Perdiendo la fe
La operación de Ino es un éxito, pero les hacen ir a todos frente a Jiraiya por la mañana.
Estaban unos junto a otros, formando una hilera en el despacho. Sakura iba en cabeza y fue la primera en hablar-yo corté los cables.
-No es cierto-dijo Gaara- yo corté los cables.
-No, fui yo, yo corté los cables-dijo Sasori y dio un empujón con el codo a Sasuke que estaba a su lado.
-No, yo corté los cables-dijo con un nudo en el estómago.
-Yo no hice nada, soy inocente-dijo Kiba.
-Kiba...-reprendió el de ojos aqua.
Y todos se pusieron a echarle la bronca, pero hablaban a la vez y era imposible entender lo que decían.
-¡Callaos ya!-ordenó Jiraiya- sé quien lo hizo así que más os vale confesar. ¡Lo sé!
-Con el debido respeto-dijo Sasori- si lo supiera no lo preguntaría.
-Hice lo que...
-Usted tiene sus sospechas, pero...-interrumpió Gaara a su amiga que ya iba a empezar a cantar-no lo sabe con certeza.
-No está seguro-dijo Sasuke.
-Y no puede culparnos sin pruebas-dijo Sasori- señor.
-Uno de vosotros ha comprometido la vida de un paciente- Jiraiya se levantó de su silla y apoyó las palmas de sus manos sobre la mesa-¡uno de vosotros ha robado un órgano!¡uno de vosotros ha hecho peligrar la integridad de éste hospital y de los trasplantes!¡vais a decírmelo y vais a decírmelo ahora mismo!-silencio absoluto-muy bien-se sentó de nuevo. Todos iban a irse, pero el peliblanco volvió a hablar-se acabaron las operaciones. No pisareis el quirófano ni mirareis desde la galería, y no os acercareis a la planta de cirugía. Hasta que alguien confiese, los cinco compartiréis una misma paciente, pida lo que pida, los cinco se lo daréis. Fuera de mi vista.
Fueron a la planta de abajo.
-Voy a subir a decírselo, le diré que fui yo-dijo la pelirrosa.
-¿Y que te echen del programa?-Gaara no estaba de acuerdo-vas a tener la boca cerrada-miró a Kiba- ninguno dirá ni una sola palabra.
-Y una mierda no voy a delatar-dijo el castaño-has dicho que teníamos que apoyar a Sakura- miró a Gaara que le fulminaba con la mirada.
-Lo siento-dijo la chica-y te agradezco mucho lo que has hecho por Ino.
-Cierra el pico, yo solo quería ayudar en el trasplante. Me importa un huevo Ino y espero que te echen a patadas.
-Eh, estamos juntos, hemos sido todos, no hay víctimas, es...estamos juntos-dijo Sasuke que parecía el más afectado con el castigo del jefe-mierda...
-Gracias-dijo Sakura sorprendida.
-De nada.
-No es para tanto-intervino Sasori- la paciente que nos han asignado es una niña con cáncer, hay que darle todo lo que nos pida, no será tan difícil.
-Más de lo que pensáis- dijo Tsunade que llegó de pronto-esa chica desea un baile, el mejor baile.
Con la ayuda de dos amigas de la paciente, se encargan de organizarlo.
-No me gustaban los adolescentes ni cuando yo lo era-dijo Sasuke amargado a su mejor amigo, mientras veían a Sasori tomar notas de lo que las chicas le decían y Kiba enumeraba con los dedos.
-Yo iba siempre de negro. Si, hasta llegué a teñirme el pelo. Nunca me hubieras visto en un baile.
-Uf, mi madre me obligó a ir.
Sakura fue a ver a Ino.
-Estás...dios estás guapísima- dijo en cuanto puso un pie en la habitación-dicen que cuando trasplantan un órgano los pacientes se recuperan enseguida, pero verlo así...
-Mis manos están calientes-dijo la rubia-nunca las había tenido por mi mala circulación-tendió la mano a la otra-toca-lo hizo-manos calientes, fíjate. Mi corazón late.
