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Sol de Invierno por Carito_d

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Notas del capitulo:

Holi a toda la gente hermosa que lee este fanfic ♥ aqui con un nuevo capitulo espero que lo disfruten y comenten harto ke nos alegran el dia ♥

 

PD: Preparence para el siguiente capitulo que se viene bieeeeeeeeeen bueno.

PD2: Happy 2Min 4th Anniversary :3

 

Capítulo 13

Dos fuertes golpes en la puerta parecían no ser suficientes para ser oídos en el interior, pega la oreja a la madera, intentando escuchar sobre el silencio si se escuchaban ruidos de alguien habitando ahí; respira con cuidado atento, entonces un par de pasos que se arrastraban, comienzan a ser escuchados a la lejanía.

Otro golpe en la puerta para intentar apresurarlos y quizás otro más para que de verdad se apurara. Estaba ansioso, nervioso y un poco de todo.

Nunca había pasado más de cuatro días sin ver a Taemin, ya casi se estaba convirtiendo en un record. Arregla su bolso sobre su hombro y ordena su sombrero como si fuera a presentarse delante de una de las personas más importantes del mundo. Lástima que cuando se abre la puerta se lleva la sorpresa de que no veía lo que se esperaba.

La viva imagen, si es que se podía decir así, de Taemin era un real asco. Su cabello se encontraba a tal punto de desorden que Key se preguntó hace cuanto no pasaba un peine o un poco de shampoo por él. Se veía algo así como un mendigo.

-       ¿Tae…minnie?- le pregunta con dulzura al notar que el chico aún no fijaba la vista en él. Cuando lo hizo, sintió una angustia en su corazón.

-       No puedo dejarte entrar, estoy castigado.

Castigado y una mierda. Él era Key, el que le importaba tan poco lo que pensaban los papás del menor que ni siquiera se dio el tiempo de pensar en no ingresar a la casa, solo da un paso y se lanza sobre los hombros de su mejor amigo, casi asfixiándolo con su abrazo. Se le impregna en la punta de la nariz la mezcla de olores que tenía el menor; entre cigarrillos y ropa que estaba siendo usada más de lo debido. Aún así no lo suelta, comenzando a acariciarle un poco los hombros, cuando nota que finalmente Taemin se rinde y hunde la cabeza en su cuello. No se sabía cuál de los dos necesitaba más ese abrazo, pero el castaño cree que no podrá soltarlo en un buen rato, porque tenía la necesidad de un cariño externo de esa forma que lo hiciera olvidar toda la amargura vivida y los recuerdos que le latigaban la mente una y otra vez.

Taemin suelta un suspiro y se deja acariciar, mientras aún se aferra a la cintura de su amigo, casi pidiéndole a gritos desesperados que no lo dejara solo, que no lo dejara caer.

Y Key lo sabe. Cree saber todo solo por ver como estaba, por ver como se encontraba y como desesperadamente soltaba un grito de auxilio inaudible. Cree que llevan más de cinco minutos abrazados, pero lo estaría todo el día si es necesario. Solo cuando siente al menor comenzar a separarse cree que debería dejarle las cosas claras de inmediato, que no lo regañaría; no ahora que lo veía así, casi desfallecido.

Sabía que gran parte se debía a sus padres que probablemente lo habían tratado pésimo, pero algo le advertía que no era solo eso, que había algo más, algo que le había quitado el brillo a sus ojos, oscureciéndolos como antes.

Como antes de que conociera a Minho.

-       ¿Quieres hablar?- cierra la puerta y se queda unos segundos apoyada en ella, Taemin no se demora mucho en asentir-. Un café estaría bien ¿no?

Un café y muchos más que se verían venir. Key había ido dispuesto a regañar a su mejor amigo por su actitud rebelde que había tenido, pero al verlo así, solo prefería seguir tomando café y escuchándolo.

Uno y otro tras otro.

Taemin frotaba sus manos en torno al tazón, nervioso, mientras Key se servía un poco más, dejando la cafetera sobre la mesa. Da un sorbo y espera que el menor comience, lo mira, pero parece no entender o simplemente no querer hacerlo.

No tiene problemas en partir él con tal de borrar ese silencio incómodo que pocas veces se producía entre ellos.

-       ¿Todo esto es culpa por el idiota de Minho? –nota como el menor da un respingo al oír su nombre, sobresaltándose-. Este castigo es solo su culpa, maldito idiota.

