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Shohoku vs Seirin por Tetsuya Kagami

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Notas del fanfic:

Kuroko no Basket es una nueva serie muy buena, apenas cuenta con 4 capítulos en anime y 162 capítulos en manga ya traducidos. Si les interesa leerlo, está en Submanga.com o Batoto.com. Altamente recomendada.

 

Por: Yasha aka Tetsuya Kagami

 

Disclaimer: Ninguno de los personajes de Kuroko no Basket me pertenece, no los uso con intenciones de lucro solo de diversión.

 

Parejas: Con el tiempo se definirán.

 

 

Notas del capitulo:

Disfruten el primer capitulo de Shohoku vs Seirin ^^

Capitulo 1

 

-¡Arg! ¡Bastardo Ruwawa!- Personas alrededor voltearon a verlo pero él no prestaba ni la mínima atención. Estaba fastidiado, más que fastidiado, ¡Estaba furioso! El idiota de Rukawa se había llevado toda la atención de Haruko cuando él, el grandioso Hanamichi Sakuragi había hecho la encestada del siglo, ¡Del Universo! ¿Y cuál fue su excusa?

 

-¡¡Kya!! Rukawa bostezó. ¿Puedes creerlo Sakuragi? Se ve tan apuesto haciéndolo. Y…y…lo mejor es que cuando le dije que debía de dormir más él…él... ¡Me miró! Aun debo de saber que significa esa mirada, pero estoy segura de que era de agradecimiento. Además…-

 

Casi podía escuchar la cháchara de palabras con la voz de Akagi en su cabeza haciéndole aun mucho más grande la mueca de fastidio al pelirrojo. –Dormir más… ¡Bah! Si duerme más lo consideraran un alíen. No puede ser posible que el idiota pueda dormir tanto… ¡Se duerme hasta en la estúpida bicicleta!- Pateó uno de los botes de basura cercanos, se sintió tan gratificante que continuó pateándolo imaginando que esa era la cara del numero 11. –¡¡Jajaja!! ¿Qué? ¿Qué quieres que te patee más la cara de zorro que tienes? ¡¡Con gusto!!- Se apasionó golpeando con la punta del pie el ya dañado. Una ventana de la casa se abrió de repente mostrando a una mujer de ya entrada edad, casi arrojando espuma por la boca del enojo.

 

-¡¿Pero qué crees que estás haciendo?!- Exclamó la mujer al ver que Hanamichi destrozaba su bote a patadas. -¡Usted cállese vieja!- Respondió él cuando sintió que le jalaban.

 

-Lo siento señora, no llame a la policía, ya me llevo al loco conmigo. ¡Adiós!- Yohei Mito al rescate nada mas la mujer comenzó a amenazar con llamar a la policía. –Enserio amigo, sé que estás enojado, pero te pueden meter a la cárcel. Mejor ve y golpea un saco de boxeo. Es más yo te ayudo a una pelea callejera, pero ¿Matar posesiones de una anciana? Eso es bajo hasta para ti.- Lo iba guiando con cuidado, apenas y había esquivado el golpe cuando lo jaló, así que no se arriesgaría demasiado,  no con él enojado.

 

Desgraciadamente, Hanamichi con enojo encima era un peligro.

 

 

Pasaron muchos botes de basura más, algún anciano que les gritó por delincuentes, demonios hasta unos niños salieron insultados casi golpeados de no ser porque ahí si Yohei se metió a defenderlo, como prueba estaba el rojo de su mejilla. Como dolía, pero eso le dio en compensación una hamburguesa.

 

-A ver, ahora sí. ¿Me podrías decir qué demonios te pasa? Mi mejilla y yo tenemos derecho de saber.-

 

-¡Arg! Ya te dije que lo sentía, ¿De acuerdo?- Sakuragi se dejó caer contra la silla, con los brazos cruzados, apenas conteniendo la ira. Sí, se había pasado cuando los niños habían mencionado la palabra prohibida del día, pero en ese momento no lo pensó hasta que el guardaespaldas Yohei Mito se lanzó en el medio tomando el golpe como bala. –Todo es por culpa de ese zorro idiota, si no fuera por el ahora yo sería la estrella de Haruko, brillaría y ella gritaría con emoción cuando me mirara en la cancha.-

 

-Ella ya grita tu nombre cuando estás en la cancha.- Aclaró el moreno.

 

-¡Pero no de esa manera! ¡Cuando lo grita comienza diciendo Saku y termina diciendo Kawa! ¡Arg! ¡Cómo me fastidia! Como si hicieran buen juego los dos nombres-

 

-Ah sí, claro, porque olvide que me interesa que sus nombres hacen buen juego juntos.- Alzó una ceja. –Ya Hanamichi, suenas demasiado gay hablando así. Estoy comenzando a pensar que debo de estarme con cuidado cuando este a solas contigo.- Por segundos alcanzó a bajar la cabeza esquivando el golpe que le había lanzado el pelirrojo.