La pelirrosa rió-si, así es. Tengo que irme, me quedaría, pero si Tsunade me ve aquí me...el jefe quiere que hagamos un baile de fin de curso y tú estás...uhhh Ino- dijo con el puño en alto-y bueno...me voy.
-¿Qué?
-¿Ah?
-¿Te gustan las tías enfermizas?¿no te van las sanas?
-Tú eres quien me gusta.
-¿Y por qué estás tan nerviosa?
-No lo estoy-dijo y agachó la cabeza.
-¿Porque te pedí que te cases conmigo?
La miró-no lo has olvidado.
-Esas cosas no se olvidan.
-Si...oye Ino ahm, puedes echarte atrás-dijo restándole importancia.
-¿Disculpa?
-Que puedes desdecirte. Creías que ibas a morirte y yo te estaba salvando la vida y ya sabes todo era tan...no podemos casarnos. Me parece una locura, enserio. Deberíamos salir y acostarnos. Muchas veces. Cuando tu corazón mejore y salgas del hospital nos dedicaremos al sexo. Pero el matrimonio...el matrimonio...
-Está bien, ahora me toca a mi.
-Tengo que...
-No, no, no. Es mi turno, me parece más educado y así no tengo que gritar. Cuando te toque vuelves a hablar- Sakura se puso seria dispuesta a escuchar-llevo cinco años viviendo en manos de los médicos. Esos que me abren el pecho, deciden mi vida. No he tomado decisiones propias. Y ahora tengo un corazón, que late y funciona. Ya puedo ser como los demás. Puedo tomar mis propias decisiones. Mi vida me pertenece. Puedo hacer todo lo que me de la gana-se iba emocionando por momentos-ésta es la mejor parte. Escúchame atentamente, lo que elijo, eres tú. Eres con quien quiero despertarme y acostarme...y todo lo que hagamos entre medias. Estoy decidiendo ahora. Si tengo que elegir, te elijo a ti Sakura Haruno. Bien, te toca a ti otra vez.
La pelirrosa solo la miró unos instantes y se marchó.
Gaara paseaba distraído por los pasillos cuando se chocó con Sai.
-Ah, hola.
-Te llamé al móvil anoche.
-Ahm...ah es que es una historia muy larga que termina con invitarte a que vengas al baile conmigo.
-¿Un baile de verdad? ¿con pajaritas y trajes largos?
-Si, sé que es absurdo, pero...
-No, a mi me gustan. No quiero alardear, pero me eligieron rey.
-¿Enserio?¿eras esa clase de chico?-no podía contener la risa.
-¿Qué tiene de malo que te coronen?
-Nada, es que lo encuentro gracioso.
-¿Hola?-dijo Sai y le besó en la mejilla. Haciendo que el otro se riera más.
-¿Qué haces aquí?
El azabache cambió el semblante- Akamaru tuvo un ataque anoche...muy grave. El cáncer le ha llegado al cerebro. Lo siento.
Naruto estaba mirando el tablón concentrado, cuando Iruka se acercó a el.
-Ya firmé-dijo a su espalda, haciendo que el otro se girase a mirarlo con cierto interés-ya puedes pelear por el.
-¿Has firmado el divorcio?-alucinaba.
-Ayer, pero se lo di a mi abogado ésta mañana.
Por primera vez, Naruto sintió deseos de besarle-¿no es coña?
-No. No puedo seguir nadando contra la corriente Naruto, por mucho que me atraiga lo que hay al otro lado-el rubio sonrió-pero seguiré trabajando en éste hospital-aclaró.
Naruto salió corriendo feliz por los pasillos.
Jiraiya, para averiguar quien es el culpable de lo de Ino, se propone hablar con cada uno a solas. Empieza por Kiba en la sala de juntas.
-Fui a estudiar con una beca de deportes-el castaño estaba muy cómodo, a pesar de que aquello era una especie de interrogatorio-jugaba al béisbol, al baloncesto, pero adoro el fútbol.
