Blues para una desconocida
La clave para ser un buen interno reside en las renuncias. A dormir, a los amigos, a una vida normal. Lo sacrificamos todo por un momento de gloria. El momento en que puedes llamarte cirujano con todas las de la ley. Hay días en que parece que los sacrificios merecen la pena. Y días en los que todo parece un sacrificio.
A la mañana siguiente, Gaara volvió a la consulta del veterinario a ver a Akamaru.
-Hey Akamaru, que guapo estás-dijo agachándose a la altura del animal y acariciándole-¿ya está bueno?
-Quizá fue un virus, pero prefiero esperar a los análisis y a la radiografía para estar seguro-dijo el azabache mientras le quitaba la correa.
-¿Puede irse a casa hoy?, Naruto dice que puede recogerlo- Sai rellenaba unos papeles.
-Claro.
-¿Has oído Akamaru?, te vas a casa.
-¿Naruto y tu...estáis juntos?-preguntó el veterinario sin rodeos.
-Ahm...Naruto y yo...ahm, solo somos amigos. Él está casado y yo hago un jersey. Y ahm, bueno, creo que estoy divagando, lo hago demasiado últimamente y alguien debería decirme que cerrara la boca, pero la verdad es que sí, él está casado y yo hago...un jersey.
-Eres soltero-aclaró Sai.
-Si-tantos rodeos para una respuesta tan simple.
-Te lo pregunto por si te apetecía salir conmigo-parecía tener un temple inalterable.
-Salir, contigo.
-Salir, esta noche.
Gaara rió nervioso-salir, esta noche.
-Estás repitiendo todo lo que digo para...ganar tiempo y encontrar la forma de rechazarme. Está bien, entendido-dijo y se agachó con el perro.
-No, no, verás es que yo...-Gaara siguió su trayectoria-es que he hecho...es que si salimos tu no...lo siento.
Y luego están los sacrificios que haces sin saber muy bien porque los haces.
Deidara pide a Tsunade que se ocupe de Ino. Sasori y Sakura están con Naruto, y Sasuke con Deidara por un paciente con marcapasos.
Gaara hablaba con Kiba mientras cogían informes en un mostrador.
-Está claro que no debo salir con él ¿no?
-¿Te parezco una tía?-contestó borde el castaño-¿crees que me gustan las cremas hidratantes?. No está en la cárcel, ni se droga, ni oculta trozos de personas en el sótano. Acuéstate con el.
-No pienso. Es una cita. No voy a acostarme con nadie. Solo tejo.
Sasuke llegó-¿de quién hablas?
-Es raro ¿no?, es el veterinario de Naruto, de Akamaru y mío también. De los dos. Sería raro ¿no?
-¿Has dicho veterinario?¿de animales?-el azabache parecía escandalizado-oh, olvídalo, no es un médico de verdad.
Iruka llega y aborda a Kiba para que le ayude. Pero éste está reticente.
-Paso de vaginas-dijo el menor.
-Que grosero ¿sabes?, acabas de ganarte un caso-dijo y le puso un informe en las manos. Una embarazada que durante la cesárea quiere que le liguen las trompas.
Tsunade y Gaara fueron a ver a Ino.
-¿Cómo te encuentras Ino?-preguntó la mujer.
-Bien, pero si me desenchufara de ahí estaría mejor-dijo la chica señalando una máquina.
-Ino, sabes que lo haría, pero tu corazón dejaría de latir, Deidara me echaría la bronca y acabaríamos bastante mal las dos-la paciente rió.
-¿No podría llevar un mecanismo portátil?-cuestionó Gaara.
-¿Ves?, de eso estaba hablando. Mitad de tamaño y más diversión.
Sakura llegó y se quedó en la puerta.
-¿Has estado investigando eh?-preguntó Tsunade.
-Si.
-Ya le he dicho que no está lista aún-dijo Sakura de pronto y llamando la atención de los presentes.
-Haruno ¿no estabas hoy en neurocirugía?-Tsunade se molestó.