Cree que no le dirá nada y que seguirá con su silencio absoluto, pero no es así.

-       No es culpa de él- a Key le es imposible no notar que no dice su nombre.

-       Si es culpa de él. Minho te insitó.

-       No- ahora casi parece frustrado al tener que llevarle la contraria. Era como si le doliese-. Yo soy el único culpable. Siempre lo seré porque soy una mierda de persona y nunca cambiaré. No creo que pueda hacerlo.

El rubio abre los ojos sorprendido ante su confesión, mientras Taemin toma otro sorbo de café, escondiéndose tras el tazón, casi avergonzado.

¿Qué tenía que ver eso con el secuestro de Minho? ¿Y por qué le hablaba de eso que no tenía nada que ver en el tema?

El menor apoya la cabeza sobre sus manos, suspirando ante el atento silencio que causó impactando a su mejor amigo. Ahora estaba más que seguro de lo que le habían dicho sus padres, porque ni siquiera Key era capaz de negarlo.

Por suerte logra salir de su estupor.

-       No, Taemin. Por supuesto que no- deja de golpe la taza en la mesa y se inclina hacia a él casi en una actitud desafiante-. ¿Por qué estás pensando esas tonterías? ¿AH? ¿Por qué estás diciendo tanta basura sobre ti? ¿Acaso no te quieres? ¿Acaso no sabes lo maravilloso que eres para el mundo? ¿Para mi? ¿Para Minho?

Cuando dice el nombre del moreno nota como el pequeño cierra los ojos, apretándolos con fuerza. Eso pasaba. Era algo con Minho. Minho era el causante de la herida.

O Minho y algo más que no se tardaría en descubrir.

-       Minho no tiene nada que ver aquí- le susurra sin mirarlo a los ojos. Al parecer no se cree capaz.

-       Taemin.

El menor juega con un hilo que cuelga de su polera sin concentrarse ni escuchar a su amigo. Simplemente no quería mirarlo. Quería acabar con esa conversación e intentar dar vuelta la página como si nada hubiese pasado. Como si sus padres no le hubiesen roto sus últimas ilusiones y como si Minho nunca hubiese existido.

Minho no se merecía a alguien tan inútil. Alguien como él.

Sabe que si levanta la cabeza, terminará diciéndole la verdad a la única persona que lo conoce al mil por cierto, sin demorarse mucho en comenzar a derramar lágrimas que se avergüenza en botar.

Cuenta hasta diez y sus ojos se comienzan a aguar sin siquiera levantar la cabeza.

-       Taemin mírame.

La voz de Key suena como eco dentro de su cabeza, intentando luchar con su mente y traspasar la barrera que siempre se encargaba de interponer cuando era la hora de demostrar sus sentimientos.

-       Taemin.

Ahora estaba a su lado. No consciente con lo difícil que era de tenerlo en frente de él, decide sentarse a su lado y traladearle la cabeza aún más para que le dijera la verdad. Se cree incapaz de pensar y recordar que tenía que seguir siendo fuerte como tanto le decía su padre. Fuerte como un macho de verdad.

Una lágrima se asoma por el borde de su ojo y duda en caer. Finalmente lo hace y Key lo nota apenas recorre la piel de su rostro.

-       Minho no tiene la culpa, Key hyung.

Le susurra limpiándose la mejilla y escondiendo su vista con el flequillo para que no lo viera llorar, pero recuerda todas las frases que le dijeron sus padres y le es imposible que su vista no se nuble aún más. Pero una cálida mano lo levanta desde el mentón, mirándolo de una manera consoladora e intentando decirle que todo estaba bien, solo que Key prefiere ser más directo y se levanta y lo abraza de tal forma que lo hace sentir resguardado.

Taemin no recuerda hace cuanto no lloraba de esa manera, pero solo lo hace, sin miedo a sentir vergüenza o miedo a ser rechazado. Key era su mejor amigo, la persona que siempre estaba ahí para él por mucho que lo regañara por las estupideces que hacía, pero después de todo admitía que lo amaba como nadie en el mundo. Siente como una mano le acaricia la nuca con cuidado como si fuera un objeto frágil, mientras palabras consoladoras llegan a su oído. Pero él tiene pena, tanta pena que cree que se secará y se quedará sin lágrimas. Sin las lágrimas suficientes para llorar por la ausencia de Minho y por el grave error que hizo al dejarlo ir por culpa de sus padres.