-¿Qué coño tiene que ver el fútbol con cortar unos cables?
-Para empezar, te metían en un equipo que no te gustaba. Nadie te caía bien. Odias su forma de jugar. Hasta el quarterback era una mierda. Y lo que más le jode al quarterback es que te parezca una mierda. Pero...es tu equipo. No lo dejas. No hablas con la prensa. No insultas al entrenador. Solo vas allí los domingos y te pones a bloquear y coges el balón e intentas ganar. Vas al campo, te cambias de ropa y juegas porque es tu puto equipo.
Turno de Sasuke.
Jiraiya comenzó-te conozco, eres un yonqui de la cirugía.
-Si señor-estaba tenso.
-Te lo advierto, no va a resultarte fácil no pisar un quirófano.
-No señor-admitió.
-Si quieres volver a operar, tendrás que contarme lo que quiero saber.
-Es verdad. No me va a ser fácil no poder operar, tampoco es fácil estar frente a usted o frente a otra autoridad, ni lo es darle la respuesta exacta que usted desea escuchar. Soy el que tiene las respuestas, siempre lo he sido. Pero ahora mismo señor, no las tengo.
-Doctor Uchiha...
-¿Cómo puede ser así?, porque le observo. Lleva en esto mucho tiempo y es riguroso- Jiraiya se movió en la silla, orgulloso de si mismo-está concentrado, firme, no le afecta nada y lo cierto es que yo era así. Hasta que llegué aquí. Hasta que empecé a trabajar y ahora todo es caótico.
-Eso no viene al caso.
-Si, si que viene al caso. Porque no puedo decírselo. Lo que ocurrió en la habitación. No puedo decírselo y antes lo habría hecho. Ni culpas, ni lealtad, ningún problema. Hace tiempo...hace tiempo yo ni siquiera habría estado en esa habitación. No me habría involucrado. Tenía principios. Tenía principios y los he perdido. Y los necesito, quiero que vuelvan. Así que si puede decirme cómo es posible que no le afecte nada, sé que llegaré a ser un gran cirujano. Si pudiera decirme cómo lo hace, se lo agradecería mucho.
-Tengo las respuestas, pero no puedo contártelas. No seré el responsable de que pierdas tu humanidad. Puedes irte Uchiha.
Turno de Sakura.
-Soy guapa.
-¿Qué?
-No quiero presumir, es que es un echo. Me he ganado la vida gracias a mi aspecto. Sé que soy guapa. No es que tenga algo, es una belleza evidente.
-Doctora Haruno...
-La gente me ve así. No me ven inteligente ni interesante. Me ven guapa. Lo normal es que se marchen cuando me conocen. Pero llega Ino y quiere que nos casemos-sonrió.
-¿Por eso cortaste los cables?
-Ino hace que me sienta yo misma. Me hace sentir...como soy. Creo que me conoce. Así que si corté los cables, y no digo que lo hiciera, pero si fuera así, ya no me sentiría culpable. Y sé que debería y así sería si ella fuera otra. Lo único que siento es felicidad.
Turno de Sasori.
Jiraiya solo miraba al chico en silencio.
-¿No va a decir nada?-preguntó nervioso-no confesaré-más silencio-estoy volviéndome loco, pero no hablaré. No porque me de igual, porque me importa lo que piense de mi. Claro, no puedo decirle lo que quiere oír. Últimamente esa es la tónica de mi vida. Que no pueda hablar no significa que no quiera, tal vez lo desee mucho. Es frustrante, cuando tu cerebro te dice lo que deseas y luego eso en realidad nunca pasa. Es agotador y es complicado. Pero es la vida. Y la vida...es un asco.
Turno de Gaara.
-Te conozco desde hace mucho-dijo Jiraiya. El pelirrojo no le miraba-conozco a tu padre y a tu madre, y sé sin lugar a ninguna duda que tú no cortaste esos cables. Gaara, quiero que me digas quién lo hizo.
