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Anatomía de Sabaku No por Rukkiaa

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Notas del capitulo:

Disclaimer: basado plenamente en la serie Anatomía de Grey, de Shonda Rhimes y con los personajes de Naruto, de Masashi Kishimoto.

Me encanta Naruto insistiendo sin parar XD

Siento si utilizo palabrotas de vez en cuando jeje, aunque a estas alturas de la vida, no creo que nadie se vaya a escandalizar por algún que otro taco, aún así, pido disculpas si es el caso.

Una batalla ganada, una guerra perdida

Vivimos nuestras vidas en la unidad de cirugía. Siete días a la semana. Catorce horas al día. Estamos juntos más de lo que estamos separados.

Gaara dormía profundamente. Había sido una noche agotadora. Sus amigos se habían mudado finalmente y la casa estaba patas arriba.

Como solo había tres dormitorios, para cuatro personas, Sasuke se había instalado con él. Es lo que tiene la extrema confianza, les das la mano y te cogen el catre. Pero como era una amplia cama de matrimonio, no le suponía un problema dormir al lado de su, hasta ahora, mejor amigo.

De repente, a las 04:37 de la madrugada, Sakura entró en su habitación y le despertó con un susto de muerte solo con su presencia.

-El cuarto de Sasori es más grande que el mío-es lo primero que dijo la pelirrosa después de haberle provocado un grito de espanto.

-¿Qué pasa?...-farfulló Sasuke sin cambiar ni de postura, siguiendo boca abajo como estaba y con las manos bajo la almohada.

-Tengo más ropa, el más grande debería ser para mí-prosiguió Sakura.

Gaara se llevó las manos a los oídos y encogió las piernas para no seguir escuchándola. Su casa se había convertido en un manicomio. Y lo peor, es que él era el que estaba más loco, seguro.

Después de un tiempo, lo que ocurre en ese periodo, se convierte en tu vida.

-Yo llegué primero-dijo Sasori apareciendo por la puerta del dormitorio cada vez más concurrido.

-¡Gaara es el que decide!-espetó la chica.

-¡Largaos u os mataré!-gritó el de cabellos negros, lanzando un almohadón que Sasori esquivó por muy poco. La oscura mirada les indicaba que iba totalmente enserio.

-Pero es solo unos centímetros más grande, y no sé para que quieres tanta ropa, si pasamos el día y la noche en el hospital.

El pelirrojo mayor ya estaba totalmente desvelado gracias a la intrusión de sus compañeros, por lo que en silencio, pasó de ellos y bajó al cuarto de lavadoras. Pero Sasori y Sakura lo siguieron mientras continuaban con su absurda discusión. Gaara cogió un par de prendas de su ropa que había en un cesto sobre la secadora, subió de nuevo y se encerró en el baño.

-Oye-le dijo Sasori a través de la puerta-¿quieres estar solo?

En primer lugar, mantente en guardia. En segundo lugar, haz lo que sea para burlar al enemigo. En tercer lugar, no trabes amistad con el enemigo.

El día en el hospital se auguraba interesante y nada aburrido, puesto que en la ciudad era el día de una importante carrera clandestina de bicicletas, por lo que se esperaban muchos heridos por caídas y accidentes. El jefe, Jiraiya, parecía el más entusiasmado y daba ánimos a los empleados para que estuvieran alerta.

Oh, claro, en cuarto lugar, todo, TODO es una competición.

Tsunade como era habitual, llegó dando órdenes. Por lo que los internos se arremolinaron en torno a ella.

-Quiero que alguien suba a los quirófanos, el jefe necesita ayuda-todos levantaron la mano, ofreciéndose voluntarios- Sasori- eligió-seguid las normas de traumatología, no intiméis con los de urgencias, no saben diferenciar su brazo del esófago, suturad deprisa y despachadlos rápido, que vayan al quirófano enseguida y no os peleéis por los pacientes ¿vale?-en cuanto se dio la vuelta, los internos se empujaron unos a otros como niños pequeños por el último caramelo y echaron a correr.

Como era de esperar, la sala de urgencias estaba llena de ciclistas heridos. Sasuke y Sakura se lanzaron a por uno que sangraba mucho. Kiba y Gaara empezaron a discutir por uno que tenía objetos clavados en un costado.

Quien dijo que ganar no lo es todo, nunca cogió un bisturí.

-Ese es mío-dijo Gaara, mirando la herida como quien mira algo delicioso.

-Tendrás que pelear por él-añadió Kiba, alcanzando al paciente con rapidez, pero terminó sacando una moneda porque sabía que no le iban a dejar en paz-cruz mío, cara tuyo-dijo.

-¿Por qué eliges cruz?-estaba claro porque Sasuke y él eran los mejores amigos, tenían muchas cosas en común. Entre ellas, odiar a ese castaño.

-Porque soy tu cruz y tú tienes mucha cara-dijo con una sonrisa pícara.

-¿Por qué tienes que ensuciarlo todo?-el paciente estaba a pocos centímetros de ellos, pero parecía ajeno a la historia. Kiba lanzó la moneda.

