El primer corte es el más profundo
Gaara cuelga un cartel en el tablón de anuncios. Busca compañeros de casa.
Todo se reduce a unos muros. El que debo saltar para acabar mis prácticas. El que debo sortear para poder entrar en un quirófano. Y luego está el más importante, el que te separa de la gente con la que trabajas. No ayuda coger confianza, ni hacer amigos. Debes levantar un muro que te separe del resto del mundo. Cierta gente es demasiado peligrosa. Todo se reduce a unos muros, que levantas con arena, rogando que nadie los salte.
Los primeros interesados en el anuncio son Sasori y Sakura.
-Necesito una casa-decía suplicante Sasori- mi madre me plancha hasta los calzoncillos, tengo que largarme.
-No es una buena idea-dijo Gaara, ya que le daba la impresión de que ese chico sentía algo por él.
-Te pagaré el primer mes y dos de fianza-seguía el pelirrojo menor.
-Es un soborno-añadió Sasuke inquieto de un lado al otro.
-Sé cocinar-dijo Sakura- y soy muy limpia.
-No, prefiero dos desconocidos con los que no tenga que hablar ni ser amable-concluyó Gaara.
Tsunade hizo acto de presencia, como no, de mal humor y dando órdenes- Sasori sala de reanimación, Gaara te ocuparás del busca, Sasuke darás los resultados del laboratorio, Sakura, te toca suturar ¡moveos!
Y eso hicieron. Gaara se encargó de varios informes y frente a la puerta del ascensor se topó con Naruto y entraron al vacío y pequeño medio de desplazamiento.
El pelirrojo se colocó más atrás, viendo la espalda del rubio-no voy a salir contigo-dijo de pronto, rompiendo el silencio.
-¿Acaso te lo he pedido?-preguntó como ofendido falsamente-¿quieres qué quedemos?-cuestionó esta vez seguro.
-No quedaré y no voy a volver a acostarme contigo- Naruto se rió, y a Gaara le parecía mentira estar pronunciando aquellas palabras-eres mi jefe.
-El jefe de tu jefa-se apresuró a decir el ojiazul.
-Eres mi profesor, y profesor de mi profesor, eres mi profesor.
-Pero no soy tu hermano.
-Me estás acosando-añadió el pelirrojo.
-Subo en el ascensor-dijo Naruto, que seguía de cara a la puerta.
-Oye, he trazado una línea, hay unos límites que son insalvables.
-Así que hay límites-se giró hacia él-¿son imaginarios o te dejo un rotulador?-Gaara, sin pensarlo un segundo, dejó caer los informes al suelo y se lanzó a los labios del rubio, empujándolo contra la pared del elevador. Era tan excitante. ¡Ese doctor estaba demasiado bueno!. Se escuchaba el leve ¡clin!, cada vez que subían a otra planta, pero parecían ajenos a eso. Naruto lo abrazó con ímpetu y esta vez fue él el que notaba la dura pared a su espalda. Esa lengua...madre mía, le volvía loco. Tan caliente y húmeda, podría comérsela en el almuerzo sin problemas. Y notar los dedos de Naruto entre sus rojizos cabellos. Lujurioso.
Cuarta planta y la obligada separación, además del disimulo. Gaara recogió los informes y se bajó como si tal cosa, dejando a Naruto atontado.
Genial...después del alucinante beso, tenía que hacerse cargo de un caso de violación y ni más ni menos que a una chica muy joven y en bastante mal estado. Le impactó y tardó varios segundos en reaccionar.
Mientras, en otra parte, Sasori hablaba con Sasuke.
-¿Sabes que hacen en reanimación? salvar vidas, le doy una descarga a alguien y vive para ver otro día, esto te hace ser optimista.
-Bambi, no digas nada más hasta que el cazador mate a tu madre-le dijo Sasuke absorto en papeleo.
-Me caes fatal.
-Voy a pasar todo el día entregando resultados...
-Pues empieza ya-dijo Tsunade apareciendo por uno de los pasillos, seguida de Kiba- éste interno ha sido reasignado, ahora es mio, se va a quedar contigo, muéstrale como trabajamos- y se fue sin dar tiempo a réplicas.
-Kiba Inuzuka, encantado-dijo estrechando la mano del azabache.
-El cerdo que llamó a Gaara enfermero, ya, te odio-dijo y empezó a andar, siendo seguido por el castaño.
-Eres el más petardo y el más competitivo del hospital, yo también te odio-dijo el recién llegado.
-Nos vamos a divertir.
Gaara estaba preocupado por la chica de la violación, ya que aún no había despertado después de haber sido operada y al parecer no tenía familia a quien avisar para que estuviese con ella. Abstraído, se sienta a la entrada del hospital y Sasuke le encuentra.
-¿Qué haces aquí?
-Sentado...¿y tú?
-Esconderme de Kiba- dijo el moreno incómodo.
-He besado a Naruto- soltó de repente-en el ascensor...
-Así que en el ascensor.
-Tenía un día fatal, la verdad es que aún lo tengo...
-¿Eso haces en los días malos?¿morrearte con tú jefe?
-Es que no sé...sé que está mal, pero...a la vez está tan bien-dijo cerrando los ojos y suspirando.