 

-¡Idiota! ¡Debería de emparejarte la otra mejilla!-

 

-¿Y qué? ¿Verme como si estuviera sonrojado delante de ti? ¡Nunca! El pelirrojo es atrayente pero tienes abajo algo que te sobra y arriba algo que te falta. A parte no me gustan las altas sin chiste, tal vez si arreglaras eso entonces te tomaría en cuenta.-  Sakuragi primero lo miró como si fuera a matarlo, Mito no se hizo para atrás, le respondió la mirada y dos segundos después de matarse con la misma, estaban carcajeándose con las manos en el estomago. Oh si, los dos adoraban estar juntos, Yohei era como el hermano que Hanamichi nunca tuvo y cubría un poco el vacio que sentía al vivir completamente solo.

 

-¿Ya por fin estas de buen humor rojo? Porque tengo hambre y quiero comer mucho más que esta simple hamburguesa. Dame la salsa.- Palmeó un poco y sintió como se la pasaba. Si quiera volteó a verlo recargándose un poco en la mesa. Después de que su amigo se quejara se levantó yendo por algo más de comida además de la hamburguesa. Vaya, si que le estaba doliendo la mejilla, el bastardo pelirrojo le había pegado muy fuerte, pobres ingratos de los niños si no se hubiera atravesado; deberían de hacerle un monumento.

 

Extendió la mano tomando su débil comida, mirando como pedían la suya, apenas escuchando en el fondo como sorbían de una pajilla. Volteó a los lados, no había nadie tan cerca como para hacerlo. Sería su imaginación, así que se encogió de hombros recargándose cómodamente en la silla de metal.

 

-Dame el combo 3 y el 2 con las sodas grandes y ya.- Sacó la cartera revisando cuanto era el dinero que tenía en ella, contando exactamente lo que era para la comida. No tenía a sus padres para que le ayudaran a administrar el dinero, por ello él tenía que hacerse a la idea de cuánto podía gastar para el mismo al mes y cuanto era lo que tenía que usar para comida, impuestos etc. Igual sabía que la familia Mito le ayudaba mucho llevándole víveres y en muchas cosas que él no podía pagar solo con el dinero que le daban mensualmente por lo de su padre, pero aun así, tampoco quería aprovecharse. Él era un hombre y aunque no fuera completamente maduro, debía de tener sus responsabilidades.

 

Dejó el dinero en la barra pagándole a la chica mientras esperaba por la orden. No había prácticamente nadie en el establecimiento, por lo que se la darían pronto. O eso esperaba.

 

Recargado a un lado de la barra e intimidando a la cajera con su presencia, dejó que su mente divagara acerca de las cosas que le estaban pasando últimamente. El equipo iba sensacional, él era el As de la cancha, contrario a lo que dijeran los demás; los partidos eran geniales, la emoción, el sudor, demonios, amaba todo lo que pasaba desde que estaba en el equipo de Shohoku, nunca pensó que le gustaría tanto pertenecer a ese grupo de personas. Ryota era uno de sus mejores amigos, casi tanto como Yohei, de hecho casi todos los del equipo eran sus amigos, hasta el gorila de Akagi que aunque lo negara lo quería mucho y amaría tenerlo como cuñado. Sabía que algún día lo aceptaría. El único con quien no se llevaba bien era uno…

 

Rukawa.

 

Hasta el solo pensar su nombre era acido, ese zorro había llegado a su vida solo para arruinarla. Aun podía recordar el momento en el que conoció a Haruko Akagi e hizo toda una vida de fantasía con ella, para que cuando se diera cuenta éste se metiera arruinándolo todo con la chica. Lo peor es que cuando él se miraba capaz de avanzar un simple paso, él llegaba a hacer una tontería mínima y ¡Bam! Llamaba más la atención, como con los bostezos “tiernos” de Kaede Rukawa. Perfecto, ahora quería matar algo y la caja registradora se miraba demasiado atractiva.

 

Ni cuenta se dio cuando su rostro se había transformado en la mera expresión de asesino psicótico en serie, imaginando las mil maneras de cómo hacer sufrir al zorro.

 

-¡Hanamichi! ¡Estás espantando a la cajera! ¡No se cuales sean tus pensamientos pero intenta no romper nada! ¡¡Me gusta la comida de este lugar!!- Le advirtió desde la mesa Yohei, sacándolo de sus cavilaciones mas prohibidas.