Minho no se merecía una persona como él. Se merecía alguien que lo quisiera tanto como él demostraba y que no tuviera miedo de escaparse hasta el último rincón del mundo por miedo a sus padres.

Minho era invaluable.

Valía diez Taemin o quince o quién sabe cuantos más.

**

Jonghyun se acuesta de golpe en la cama de Key, estirando sus piernas apenas nota el roce de las sábanas. Da un par de vueltas hasta conseguir la posición perfecta, que terminaba convirtiéndolo en un ser casi acurrucado; por lo demás, Key solo recogía prendas que habían desparramadas por la hbitación, intentando ponerle orden a ese caos que había dejado en la mañana.

Key siempre que estaba frustrado o apenado limpia. Es su mayor secreto oculto, pero que todos finalmente terminan suponiendo.

Dobla un par de poleras con mucho cuidado y las apila sobre la esquina de la cama ante la atenta mirada de su novio.

-       ¿Por qué no te acuestas un rato?

Por un momento casi le ofende la pregunta, pero no le parece del todo mal. Quizás le haría bien cambiar el extraño hábito que le daba con la preocupación por uno mucho más humano y cariñoso. Duda por un instante, pero finalmente asiente recostándose al lado de su novio. No pasan muchos segundos para que Jonghyun se abrace a su cintura y esconda la cabeza en su cuello.

Le gusta su aroma y el calor que le transmite, pero aún así no deja de pensar en Taemin. En las lágrimas que se mezclaron en su ropa que al parecer le transmitieron toda su angustia a él.

-       Extrañaba esto- le susurra en su oído, mordiéndole el lóbulo de la oreja.

Pero Key no está para ese tipo de situaciones y se separa de golpe, casi empujándolo.

-       No Jonghyun- le reta con el ceño fruncido-. No quiero.

No quería sexo desenfrenado ni besos que comenzaban tiernos y terminaban con ambos cuerpos desnudos sobre su cama. No. Eso no ahora. Taemin se había apoderado de su cabeza y le anulaba todo tipo de calor en su cuerpo.

Jonghyun suelta un bufido y mete los dedos entre su flequillo, comenzando a fastidiarse. No era necesario preguntar que le pasaba, estaba de más.

-       ¿Qué pasó con Taemin? –recuesta su cabeza sobre la almohada, admitiendo su derrota antes de tiempo. Key lo mira y agradece internamente que a veces no sean necesarias las palabras para que supiera que era lo que pasaba.

Quería al moreno. Más de lo que alguna vez pensó que podría hacer. Con sus estupideces y sus berrinches por culpa de Taemin que lo hacían quererlo más.

Le regala una triste sonrisa, agradeciéndole.

-       Está castigado- susurra-. Peleó con sus papás y… exageraron. Exageraron demasiado con él. Está pésimo, se encuentra una basura y

Un beso en el cuello lo interrumpe de golpe, llevándose la sorpresa de un nuevo Jonghyun que se le había acercado mientras intentaba contarle lo sucedido. El moreno lo mira desde su lado, dándole cortos besos en el cuello, intentando seducirlo.

De pronto le dieron ganas de dejar de quererlo tanto.

-       Jonghyun te dije que no- ahora si lo empuja con su brazo, sentándose en la cama y mirándolo furioso-. No ahora, no en una hora ni no más tarde. ¡Te estoy contando algo importante y sales con esto! ¿Eres tonto o qué?

Ahora el moreno parece enojarse, pero sabe que no es así.

-       ¡Pero se pondrá bien, lo sé! Taemin es fuerte, es grande. Sabe lo que hace.

Eso le enfurece más que antes. Le dan ganas de ahogarlo con la almohada y luego de besarlo hasta dejarlo sin oxígeno.

-       ¡Pero resulta que Minho está involucrado! ¡Y por si no sabías, Minho es tu mejor amigo!

La cara de Jonghyun cambia de golpe, obligándolo a sentarse también.

-       ¿Minho le hizo algo? –se tapa la boca con una mano, dramático-. ¿Hizo algo que Taemin no quería?

El golpe de la almohada le llega de todas maneras, espantándole todas esas ideas estúpidas y sin sentido que se le habían metido en la cabeza.

-       No seas idiota. Taemin no lo quiere ver más, dice que Minho no se merece a alguien tan basura como él, ¡y mientras pasa eso tú intentas tener sexo conmigo!- otra mirada de furia y un nuevo cojín sobre él-. ¡Maldito desconsiderado!

-       ¡¿Y por qué Minho no me ha dicho nada?!