Ya era de noche en el Konoha Byôin. Sasuke y Kiba, aburridos, estaban sentados sobre un par de camillas en un pasillo apartado, puesto que todo lo que habían hecho durante el día había sido dar buenas noticias y recibir abrazos de los familiares, para su inmenso disgusto.
-Me duele la cabeza-dijo hastiado el castaño.
-Será un tumor-la verdad es que no lo soportaba en lo más mínimo y estaba a la defensiva. Se sentía como una niñera desde que Tsunade le había hecho cargar con ese tío.
-Te encantaría que lo tuviera...
-Te partiría la cara si con eso consiguiera operar-añadió antes de darle un sorbo a su café amargo.
Sakura apareció con cara de cansancio-llevo todo el día suturando, no siento las manos.
-Estás ayudando a la gente-dijo Sasori, mientras sacaba una bolsa de patatas de una máquina cercana, que perdió, porque Gaara llegó y se la quitó de las manos.
-Al menos no tienes tiempo de aburrirte-dijo Kiba y Sasuke bostezó. Todos acabaron sentados en las camillas.
-¿Quién tiene la sensación de no saber lo que hace?-cuestionó Sasori y todos menos Kiba levantaron las manos-¿estamos aprendiendo? a mi no me da la sensación de estar aprendiendo nada.
-Salvo cómo no dormirse-dijo Sakura llevándose una taza de humeante café a los labios.
-Es como si hubiera un muro, están los residentes y los de planta ejerciendo como cirujanos y nosotros después-añadió Sasuke frustrado.
-Suturando y entregando resultados- Gaara se sentía deprimido.
-Odio ser interno-concluyó Inuzuka.
Hasta que llegó Tsunade y se levantaron en un instante, yéndose sin pronunciar ni una sola palabra más.
Tras más desesperantes y duras horas de trabajo, llegó el momento de descansar un poco. Agotados se relajaron en los vestuarios.
-Necesito una copa o un masaje...-dijo Sasuke recostado sobre una de las bancas, mientras Sasori le contemplaba a través de un espejo y se lavaba los dientes.
-He perdido a cinco pacientes en reanimación hoy, soy el ángel de la muerte- y escupió la pasta de dientes en la pila.
-El 95 % de los que entran no pueden ser reanimados, están a punto de morir antes de entrar-aclaró Sasuke como si fuera lo más normal del mundo.
-¿Qué?¿por qué no me lo dijiste cuando no paraba de decir que iba a ser maravilloso?
-Porque eres Sasori, y yo Sasuke- dijo y se marchó dejando al chico sin habla.
Gaara se sorprendió al enterarse de que Naruto se había pasado toda la noche acompañando a la paciente de la violación.
-Si yo estuviera ahí, no me gustaría no tener a nadie-dijo el rubio justificándose, se le notaba cansado.
-A mi tampoco- Gaara contemplaba a la chica dormir, a través del cristal.
-Tienes a tu madre, estaría aquí dando órdenes, traería a un médico extranjero de las orejas si eso fuera necesario.
-Es cierto...tengo a mi madre-se sentía un mentiroso, dado que todavía no le había contado a nadie que su madre estaba en una residencia, padeciendo de Alzheimer y sin reconocerlo siquiera.
-¿Nos besamos pero no quedamos?-preguntó Naruto cruzándose de brazos y situándose a su lado en décimas de segundo.
-Sabía que saldría-dijo el pelirrojo resignado.
-Es que me gusta besar, me encanta ese rollo, pero quiero más.
-No sé de qué estás hablando-aunque intentaba disimular, esas palabras le estaban derritiendo por dentro, así que prefería no mirarlo directamente.
-¿No volverá a pasar? porque sino tengo que meter...-bajó la voz-un condón en la cartera.
-Cállate ya-dijo y se sonrojó casi como su cabello, haciendo sonreír al otro.
En algún momento, hay que decidirse. Los muros, no mantienen a los demás fuera. Sino a ti dentro. La vida es un caos. Somos así.
Gaara tomó una decisión mientras observaba a los bebés recién nacidos en el nido, y se lo comunicó a sus amigos, que le hacían compañía.
-Sasori y Sakura, podéis veniros a vivir a mi casa-estos se alegraron mucho y se abrazaron-¿cómo he podido ceder?-preguntó a Sasuke viendo a los locos que iba a meter bajo su techo.
-Son los bebés...son tóxicos, pero aprovecho para decirte, que yo también me mudo a tu casa-y se fue, dejando al pelirrojo menor y a la pelirrosa bailando.
Puedes pasarte la vida levantando muros. O puedes vivirla, saltándolos. Aunque hay algunos muros demasiado peligrosos para cruzarlos.
Gaara estaba dispuesto a marcharse. Ya era hora. Pero el tío bueno de turno volvía a estar parado frente al ascensor jugueteando con su teléfono móvil, así que siguió de largo.
-Esta vez, bajo por las escaleras-dijo sonriente antes de que el rubio le dijera nada.
-No tienes autocontrol- dijo Naruto mientras le veía marchar-es una pena...enserio.
Lo único que sé, es que si finalmente te aventuras a cruzar, las vistas al otro lado son fantásticas.
Continuará...