-Si, iba de...de camino. ¿Podría explicarle las complicaciones?-rogó.
-Hay riesgo de embolia y de fibrilación- dijo Gaara.
-Y el tubo podría enroscarse en tu cuerpo y tendríamos que operarte de urgencia-continuó la pelirrosa.
-Haruno- Tsunade volvió a intervenir-salvo que el corazón de la señorita Yamanaka tenga cerebro, no estás haciendo tú trabajo.
-Ya voy-dijo la chica asustada-olvídate de esas tonterías-dijo a Ino.
-Sakura...hoy no eres mi jefa-dijo la chica sonriendo y la otra se fue.
Siguieron examinándola.
-El electro, la eco y la resonancia están en los límites normales-informó Gaara.
-Ino, en ese caso no veo porque no puedes salir a dar un paseo-apreció Tsunade.
-Eso es música para mis oídos doctora.
-Bien ¿alguna pregunta?
-No, es...
-Podemos quitártelo, no pasa nada si esperas unas semanas para preguntarnos algo o si estás preocupada.
-Tengo veinte tubos conectados a mi cuerpo y uno de ellos va directamente a mi...ya sabe qué. Llegará un momento en el que quiera utilizarlo para otra cosa a parte de para orinar en una bolsa. Para hacerlo en el servicio por ejemplo-dijo avergonzada-verá, Sakura me ha dado un consejo. Usted me da otro diferente, sin embargo, el suyo es el que quiero seguir.
-La doctora Tsunade es la jefa de la doctora Haruno así que debo decirte que el de la doctora Tsunade es el que hay que seguir-intervino Gaara.
-No es lo que le preocupa doctor Sabaku No...le preocupa que el ego de la doctora Haruno se resienta si hiere sus sentimientos ¿me equivoco?
-No, eso no es verdad-respondió sintiéndose en un apuro Ino.
-Porque me preocuparía que basaras tus decisiones clínicas en lo que la doctora Haruno pueda pensar sobre el tema.
-En ese caso voy a seguir su consejo. No me importa lo que diga esa pelirrosa- añadió fingiendo estoicidad.
-No es momento de bromas.
-¿No?
-No-dijeron al unísono el pelirrojo y la rubia mayor.
Fuera de la habitación, Tsunade preguntó a Gaara-¿qué pasa entre Haruno e Ino?¿un flechazo?¿un flirteo inocente?¿o es que Haruno ha cruzado la línea?
Gaara se puso nervioso-sé que le gusta, pero no me imagino a Sakura haciendo eso.
-Aja, yo tampoco creía que tú fueras tan imbécil como para liarte con un residente, pero me equivoqué.
-Ahora solo hago punto. Además estoy pensando en salir con un veterinario.
-Sabaku No ¿de verdad crees que me importa?
-No.
-Bien, puede que no seas tan imbécil.
Tras un mostrador, Gaara y Sasuke comían helado de caramelo en una tarrina. Sakura llegó.
-¿Qué tal Ino?, Tsunade no le pondrá el aparato ¿verdad?
-Ya que la mencionas...Ino es una paciente, no puedes enamorarte de ella-dijo Gaara.
La chica no lo miraba, parecía concentrada en el melocotón que se estaba comiendo.
-A ti te gusta un veterinario-dijo Sasuke como si fuera lo más espantoso del mundo.
-Estoy considerando la posibilidad de salir quizá con un veterinario.
-Lo que yo decía-dijo y se fue.
-Me parece que a Tsunade no le ha gustado lo tuyo con Ino, deberías tener cuidado-dijo antes de irse también.
En el ascensor, Gaara se encontró con Naruto a solas.
-Hola-saludó el de ojos turquesa.
-¿Qué hay?
-¿Has recogido a Akamaru?-preguntó el pelirrojo.
-Si, ya está en casa.
-Parece que está mucho mejor.
-Si, eso parece. ¿Qué tal el día?
-Genial.
-Bien.
-El veterinario me preguntó si...
-¿Qué?¿qué te preguntó?
-Que si estamos juntos. Le dije que para nada.
