Estos lazos que nos atan
Es intenso lo que sucede en el quirófano cuando la vida pende de un hilo. Hurgamos en los cerebros como si fueran de plastilina. Estableces un vínculo con los cirujanos que están a tu lado. Un vínculo resistente e indescriptible. Es íntimo estar unido así. Te guste o no, se convierten en una familia.
En cuanto Sakura se despertó, fue a su armario y sacó el jersey violeta que había tejido para Ino. Lo desdobló y se lo llevó a la nariz para aspirar su aroma.
Naruto y Gaara dormían tranquilamente, cuando Sasuke entró con donuts y un par de cafés. Se tumbó en la cama junto al pelirrojo y Uzumaki se vio obligado a irse de la habitación.
Justo cuando llegó al salón, alguien llamó a la puerta. Era una chica de pelo castaño y ojos marrones.
-Hola, ¿está Sabaku No en casa?-preguntó ella.
-Si...-la chica entonces entró en la casa corriendo y dio un grito.
-¡Muerte!¡¿dónde estás muerte?!-subió los escalones y entró en el dormitorio de Gaara-¡muerte!-se le echó encima y le abrazó.
-¡Muere!¡oh dios mío!¡cuanto tiempo!
-Una eternidad. Oh, dios mío, estás...-la chica ahora estaba en medio, entre el pelirrojo y el azabache.
-¡Muerto!-dijeron ambos a la vez y rieron.
-¿El que me abrió la puerta es tu novio?, porque está buenísimo.
-¿Verdad?
-Hola-dijo Sasuke saliendo de su conmoción inicial-¿quién eres?
-Soy Sari ¿y tu?
-Bueno, soy Sasuke- dijo como si la otra tuviera que saberlo.
El azabache terminó por bajar a la cocina, donde Naruto se hacía café.
-Al parecer estuvieron viajando juntos en plan mochilero. Antes de la facultad-dijo con mala cara Sasuke- prácticamente me ha echado de la cama.
-Es terrible-dijo irónico el rubio, que conocía demasiado bien esa situación.
-¿Y muerte?, su nombre no es muerte. Es Gaara.
-Lo siento mucho por ti.
-Jamás ha mencionado a esa tía, no creo que sean tan amigos.
-Nos ha echado a los dos de la cama- Naruto se sirvió café-bienvenido a mi mundo.
Todos juntos fueron al hospital. Sari rodeó el cuello del pelirrojo mientras caminaban hacia la entrada.
-Este hombre es la razón por la que ingresé en la facultad de medicina. Pensé que si este holgazán era capaz de abrir cuerpos en canal, yo también podría.
-No es un holgazán-dijo Naruto.
-Uh, si contara algunas historias.
-No lo harás-dijo Gaara.
-Sari, ¿pospusiste tu residencia para trabajar en un depósito?-preguntó Sasuke.
-Si, ¿sabes?, puedes diseccionarlo todo, pero me aburría. Echaba de menos la sangre líquida.
-Y has venido. No puedo creer que estés aquí-dijo el pelirrojo sonriente.
-Chupi- dijo el azabache con molestia.
-¡Culito!-detuvo Kakashi cerca de la puerta de entrada-gracias por el desayuno-dijo y le besó en la mejilla.
-No me hables de desayuno...-miró furioso a Sari, viendo como entraba con los demás.
-¿Qué ocurre?
-¿Ves esa tía?-el mayor asintió-pues no es buena. Escucha lo que te digo. Tenemos que odiarla. Ódiala.
-¿Quién es?
-Muere-dijo con burla.
Sakura entró en el hospital. Ino estaba a su lado.
-Estoy caminando...-se decía.
-Buenos días-le dijo la rubia feliz.
-Estoy caminando y voy sola.
-Te veo bien. Cansada, pero bien. Ese corte de pelo es muy sexy.
-Voy a doblar la esquina y voy yo sola.
Kiba trabaja con Shizune y Tsunade, un trasplante de corazón.
Naruto y Gaara andaban juntos por un pasillo.
-Así que es tu Sasuke, pre Sasuke. ¿Por qué te llama muerte?
-Creo que las aventuras de muerte y muere están mejor en el recuerdo.
Sasuke se acercó- Kankurôpedia se corta sus bracitos de pollo-informó y siguió su camino.
-¿Puedes traducírmelo?-preguntó el rubio.
-Kankurô se autolesiona.
-¿Es cierto?
-Naruto, ¿cómo voy a saberlo?
-¿Qué harías si lo hace?
-Nada.
-Tendrías que hacer algo, es tu hermano y tu familia.
-No te entiendo.
-Kankurô es tu familia.
Sasuke, Gaara, Shikamaru y Neji atienden a un hombre encontrado aplastado dentro de un camión de la basura. Un mendigo. Es tan grave, que Kakashi y Naruto intervienen también.
Mientras va en busca de material, Gaara se encuentra con su hermano.
-Oye Kankurô ¿cómo estás?, ¿te va todo bien?
-¿Alguien ha dicho algo de que he hecho algo?
-No, solo te lo pregunto porque tenemos cierta relación familiar. Si tienes algún problema...
-¿No me preguntas ni como jefe, ni residente, ni superior que vigila lo que hago en el programa?
-No. Es que soy sensible, y me pregunto si canalizas tu dolor a través de las lesiones. ¿Te autolesionas?
-¡No!-respondió escandalizado.
Sari se une a los internos, y se hiere para que practiquen con ella.
Sakura se pasa el día intentando ignorar a Ino, pero la chica no le deja ni a sol ni a sombra.
-Parece que no quieres que me quede aquí-dijo la rubia apenada, mientras Sakura, en una galería, contemplaba una operación.
La pelirrosa no la miraba-¿sabes qué he deseado desde tu muerte?, deseaba volver a verte. Habría dado lo que fuera por verte una vez más. Pero verte sabiendo que no puedo...tocarte, es insoportable.
-Sakura, puedes tocarme.
Ahora si la miró-tú no eres real. No puedes ser real. Y eso significa que estoy enferma o que algo está pasándome. No puedo aferrarme a esto. No...no puedo esperar...no eres real.
-Sakura soy tan real como tu. Tócame-extendió la mano hacia la otra chica- Sakura tócame, te lo demostraré.
-¡No!, ¿por qué has aparecido?, ¿por qué?
-He venido por ti Sakura Haruno.
Operan al mendigo y fallece.
Al final de la jornada, ya de noche, Sakura se iba del hospital. Ino la esperaba junto a la puerta de salida.
-¿Vas a casa?-preguntó la rubia con las manos en los bolsillos y sonriente.
Sakura miró alrededor y se acercó a la otra-te quiero-dijo en voz baja, pero audible-te querré siempre. Tienes una parte de mi, así que aunque te vayas nunca te olvidaré. No podría. Siento que se truncara nuestro futuro, que no pudiéramos casarnos, ni tener hijos, ni envejecer juntas. Era lo que más deseaba. Quería ser tu mujer más que nada.
-¿Por qué me dices eso?
-Quiero desprenderme de ti para que tu alma descanse en paz.
-Estoy en paz, Sakura. He venido por ti.
-Adiós Ino. Te quiero, pero adiós.
Sasuke prohíbe a los internos practicar en sus cuerpos. Sakura quema el jersey de Ino en la chimenea.
Naruto y Gaara estaban en la cama, ambos leyendo libros de medicina.
-Cuéntame esas historias-dijo el rubio cerrando su libro.
-¿Cuáles?
-Las que no quieres que Sari me cuente.
-Son de la prehistoria. Humillantes y ridículas-rió.
-Lo ridículo es que un hombre hecho y derecho sea expulsado de su cama una mañana si y otra también.
Gaara cerró su libro-lo siento.
-Lo hago porque me gusta que tengas amigos. Que seas sociable. Que no te guardes las cosas para ti solo, pero no me hace gracia.
-Yo hablé con mi hermano. Lo hice por ti.
-Pues...en mi opinión, como tu novio-se acurrucó junto al otro-creo que me debes una historia. Quiero conocer al antiguo Gaara. Al Gaara pre Naruto.
-Bien, vale, pero no se lo cuentes a nadie nunca.
Los lazos que nos unen, a veces son imposibles de explicar. Nos unen hasta después de que parezca que deberían de haberse roto. Algunos vínculos desafían la distancia, el tiempo y la lógica.
Cuando ya el jersey había sido consumido completamente por las llamas, Sakura volvió a su dormitorio, cerró la puerta y respiró aliviada, pero...
-¡Ino!-la rubia estaba sentada en su cama-te he dicho adiós, por fin he quemado el jersey.
-Gracias por quemarlo, me encantaba ese jersey-recriminó-tú me lo hiciste.
Sakura comenzó a andar de un lado a otro y se llevó las manos a la cabeza-dios mío, dios mío, dios mío...
-Sakura- Ino se levantó y fue hacia ella-no te asustes.
-No eres real, no eres real, no eres real...
-Oye, te lo dije. He venido por ti.
-No eres real, no eres real, no eres real, no...
-Sakura, mírame-la pelirrosa lo hizo-tócame- Sakura llevó una de sus manos al cuerpo de la otra, en su pecho, sobre el corazón, y fue capaz de tocarla. La mano de Ino se posó sobre la que la tocaba-¿lo ves?, te dije que era real.
Sakura lloraba emocionada y sonreía-dios mío- Ino le acarició el rostro y la besó en los labios.
Porque algunos lazos están predestinados.
Continuará...