El corazón de la materia
En la vida solo hay algo seguro aparte de la muerte y los impuestos. Por mucho que te esfuerces, por buenas que sean tus intenciones...cometerás errores. Harás daño. Te lo harán a ti. Y si quieres recuperarte solo puedes decir una cosa. ''Te perdono''.
Otro día más. Gaara subió en el ascensor para empezar sus rondas, pero Naruto también entró.
-¿Nos vamos el fin de semana?-preguntó el rubio en cuanto las puertas se cerraron a su espalda.
-¿Por qué voy a irme contigo?
-Por esto-dijo y le besó en los labios con deseo.
-No viajamos cuando éramos pareja-detuvo el pelirrojo-y ahora no lo somos. No hay razón para que viajemos.
-No me prestas atención. Te ofrezco cuarenta y ocho horas seguidas de esto-dijo y volvió a besarle.
-¿A dónde iríamos?
-A un hotel acogedor rodeado de viñedos.
-Eso suena a viaje en pareja.
-Hay mucho campo, pero ni lo pisaríamos, solo...-más besos-solo la cama.
-Un fin de semana de sexo-añadió el pelirrojo complacido.
Naruto sonrió-ajá, prestas atención.
-Buscaré a alguien que me sustituya-dijo antes de bajarse.
-¿Así qué vienes?
-¿Cuarenta y ocho horas ininterrumpidas de sexo?, me apunto-las puertas del ascensor se cerraron y Sasuke estaba ya a su lado.
-Oh, que bien-apreció-yo en urgencias protegiendo a los yonquis y a los camorristas de mis internos y tu tonteando con Uzumaki en el ascensor.
-¿Cuánto llevas sin sexo?, estás de mal humor...¿os habéis peleado?
-Que va...guardia. Llevo una noche sin sexo y me subo por las paredes...eso no es bueno. Soy un adicto, ¿es posible?
-Yo voy a pasar cuarenta y ocho horas con Naruto...no lo creo. Y si es malo me da igual-sonrió.
-Te odio. Y a mis internos-dijo Sasuke.
-Kankurô no lo hace tan mal.
-Oh, ¿qué pasa?¿ya no le odiamos?
-Bueno, lo que representa si. Pero me he dado cuenta de que no tengo razones para odiar a una persona.
-Es interno y es suficiente.
-Echa un polvo en una sala de descanso. Vuelve a los viejos tiempos o te acabarás convirtiendo en la nueva legendaria perdedora, pero en masculino.
-Puede que lo haga-dijo por fin con un deje de alegría el azabache y se fue.
Gaara se acercó a Kiba-¿me sustituyes el sábado?
-¿A cambio de qué?
-Tu pide.
-Llévate a mi nuevo interno. Al viejo. Mis internos están en urgencias, lo retrasa todo. ¿Hecho?
-Vale-dijo a regañadientes.
Naruto, Sasuke y Kankurô atienden a un chico lesionado en un partido. Y el rubio parece llevarse muy bien con el hermanastro de su ex. Sakura y Kiba se hacen cargo de una adolescente con cáncer.
A la hora de comer, un serio Sasuke estaba solo en la mesa hasta que Gaara se sentó a su lado.
-¿Soy mal residente?-preguntó al pelirrojo en cuanto ocupó su asiento.
-No me preguntes, he perdido a una paciente de Hatake.
-¿La has matado?
-La perdí y no puedo encontrarla. El interno ese...el de Kiba, le dijo que iba a morir. Se equivocó de paciente y ahora no la encontramos para poder decirle que no se está muriendo.
-Pues Uzumaki me ha dicho que soy muy competitivo. ¿Qué coño tiene de malo?, soy cojonudo como residente.
-Yo no. Nosotros fuimos unos internos estupendos.
-Yo si lo fui. Tú solo bueno.
Naruto estaba en una sala, cuando Kakashi llegó a por un café.
-¿Te importa si mato a tu novio?
-En primer lugar no es mi novio. Y en segundo, si me importa-dijo el rubio.
-Los internos deberían tener prohibido hablar con los pacientes.
-Así aprenden.
-Si, pero tengo que enseñarles. Y resolver sus problemas cuando la cagan.
-Gaara la caga y ya no es interno.
-Gaara sigue siendo interno, no te engañes. Está verde, es un crio.
