Sus manos se movian nerviosamente por enzima de su ropa, no le habia gustado para nada la idea de Allen, el llevarlo a un club* de danza...eso no era para el.
-no es justo- murmuro mirando con algo de envidia a su alvino amigo bailar (obligadamente) con su pareja, jamas entenderia como es que Kanda y Allen pudieron terminar juntos, pero bueno, asi eran las cosas con sus amigos.
Miro a la pista, habia varias parejas disfrutando de la musica, una musica muy extraña por cierto, parecia una mezcla rara entre tnago y musica clasica, pero era muy bonita.
Cerro los ojos por un momento, dejandose hipnotizar por esa bella melodia, pero luego algo lo hizo ponerse tenso, la sofocante sensacion de que te miran, y el echo de que de repente se dajaron de oir todas esas discretas risas y pasos de tacon, abrio los ojos para ver que sucedia, encontrandose con una morena mano frente a el.
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Habia llegado algo tarde, Road le habia retrasado demaciado, pero eso no fue problema, al solo entrar los murmullos se hicieron evidentes, casi podia sentir a los corazones del grupo de chicas paradas detras de el salir volando con solo una sonriza suya, oh si, eso le encantaba, era tan divertido que se hicieran iluciones, pero alfinal, siempre era lo mismo.
Llevaba como media hora en la barra, hablando a de vez en vez con Komui, aquel extraño barman en el club, no es que se llevaran muy bien, solo...se aguantaban, y entonces entro, venia con otros dos chicos, pero apenas llegaron, el pali-blanco jalo al azabache a la pista, dejando al tierno pelirrojo solo.
Se quedo un buen rato mirandolo, se veia nervioso, tal vez era la primera vez que iva, no lo habia vizto antes...un conejo, si, precisamente eso pareica, un tierno y adorable conejo rojo, por momentos, su imaginacion volo y estubo apunto de pedirle a Komui una cervilleta para limpiarse el pequeño camino de saliva que escurria de su boca, ese chico era suyo, ya lo habia decidido, asique pobre de aquel que se le hacercara.
Se levanto de su asiento, caminando frente a la atenta mirada de chicas (y alguno que otro chico) esperanzadas por ser ellas las elejidas, paso de largo y fue directamente al pelirrojo, quien mantenia el ojo cerrado, con una pequeña sonrisa en su delgado rostro, le tnedio la mano, aun sabiendo que no lo veia, enseguida, los alietnos impresionados, y los suspiros de desepcion, se hicieron presentes, haciendo que su conejo abriera el ojo desconzertado.
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Miro nerviosamente la mano frente a el, no tenia ni la mas minima idea de que hacer, las miradas asesinas de todas esas chicas atras del morocho no lo ayudaban en su desicion, debia acpetar la oferta?, el no sabia bailar, ademas, parecia que todos (y me refiero a TODOS) sabian quien era ese extraño hombre, de echo, ahora que lo miraba bien, era bastante guapo, alto, de hombros anchos, cabello negro, un tnato moreno, y los ojos, esos ojos de un nada normal color dorado, era muy peculiar, aun mas que su extraña mania por ponerse aquel parche en el ojo, miro sus ojos unos momentos mas y luego a su mano, hacerco la suya timidamente, aun pensnado si aceptar o no, pero finalmente, fue el azabache el que tomo la iniciativa.
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Lo vio dudar un poco, pero no dejaria que se arrepintiera una vez que ya lo habia escogido el, tomo su mano, suavmente, como si temira asustarlo, pero firme, como si no quisiera que escapara de sus brazos, lo condujo al centro de la pista, tomo con una de sus manos la suya, elevandola al aire, rodeando su cintura con la otra.
-q-que haces?- le pregunto el conejo, sonrojado, con evidentes muestras de no saber que hacer.
-solo dejate ellvar conejito- le susurro al oido, sonriendo de manera por demas maliciosa, le divertian mucho las expreciones del pelirrojo.
El baile duro mas de lo que deberia, de echo, duro toda la cancion, Tyki giaba a su conejo, y este intentaba por todos los medios no pisarle, ni mucho menos caerse, aunque no le era muy facil, enrealidad, jamas en sus 16 años habia bailado, mucho menos ese tipo de musica, no era su genero favorito, y bailar con un hombre....pues, digamos que no estaba en sus planes.
De un momneto a otro, el moracho se detuvo, haciendo que chocara contra su pecho, y en un rapido movimiento, lo tomo de la barbilla y acabo con la distancia entre sus caras.
El contacto de manos no era sufieicnte para el, se habia distraido mucho mirando esos delgados labios, finalmente, no se pudo contener por mas tiempo, y dios, eso si era un beso, no podia quejarse, nunca podria, el delicioso y dulce sabor de sus labios lo dejaba simplemente como si lo hubieran drogado...30 veces.
Se sorprendio a si mismo correspondiendo al beso, era su instinto, su cuerpo moviendose por si solo, le gustaba, no podia negarlo, le fascinaba auello, pero, por desgracia, el respirar era lago vita, y se tubieron que separa, el sonriente moreno lo tomo de lamano, jalandolo hacia una puerta algo alejada de todo lo demas, volteo a ver a su amigo y lo despidio con la mano, probablemtne no se verian hasta el dia siguiente, o quizas mas.