-He estado dándole vueltas en mi cabeza para intentar entenderlo. Pero está grave y solo podemos esperar lo peor. Lo saqué de allí para que no lo mataran, y ahora morirá de todas formas.
-¿Qué?
-Anoche estaba mal y no pude estar a su lado.
-¿Ino?
-Akamaru.
-¿Quién?
Cuando salió de la sala de juntas, un sonriente Naruto le abordó.
-Gaara...
-Sai dice que debemos tomar una decisión con Akamaru.
La cara le cambió, no solo por lo del perro, sino por el mencionado veterinario.
-Me alegro por Sai.
-¿Podríamos decidir esto juntos sin tener que discutir?
-Vale.
-Creo que debemos sacrificarlo.
-Haz lo que quieras.
-¿Y si llegara a recuperarse?
-Es imposible. Lo sabes.
-Sai cree que debemos hacerlo hoy.
-Si lo dice Sai- añadió molesto y se fue.
Sakura corrió a la habitación de la rubia.
-¡Ino!
Tsunade estaba con ella-las horas de visita han pasado, ya no eres su médico. Si deseas venir a verla, hazlo en horas de visita.
La pelirrosa se quedó en el umbral de la puerta, sonriendo-pero no puedo esperar.
-Haz lo que dice tu superior-dijo Ino.
-Me toca a mi.
-Si el jefe se entera de que has estado aquí...
-Espere...-dijo la paciente imaginando lo que la otra podía decirle-le toca.
-Si-dijo sonriendo y contagiando a la otra-la respuesta es si.
-Vas a pararme el corazón y me lo acaban de poner.
Sakura iba a acercarse, pero Tsunade no la dejó-llamaré a seguridad.
-Volveré en horas de visita. Hay un baile, te enseñaré mi vestido.
-Vale. Sakura, has hecho bien-le dijo antes de que se fuera. Tsunade no entendía nada-la he engañado para que nos casemos-le aclaró la otra rubia-¿a qué soy lista?
Gaara y Naruto fueron a la consulta de Sai.
-Tenéis que firmar estos formularios, solo uno de los dos-dijo tendiéndoles unos documentos.
Se ocupó el rubio.
-¿Cómo va a ser?-preguntó Gaara mientras acariciaba al perrito.
-Le pondré una inyección de terazol para dormirle y después otra de fenobarbital.
-Le parará el corazón-ya había firmado y también acariciaba al perro.
-Si.
-¿Y luego qué hacemos con su cadáver?-preguntó al rubio mientras Sai iba a por los medicamentos.
-Hay varios medios para deshacerse de el-indicó el azabache.
-Hazlo.
-No podemos tirarlo como si fuera basura- Gaara estaba a punto de llorar-es nuestro perro.
-Podemos enterrarlo donde vivo.
-¿Mirando al agua?
-Será el mejor lugar.
Gaara suspiró-¿listo?-preguntó Sai.
-Si-respondió y abrazó al animal que permanecía tumbado y Naruto le sujetaba la cabeza-lo siento mucho Akamaru.
-Yo también-dijo Naruto.
-Bien, adelante- Sai le inyectó en una pata.
-Tranquilo cariño-ya el pelirrojo lloraba y le hablaba con dulzura-no pasa nada- Naruto solo tenía ojos para Gaara y sujetaba al perrito.
-Ya está-informó Sai y el pelirrojo fue a coger su abrigo en el perchero- Gaara...
-Voy a casa a cambiarme. Te veo luego-dijo y abrió la puerta.
-Gaara- detuvo el azabache-lo siento, de verdad.
-Ya, aunque no ha sido mi perro durante tanto tiempo. Era más bien de Naruto.
-Gaara- dijo éste-era un gran perro.
-Lo era.
Noche de baile en pleno hospital. Se lo habían currado mucho. Los globos eran blancos y plateados. Había montones de luces y adornos.