 

-¡Cómo fastidias!- Se quejó el pelirrojo. – ¡Ni que fuera a matar a alguien!- Bueno tal vez sólo a la persona en la que estaba pensando, pero sinceramente el mundo le agradecería si desaparecía al bastardo. La temblorosa cajera se le acercó apenas hablándole con miedo, dándole la bandeja de comida, ¿Era él o la chica parecía estar a punto de salir corriendo? Bien, en este instante no importaba, tenía hambre y si no iba a la mesa con las cosas Yohei pegaría de gritos tanto como una mujer.

 

Con la bandeja en las manos se acercó a la mesa, dejándola descansar en esta. –Aquí tienes, ahora come y deja de estarte quejando.- Advirtió Hanamichi, sentándose delante de él.

 

-Ya amigo, deja de pensar en esas cosas, me vas a dar la idea de que te gusta demasiado pensar en Rukawa. Si antes me estabas dando miedo con eso me darás más.- el moreno pasó las manos alrededor de la comida comenzando a ver qué era lo que iba a agarrar, notando algo raro. En la mesa había dos refrescos grandes y…revisando el contenido, una malteada. ¿Una malteada? ¿Era enserio?

 

-¿Y a ti que te pasa Yohei?-

 

Mito levantó la mirada, teniendo la ceja bien arqueada con un tanto de curiosidad. –Nada. Solo me pregunto desde cuando te gustan las malteadas de… ¿Vainilla? ¿Chocolate?-

 

-¿De qué malteada estás hablando? Yo solo traje dos refrescos.- Paseó la mirada en la mesa dándose cuenta del tercer vaso de distinto tamaño. –Yo no compré eso.-Señaló la malteada que Yohei tenía en la mano.

 

-No, porque es mío.-  Los dos se quedaron completamente callados y voltearon al mismo tiempo. Esa voz había salido de al lado de Yohei, muy suave y casi hasta desganada. Cuando se dieron cuenta había un chico con cabello azul sentado a su lado con la mano extendida. -¿Puedes devolverme mi malteada? Aun no me la he terminado.-

 

 

 

-¡¡Ah!!- Gritaron los dos al mismo tiempo levantándose y tirando las sillas. El chico apenas y alcanzo a atrapar su malteada.

 

-¡¿Cuánto tiempo llevas ahí?!- Exclamó Hanamichi mientras su amigo casi estaba teniendo un infarto por la impresión. Al demonio, ¡¿A qué hora había llegado ese chico que ni se dio cuenta?!

 

-Desde hace rato. Ustedes vinieron a sentarse a mi mesa.- Aclaró el más bajo, bebiendo tranquilamente de su casi robado vaso.

 

-¡¿Y no podías decir nada al respecto?!-

 

-Lo intenté, pero estaban demasiado concentrados.- El chico parecía no tener expresiones faciales, solo podían ver como movía lentamente los labios, pero era todo, no parecía hacer nada más que eso, como una estatua. Daba miedo.

 

-Como sea, nosotros estábamos aquí, así que anda, vete.- Hanamichi habló sentándose a agarrar sus cosas.

 

-No me iré.- Se quejó el peliazul. –Yo llegué primero, además estoy perdido. Necesito ayuda para llegar a la pensión Celeste.-

 

Apenas Yohei se había del casi infarto, sentándose también. Ese chico le había dado la espantada de su vida, era más pequeño que el pero su repentina aparición…demonios, fue aterrador por segundos.  

 

-¿Y por qué deberíamos de ayudarte? Eres un desconocido, no es nuestro deber de llevarte al lugar que estas pidiendo.- comentó hostilmente el chico.

 

-Ustedes se sentaron en mi mesa y casi derraman mi malteada, como mínimo pido que me digan cómo llegar a mi pensión. Estoy perdido y no conozco la ciudad.- sorbió un poco más de su malteada. Los chicos estaban con sentimientos encontrados, entre queriendo decirle que se fuera al demonio y dejando que su servidor comunitario les controlara por segundos.

 

-Mocoso del mal…-

 

-Ya Hanamichi, no creo que sea nada de malo llevar al chico a donde dice.- Por más miedo que diera, por menos expresiones faciales que tuviera. Al diablo, el chico parecía ser un fantasma y eso sólo lo hacía verse mas tétrico. –Yo soy Yohei Mito y el pelirrojo es Hanamichi Sakuragi.- El mismo gruñó un poco. –¿Cómo te llamas tu gasparin?- Bromeó, causando la primera expresión facial en el peliazul. Impresionante, podía tener expresiones faciales, no era una estatua.

 

-Tetsuya Kuroko.-

 

Continuara...

Notas finales:

Espero que les haga agradado. Proximo capitulo se estima para una semana mas. 

 

Hasta la próxima.


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