Tierra de nadie
Intimidad, es una palabra que significa: aquí están mi corazón y mi alma, pícalos hasta hacer una hamburguesa, y disfrútalos. Es algo deseado, y temido. Es difícil vivir con ella. E imposible vivir sin ella.
La intimidad, también está ligada a tres cosas en la vida. Los parientes, el amor y los compañeros de piso. Hay cosas de las que no puedes escapar. Y otras que no quieres saber.
4:30 AM. Preparándose en los vestuarios para empezar sus rondas y acabarlas antes de las 5:30 o Tsunade les arrancaría la cabeza, cual Mantis religiosa.
-Espero que me toquen buenos pacientes-dijo Gaara mientras se colocaba la bata blanca de pésimo humor-ayer tuve dos con colostomía que necesitaban cambiar de bolsa cada quince minutos.
-Yo estoy en cirugía-añadió Sasuke- hoy es mi día.
-¿En cual?
-No te lo digo.
-Dímelo.
-No, yo no soy el interno que se tira a un residente-dijo mientras empezaba a escabullirse.
Gaara le siguió hasta la puerta-¡yo no me estoy tirando ha...!...qué madrugador- Naruto había aparecido en la puerta, y tuvo que callarse, pero empezó a andar a su lado por el pasillo, rumbo a alguna parte.
-Tengo una cordotomía, saldré a las seis, podríamos desayunar juntos antes de tu ronda-dijo el rubio mientras bebía de su vaso de leche caliente.
-Ya he desayunado-no podía evitar ser borde con ese chico. No es que no le gustara, al contrario, pero le gustaba más ser médico, y eso era meterse en camisa de once varas.
-¿Y qué tomas?-Naruto empezó a andar de espaldas, para mirarle a la cara, sin importarle si se podía chocar con alguien o algo.
-No te importa.
-¿Tomas cereales?¿o te gusta la fruta y la fibra?-se rió de su último comentario-tortitas ¿te gustan?.
-Un sándwich de queso de ayer ¿he satisfecho tú curiosidad?
-Por dios, es patético, un buen día comienza con un buen desayuno-otro sorbo de leche.
-No voy a quedar contigo en el hospital ¿entiendes? no es profesional-habían llegado a un mostrador, donde se encontraban bastantes personas a su alrededor.
-Necesito conocer a mis internos-dijo Naruto bajando el tono de voz.
-Te acostaste conmigo.
-No te conocía.
-Y así debe quedar.
-¿Quieres que sea profesional? pues lo seré-se puso serio.
-Eso quiero-era como domar un cachorro.
-Será lo que tengas.
-Llegas tarde a tu cordotomía- el rubio miró su reloj.
-¡Encantado de hablar con usted!-dijo en voz alta frente a los empleados del hospital y se marchó, echándole un último vistazo a Gaara, que también se dio media vuelta y se fue por su lado.
-¡Gaara!-un nervioso Sasori le abordó en uno de los pasillos-necesito que pongas normas en la casa.
-¿Y eso a qué viene? si seguro os las pasáis por el forro.
-¡Sakura entró en el baño cuando yo me estaba duchando!¡desnudo!
-Si te bañaras vestido si sería algo preocupante-dijo el pelirrojo mayor con una sonrisa.
-Es enserio, yo estaba desnudo y ella entró en ropa interior.
-¿Y qué quieres?¿qué dicte que podemos ir en ropa interior un miércoles sí y el otro no?¿o que puedas ver sujetadores pero no panties?
-La cuestión no es los centímetros de piel...debes hacer algo, es tú casa-se le notaba muy incómodo.
-Es la casa de mi madre, y según como la mires, Sakura no es tan fea ¿o sí?
-Gaara...
-¿O es que Sakura te gusta? es por eso, estás colado por ella.
-No, ¿Sakura?, no, no me gusta Sakura, ¿Sakura?, no...es, no es ella la que me atrae-se rascó nervioso la frente.
-¿No es ella?, pero hay alguien-bingo, estaba claro que Sasori sentía algo por alguna persona. Esperaba que no fuera por él, como se temió en primer momento.
-Eso no te...¡hay que imponer ciertas normas!
-Akasuna No, Sabaku No, id a buscar a Inuzuka y luego a trauma-les dijo Tsunade nada más cruzar unas puertas- Uzumaki os necesita.
Sasori fue en busca de Kiba.
-Está en cirugía-dijo Gaara a la mujer rubia.
-Le entretuvieron antes de empezar-fue la simple respuesta de la legendaria.