El ascensor se detuvo y se bajaron-que tengas un buen día Gaara.
-Lo mismo digo Naruto- y se fueron por caminos distintos.
Están preparando a Ino para que pueda llevar el aparato portátil, pero de pronto la chica empieza a sentir la falta de oxígeno y le da taquicardia. Jiraiya, Gaara y Tsunade se encargan de ella.
Sakura y Sasori charlaban en la habitación de una paciente.
-Cuéntame cosas-dijo la chica.
-No empieces otra vez.
-No empiezo nada. Solo pienso que te divertirías hablando conmigo, tu mejor amiga.
-No estás en el colegio-dijo el pelirrojo en voz baja.
-No cuchichees como las viejas, si quieres decir algo, dilo.
-La última vez que me dijiste eso todo salió fatal.
-¿Estás enfadado conmigo por lo que te pasó con Gaara?
-Si.
-Te dije que le dijeras lo que sentías, no que te metieras en su cama.
-Me da igual. ¿Por qué me lo dijiste?¿fue para humillarme?
-¡No!
-Sabías que no estaba enamorado de mi. ¿Qué amigo hace eso?
-¡No querías oírlo!
-Si, si.
-No querías oírlo, querías seguir queriéndolo. No me escuchaste. ¡Conocías los riesgos!¡sabías que estaba enamorado de otro!, no digo que lo que hizo estuviera bien, ¡no!¡no estuvo bien!¡solo digo que deberías responsabilizarte, es absurdo!
A la paciente le dio un ataque y dejaron de discutir.
Por fin Ino se estabilizó de nuevo, gracias a la intervención de la legendaria perdedora.
Gaara la auscultó-ya estás bien Ino.
-Gracias a que la doctora Tsunade estaba aquí. Ya se lo agradecí una vez, pero merece que se lo agradezca otra-el pelirrojo se sentó al borde de su camilla.
-Ya sé que no te conozco bien...
-¿Quieres hablar conmigo de Sakura?
-Si.
-¿Por qué lo desapruebas?
-No, no tengo la menor intención de echarte ningún sermón. Porque los sermones no tienen nada que ver conmigo y soy el menos indicado. Pero esto entre Sakura y tu es...hay normas estrictas sobre los médicos que salen con pacientes.
-Conoces a Sakura bien ¿no?, ¿tú crees que si yo le dijera 'eh, ya sabes que esto va a perjudicar tu carrera creo que no deberías venir aquí más a verme', tú, tú crees que eso le afectaría?. Lo cierto es, que he sido una persona saludable hasta que dejé de serlo. Durante este año-dijo emocionada-he tenido mucho tiempo para estar tumbada en la cama pensando en mi vida. ¿Y sabes qué recuerdo más?, pues todas las cosas que se supone que no debía hacer e hice de todos modos. Escúchame Gaara, la vida es demasiado corta para cumplir esas malditas normas.
El pelirrojo sonrió.
Sai estaba en su consulta. Recogía sus cosas dispuesto a marcharse. Cuando escuchó sonar la campanita que había sobre la puerta.
-Está cerrado-dijo antes de girarse y descubrir que se trataba de Gaara.
-Hola.
-Creía que estabas haciendo punto.
-Y así es, pero también salgo contigo. Si aún quieres. Debí haberte llamado, iba a hacerlo, pero...
-No, no, no. No llames-se acercó a el-nunca llames, prefiero que vengas.
-De acuerdo-sonreía tontamente sin poder evitarlo desde que había llegado.
-Vale, pero hoy no puedo. Tengo que hacer una cosa.
-Puedo ir contigo.
Fueron a un establo de caballos.
-No creo que tarde mucho, podemos cenar después.
-¿Después de?
-Después de que para.
-¿Va a parir una yegua?
-Si.
-¿Eso tenías que hacer?¿ayudar a una yegua?-se asomaron por la valla y vieron al caballo tumbado sobre heno.
-Si, podría habértelo dicho antes, pero...no quería que volvieras con tu jersey- Sai cruzó la valla-puedes esperar aquí.