-       ¡Qué se yo!

Key deja una almohada sobre sus piernas, dejando caer de golpe sus brazos sobre ella. Ahora se sentía mucho más frustrado que antes. Sin duda alguna, no había nada como ordenar y limpiar su ropa, ninguna otra técnica servía para distraerlo.

-       Lo peor de todo, es que me siento pésimo con Minho- continúa sin saber si era escuchado-. Lo traté pésimo como si él tuviera la culpa. Pensé que había obligado a Taemin y no fue así.

-       Siempre te dije que no era culpa de él- le hace un puchero-. Nunca me crees.

Sabía que esa era otra estrategia para obtener deseos carnales, era increíble lo persistente que podía ser.

-       Basta, Jonghyun- le advierte-. No obtendrás lo que deseas. No ahora.

El tono de voz de Key le advierte que hablaba en serio y que no habría forma de hacerlo cambiar de opinión. Mejora su posición junto a él y se da cuenta de lo preocupado que está, casi pareciera que se largaría a llorar en cualquier momento.

Jonghyun no quiere pasar por eso, por lo que enreda una de sus manos con las de él, acariciándolo suave. En un principio el rubio se resiste, pero finalmente se deja querer.

-       ¿Por qué le pasan estas cosas a Taemin?- apoya la cabeza en el hombro de su novio, mientras el moreno no detiene las caricias-. Es demasiado bueno y pequeño para que sufra tanto.

-       Taemin se ve fuerte.

-       Pero no lo es- susurra-. Lamentablemente no lo es.

Termina por pasarle los brazos por su espalda hasta que Key queda completamente sentado sobre él. Y se quedan en silencio por quién sabe cuantos minutos; solo es posible escuchar el pequeño ruido que hace Jonghyun al darle suaves besitos en la cabeza a su novio, intentando tranquilizarlo, y un par de corazones que terminan coordinándose a la hora de latir.

**

Le había costado luchar con su orgullo. Lo pensó una y mil veces. Minuto tras minuto y respiración tras respiración la noche anterior. Jonghyun lo había apoyado y le había dicho que estaba orgulloso de su hazaña, Key solo asentía aún sin poder creer lo que haría.

Sería algo histórico en la historia de los perdones.

-       Todo por Taemin- se decía a sí mismo, caminando por los pasillos que daban a las salas de trabajo-. Solo por Taemin.

Abre una de las puertas del salón más grande y le pregunta a una estudiante que conocía si había visto a Minho por alguna parte. No fue necesaria la respuesta porque lo vio al fondo del lugar con un par de audífonos puestos sobre sus orejas, trabajando completamente solo.

Sintió que sus pasos se hacían más pesados, pero aún así no eran tantos los necesarios para un recorrido tan corto. No se demoró nada en llegar a su lado.

Toce para hacer notar su presencia, pero nota como la música se escapa de los audífonos, soltando unos gritos atronadores en el medio del silencio. Se notaba a simple viste que el moreno tampoco se encontraba en su máximo estado de felicidad.

Nota como un corte atravesaba su mano, seguramente ante alguna distracción de su parte al haber hecho una maqueta. Suelta un escalofrío y justo en ese instante Minho se voltea y lo ve de frente a él, atravesándolo con la mirada.

Supo de inmediato que eso no sería algo fácil de hacer.

-       Hola- le saluda apenas lo ve quitarse los audífonos.

-       ¿Qué pasa?

Su tono de voz suena tan seco que de inmediato la furia comienza a hervirle en su cuerpo, quitándole el ánimo calmo que traía para entablar una conversación con él.

-       Necesito hablar contigo- le dice en el mismo tono-. Ahora.

-       Habla.

Se inclina nuevamente sobre la mesa y continúa realizando el trabajo que hacía antes de verse interrumpido. Corta un par de cartones mientras Key aún analizaba la ofensa que la acababa de hacer.

¿Ni siquiera lo miraría mientras él le decía lo que tenía que decirle?

Le importa un comino lo que le diría Taemin si lo viera en ese momento. También lo que pensaría Jonghyun y todos los que están ahí. Él es Key. No es cualquiera. NO SEÑOR. El merece respeto.

-       ¿Podrías parar la tonterita que estás haciendo o me tendré que subir a la mesa para que me mires a la cara mientras te hablo?