Tsunade llevaba un sencillo vestido con flores estampadas, blanco y sin mangas, con algunas lentejuelas-estoy cansada para esto-dijo a Sasuke que estaba vestido de riguroso negro, camisa blanca y corbata azul oscuro.
Naruto también iba con traje negro, completamente, salvo la camisa blanca.
-Qué barbaridad-dijo percatándose de la gran cantidad de gente que había en el sitio y se acercó a la mesa de la comida
Sai se le acercó, vestía igual que el, pero en vez de corbata, llevaba pajarita-hola.
-Hola.
-¿Has visto a Gaara?
-Creo que...no ha llegado.
Entonces lo vieron bajar por las escaleras a la distancia. Iba con traje negro y camisa blanca con el botón superior abierto. Sin corbata, algo informal.
Sai fue a por el. Y Naruto contempló desde lejos como se saludaban afectuosamente.
Iruka se acercó, llevaba un traje negro, camisa blanca, pero una corbata roja. Se sirvió un ponche-todo esto me trae recuerdos traumáticos de cuando era el rarito empollón que ceceaba por la ortodoncia-entonces se dio cuenta de lo que miraba el otro-te dije que pelearas. No que le dejaras estar con ese-dio un sorbo a su ponche e hizo un gesto de disgusto, probablemente porque no llevaba alcohol al ser una fiesta para adolescentes.
-No puedo interponerme ahora que tiene una relación.
-Oh, vamos. Lo estás deseando.
Neji se les acercó en la mesa. Iba de negro completo. Camisa y corbata incluidas.
-¿No os sentís bichos raros sin llevar el uniforme de trabajo?-dijo y cogió un canapé.
-Ya te digo-dijo Iruka- añoro mi bata blanca.
Sasori iba de azul marino oscuro, camisa blanca y corbata a rallas. Buscó entre la multitud y se alegró de encontrar a Sasuke, del que no se separó.
Gaara y Sai bailaban, bajo la atenta y molesta mirada de Naruto.
-Eres más guapo que los del instituto-apuntó el veterinario.
-¿Es un cumplido?-Gaara sonrió.
-Puede...
-Parece un cumplido.
-Entonces si.
-Si, tal vez tengas suerte.
-¿Y cuánta suerte voy a tener?¿un poco de suerte?¿o suerte de verdad?, suerte de la buena.
El pelirrojo puso las manos en su nuca, mientras el otro las mantenía en su cintura-has sido muy paciente y te lo agradezco mucho.
-Cuando mi novio murió no sé que pasó que de repente dejé de hacer planes. Porque tenía planes, pero sufrió el accidente y los planes desaparecieron. Solo hago planes hasta la puesta de sol. Es todo el futuro que puedo asumir, y me parecía bien hasta ahora, pero...de pronto cuando te miro...maldita sea, se me ocurren un montón de planes. No te asustes.
-No me asusto. Tienes planes.
-Tengo planes.
Y se abrazaron. Entonces la mirada de Gaara y la de Naruto se cruzaron. Y el pelirrojo se separó de Sai.
-¿Estás bien?
-Si, tengo calor y claustrofobia. Voy a ir al baño a refrescarme un poco la cara. No tardo nada.
-Tengo que ir a ver a un paciente-dijo Naruto a Iruka y Neji que hablaban y comían a su lado-ahora vuelvo.
El pelirrojo corría por el pasillo y Naruto le pisaba los talones-¡Gaara!
-¡Déjame en paz!-gritó sin dejar de correr y entró en una habitación, pero el otro también-déjame en paz.
-Quiero saber si estás bien.
-¡No!-Gaara parecía refugiarse al otro lado de la camilla que había en medio de la sala-no estoy bien ¿vale?¿estás satisfecho?, no puedo estar bien, porque estás casado y me llamas puto y nuestro perro ha muerto. ¡Y estás mirándome!¡deja de mirarme!
-No te miro, no estoy mirándote-se acercó al otro.