El caso. Unos clavos en el cráneo de un hombre por un accidente laboral.
Mientras Gaara vigilaba al paciente, Kiba y Sasori se informaban sobre el procedimiento que tendrían que seguir para la operación.
-Así que, Sabaku No y Uchiha andan en ropa interior por casa...-dijo el de cabellos castaños, a la vez que seguía con lo suyo.
-Bueno, no siempre, solo a veces ¿sabes?, pero...no siempre claro- Sasori se avergonzó. No es que él estuviera pendiente, eran hombres, como él, solo le incomodaba Sakura.
-¿Ropa ceñida?-cuestionó.
-Si...bueno...
-¿Y les miras?
-Bueno...si, somos todos iguales.
-Como hermanos.
-No ¿qué?, no como hermanos-fingió reírse-no pienso en ellos como hermanos.
-Pero no se te insinúan.
-Bueno, no...-añadió decepcionado.
-Creen que no vas a hacer nada.
-Si, pero...
-Como hermanos, igual que hermanos-dijo y le lanzó una mirada de suficiencia, a la vez que el otro se quedaba absorto mirando a la nada, como si se diera cuenta de lo triste que era su vida.
Ojalá hubiera un reglamento para la intimidad. Una guía, donde se explique, cuando se traspasan los límites. Estaría bien saber cuando lo haces. Aunque no sé si podrías lograrlo. Intimas cuando te lo permiten. Y sigues, mientras te dejan. En cuanto a las normas, quizá no haya ninguna. Quizá sea uno mismo, quien tenga que definirlas.
Gaara se levantó adormilado. Llevaba puesto un calentito pijama de Snoopy y unas pantuflas de hipopótamos, en la que a uno le faltaba un diente. Arrastró los pies hasta la puerta de entrada, puesto que hacía unos minutos que alguien había llamado.
Abrió.
-Hola- Naruto le sonrió en cuanto se dio cuenta de quien estaba frente a él.
-Doctor Uzu...
-¡Naruto!-interrumpió-estoy en la puerta de tu casa, soy Naruto, nada de doctor.
Gaara por fin fue consciente de la realidad y semicerró la puerta, dejando ver solo su cabeza-¿qué haces aquí?, son las 7:30 de la mañana-había bajado el tono de voz-¿y en qué estás pensando? no vivo solo...
-Vine a buscarte para desayunar juntos-se llevó las manos detrás de la cabeza y sonrió ampliamente.
-Ya te dije que...
-Me quedaré en tu puerta entonces-dijo sin quitar la sonrisa.
-Esperame en el coche-se rindió por fin y cerró.
Subió las escaleras a trompicones y entró en su dormitorio. Con rapidez asaltó su armario y empezó a tirar prendas de ropa a la cama.
-¿Qué demonios es esto?-preguntó Sasuke cuando una horrible camiseta estilo hawaiano le cayó sobre la cabeza, despertándolo.
-Naruto ha venido a buscarme para ir a desayunar juntos, me está esperando en el coche ¿te lo puedes creer?, ese cabeza de chorlito...
Sasuke se sentó en la cama, sujetando la espantosa camisa y sonriendo-¿tú príncipe azul ha venido a buscarte?
Gaara le lanzó una mirada de 'no me toques las narices' y siguió buscando histérico-¡no sé qué ponerme!¡ayúdame!
Al final entre los dos habían seleccionado un pantalón vaquero, una camisa blanca, una camiseta negra y unas deportivas.
-¿Cbres qgue debga id?-preguntó Gaara con el cepillo de dientes en la boca.
-Pues claro-el azabache se había animado y sonreía apoyado en el marco de la puerta del baño, con los brazos cruzados-además, por más que digas, te encanta que haya venido hasta aquí a por ti.
-No me encanta-dijo después de escupir la pasta en el lavamanos.
Corrió escaleras abajo.
-¡Buenos días Gaara!-intentó interceptarle Sasori, pero el otro pelirrojo le pasó de largo y salió de la casa.
-¿Dónde va?
-Tiene una cita en palacio-dijo Sasuke en lo alto de las escaleras y se rió estridentemente.
Gaara entró en el coche que estaba estacionado frente a su casa, como una exhalación-¡arranca!-dijo a la vez que se agachaba para que no se le viera por la ventanilla y se ponía unas gafas de sol.
El rubio obedeció con esa sonrisa suya en los labios-¿y los paparazzi?
-Toda precaución es poca.
-No nos van a ver, tranquilo.
-Parece que esto te divierte...¿a dónde me vas a llevar?