-Ah, cara- Gaara se entusiasmó. ¡Toma!, nada como ver la cara de desilusión del Inuzuka- hay muchos otros casos.

-Te los regalo, yo llegué primero-a pesar de que el azar lo había decidido, el chico no se daba por vencido.

-No dejaré que subas al quirófano mientras yo suturo heridas aquí abajo, va a necesitar cirugía, lo sabes.

-Es superficial, no lo parece, pero es superficial-parecía un perro rabioso.

-¿Cómo sabes que no tiene rasgado el peritoneo?

-Porque está aquí sentado y puede hablar con nosotros- Kiba, harto, sacó sin más los objetos insertados en el paciente y se los dio a Gaara, que alucinaba-es una herida superficial, cósele y que acabe la carrera.

Al final si se iba a tener que quedar en urgencias suturando todo el día...y encima ese paciente...

-Se te da muy bien-dijo el herido mientras Gaara le daba los últimos puntos-por cierto, eres precioso.

¿De verdad?-¿enserio piensas qué vas a ligar conmigo?

-Eh, se puede ligar en cualquier sitio-ese tipo era casi tan chulito como Kiba.

Mejor no hacerle mucho caso-voy a tener que hacerte varias pruebas, y una tomografía, puede haber hemorragias internas.

-No, gracias, esa carrera me reclama, puedo cruzar la meta...hay una fiesta en la meta ¿nos vemos allí?

-¿Eres consciente de que te irías sin el consentimiento de tu médico?-el muchacho asintió-pues debes rellenar un formulario-el paciente se inclinó y acercó la boca a su oído.

-Nene, yo haré todo lo que me pidas.

-¿Qué os pasa a los tíos como tú?¿tenéis que estar insinuándoos siempre?

-No lo sé, quizás sea tu belleza encanto.

-...Tal vez, deberías ir al oculista para eso también-y le entregó los formularios, que, mientras sonreía, el paciente firmó. Se levantó de la camilla y después de dar un par de pasos, se dio media vuelta y besó en los labios a Gaara, que de la impresión se quedó estático.

-Me darás suerte-dijo el chico saliendo por fin de urgencias-tranquilo, me volverás a ver algún día.

-Si es que lo que no me pase a mi...¡mierda!-en cuanto se giró, a través de una ventana vio a Naruto, que en pocos segundos entró en la sala-¿qué quieres?-dios que no lo haya visto...

-¿Ahora ligas con los pacientes?-¡joder!¿por qué a él le pasaban estas cosas?

-¿Estás celoso?-¿acaso no veía que estaba trabajando y que no era el besante sino el besado?.

-No estoy celoso-dijo el rubio con poca convicción.

-Nos acostamos una vez.

-Y nos besamos en un ascensor.

-Así es, en un ascensor, una vez-mejor dirigir los ojos a los formularios.

-Enserio ¿por qué no quedas conmigo?

-No.

-Casi muero hoy-dijo serio de repente-estuve muy cerca, de camino al hospital casi me atropellan unas bicicletas, de no ser por la doctora Tsunade no lo cuento ¿y si me muriera antes de que pudieras salir conmigo?, mi alma no descansaría en paz, sería uno de esos espíritus errantes.

-No seas tan arrogante.

-¡Venga!-otra cosa no, pero perseverante era un rato.

-Es por la conquista, ¿verdad?, la emoción de la caza. Me he estado preguntando, por qué estás tan empeñado en que salga contigo, tú eres mi jefe y eso va contra las normas y además yo me niego. Es la conquista está claro.

-Pero es divertido ¿no?-no entendía como alguien así podía ser cirujano, desde luego, operando parecía totalmente diferente.

-¿Lo ves? para ti es un juego, pero no para mi, al contrario que tú, yo tengo que probar algo.

-¿La boca de ese tío?-cuestionó el rubio, pero ya Gaara se había marchado.

El día, efectivamente, estaba siendo muy interesante. Sasori se hacía cargo de un paciente que no dejaba de tirarle los tejos descaradamente, lo que le ponía nervioso. Sakura y Sasuke no paraban de buscar a la familia de un posible donante de órganos y Kiba no cesaba en hacerle la pelota a Deidara, ganándose la enemistad de todos.

Al salir de una operación, Kiba llegó a los vestuarios, donde solo estaba Gaara, vistiéndose para irse por unas horas a casa.

-¡Qué bien huelo!-dijo el castaño en cuanto cruzó la puerta-¿sabes a qué? a una operación a corazón abierto-aspiró-increíble, es increíble, tienes que olerme-siguió y se acercó al pelirrojo, que dicho sea de paso, se estaba enfadando cada vez más.

-No quiero olerte Kiba- el chico le abrazó por la espalda, lo que colmó el vaso. Gaara se giró, le agarró por el cuello de la camisa y lo estampó contra una de las taquillas.