-Si, estás mirándome y observándome. Sai tiene planes y me gusta. Es perfecto para mi, lo único que intento es poder ser feliz. ¡Yo no puedo respirar!¡no puedo respirar cuando tú me miras!¡deja de hacerlo!
-¿Crees que deseo mirarte?, pero no puedo evitarlo. Y para tu información, ya Iruka ha firmado los papeles, así que pronto mi divorcio será oficial y definitivo. ¡Tú me vuelves loco!¡me haces imposible sentirme normal!¡quiero dejarte que seas feliz con ese...veterinario, pero me pone enfermo pensar que te toca con sus manos!¡juro que daría lo que fuera para no mirarte!
Ambos se quedaron en silencio unos segundos. Asimilando lo dicho y escuchado. Hasta que Naruto llevó las manos al rostro del pelirrojo y lo atrajo hacia si, para besarle con deseo. Gaara se dejó llevar, y le pasó las manos tras la nuca, para profundizar el beso.
El rubio no podía dejar de besar aquella pálida piel que tanto había echado de menos. Le besó las mejillas, los párpados, enredó las manos en el cabello rojo que olía tan bien, acarició aquella espalda que se arqueaba con el placer de sus caricias.
Sus manos llegaron pronto a la cintura del menor. Se deshizo del botón y los pantalones cayeron levemente por su propio peso. Gaara se sentó en la camilla que tenía a su espalda. Respiraba con algo de dificultad porque apenas se había separado de los labios del otro. Estaba ruborizado por el calor del momento, pero su piel se erizó cuando la de Naruto rozó sus muslos desnudos.
Los pantalones cayeron al suelo. Y a tientas quitó la chaqueta al rubio. Naruto le quitó la ropa interior al que permanecía sentado y se posicionó entre sus piernas. Gaara no pudo contener un gemido cuando su hombría rozó la del otro, que seguía bajo la tela del pantalón, pero claramente pidiendo que la atendieran.
Naruto le desabotonó la camisa y empezó a descender por su torso desnudo, plantándole tiernos besos en toda la piel expuesta. El rubio le tiró suavemente del pelo hacia detrás, aprovechando que estaba rendido a sus caricias y le obligó a dejar su cuello plenamente visible y listo para su deleite.
Mientras lo besaba, sonreía. No podía evitarlo. Esa sonrisa zorruna tan suya no podía abandonar sus labios. Escuchaba los gemidos del pelirrojo entregándose completamente. Estaban hechos el uno para el otro y lo sabía. Lo supo desde que lo había conocido y se le acercó aquella noche en el bar. Lo supo desde que no fue capaz de decirle la verdad sobre su matrimonio en un primer momento por miedo a perderlo. Lo supo desde que aquellas orbes del color del mar paradisíaco se habían cruzado con las suyas.
Liberó su miembro aprisionado contra el pantalón. Gaara estaba excitado, lo había sentido y el también lo estaba. Levantó el rostro del pelirrojo, para que le mirase a los ojos y le penetró con suavidad, sintiendo como las manos del chico se aferraban con fuerza a su espalda. Había poca luz en la habitación, pero la suficiente como para ver el sonrojo en las mejillas de ambos y el brillo en sus pupilas.
Naruto abrazó su espalda mientras comenzaba a adaptarse a la estrechez del pelirrojo. La cabeza de éste reposó en su hombro, lo que le hizo sentir un escalofrío cuando la respiración del menor dio de lleno en su cuello. Y se entregaron al placer.
Sakura llevaba un precioso vestido color rosa. Se sentía como una princesa de cuento. Mientras bajaba las escaleras se encontró con Kiba que iba de subida.
-¿Has quedado?-preguntó ella con los tacones plateados en la mano.
-No, es una horterada, sería un desperdicio-a pesar de no estar feliz con el baile, iba trajeado con su corbata y todo-¿vas a entrar?
-Si, pero voy a ver a Ino- cuando llegó a la planta baja se puso los tacones.
-Vale.
