Un guapo escritor se sentaba en el asiento que le correspondía en lo que podría llamarse el avión más caro y exclusivo del mundo al cual incluso para los más ricos y famosos les era difícil el acceso, ¿la razón? El vuelo llevaría al atractivo hombre a uno de los parajes más exóticos del mundo: Arabia.
¿Pero cómo había terminado el escritor más famoso de todo Japón en un viaje que normalmente no haría, rumbo hacia la bella Arabia? Bueno, la culpa la tenía su padre quien a cambio de dejarlo hacer lo que quisiera con su vida, le pidió que lo acompañara a una excursión que harían él y otros miembros del grupo Usami para poder expandir sus fronteras en Arabia. Pero ¿por qué necesitaba que el peli plata lo acompañara? La verdad por 2 simples razones, la primera era porque este era su último intento desesperado para que el oji-violeta aceptara trabajar con él y mejoraran su relación padre-hijo que desde hacía mucho tiempo se había deteriorado; y la otra era porque Akihiko sabía hablar árabe a la perfección, el cual aprendió cuando visitó el país junto a su madre cuando todavía era un adolescente.
Si, el destino había puesto su cuota al hacer del escritor el traductor más confiable que tenía Fuyuhiko así que no dudó en pedírselo. Y a pesar de negarse en un principio, la sola idea de que su padre lo dejara en paz de una vez por todas fue el detonante perfecto para que Akihiko aceptara ayudarlo.
Sería la última de las pesadas labores que tendría que hacer, por fin después de esto lograría su libertad. Aunque no le disgustaba del todo viajar a Arabia por un tiempo ya que acababa de terminar un trabajo grande que lo había dejado agotado, sin mencionar que si se quedaba lo más probable era que la loca de su editora lo acosara para que comenzara a escribir otra obra cuanto antes.
Sabía por sus experiencias anteriores que los trámites para crear una sucursal en Arabia tomarían por lo menos 3 meses, así que tendría que soportar la presencia de su padre y de su molesto medio hermano; aunque fuera de eso, eran 3 meses de vacaciones en un paisaje tan exótico como Arabia. Y era justamente eso lo que hizo que su mejor amigo de toda la vida Kamijou Hiroki le pidiera que lo dejara acompañarlo en este viaje.
Sin duda el profesor también necesitaba unas vacaciones ya que recientemente uno de sus subordinados había renunciado y los trabajos se habían multiplicado como por arte de magia. Aun así seguía optimista con la idea de que tres meses fuera de todo el ajetreo de Japón y lejos de todos esos viejos libros ayudarían a que se concentrara mejor en el trabajo en cuanto volviera.
Además, la razón principal por la que le había pedido al escritor que lo llevara consigo era el hecho de pasar tres meses completos junto a su amor imposible. Hiroki sabía perfectamente que Akihiko nunca le correspondería porque ya lo había rechazado años atrás, pero aún así el conservaba la pequeña esperanza de que algún día el peli-plata se daría cuenta de que lo amaba y vivirían juntos por el resto de sus vidas. Sí, sonaba casi a cuento de hadas pero aún así no podía evitar tener esperanzas ya que hasta ahora todas las relaciones que había tenido el famoso escritor no habían sido más que carnales, ninguna había durado más de 1 mes y siendo francos Akihiko no sería joven para siempre, el tiempo pasaba y el peli-plata se hacía más mayor y más apuesto con el paso del tiempo.
Quizás era porque nuestro amigo pensaba que el oji-violeta terminaría amándolo, o simplemente el hecho de que Hiroki siempre había sido obstinado; lo que le había permitido seguir enamorado de él por más de 15 años.
El padre de Akihiko conocía a Hiroki desde que este era niño y como este era un gran conocedor de la cultura árabe por su afición a los libros, pensó que a lo mejor su compañía sería beneficiosa en caso se presentara algún contratiempo.
La fecha se fijó para el 1 de setiembre, los preparativos fueron hechos, y justo cuando se preparaban los papeles para que el avión de la compañía pudiera aterrizar en el aeropuerto de Riad, el mismísimo sultán le mandó una carta al presidente de la compañía diciéndole que por motivos de seguridad, enviaría su avión para que los transportara hasta su país. El avión los llevaría directamente al aeropuerto privado del sultán ya que en el reino había una revuelta popular por el futuro del país.
Aún cuando el país se encontraba en una mala situación, los miembros de la corporación no podían permitirse perder un contrato multimillonario con el sultán así que pese a los riesgos, acabaron aceptando la oferta del sultán.
Y fue así como akihiko y su amigo terminaron enrollados en lo que, aunque ellos aún no lo sabían, un viaje que marcaría para siempre sus vidas.