-¿Esperar aquí?-parecía una ofensa oír eso.
-Es para que no te manches mucho.
-¿Estás de broma?, quiero ver el parto-dijo y fue con el, que alucinaba con su actitud.
Cuando quisieron darse cuenta, ya el potrillo estaba con su madre. Ambos miraban absortos al otro lado de la valla el producto de su intervención.
Sai miró a Gaara-¿es bonito eh?
-Si, precioso.
Volvieron a la consulta del azabache e intentaron limpiarse.
-Lo siento.
-¿Por qué?, todo ha salido bien- Gaara se había divertido a pesar de que aquello salía de sus costumbres.
-No ha sido una cita, me has acompañado. Ahora podemos ir a mi casa a cenar-sin rodeos-está en el piso de arriba.
-A tu casa.
-Bueno, si te apetece.
-Si. No, bueno, no. Si. Si quiero, pero no-estaba muy nervioso.
-¿No quieres?
-Si, bueno no. No, no. No lo sé.
Sai se sentó-bien, veamos, hay dos opciones. Puedes subir a mi casa, quitarte la ropa, ducharte y ponerte una camiseta mía mientras yo hago la cena. Esa es la primera opción. La segunda opción, es irte. Deberías optar por la primera porque esa implica que te desnudes en mi casa, pero es algo egoísta.
-Te comunico que absolutamente nada de lo que me digas conseguirá que vaya contigo a tu casa-dijo Gaara serio-me ha ofendido que pienses que me iría contigo- Sai se levantó y anduvo hacia el-y debes saber que soy casto. En éste momento así que...
-Cállate-sus caras estaban a pocos centímetros y el rubor subió a la cara del pelirrojo.
-De ningún modo voy a acos...tarme contigo.
-Si escoges la primera opción, no me acostaré contigo de ninguna manera.
-¿Ah no?
-Lo prometo, ni intentaré besarte.
-¿Por qué no?
-Gaara.
-¿Qué?
-Escoge la primera.
Un sabio dijo una vez, puedes tener lo que quieras si sacrificas todo lo demás. Quería decir, que no hay nada que no tenga un precio. Así que antes de luchar, más vale que pienses cuánto quieres perder.
Ino se paseó por el hospital y fue a ver a Sakura.
-Lo lograste.
-Lo he conseguido-dijo Ino, que parecía muy feliz.
-¿Estás bien?
-Mucho mejor que bien. Fíjate-señaló los aparatos que la rodeaban y llevaba en plan mochila-pilas de tamaño normal, cables de colores. Solo lo llevan los pacientes más elegantes del hospital ¿sabes?
-¿Enserio?, parece de la temporada pasada-la rubia se acercó a ella y se abrazaron-medimos casi lo mismo.
-Lo sé.
Tsunade llegó y las vio desde el umbral de la puerta.
A menudo, perseguir lo que deseas, significa renunciar a lo que sabes que es correcto. Dejar entrar a alguien, significa tener que derrumbar los muros que has construido durante toda tu vida.
Sai abrió la puerta de su consulta, Naruto llevaba a Akamaru en brazos.
-Cuando llegué no había comido en todo el día-dijo preocupado.
-Trae- Sai cogió al perro en brazos y se lo llevó adentro. Naruto le siguió.
Claro que los sacrificios más difíciles son los que no vemos venir.
Gaara bajaba las escaleras, con solo una camiseta algo grande del azabache y el cabello mojado. Naruto se le quedó mirando con sorpresa también evidente en el rostro del pelirrojo.
-Hola-atinó a decir cuando se recuperó.
Naruto apartó la mirada con molestia-hola.
-¿Otra vez está malo?
-Si-dijo y entró con el otro en la consulta.
Sasori, por su parte, volvió a casa con sus amigos.
Cuando no tenemos tiempo de pensar una estrategia, de apartarnos o de calcular las bajas, cuando eso pasa, cuando la batalla nos escoge a nosotros y no al contrario, el sacrificio puede llegar a ser mayor de lo que podemos soportar.
Continuará...