-Sasuke también es un crio ¿sabes cómo llama a sus internos?, por números. Los trata con desprecio y no les enseña nada. Hoy he tenido que decirle un par de cosas...
-¿Qué vemos en ellos?-cuestionó el peliblanco antes de darle un sorbo al café.
Tsunade y Neji operan a una mujer con úlcera que fallece. Naruto opera en colaboración con Kankurô, y Sasuke por primera vez ejerce como maestro de su interno y le guía. Gaara por fin encuentra a la paciente y todo se aclara.
Cuando cayó la noche y Naruto se disponía a irse, Gaara corrió en su busca.
-Oye, Kiba va a sustituirme-informó sonriente-puedo irme después de la ronda con mis pacientes. Cuarenta y ocho horas sin interrupciones.
-Ah...si...no es un buen fin de semana.
-¿Qué te ha dicho Kankurô de mi?-preguntó mosqueado.
-Él nada, hablé yo solo. No le culpes a el.
-¿Eres amigo de mi hermano ahora?¿hablas con el otro Sabaku No sobre mi?
-¿Sabes de qué he hablado con el otro Sabaku No?, de lo que éste Sabaku No no me deja decir.
-Puedes decir lo que quieras ¿sabes?
-Quiero casarme contigo-soltó sin rodeos el rubio-tener hijos contigo. Que hagamos una casa. Quiero sentar la cabeza y envejecer contigo. Quiero morir cuando tenga ciento diez años en tus brazos. Y no quiero cuarenta y ocho horas ininterrumpidas. Sino una vida entera. ¿Ves lo que pasa?, te digo cosas así y quieres echar a correr en otra dirección-dijo al ver que el otro daba un paso atrás-está bien. Lo entiendo. No lo entendía, pero ya si. Acabas de empezar y yo llevo ya un tiempo. Todavía sigues siendo interno. Y no estás listo.
-No lo estoy ahora-admitió-pero podríamos seguir como estamos hasta que lo esté. Ya llegaré.
-Podemos seguir así. Viéndonos en el ascensor o en la sala de descanso. Puede que cambies. Esperaré. Esperaré a que cambies.
-De acuerdo entonces-dijo aliviado el pelirrojo.
-Si, pero...¿y si mientras espero conozco a uno que esté listo para darme lo que te pido a ti?
-¿Qué podría pasar?
-No lo sé-dijo Naruto y entró en el ascensor.
Perdonar y olvidar, es lo que dicen. Es un buen consejo, pero no es muy práctico. Cuando alguien nos hiere, deseamos herirle. Cuando alguien nos trata mal queremos tener razón.
Kakashi estaba tumbado en el sofá, adormilado y con la televisión encendida, cuando Sasuke llegó y le saltó encima, despertándole por completo.
-Culito...-el otro estaba tumbado sobre el y le besaba el cuello-¿qué tal tu día?
-Una mierda...quiero sexo-dijo desabotonando la camisa del mayor con ansias.
El peliblanco atrajo el rostro del más joven y le besó en los labios.
Las manos de Sasuke actuaban como desesperadas. Le quitó el cinturón a una velocidad inusual y le bajó la bragueta igual de raudo. Masajeando su miembro por encima de la tela de la ropa interior. Lo que lo obligó a incorporarse levemente y quedar apoyado sobre sus codos.
-Me has echado de menos-dijo Kakashi con voz ronca por el placer.
-Demasiado-reconoció el azabache. Se puso en pie para desvestirse y Kakashi aprovechó y se quitó los pantalones y el boxer, puesto que ya le estorbaban.
Se quedó sentado en el sofá y recibió al otro totalmente desnudo entre sus brazos. Las rodillas de Sasuke estaban a ambos lados de sus muslos. Sus entrepiernas se rozaban, ya bastante animadas. Se besaban con pasión. Las manos del mayor estaban en la espalda del otro, rozando la cálida piel. Y las del azabache rodeaban su cuello, por detrás de su nuca.
Cuando dejaron de besarse un instante, se miraron a los ojos. El menor a tientas cogió el miembro de Kakashi y se penetró él mismo, quedando sentado sobre el peliblanco.
Sin perdón, las cuentas pendientes no se saldan. Las viejas heridas no cicatrizan. Lo máximo que podemos esperar es que algún día tengamos la suerte de olvidar.
Continuará...