-Tranquilízate, está algo lejos, dudo que nos vea nadie conocido.
-¿Estás completamente seguro?-dijo Gaara incorporándose por fin y poniéndose el cinturón de seguridad.
-Pues no, pero suelo ir a ese lugar y nunca me he encontrado con nadie que conozca-se rió.
El pelirrojo no estaba nada convencido, pero ya estaban en camino. No iba a echarse atrás. Además Sasuke estaba en lo cierto, le encantaba que el rubio lo hubiese ido a buscar, aunque le molestara reconocerlo. Entonces se dio cuenta de donde estaba sentado.
-¿Tu coche es un jaguar?-cuestionó sorprendido.
-Un jaguar XK para ser más precisos-añadió el otro orgulloso.
-Estás forrado...-eso era perfecto, ahora se sentía mucho peor...
-No te creas-dijo divertido-pero adoro este coche.
Llegaron a una sencilla cafetería, cercana a una hermosa fuente y se sentaron en una de las mesas de la terraza. El día estaba siendo espléndido e invitaba a desayunar al aire libre.
-¿Qué vas a pedir?-cuestionó el rubio en cuanto tuvieron la carta en la mano.
-Mmm.
-Aliméntate bien, estás muy delgado- a pesar de que el otro llevaba todavía las gafas de sol, estaba claro que le había lanzado una mirada de reproche.
-No me sermonees...¿tú qué vas a pedir?
-Pues...huevos fritos, beicon, salchichas, un par de tostadas y un gran batido de chocolate.
Gaara se quedó callado. ¿Todo eso se metía en el estómago el rubio?¿cómo alguien así podía conservar ese cuerpazo?
-Entiendo-dijo a la vez que devolvía las orbes turquesas a la carta del menú-haces ejercicio.
-Para nada, es que tengo un metabolismo estupendo-rió sonoramente, y algunos de los de alrededor le miraron. Haciendo que Gaara se revolviera incómodo en su asiento.
-Deja de llamar la atención-ordenó molesto.
-Nadie repara en ti, se fijan en el guaperas que va contigo-le guiñó un ojo y se acomodó en la silla.
-¿Te dolió mucho?-preguntó Naruto a Gaara en cuanto ordenaron el desayuno a un camarero, y le señalaba el tatuaje en kanji de su frente.
El pelirrojo instintivamente, se tocó la zona-no...apenas me acuerdo, me lo hice con dieciséis años, pasaba una época rebelde.
-¿Por qué 'amor'?¿fue por alguien?
-Por amor a mí mismo-el chico rubio se sorprendió-mi madre trabajaba mucho y apenas pasaba tiempo conmigo, mi padre nos había abandonado, harto de que mi madre solo tuviera tiempo para su trabajo, he pasado la mayor parte de mi vida solo, conmigo mismo, si no me quería yo, no lo haría nadie, esto me lo recuerda-su mano volvió a posarse en la piel de su frente.
-Yo estoy pensando en hacerme uno-añadió el otro, tal vez viendo que la última revelación había sido dolorosa para el pelirrojo-por el ombligo, una espiral o algo así ¿qué opinas?
Volvían a estar frente a la casa de Gaara, con el motor del coche apagado.
-Gracias por invitarme, pero la próxima vez que se te ocurra otra locura como la de presentarte en mi casa, avísame antes para estar preparado-se quitó las gafas de sol y le echó una mirada de advertencia.
-Pero si estabas adorable con el pijama de Snoopy- se carcajeó, pero Gaara se ruborizó.
Iba a salir, pero una mano del rubio en su brazo le detuvo-espera...
Uzumaki empezó a acercarse a él. Su corazón comenzó a latir con mucha fuerza. Era incomprensible que su cuerpo fuera capaz de reaccionar de esa manera, solo por la presencia de otro ser humano. Nunca había sentido una cosa como aquella. Por nadie.
El rostro de Naruto cada vez estaba más cerca del suyo. Por inercia cerró los ojos, y entreabrió los labios. Notaba el aliento del otro sobre su pálida piel. Ansiaba sentir los labios del rubio sobre los suyos, pero eso no pasó.
Lo sintió alejarse y colocarse adecuadamente en el asiento del conductor. Mientras él seguía esperando un beso, como en trance. Tonto...
-Nos vemos en el hospital-dijo Naruto, haciendo que abriera por fin los ojos y su estado de ánimo descendiese a niveles alarmantes.
Se bajó del auto y entró en su casa como una ráfaga, cerrando tras de si la puerta con un portazo.
Continuará...