Libertad (2ª parte)
Kiba atiende a una mujer que ha intentado suicidarse. La chica del ensayo quiere operarse a pesar de todo.
Sasori devuelve los informes a su archivador correspondiente en el despacho del jefe.
-No están igual-decía mientras observaba como los había colocado con detenimiento.
Kankurô vigilaba la puerta- Sasuke sacó sobresalientes en la facultad y se licenció con matrícula de honor. Es impresionante, tiene ocho cartas de recomendación-el castaño solo hablaba de lo que había leído.
-¿Crees que así era como estaban?
-Sakura estudiaba de noche, tardó seis años en licenciarse. Fue voluntaria en hospitales, los pacientes la recomendaron.
-Tenemos que salir antes de que nos pillen-dijo el pelirrojo, pero sin querer tiró unos caramelos al suelo. Kankurô le ayudó a recogerlos.
-Y Kiba escribió para que lo admitieran. En la carta explica que no tuvo muy buenas notas en la facultad porque padeció un cáncer de testículos.
-¿Qué?
-Dice que perdió uno. Le he visto desnudo ¡tiene dos huevos!, Sasori, un par de pelotas. Mintió, es un farsante.
-Cierra la boca no quiero saber más.
-Un punto, solo uno ¿cómo pudieron suspenderte por un punto?
-Que me dejes en paz.
-¡Tengo memoria fotográfica!, lo siento. Me va a explotar la cabeza...-por fin salieron de allí.
-No lo permitas.
-¿Estás cabreado conmigo?
-No.
-¿Y por qué me hablas con esa voz?
-¿Con qué voz?
-Muy distante. Te he hecho un favor.
-No me has hecho un favor. Has confirmado que así soy yo. El chico 'casi'. Lo que me separa del resto de la clase es un punto. ¿Un punto?, habrían sido mejor cincuenta puntos e incluso diez, ¿pero uno?, significa que estuve cerca. Lo tuve en la mano y lo dejé escapar. No quería saber eso ¿lo entiendes?, ahora sé que si hubiera puesto una A en vez de una B...ese punto me separa de la libertad. Me he dejado la piel, me he matado a trabajar por un misero punto ¿sabes?. No me has hecho un favor, lo siento.
-Al menos...ahora sabes que estuviste cerca ¿no?-dijo avergonzado el castaño.
-Si.
-Tenías catorce cartas de recomendación. Sasuke tenía ocho, Gaara cuatro, Sakura diez. Tú tenías catorce. Qué palabras usaron para describirte. Nadie tenía recomendaciones así. De los demás dicen que son listos, que son gente trabajadora, que son muy buenos...pero en tus cartas dicen que eres genial. Hablan de tu amabilidad, de que cuidas los detalles, hablan de lo mucho que te esfuerzas, de que nunca te rindes. Describen la imagen del médico en que espero convertirme. Fue un honor leer las cartas, porque ahora sé que lo que te diferencia de los demás no es un simple punto. Lo que te diferencia es tu grandeza. Así que no te atrevas a dejar que un punto te hunda-añadió antes de irse por otro pasillo y dejar al chico solo.
Naruto no está seguro con la operación y se enfada con Gaara, informándole de que después de intervenir a la joven, ya no volverán a trabajar juntos. Los demás siguen con el chico del cemento, que por fin es liberado, pero sufre un paro cardíaco.
Gaara fue a buscar a Karin y desde el umbral de la puerta de su despacho, le habló.
-¿Qué quería usted decir con que no quería morir?
-Cuando estabas sentado en el suelo con tu madre ¿qué te dijo?
-Que yo debía ser extraordinario, que ella había fracasado, pero yo debía ser extraordinario. Que no debía depender de nadie. Se un hombre extraordinario Gaara...eso me dijo.
-¿Por eso te hiciste cirujano como ella?
-Si.
-Así que tienes todas las herramientas para averiguarlo tú solo.
-Pero no me...
-Tienes que averiguarlo tú Gaara. Te juro que cuando lo hagas, te alegrarás.
Pasan nueve horas operando al chico del cemento, en las que Sasuke se enfrenta a Shizune y salva la vida del muchacho. Naruto no se ve capaz de operar, siente que le está fallando a Gaara una y otra vez, con cada fracaso. Aún así, lo hace.
A la mañana siguiente. Tras una noche de cavilaciones, Sasori decide hablar con Jiraiya. No quiere ser el interno del jefe. Quiere ser residente. Le pide una oportunidad como los demás, repetir el examen. Y Jiraiya se lo permite. Gaara también tiene su revelación y va a ver a Karin.
-Dime-dijo ella cuando el chico abrió la puerta.
-Era cirujana, una excelente cirujana. Si hubiera querido suicidarse no se habría cortado las muñecas, sabía como hacerlo. Habría cogido un bisturí y se habría cortado la carótida. Habría muerto en segundos. No quería morir en realidad, era una cirujana brillante y con talento-dijo emocionado-no quería morir.
-¿Y qué quería?
-Quería que mi padre volviera con ella.
-¿Por qué no volvió?
-Bueno...porque él no lo supo y ella era muy orgullosa como para pedírselo.
