado en mi cama, mi cama Gaara- dijo Sakura.
-Es nuestro perro- Akamaru estaba tumbado a sus pies.
-No, mío no es-dijo Sasori- lo llevasteis a casa sin consultarme antes.
-Solo le rescatamos de una muerte segura...vamos chicos- Gaara hizo un puchero.
-Te doy un ultimátum- siguió el menor-o se va el perro o me voy yo. Te lo estoy diciendo enserio. El perro o yo. Elige- Gaara miró al cachorro y luego a Sasori-¿has dudado?, ha dudado.
-¿Has dudado?-preguntó Sakura escandalizada.
-No he dudado, estaba pensando.
-¿Has tenido que pensarlo?¡bien!, me mudo ahora mismo- Sasori se marchó muy molesto y al abrir la puerta se topó con Tsunade- después, me mudo después, porque ahora tengo ronda.
Reciben a un hombre con tres dedos amputados, se encargan Sasuke y Naruto. A Sasori le toca una anciana que no quiere irse del hospital. A Kiba le dan los resultados de sus exámenes, pero no abre el sobre. Junto con Sakura se encargan de una chica con hipo persistente. Gaara y Deidara de una mujer con una válvula porcina en el corazón que degenera.
Es la hora de comer. Sasuke y Kiba llevan cada uno una bandeja llena de perritos calientes. Sakura se sienta con ellos.
-Esperadme- Sasori llega también con la suya.
-Sakura tiene que concentrarse-dijo Kiba.
-Sakura venga-dijo el azabache.
-¿Qué pongo en el anuncio?-preguntó la pelirrosa al pelirrojo.
-No sé.
Sasuke habló por él-regalo perro destructivo y agresivo.
-Nadie lo querrá-dijo Sasori.
-Bien, cachorro juguetón necesita hogar y amor.
Gaara llegó con Akamaru y un café. Se sentó con ellos también.
-Eso es-dijo Sakura que empezó a tomar notas.
-Eh, Sasori...-dijo Gaara.
-¡No me hables!¡estoy que trino!, deja de tentarme o exploto.
-De acuerdo-miró a su amiga-¿qué haces?
-Voy a poner un anuncio para...
-¡Sakura!¡Sakura vamos!-Sasuke estaba ansioso.
-Vale, no te pongas así-la chica puso el cronómetro y al instante, todos empezaron a atiborrarse a perritos lo más rápido que podían.
-¿Estáis buscándole un hogar a Akamaru?, tal vez pueda domesticarlo...-Gaara pasaba de sus amigos.
-No lo has hecho ni lo vas a hacer-dijo la chica-y quiero que Sasori se quede.
-Pon que no hace sus necesidades en casa-ella le miró-¿qué?, es verdad.
-Quieres que ponga la verdad, bien. Regalo chucho endemoniado y perverso que se mea en cualquier cama.
-También es tuyo, lo sacamos de la perrera juntos.
-Es cierto, pero no es mi perro. Ni tampoco es tuyo. No nos conoce y no estamos lo suficiente en casa para que lo haga.
-Be gadado- dijo Sasuke que se había terminado todos los perritos antes que los otros dos y alzaba orgulloso los brazos.
-Dooo- dijo Sasori con la boca a reventar.
-Dranbozo- dijo Kiba de la misma forma.
Sasuke se levantó-¡queréis ser yo, pero no podéis!¡queréis ser yo, pero no podéis!-canturreó varias veces mientras bailaba. Hasta que algo lo obligó a taparse la boca.
-Va a potar-dijo Sakura y todos salieron corriendo.
Kiba da a Sakura el sobre con sus notas, para que sea ella la que lo abra. Aprobado.
Por la noche, Gaara está solo en el vestuario, con la única compañía de Akamaru.
Llega Sasori y se sienta a su lado.
-Olvida lo que dije.
-¿Qué?-Gaara estaba tan distraído que no había estado pendiente.
-Sé que has pasado una racha muy mala. Echas de menos a Uzumaki, y sé que tu vida ha sido bastante desagradable estos días. Te doy un respiro, lo necesitas. Te dejo ser un poco egoísta. Pero no puedes escoger entre el perro y yo...soy Sasori. Duermo muy cerca de ti. Te compro galletas. Y cuando...lo has necesitado, te he dejado mi hombro. No puedo ser invisible. Respétame y no me consideres como si valiera menos que un perro-miró alrededor-así que, no voy a mudarme. Te guste o no, me quedo.
Por mucho que intentemos ignorarlas o negarlas, las mentiras caen por su propio peso. Nos guste o no.
Gaara, Sakura y Sasori salieron juntos del hospital. Era ya tarde. El pelirrojo mayor conducía y Akamaru iba en la parte trasera del vehículo.
Cuando aparcaron, lo hicieron en un lugar muy familiar para Gaara. Llevaban todos los objetos del perro.
-Vamos Akamaru- dijo el pelirrojo mientras lo bajaba del coche y lo llevaba por la correa.
Naruto abrió la puerta de su caravana y les recibió.
-Hola Akamaru- dijo y se acercó al perrito, que movía la cola feliz-hola chico-en cuanto se agachó a su altura, le lamió la cara.
-Toma- Gaara le pasó la correa al rubio-gracias por quedártelo, sé que es mucho pedir.
-Aquí están sus juguetes-dijo Sakura.
-Y aquí es donde come-los dos le tendieron al otro los objetos.
Se había creado un silencio incómodo.
-Nosotros esperamos en el coche-dijo la pelirrosa y se llevó a su amigo.
Gaara empezó a hablar con Naruto- verás, lo muerde todo, así que no dejes nada fuera. Odia a los gatos y...a los perros pequeños. A veces, se mea dentro.
-Ah.
-Debí habértelo advertido.
-Si.
-No tienes porque hacerlo.
-Con tanto terreno por aquí, no me importa. Estará bien.
-Pues...que descanses.
Pero la verdad de la verdad, es que duele. Así que...mentimos.
Continuará...