Ino leía una revista en su habitación tranquilamente. Cuando de pronto empezó a sentirse mal. En unos segundos, su cabeza cayó hacia atrás sobre la almohada y se quedó con los ojos abiertos mirando a la nada. La máquina a su lado, comenzó el pitido inalterable del paro cardíaco.
Sakura subió en el ascensor, emocionada.
-¿Qué significa ésto?, dime-dijo Naruto, mientras terminaba de vestirse después de la deseada sesión de sexo.
-Llevaba unos boxers negros ¿los has visto?-preguntó mientras miraba el suelo.
-¿Qué significa?
-Ponte bien la corbata, la llevas torcida.
-Gaara. ¿Qué significa?-se plantó frente al otro.
La puerta se abrió y Neji apareció por ella. Incómodo ante el extraño aire de tensión que se respiraba allí. Se dirigió al pelirrojo-la enfermera dice que te des prisa. Es Sakura- Gaara ni miró atrás y salió, pero Neji lanzó una mirada a Naruto- tienes la bragueta abierta Uzumaki.
Sasori y Sasuke llegaron corriendo también a la habitación de Ino.
Encontraron a su amiga tumbada en la camilla con la rubia. Abrazándola con fuerza.
-Sakura...-dijo Sasuke.
-Ha sido un derrame-habló la chica sin mirarles si quiera. Apoyaba la cabeza en el pecho de la otra-era propensa a los coágulos. Quizá se formó en sus suturas y fue al cerebro. Tardaría un segundo.
-Sakura...-ahora sonó la voz de Gaara.
-La cirujana hizo un trabajo excelente. Pero no pensó en los coágulos. Ha muerto sola-hablaba en voz baja, pero audible, como si fuera para ella misma-yo no estaba.
-No podías hacer nada-defendió Sasori.
-Me he cambiado de ropa tres veces. Quería estar guapa. Pude llegar antes, pero no sabía que vestido ponerme-tenía los ojos acuosos, pero las lágrimas no le salían.
Sasori se le acercó- Sakura, tenemos que irnos.
-Si-secundó Gaara- tienen que...tienen que llevársela.
-Al depósito-concluyó la chica.
Sasuke también se acercó-no puedes quedarte aunque quieras.
-Dejadme, por favor, salid de aquí-suplicó-quiero estar con Ino.
-Sakura, ya no es Ino- Kiba también había aparecido.
-Calla.
-Sakura- se acercó a ella-ya no es Ino. Cuando su corazón dejó de latir, dejó de serlo. Ya sé que la querías, pero ella también a ti. Alguien que te quería tanto no desearía que te hicieras esto, porque ya no es Ino. No es ella.
Parecía divagar-hacía unas horas que me lo propuso. Y ahora...ahora se va al depósito. ¿No es ridículo?¿no es la gilipollez más absurda que jamás habéis oído?-estalló en llanto.
-Vamos- Sasori la cogió en brazos, la apartó y se sentó con ella llorándole en el hombro.
En la fiesta, Jiraiya buscaba a los internos seguido de Tsunade. A Sakura en particular. Naruto ya estaba con Iruka y Sai.
-Jefe-advirtió Tsunade. Puesto que apareció la pelirrosa, seguida de sus amigos. Todos con malas caras.
La chica se detuvo al llegar a su lado-yo los corté. Yo corté los cables. Lo hice sola, no me ayudaron. Creía...que era cirujana, pero...no-tenía los ojos verdes rojos e hinchados-creía que si, pero no lo soy. Abandono-concluyó.
-¡Sakura!-intentó detener Tsunade, pero la chica siguió su camino y se marchó. Sus amigos la siguieron cual guardaespaldas.
-Creo que se acabó la velada-apuntó Iruka.
-Eso creo-dijo Jiraiya.
Sai siguió a Gaara. Naruto también.
Ambos le llamaron y el pelirrojo detuvo su avance detrás de los demás.
Las orbes turquesa miraron a ambos. Sai parecía comprender que entre los otros dos había algo también. Y el rubio y el azabache esperaban su silenciosa decisión.
Continuará...