La cara de asesino que coloca el moreno al escucharlo es tal, que se arrepiente de haberlo amenazado de tal manera cuando el muchacho se encontraba con un corta cartón en la mano. Por suerte ve que lo deja de lado y se cruza de brazos para mirarlo, al parecer interesado.

-       Necesito terminar la “tonterita” así que por favor que sea corto.

-       Me tomaré todo el tiempo que necesite- se aguanta la palabra imbécil que por poco se le sale. Ve como Minho mueve la cabeza en señal de que ya puede comenzar a hablar-.

Admite que le cuesta. Que se toma unos segundos para empezar y que enreda sus dedos entre sí porque es dificil que le salgan las palabras, pero finalmente las suelta, de golpe, como si no soportara tenerlas más guardadas y ya estuvieran dándole picazón en la lengua.

-       Lo siento, Minho.

Siente como se libera de un peso, sintiendo los hombros mucho más livianos y cómodos que antes. Incluso se siente capaz de sonreír y de estar liberado de todo tipo de furia que tuvo segundos atrás.

-       ¿Por qué?- la calma parece no apoderarse del cuerpo de Minho, que lo mira con la misma cara de antes, e incluso algo más complicado.

-       ¿¡Cómo que por qué!?

-       No sé que hiciste.

La rabia no se había ido. Le vuelve como si hubiese estado atenta a volver al estado de ebullición.

-       ¿Estás hablando en serio?

-       ¿Tengo cara de broma?

Minho lo mira serio, sin ningún apéndice de felicidad. Key se pregunta hace cuanto no sonríe.

-       ¿Te parece normal que te haya culpado de algo que no tuviste culpa?

-       ¿De qué mierda hablas?

-       ¡De que te raptaste a Taemin!

Ahora parece todo calzar porque el rostro del moreno no es el mismo, transformándose en uno completamente distinto al haber escuchado ese nombre que al parecer no tenía ganas de oír.

-       Ah. Eso.

-       Sí. Eso- otro silencio incómodo y Key se arrepiente de que el chico no siga cortando cartones como lo hacía hace un momento-. Perdón por haberte culpado por eso. No tenías la culpa completamente por lo que supe.

…por lo que supe.

Era más que obvio que Taemin había hablado con Key o sino no estaría frente a él, hablándole al parecer, de manera tan incómoda.

-       Da lo mismo- bufa, enojándose más que cuando lo había visto llegar.

-       ¿QUÉ?- le dice gritándole y llamando la atención de todos los que habían en la sala-. ¿¡Vine hasta acá y da lo mismo!?

-       Solo tuviste que cambiarte de facultad, es caminar tres cuadras, no exageres tanto.

Key suelta un bufido que hace volar un par de cartones del chico, y se arregla su sombrero más que harto de la situación. Creía que encontraría a Minho mucho más destruído y de una forma que daría pena hablarle, pero no así, altanero y como si no hubiese pasado nada.

¿Qué mierda le había dicho Taemin para dejarlo así?

Prefiere acabar con la conversación de golpe e irse antes de que cometiera otro error contra el moreno que ya se hallaba inmerso nuevamente en su burbuja. Se despide con un susurro y el otro le responde con un movimiento apenas visible para todos.

Había sido la conversación más extraña que había tenido en su vida, y que más encima, le había dejado un gustito raro en el estómago, como intentando decirle que no se debía ir aún y no tenía que rendirse en hablar con Minho, pero el chico no daba señales de nada hasta que Key estuvo lo suficientemente lejos como para notar algún cambio en su rostro.

Porque si Key se hubiese demorado un poco más, tan solo cinco minutos más, hubiese visto como el rostro de Minho se transformaba en uno que dejaba sin palabras, que era imposible de representar y de describir, en uno casi distorsionado.

Minho sintió el movimiento de celular apenas de dejo de ver el lugar por el cual había desaparecido el rubio, fijando su vista inmediatamente en el aparato. Podía ver que le había llegado un mensaje nuevo, que sinceramente, no tenía ganas de ver. Pero por una fuerza extraña y de quién sabe dónde, tomó de todas formas su teléfono e hizo un leve movimiento sobre la pantalla para descubrir de qué se trataba.

Minho creyó que el tiempo se había congelado y se había preocupado solo de hacerle sentir emociones extrañas que no lo dejarían trabajar. Deseó no haber leído el mensaje. Deseó haber perdido su celular.

E incluso, deseó no tener ganas excesivas de ir al lugar en donde se le pedía.

Minho, soy Taemin. Te espero a las seis en mi casa. Te necesito.


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