-¿Qué significa?
-Esa es la parte que no sé, ¿podría aclarármelo?
-Puedo. Significa que eres un cirujano de un talento extraordinario. Eres exacto a tu madre. Pero la diferencia es que tú puedes aprender de sus errores.
-Lo de extraordinario...no se refería a la cirugía.
-Efectivamente.
-Mi madre no se refería a la cirugía...
El chico del cemento se recupera favorablemente. Al igual que la chica del ensayo, su tumor mengua.
Al caer la noche, Sasuke estaba en una sala de reposo sentado en un sofá. Gaara entró corriendo y buscaba la botella de champán.
-Te devuelvo el busca brillante-dijo el azabache-estoy ebrio de poder. Creo que es algo místico-le lanzó el busca al otro.
-¿Has visto la botella de champán que estaba aquí?
-No.
-¿Y a Naruto?
-No.
El pelirrojo se fue y entró Kankurô.
-¿Me ha llamado doctor?
-Tráeme un plátano de la nevera-ordenó Sasuke.
El castaño lo hizo-¿quiere que se lo pele también?
-No, voy a hacer una sutura diagonal. Quiero enseñarte. Trae agujas.
La chica del ensayo despierta. Es un gran avance médico.
Naruto entró en la sala donde estaban Sasuke y Kankurô y sacó la botella de la papelera.
-Eso no es higiénico-dijo el azabache.
Kakashi llegó, pero el rubio le pasó de largo.
-¿Qué hacéis?¿operar plátanos?
-Le enseño-dijo orgulloso Sasuke- porque yo no soy un mal residente que no enseña a sus internos.
El peliblanco se sentó a su otro lado-¿Shizune?
-Hoy la dejé callada. Operé y Jiraiya me apoyó. Nadie va a detener mi aprendizaje. Seré cirujano cardiotorácico. Lucharé con uñas y dientes hasta que lo sea.
-Así se habla culito- se inclinó hacia él y le besó.
Tsunade cede la clínica gratuita a Sakura, porque le gusta también ser jefa de residentes y no puede con todo.
Gaara corrió a buscar a Naruto a su caravana, pero no estaba. Naruto fue a buscar a Gaara a su casa, pero no estaba.
Kankurô estaba solo en el apartamento, cuando Sasori llegó y cerró de un portazo. Se le notaba en la cara las ansias de decir algo.
-Voy a repetir el examen de interno.
-¡Dios mío!
-Hablé con el jefe y le dije lo que pensaba. Voy a hacerlo-se acercó al otro- Kankurô sé que me cabreé, pero gracias, gracias, gracias-dijo y le dio un beso en los labios-gracias. Saca alcohol, vamos a celebrarlo.
El castaño se llevó los dedos a los labios y sonrió.
Naruto fue a su caravana.
-¿Gaara?-preguntó al abrir la puerta, por si acaso había suerte y estaba allí. Pero nada. Salió fuera de nuevo y miró a la lejanía. Y vio algo que le sorprendió.
En su terreno, a varios metros de donde se encontraba, alguien se estaba paseando con tranquilidad. Obviamente, se acercó.
Era Gaara. Y en el suelo a su alrededor, cientos de velas encendidas.
El pelirrojo parecía hablar consigo mismo en voz alta y no dejaba de andar de un lado a otro con el teléfono móvil en la mano-estúpido, cursi, idiota...no puedo creer que haya hecho esto. Es un capullo. Un hijo de...podría estar en casa en vez de...seré estúpido.
Naruto sonrió al tenerlo cerca. Llevaba la botella de champán escondida a la espalda.
-Gaara- llamó.
-¡¿Dónde estabas?! ¡llevo horas aquí esperándote! ¡he hecho esto tan absurdo, vergonzoso, humillante y cursi!-en el suelo, con cientos de velas, había formado el esqueleto de la futura casa que Naruto quería construir en el terreno-¡iba a decirte que esto de aquí es nuestra cocina!-señalaba a cada lado cuando enumeraba-¡eso nuestro salón! ¡y allí está la habitación para que jueguen los niños!. ¡Había preparado un discurso diciendo que iba a construir una casa, pero no construyo casas! ¡soy cirujano! ¡ y me estoy sintiendo absolutamente ridículo!...consigo dar un gran paso, y resulta que no apareces. ¡Se ha estropeado todo porque has tardado mucho en llegar! ¡y no he encontrado la botella de champán!
El rubio se la mostró y se le acercó más-¿es la cocina?-preguntó ya andando entre las velas-el salón es pequeño...hay mejores vistas a este otro lado. Y ahí van a jugar los niños-dijo complacido-¿y nuestro dormitorio?
-Sigo enfadado. No sé si confío en ti-el rubio estaba cada vez más cerca de el-quiero confiar en ti, pero no sé si puedo. Lo intentaré. Intentaré confiar en ti porque creo que juntos podemos ser extraordinarios. Y separados somos corrientes...-Naruto devoró sus labios y el pelirrojo rodeó su cuello con los brazos y le acariciaba el cabello mientras se besaban apasionadamente. Después de tantas semanas sin el más mínimo contacto.
Ese era...el comienzo.
Continuará...