-¿¡Quieres dejarme en paz!? tengo cosas más importantes que aguantarte, compañeros de piso, problemas amorosos y familiares ¿quieres ir de gilipollas por la vida? perfecto, ¿quieres llevarte todos los méritos a costa de los demás? perfecto también, pero quítate de mi vista-la puerta se abrió y Naruto entró por ella, que, en silencio, contempló la escena-y entérate-continuó el pelirrojo a la vez que sujetaba la barbilla de Inuzuka para que le sostuviera la mirada-tu olor es apestoso.

Ahí fue consciente de que estaban siendo observados y se alejó de Kiba, de nuevo a su taquilla.

-Me ha atacado-dijo el chico antes de que Naruto pidiera explicaciones a los internos. Y Gaara volvió a la carga, pero el neurocirujano lo interceptó antes de que alcanzara el objeto de su rabia.

-¡Gaara!¡Gaara!-intentaba sujetarlo, pero era difícil mientras se revolvía-será mejor que te vayas antes de que cambie de opinión y le permita que te haga picadillo con sus puñitos- agregó para el castaño, que salió de allí, haciendo una mueca de burla que solo el pelirrojo alcanzó a ver.

El de ojos turquesa, ya más calmado, empezó a sacar cosas de su taquilla y Naruto cerró la puerta.

-Sé que no es buen momento, pero eso, me ha puesto un montón...-idiota impulsivo cabeza hueca. El pelirrojo le lanzó una mirada severa-¿qué?

-Nada-¿qué iba a decirle? ¿inoportuno?, ¿qué de haber llegado un poco más tarde habría podido descargar sus nervios con el cretino de Kiba?, al fin y al cabo, era el jefe. Prefirió irse sin decir nada más.

Cuando llegó a casa, Sasori estaba sentado sobre una mesa con una caja en las manos y Sakura en el suelo sacando cosas de otra caja. Cajas de su madre.

-¿Son las cintas de vídeo de mi madre?-vale, sí, estaban escondidas, muertas de risa, sin nadie que las visionara. Cientos de cintas sobre interesantes operaciones de todo tipo. Pero las habían sacado sin su consentimiento...

-Lo siento-se excusó Sakura- he sacado algunas cosas de tu madre, estaba triste y la tristeza me da por el orden y la limpieza.

-No-dijo Gaara, mientras cogía algunas cintas y las devolvía a una caja. Ya estaba demasiado irritado como para soportar eso, y siguió soltando veneno-no vamos a ver las operaciones de mi madre, ni vamos a abrir sus cajas, ni vamos a hablar largo y tendido sobre los mejores momentos de nuestras vidas.

Salió furioso del salón y entró a su cuarto dando un sonoro portazo.

En cuanto vio la cama, se dejó caer sobre ella como un peso muerto.

Sasuke llegó un poco más tarde, pero nada más poner un pie en el dormitorio, supo que pasaba algo. Así que se tiró al lado del pelirrojo, que seguía en la misma postura que hacía unas horas.

-Están en todas partes, continuamente-dijo Gaara- Sakura sonriendo y Sasori siempre con ganas de ayudar y de agradar, comparten la comida, hablan de todo, mueven las cosas y respiran...bah, son felices.

-Échalos- dijo el azabache como si nada, mientras se quitaba la chaqueta para acomodarse.

-No puedo echarles, acaban de mudarse, les pedí que vinieran a vivir aquí.

-¿Vas a guardártelo todo en un lugar oscuro y recóndito de tu interior hasta que explotes y los mates?

-Si.

-Por eso somos amigos-añadió finalmente y se recostó como era debido.

Al día siguiente. Después de varios estresantes sucesos y operaciones, Gaara, satisfecho, se preparaba en los vestuarios para marcharse, cuando apareció Naruto.

-No es cierto-dijo nada más entrar.

-¿Qué?

-Tu y yo, no es por conquistarte, no es un juego, son tus pequeños y preciosos puños-dijo mientras se acercaba a él-y tu pelo-concluyó a escasos centímetros de su cara.

-¿Enserio?-interiormente, el pelirrojo agradeció que estuvieran a solas, porque se sentía como una colegiala enamoradiza, sonriendo tontamente.

-Huele bien, y eres muy luchador, me controlas-le miraba a los ojos y a los labios intermitentemente.

-No quiero salir contigo-mejor parar de correr, antes de llegar al borde del abismo y caerse.

-Eso es ahora-dijo el rubio, se dio la vuelta y se fue.

Hay otra forma de sobrevivir a la competición. Una de la que nadie parece hablarte. Debes aprenderlo por ti mismo. En quinto lugar, no es una carrera, en absoluto, no hay ganadores ni perdedores. Las victorias se cuentan por el número de vidas salvadas. Y de vez en cuando, si eres listo, podrás salvar tu propia vida.

Una vez llegó a casa, sus tres compañeros, mientras se tomaban unas cervezas y comían pizza, estaban viendo las cintas de las operaciones de su madre. Pero esta vez, estaba de buen humor ¿qué iba a hacer?

Pues sentarse con ellos y disfrutar de la compañía.

Continuará...

Notas finales:

Canción: Tegan and Sara --> I Won't Be Left

http://www.youtube.com/watch?v=eSTNqItJTdA


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