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Sol de Invierno por Carito_d

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Notas del capitulo:

Hola queridísim@s :33 disculpen la demora, pero al fin el capítulo está aquí, en honor a la hermosura del 2min que recientemente salió en el último concierto <33 lamentamos informarles que la otra semana no habrá capítulo por problemas de salud de la que escribe (estrés universitario), pero el próximo se vendrá recargado y con más emoción n___n disculpen nuevamente y no dejen de leernos que no nos olvidamos de uds, saludos <333

p.d.: x cada review estás aportando para que minho con taemin hagan cochinaditas en los conciertos <3333

<3

Minho suelta un suspiro, dejándose caer al lado del cuerpo de Taemin. Ambos caben a duras penas en el sillón, pero consiguen acomodarse sin que ninguno de los dos caiga al piso.

Las respiraciones agitadas comienzan a acompasarse, mientras que el moreno siente como la temperatura de su cuerpo ya comienza a disminuir.

Cinco minutos ya y ninguno de los dos había hablado.

No por quedarse sin palabras, sino que por no saber qué decir. O por lo menos eso creía Minho, que llevaba un rato preguntándose si debía preguntarle algo o simplemente interesarse por si estaba bien. Pero Taemin seguía sumergido en un mundo anexo al de él, mirando el techo como si fuese la obra de arte más interesante que había en el mundo.

¿Cómo estuvo? ¿Fue muy corto? ¿Te duele algo? ¿Tienes hambre?

No. Definitivamente no. Ese era el tipo de preguntas que probablemente solo sería capaz de hacer Jonghyun luego de alguna actividad de sexo desenfrenado. Pero él no. Por respeto a si mismo y a Taemin.

Pero de pronto siente como el peso en el sillón disminuye de golpe, subiéndolo un poco de nivel al verse desocupado el lugar de su lado.

Mira con algo de extrañeza a su costado, viendo la espalda y cuerpo desnudo de Taemin, que luchaba con su ropa interior, pasándola rápidamente por sus piernas para comenzar a caminar. Para caminar e irse de ahí.

Lejos.

Minho ve la figura del menor desaparecer por la escalera, ya sentándose en el sillón.

¿Qué pasaba? ¿Le había hecho algo? ¿Debió haber hecho ese tipo de preguntas? ¿Debió simplemente decirle una estupidez?

¿Le dolía mucho?

Mira a ambos lados como si fuera a aparecer una figura anexa a ayudarlo, pero solo se encuentra con la absoluta oscuridad y penumbra que había en la casa. Siente un vehículo que pasa por la calle, irrumpiendo sus pensamientos y quizás obligándolo a analizar más de la cuenta.

Se debió haber enojado. Eso era. O a lo mejor no era capaz de decirle que quería que se fuera, entonces simplemente desapareció suponiendo que él lo adivinaría por si mismo.

Era una buena táctica, aunque algo ajena a lo que alguna vez se esperó Minho.

¿De verdad se tenía que ir así de rápido luego de lo que había pasado? ¿No era algo demasiado… insensible?

Cree que sería bueno ir a ver si está bien o simplemente si necesita algo, luego se iría y lo dejaría tranquilo. Sí. Buena idea.

¿Pero y si desde ese minuto ya quería estar solo? Era bastante probable que si eso era así, en los próximos quince minutos tendría que presenciar un espectáculo poco gustoso para él, en donde se le pediría que abandonara el lugar y no volviera.

¿Qué mierda había hecho mal?

Recoge del piso sus bóxers y se los coloca rápidamente para recoger un poco más allá su camiseta que yacía arrugada bajo un montón de ropa. Apenas alcanza a pasarla por su cabeza, cuando siente los mismos pasos devolverse por el lugar que habían desaparecido.

Ve a Taemin solo con unos pantalones cortos delante de él y sin camiseta, casi tal como había desaparecido. Solo que ahora tenía un paquete de cigarrillos en su mano y una sonrisa que no daba a creer que lo fuera a echar de ahí.

-       Pensé que sería bastante sexy verte fumando en el sillón- le susurra aún delante de él, mirándolo algo embobado-. Así como en las películas.

Estaba completamente equivocado. Era un idiota. El menor nunca se le pasó por la cabeza echarlo de su casa.

Maldita inseguridad que a veces se apoderaba de su cuerpo.

-       Pero no sé fumar.

Taemin le sonríe y se sienta de piernas cruzadas sobre la alfombra, para luego dar suaves golpecitos a su lado pidiéndole que se sentara junto a él.

Minho ni siquiera se hace de rogar.

El cigarrillo se enciende al mínimo roce con el fuego, mientras el menor lo sostenía en sus labios concentrado en su trabajo. El moreno no sabe si se pierde en el menor o en el humo del tabaco cuando comienza a salir.

Apenas alcanza a percatarse cuando ya le ofrecía el cigarrillo con cuidado.

-       No inhales muy fuerte o te dará un ataque de tos apenas toque tu garganta.

Lo primero que hizo fue lo primero que no debía hacer. Siempre le pasaba eso. Por apresurado o simplemente por no escuchar. El humo parece apoderarse de sus pulmones, obligándolo a toser constantemente ante la preocupada mirada de Taemin.

Minho estaba seguro de que si hubiese estado con Jonghyun este se hubiese ahogado también, pero de la risa, pero Taemin solo lo miraba atento ante cualquier síntoma peligroso. Su preocupación le hizo volver a respirar normal.

-       Esto es una mierda- le dice aún tosiendo cada ciertos lapsus de tiempo-. No sé como puedes fumar eso.

El hecho de haber podido hablar tranquiliza mucho más al menor, sacando una reacción normal de su parte, riendo al fin a carcajadas como se esperaba en un principio. Pero Taemin se levanta nuevamente desde el piso, susurrándole levemente al chico que no se fuera a ningún lado, que ya volvería.

Lo extraño fue cuando lo vio llegar desde la cocina con una botella de suju y una sonrisa que no dejaba pensar en cosas buenas.

-       Yo debería estar haciendo mi hermosa maqueta.

-       Pero, estás con el hermoso de Taemin.

Le sonríe sentándose a su lado y dejando su cuerpo lo suficientemente pegado al del moreno como para transmitirle algo de calor. Minho suelta un suspiro y toma la botella para darle un largo trago, provocando un escozor que hace mucho no sentía por su garganta. Siente la mirada de Taemin pegada en su rostro obligándolo a voltearse y limpiarse con ayuda de la camiseta.

-       ¿Qué pasa?

-       ¿Desde cuándo te gusto?

No podía negar que la pregunta le habia sorprendido más de lo que siempre solía hacer Taemin. Las palabras casi se le habían escapado por sus carnosos labios, permitiéndole un tramo corto de un par de segundos para que analizara lo que le había dicho.

Ve al chico tomar un largo trago de la botella, sin dejar de mirarlo, esperando su respuesta como un niño que espera un dulce.

-       No lo sé- se sincera-. Solo pasó de pronto.

Taemin no parece conformarse con la respuesta, soltando un sonoro bufido que ni siquiera intentó ocultar. O que quizás sonó más exagerado de lo normal debido a que el alcohol ya comenzaba a subírsele a su cabeza.

-       Me esperaba una respuesta más apasionada, debo admitir- le dice sonriéndole.

-       ¿Algún ejemplo don Apasionado Lee Taemin?

-       ¿Me estás preguntando a mi?

La botella ya tenía menos de la mitad del contenido, apoderádose lentamente de ambos cuerpos que ni siquiera se habían dado el tiempo de ingerir algo para no emborracharse. Minho siente un leve mareo, mientras que Taemin sonreía ya casi excesivamente.

Verlo en ese estado le quitaba completamente el aire inocente, transformándolo en alguien más seductor de lo que alguna vez se le cruzó por su mente. Casi traga saliva con dificultad.

Intenta acercarse lentamente, pero siente el peso de la cabeza del menor sobre su hombro, acomodándose sobre él. Un suspiro le indica que ahora era el momento para preguntarle.

-       ¿Desde cuándo te gusto Taemin?

Le gustaba cuando él lo llamaba. Le gustaba mucho.

-       No te lo diré- susurra casi como un ronroneo, abrazándose a la cintura de Minho-. Quiéreme mejor.

Como si fuera muy fácil no hacerlo.

-       Pero yo te lo dije- alega, pasándole los brazos sobre los de él para acercarlo mejor. Deja una de sus manos en el final de su cuello, acariciándolo con cuidado como si fuera un pequeño gato en busca de amor-.

-       Cuando me des una respuesta con más emoción puede que te lo diga.

-       ¿Y por qué no ahora?

-       Porque no quiero- se queja, separándose y mirándolo fruncienco un poco el ceño-. Ya basta, si no te diré.

-       Pero tu empezaste el tema.

-       Y yo lo termino.

Se abraza nuevamente a la cintura de Minho, obligándolo a que coloque sus brazos como lo tenía antes, acurrucándolo como hace unos instantes. Esconde la cabeza en el cuello del moreno, cerrando los ojos al sentir el calor de su cuerpo. Siente como las palpitaciones del chico le golpean la frente, casi con un ritmo que lo encandila.

Se cree capaz de estar así por siempre y sin tener ningún tipo de problema.

Pero sabe que le dirá algo. Que Minho es insistente y querrá saber que cuando lo vio por primera vez y que si hablaron algo. Pero no le dirá. No aún. No ahora. Había estado demasiado expuesto con él como para contarle todo de una vez.

Siente como la garganta del moreno baja al tragar saliva, advirtiéndole lo que se aproximaba.

-       Te encontré exquisito desde la primera vez que te vi sin ropa en tu habitación.

Taemin sonríe, pero aún sin abrir los ojos. Demasiado para estar borracho y aún ser capaz de reaccionar.

-       ¿Debería decir gracias?

-       Deberías decirme desde cuando te gusto.

Ríe. Le es imposible no hacerlo si está con una persona tan testaruda e infantil como Minho.

Se levanta del lugar en donde está, llevándose consigo un quejido por parte del chico, alegando que tenía ese costado del cuerpo caliente y que ahora tendría frío.

Cosa que era más que mentira. Solo le avergonzaba decir que quería seguir abrazado a él.

Taemin se levanta de todas formas y busca entre las ropas revueltas en el piso, donde pudo quedar su cajetilla de cigarrillos que solía desaparecer. Se tambalea un poco al agacharse, balanceándose de un lado a otro mientras miraba entre los pantalones que pareció encontrar.

Minho se reía de la escena, viendo perfectamente donde estaba lo que le buscaba. Pero no le diría, tenía que admitir que le divertía la situación.

Pero la lucha dura solo un par de segundos más, enojándolo apenas vio como posaba un cigarrillo sobre sus labios. Apenas era capaz de mantenerse de pie, pero sabía perfectamente como se encendía y como mantenía en cigarrillo en su boca sin ayuda de sus manos. Se sienta al lado de Minho y lo mira, intentando decirle que ahora podía abrazarlo nuevamente.

Solo que a Minho ya no se le antojaba.

-       Odio que fumes.

-       Y yo que seas amigo de mi hermano.

-       Hablo en serio.

Taemin suelta el humo con lentitud, al costado del moreno, sin permitir que el olor a tabaco le invadiera su espacio.

De verdad le gustaría dejarlo. Solo que era una maldita necesidad que ocupaba el vacío que dejaba la gente en él. Por crudo que sonara, él solo fumaba porque se sentía solo. Porque sentía que nadie lo quería y que no era necesitado por nadie.

Da una calada más y esquiva la mirada de Minho que lo observaba desde hace un par de segundos.

-       Hey- le llama, acariciándole el cuello para que lo enfrentase.

-       No dejaré de fumar, Minho. Es como si yo te dij

-       Mientras estés conmigo no quiero verte fumar- le interrumpe, casi susurrándole, como si le costara coraje hablar-. Ahora yo puedo ser tu cigarrillo para que te sientas tranquilo.

Fue demasiada información para un cerebro con exceso de alcohol y necesitado de amor más que nadie. Taemin siente como el tabaco se va consumiendo, dejando caer restos de colilla sobre la alfombra de la que tanto presumía su madre. Siente que pestañea lento y que Minho ya no lo ve seguido sino que a través de fotogramas que sacan sus ojos cada ciertos lapsus de tiempo.

¿En qué momento se había embriagado tanto? ¿Embriagado de… amor?

Ve como el moreno le quita el cigarrillo de la mano, apagándolo sobre un vaso, y se levanta para acercársele y tomarlo sin ningún exceso de fuerza. Siente el calor de su cuerpo sobre el suyo, dejándose llevar y abrazándolo desde el cuello, casi como un koala.

Nota como suben las escaleras, sin poner ninguna ayuda de su parte, y solo abrazándose a Minho que caminaba con él encima sin ningún problema. Apenas sabe donde está y qué hora era cuando siente que el moreno se inclina con suavidad y lo deja caer sobre su cómoda y tan codiciada cama. El calor desaparece y las heladas sábanas le entumecen la espalda.

Suelta un escalofrío antes de volver a buscar a Minho entre la oscuridad. Que al parecer ya se iría.

-       No te vayas- su voz suena mucho más suplicante de lo que hubiese querido, pero el alcohol apenas lo dejaba actuar sobre su cuerpo-. Quédate conmigo hasta mañana, por favor.

Sí. Una vez más se cumplió la teoría de que Minho ya no se podía negar.

Asiente en la oscuridad, sin saber si el menor lo había visto o no y cierra la puerta de la habitación, quitándose una vez más la camiseta que llevaba sobre su cuerpo. Entonces siente un largo suspiro a su lado, pudiendo ver gracias a un haz de luz desde la ventana, como Taemin ya había caído rendido en los brazos de Morfeo. Y cree que sería mejor que él durmiera en el sillón del piso de abajo para no molestarlo, pero cuando ve al menor moverse hacia el rincón, dejándole espacio suficiente para él, se da cuenta que sería un poco egoísta de su parte privarse de algo que le hubiese gustado hacer hace mucho tiempo.

El colchón apenas se hunde con el peso de su cuerpo, dejándolo acostarse con suma tranquilidad al lado del menor. Aprovecha de pasar las sábanas sobre ambos cuerpos, acurrucándolos y haciéndoles notar que el calor anterior no había sido por la temperatura del ambiente sino que solo de ellos.

Y Minho suelta un escalofrío, mientras Taemin le regalaba un nuevo suspiro a su lado, sumergiéndose más y más en el sueño que había parecido embargarlo. Pero tiene frío, y le es imposible de un momento a otro dejar de tiritar. Se encoge más bajo las sábanas, llevándolas casi hasta el borde de su nariz.

Entonces siente una pequeña mano cruzarse por su estómago y abrazarse a él, mientras una cabeza se metía en el espacio entre su cuello y su hombro, apoderándose de él como tan acostumbrado estaba. Su respiración le choca con cuidado sobre su mentón, embriagándolo mucho más de lo que había logrado el alcohol, dejándolo caer rendido como si nada en esa maldita red que se llamaba amor.

**

Un fuerte rayo de sol azotaba la cara de Minho, obligándolo a que despartase en cualquier minuto. Pero el moreno lucha y no quiere y voltea el rostro al lado contrario, topándose con lo frío y fresco de la almohada que no le sirvió de mucho cuando comenzó a sentir el mismo calor de antes pero ahora en el cuello.

Se niega aún y arruga un poco los ojos, sin abrirlos del todo. Intenta enfocar en algún punto, pero comienza a sentir lo aprisionado que estaba con el cuerpo de menor que se encontraba completamente desarmado encima de él, ya casi al punto de ahocarlo.

Mueve un brazo, en vano, y el otro lo estira hasta alcanzar su celular que se encontraba un par de centímetros más allá en el piso. Cuando ve la hora y recuerda lo que tiene que hacer, se da cuenta que no tiene otra opción que despertarlo de alguna forma.

Solo que el menor parece dormir como un tronco.

-       Hey- le susurra con cuidado sin querer asustarlo-. Taemin, me tengo que ir.

-       Mmm

-       Me tengo que ir- le repite-.

-       Mmm

A Minho le es imposible no burlarse y más si lo veía en ese estado de inconciencia absoluta. Se escapa debajo de su cuerpo, dejándolo caer a un lado de donde habían estado minutos antes. Taemin frunce un poco el ceño al sentir que su costado se helaba por la ausencia de alguien, pero no lo suficiente como para despertarlo por completo.

El moreno lo mira de pie, aún con una sonrisa en su cara por verlo en ese estado.

-       Me quiero bañar- le dice lo suficientemente algo para que lo oyera.

Ve su delgado brazo levantándose desde las sábanas, para indicarle un poco más allá en donde podía encontrar lo necesario para que de una maldita vez lo dejara seguir durmiendo.

Lo que tampoco le tomó demasiado tiempo como para dejarlo tranquilo.

La piel de Minho se puso tensa apenas tocó el agua hirviendo, agarratándole los músculos por unos segundos para luego comenzar a relajarse. Masajea su pecho y un poco la espalda, aún pudiendo sentir restos de la saliva de Taemin en él.

Cosa que no era tan evidente como las marcas azuladas que comenzaban a aparecer alrededor de todo su cuello, al igual que los arañazos que adornaban su bien formada espalda.

Mira su cuerpo marcado frente al espejo, sorprendiéndose a si mismo sobre como podría ocultar eso. Acaricia con cuidado un hematoma que tenía cerca de la clavícula, sonriendo inevitablemente por la situación.

Jonghyun veía eso y era hombre muerto.

Entra a la habitación en donde se encontraba el chico, creyendo que aún estaría durmiendo y continuaría ignorándolo; cosa que no fue así.

Taemin apenas lo vio entrar soltó una sonrisa que era capaz de iluminar el día más nublado de Corea. Observa a Minho. Lo estudia. Mira su cabello mojado y como las gotas se aprovechan del cuerpo que le pertenece a él, recorriéndolo más de lo que cualquier tenía permitido.

Traga saliva ante la imagen de verlo solo en ropa interior, teniendo que enfocarse en un nuevo punto si no quería terminar bañándose con agua fría dentro de los siguientes segundos.

-       ¿Qué pasa?

La voz de Minho le interrumpe sus pensamientos subidos de temperatura, obligándolo a bajarse de su nube e intentar hablar de forma normal como si nada hubiera pasado.

Como si aún no pudiera asimilar lo que habían hecho un par de horas atrás.

-       Tu cuello- se excusa, apuntándolo.

-       Ah, sí- le sonríe-. Creo que necesito una bufanda.

-       De tres metros- era su culpa, pero le era imposible no molestarlo-. Lo siento.

-       Da igual.

Se miran diciéndose cosas que no son capaces de pronunciar, metiéndose por debajo de la piel y acercándose mucho más de lo que alguna vez creyeron estar.

Minho le gusta mucho. Demasiado. Como nunca antes lo había hecho alguien. Quizás por eso no le podía quitar nunca la vista de encima.

Le daba igual si lo colocaba incómodo, simplemente no podía dejar de estudiarlo.

Su cabello negro. Un ojo mínimamente más pequeño que el otro. Los brazos. Moretones por culpa de él y cuerpo que sacaba más que un suspiro en su colegio.

Era Choi Minho. El hermano de Sulli. “El modelo”. El estudiante perfecto de arquitectura.

El placer culpable de Taemin.

-       ¿Volverás más tarde?

Intenta que su pregunta no suene desesperada a pesar de que su rostro decía todo lo contrario. No podía negar que un miedo estúpido comenzaba a invadirle el cuerpo. A apropiarse de cada célula, volviendo a transformarlo en la misma persona insegura de siempre. En la que no se quería a sí mismo y no se permitía querer a ningún otro por miedo a que le hicieran daño.

-       Llámame cuando te levantes.

Asiente con cuidado, con más miedo que antes.

¿Qué pasaría si esto era un juego para Minho y terminaba asesinándolo por dentro?

Diversas preguntas de inseguridad comienzan a llenarle el cerebro cuando siente que el colchón se hunde levemente, sorprendiéndolo con unos labios que ya tan bien conocía, sobre los suyos. Sabe a pasta de diente y cree que nunca le había parecido un sabor tan llamativo.

Minho le sonríe apenas se levanta, yéndose de inmediato del lugar, sintiendo a la lejanía como bajaba de dos en dos las escaleras que tanto odiaba.

Siente que su cuerpo se hace más pequeño y que en cualquier momento las sábanas lo absorverán y no dejará rastros de su organismo.

La puerta de la casa se cierra de un golpe, dejándolo completamente solo al fin.

Por muy estúpido y patético que sonara, sentía que ya lo echaba de menos.

**

Seis de la tarde y aún Taemin no lo llamaba.

O tenía anemia terminal, o simplemente quería ignorarlo después de lo que pasó.

¿¡De verdad era capaz de hacer eso!?

Deja un trozo de cartón sobre la mesa y se sienta sin soportar más, llamándolo de inmediato a su celular. Si tanto quería ignorarlo, probablemente le cortaría, pero solo escuchaba el tono una y otra vez esperando por ser contestado.

¿Le habría paso algo?

… ¿Por su culpa?

Se cruza de brazos, mirando el edificio erguido que tenía frente a él. Había trabajado más rápido que nunca. Se le había ocurrido una idea excelente en menos de lo que canta un gallo y hasta había hecho el desayuno para su hermana y su madre.

Sí. Era imposible aguantarse la felicidad.

¿Y si iba a verlo?

Llama una vez más y se repite lo mismo.

Sí. Iría.

Y estaba tan contento que hasta el trayecto hacia su casa se le había hecho corto. No tenía ningún pensamiento negativo sobre si Taemin lo rechazaría, solo estaba preocupado por si le había pasado algo.

Solo eso.

Sí. Eso.

Toca el timbre de la casa una y otra vez, esperando ver la cabeza que tanto lo estaba volviendo loco, recibiéndolo con una sonrisa que cada vez lo encandilaba más.

Pero nada. Ningún movimiento ni ruido.

Parecía como si nada hubiese estado ahí.

Retrocede hasta quedar a la vista de la ventana del piso superior, justo en la habitación de la que se había retirado unas horas atrás.

¿Y si de verdad lo estaba ignorando?

¿Y si solo estaba jugando con él?

-       Mierda.

Se toca la frente con la mano, quizás desapareciéndole la felicidad instantánea que tanto le había motivado la mañana.

No. Eso era imposible. Taemin no era así.

Era demasiado bueno como para ser así.

No alcanza a sonar nuevamente un ring del teléfono, cuando siente una ventana abrirse encima de él. Un Taemin algo desorientado saca su cabeza, intentando enfocarlo por sobre el sueño.

-       Ten- le grita, lanzándole un manojo de llaves para que abriera la puerta y entrara por su propia cuenta.

Y Minho piensa que es un idiota. Un GRANDÍSIMO idiota por dejar que la inseguridad lo invadiera.

Las cosas seguían en el mismo orden de antes, advirtiéndole que probablemente el chico ni siquiera había salido de la habitación para ir al baño.

Lo ve desparramado sobre la cama, durmiendo boca abajo, con tan solo una camiseta puesta y los mismo bóxers del día anterior que ya tan bien conocía.

Y se da el tiempo de quedare en la puerta, mirándolo sin temor a que lo pillara in fraganti como sucedió la primera vez que lo vio. Se da el lujo de cruzarse de brazos y esperar a que en algún momento note su presencia.

Ojalá que dentro de ese mismo día, porque parecía dormir como nunca.

Se interna en el lugar, sentándose al lado del chico que hasta casi parecía soñar. Mete los dedos entre sus finos cabellos, arreglándoselo con cuidado luego de despeinarlo.

Una y otra vez.

-       Me siento en el paraíso.

Su voz suena áspera contra el colchón, asustándolo de pronto, y deteniendo de inmediato sus caricias sobre su cabeza.

No quería despertarlo. Podía quedarse perfectamente así hasta el fin de sus días.

-       ¿Qué?

-       No pares.

-       ¿Qué?

Sin abrir los ojos y sin voltearse, toma una de las manos de Minho y la vuelve a colocar en el lugar en donde se encontraba antes. Hace el intento de imitar las caricias, pero sin un gran resultado.

-       Hazme cariñito.

¿Cómo mierda pudo pasarse por su cabeza que no lo quería ver? ¿Acaso el pegamento de las maquetas le había comido el cerebro?

Le rasca con suavidad detrás de las orejas y un poco más debajo de la nuca. Siente que Taemin está casi a punto de colocarse a ronronear.

-       Deberías levantarte- le sugiere.

-       ¿Qué hora es?- se voltea, pero lo suficiente como para que no detuviera sus caricias.

-       Las seis y media.

-       ¿Tanto dormí?- Minho asiente, riendo de su impresión.

-       Deberías comer algo o te volverás más delgado de lo que estás. Puedo ir a comprar algo al supermercado, mientras tu te levantas y te bañas- le sugiere.

-       Huelo a ti- le interrumpe, sorprendiendo al notar como las mejillas de Minho tomaban algo de color.

El moreno solo atina a levantarse y volver a repetirle que era mejor que se levantara para que pudiera comer.

-       Minho- le llama antes de que se fuera.

-       Mm

-       Tráeme un helado rico para tomar- le sonríe.

¿Uno? Si le sonríe así es capaz de traerle una heladería completa.

Intenta no demorarse demasiado comprando, mirando de un lado a otro contínuamente por su aparecía su madre y lo veía en actitud sospechosa.

Sonríe en el solo hecho de imaginarse a su madre presentándole a Taemin como su… ¿novio? ¿amigo? ¿compañero? ¿primo… lejano?

¿Qué eran?

¿En qué se habían convertido luego de lo que habían pasado juntos?

¿En cómplices?

Abre la puerta con las mismas llaves de antes, excepto que al entrar no encuentra todo como había quedado la noche anterior. Sino que mucho más limpio y ordenado como estaba antes.

Se queda de pie frente a la puerta, con una bolsa de papel en la mano y sintiendo el calor de la comida evaporarse.

Taemin miraba televisión casi hipnotizado como si no existiera nada en el mundo. Un par de gotas recorrían su cuello escapándose de su cabello mojado y cayendo finalmente al precipio del sillón.

Pero eso no lo hipnotizó.

No fueron ni las gotas ni los dibujos animados que veía ni los colores que sobresalían.

Fue su sonrisa. Esa que se había instalado en su cara y parecía no quererse ir por ningún motivo. