A media noche
Cuando eres pequeño, la noche te da miedo porque hay monstruos escondidos bajo la cama. Cuando creces, esos monstruos son diferentes. La inseguridad, la soledad, el arrepentimiento. Y aunque seas mayor y más sabio, sigues teniéndole miedo a la oscuridad.
La noche era lluviosa. Sakura estaba sentada en una butaca, en un rincón de su cuarto. Ino estaba sentada sobre la cama.
-Estoy loca, eso padezco, locura.
-No estás loca-dijo la rubia.
-¿Entonces qué pasa?¿qué...qué...qué eres?
-Una mujer muerta que te ama.
-Es mi imaginación. Siempre he tenido mucha imaginación.
-Me has tocado.
-¡Te toqué estando viva y te besé!, todo lo que está pasando, pasó. Revivo aquellos momentos. Son los restos de mi dolor.
Ino se levantó-así que solo puedo demostrártelo si hacemos algo que no pudimos hacer en la vida real-dijo y se quitó la camisa. Sakura hizo lo mismo y se lanzó a sus labios.
Gaara leía en el suelo del cuarto de baño. Sari entró.
-Tu sofá cama es un asco, no puedo dormir-dijo la chica y anduvo hacia el váter.
-Yo ni me he acostado.
-¿Sueles leer en el suelo del baño?
-Para no despertar a Naruto. Son los diarios de mi madre de cuando era residente.
-¿No odiabas a tu madre?
-Empiezo a creer que si no fuera hijo suyo, me habría caído bien. Era muy divertida y fuerte. Parecida a Sasuke.
-Ah, ya. Fuerte si que es Sasuke. Divertido no tanto. No entiendo lo que ve el macizo de plástica en él.
-Tarda en abrirse, pero cuando lo hace es...Sasuke. Dale una oportunidad. Es leal y necesitas a todos los aliados posibles.
-¿Qué opinas de...?¿cómo se llama tu hermano?¿Kankurô?
-¿Que qué opino de el?
-Si, es mi aliado. Mi nuevo interno cómplice.
-No, yo...no os veo como cómplices. Él se crió con unos padres decentes, con normas y pósters de caras sonrientes en la pared-sonó su busca brillante-es Sasuke. Una apendicectomía. ¿Ves?, lealtad.
-Voy contigo. Iré al laboratorio de prácticas.
Salieron al pasillo y escucharon gemir a Sakura a través de la puerta de su dormitorio.
-Un calentón- dijo Sari divertida.
-Porno.
Los internos siguen haciendo de las suyas y deciden operar a uno de ellos del apéndice. Se ofrece Sari. Neji, Kakashi, Naruto y Shikamaru atienden a un hombre sonámbulo que cayó desde un segundo piso. Kiba se encarga de una mujer hipocondríaca.
Ino y Sakura, desnudas y abrazadas, permanecían cubiertas por las sábanas de raso color morado. La única iluminación del cuarto eran algunas velas encendidas y dispersas por la estancia.
La cabeza de la pelirrosa reposaba sobre el pecho de la otra-oigo latir tu corazón. Pero es raro, te lo extirparon para la autopsia. Esto no es verdad ¿a qué no?
-Es verdad-dijo la otra convencida- Sakura, es verdad.
-Voy a quedarme con los ojos cerrados, porque este es un momento como cuando acabas de despertarte y sigues medio dormida y todo te parece, te parece...posible. Los sueños son reales por un momento mientras te despiertas. Todo puede ser real-comenzó a llorar-y luego abres los ojos, el sol te golpea y te das cuenta...voy a quedarme con ellos cerrados.
Ino le acarició el pelo y le besó en la coronilla-de acuerdo.
-De acuerdo.
Kankurô y los demás internos operan a Sari del apéndice. Pero las cosas se complican. El apéndice está inflamado. Kankurô va en busca de Gaara y Sasuke también descubre el secreto de sus internos. Así que ambos amigos deben operar a Sari para salvarle la vida.
Sakura despertó e Ino no estaba en la cama. Se levantó asustada y se puso una bata-¡Ino!¡Ino!-la chica apareció por la puerta entreabierta-¡dios, Ino!
-¿Qué?¿por qué gritas así?
-¡No puedes hacer eso!¡no desaparezcas, creí que te habías ido!¡creí que habías vuelto a dejarme!
-Sakura, estoy aquí por ti.
-No es cierto. Moriste. ¡Moriste y me dejaste aquí!¡me dejaste abandonada!¡me abandonaste y me quedé sola!
-No lo estarás jamás-la rubia parecía muy serena. Conservaba las manos en los bolsillos del pantalón blanco, con calma.
-¿Por qué?¿por qué has vuelto?, había superado lo que pasó, tengo una vida, un trabajo...y ahora vuelves y me paso el día en la habitación hablando conmigo misma-se llevó las manos a la cabeza-probablemente estoy loca. Hay un mundo real ahí fuera ¡y yo estoy atrapada contigo!
-Siento haber muerto.
-No. No, que te den. No quiero que me pidas perdón por morirte. ¡No quiero que me lo pidas porque yo te maté!
-Sakura...
-¡Yo te convencí para cortar los cables de la máquina y te maté!¡no me pidas perdón por morirte!
-Sakura...
-¡Los muertos no piden disculpas!
-Sakura...
-¡Cállate de una vez!...de una vez-y se dejó caer en el borde de la cama. Sentándose.
Ino la imitó, manteniendo cierta distancia, para que la otra se calmara-te quiero.
-Yo también a ti-entonces sonó su busca y lo cogió de la mesita de noche-tengo que irme, una emergencia.
-Bien, vete- Ino sonreía.
-¿Esta es la parte en la que vas al cielo o dónde sea y les cuentas a tus amigos muertos lo fantástico que ha sido darme esta última noche juntas?, necesitaba desahogarme para seguir mi vida.
-Con mis amigos muertos solo hablo de moda.
-Ino...
-Sakura, vete. No voy a marcharme.
Kankurô y sus demás compañeros internos esperaban sentados bajo el tablón a que les trajeran buenas noticias sobre Sari. El que apareció fue Sasori y el castaño se levantó al verle.
-Me lo han dicho, ¿qué coño ha pasado?-preguntó el pelirrojo-vivimos juntos, debiste acudir a mi.
-¿Para qué?¿ibas a salvarme?
-Te habría detenido tal vez.
-Estás hablando de ti- Kankurô parecía molesto de pronto- Sasori, esto ha sido lo único que he hecho en estos últimos meses que no ha sido para lograr llamar tu atención. Lo he hecho yo, no has tenido nada que ver. Es cosa mía-y se fue.
-Sasori-dijo una interna-está enamorado de ti. ¿No te has dado cuenta?
Sari es salvada y se recupera favorablemente. Aún así, ponen a los internos a prueba. A la mínima metedura de pata, quedarán fuera del programa. Y Jiraiya responsabiliza a Sasuke y le descarta de la operación en solitario.
Dormir es lo más fácil del mundo. Solo hay que cerrar los ojos. Pero para muchos de nosotros, el sueño parece fuera de nuestro alcance. Queremos dormir, pero no sabemos cómo lograrlo. Pero en cuanto nos enfrentamos a nuestros demonios, a nuestros miedos, y buscamos ayuda en los demás, la noche no da tanto miedo porque nos damos cuenta de que no estamos solos.
Continuará...