Besos, caricias y abrazos dolorosos comenzaban una noche…
-eh?... porque me deti-…
-Sebastian…-interrumpió el menor de ojos azules, mirando tristemente hacia abajo conteniendo su enojo y tristeza, que se querían reflejar en una lagrima- …ven siéntate… hay que hablar…
-¿Joven Amo? ¿Ciel? –Decía desconcertado el mayor- Esta usted bi-..
-No…
El menor de ojos azules miraba hacia abajo, el azabache no podía ver sus ojos, solo miraba como los labios del menor se intentaban mover tímidamente… jamás había visto así a su pequeño amo … hubo un momento de silencio… el más pequeño quería hablar, tenía miedo, pena, vergüenza, pero quería saber que sucedía con su lindo mayordomo, con sus besos y caricias… que ahora estaban totalmente vacías… se armo de valor y sin mirar a su mayor comenzó a hablar:
-N-no pu-edo seguir así; ya no puedo fingir que todo lo que ocurre está bien… y-ya no me llamas, me abrazas y besas solo cuando estas de “humor”…
-Ciel… -dijo el mayor con una mirada desconcertada-
-Y… tú aun me haces sentir, pero yo… que aun soy un niño… mi cuerpo es pequeño, frágil y sin experiencia… no puedo… ¿no puedo complacerte?… es por eso que no puedo evitar el tanto llorar, todas las noches en las que no estás conmigo, tengo miedo de que estés con alguien más… alguien que haga lo que yo no sé hacer… llegas tarde y algunas veces ebrio…. tengo miedo, miedo que no me ames más… ¿Sebastian que nos sucede?
-..- el mayor no dijo nada, solo observó, no es porque no quisiera responder… es solo que no podía entender lo que su joven amo decía… solo pensaba en el porqué… porque no se lo preguntó antes así mismo… era verdad… él había cambiado…
-¡¿QUÉ TE SUCEDE SEBASTIAN?!- le grito el menor al no escuchar respuesta alguna-No sé que hice mal… tal vez sea mi manera fría de ser… ¿Que paso entre tú y yo? … acaso acabara así… ¿todas las noches se placer acabaran así?...
El mayor estaba asombrado, aun no podía responder con certeza, su joven amo tenía razón…¿Qué pasaba?¿Que le pasaba a él mismo?¿Por qué?...
-¡NO ERES TU!... ¡Me estaba doliendo lo que me haces! Tú no eres así… cuidabas cada detalle al momento de estar conmigo… de manera en la que no me doliera… pero…. Ahora… solo te buscas tu placer…
El más pequeño comenzó a llorar desconsoladamente, lagrimas que salían son poderlas contener…
Seguía sin levantar la mirada, apretando fuertemente sus puños, arrugando su pantalón con enojo y desesperación; ya no sabía que decir, solo quería que las cosas fueran como antes… llenas de amor y dulzura.
-Extraño al Sebastian que me cuidaba…. Que me hacía sentir un niño… Extraño el sabor de ese dulce amor… ahora… solo me alimento del ayer… de esos recuerdos en los que éramos felices… de cada momento en el que estabas conmigo… de cada marca tuya dejada en mi piel… Estando tan cerca te siento tan lejos… muy lejos de mi como a un millón de millas… ahora solo me buscas cuando quieres alguien que te consuele…Ahora… solo somos lo que fue… fuimos lo que ya no es, vivimos del ayer… y solo espero que un milagro pueda haber…
-...- Sebastian solo observaba esa escena… acaso… ¿su joven amo estaba llorando?... ¿era culpa de él? Tenía razón… el ya no era el mismo… había cambiado… y eso le hacía mal a su joven amo.
-Tan solo- dijo llorando desconsoladamente, su ropa comenzaba a mojarse con lágrimas, salían muchas… tantas que era imposible controlar- Tan solo… tan solo… dime… -finalmente levantó la mirada observando a su mayor, para después gritarle con enojo:-¡DIME SI PIENSAS QUE YA NO HAY MAS REMEDIO!-
Ambos se miraron… el joven amo estaba respirando fuertemente, tenía lagrimas en todo su rostro sonrrojado, lagrimas que salían sin parar de sus ojos azules, con una mirada llena de tristeza y dolor… Mientras que el azabache mayordomo estaba con los ojos muy abiertos… estaba shock… su corazón latía agitado, nunca hubiera imaginado a su amo hablar de esa forma. Se miraron por mucho tiempo de la misma manera… hasta que:
-Ciel- dijo el mayordomo mientras le comenzaban a salir lágrimas, que al igual que las de su joven amo… eran incontrolables-
-Sebas…tian…-pronunció asombrado el menor al momento de sentir el abrazo de su mayor-.
-Mírame Ciel!-Gritó el azabache mientras apretaba el cuerpo de su amo contra el suyo aun sin dejar de llorar-¡Te prometo que todo estará bien!¡Recuerda que todo estará bien! ¡Por favor perdóname! Yo no pensé que te estuviera haciendo daño… sabes que te amo más que a nada… Te amo Joven amo… Te amo Ciel… Por eso perdóname…
El menor solo sintió como el corazón de su mayordomo latía fuertemente… sentía ese abrazo tan dulce, un abrazo que había esperado por mucho tiempo… Cerró los ojos y de igual manera lo abrazó juntando su cabeza con el pecho del mayor sintiendo el dulce aroma de este… ese era su Sebastian…. Que siempre lo protegería… Una última lágrima recorrió su mejilla.
- Te amo Sebastian… -dijo feliz mientras acercaba sus labios con los del mayor-.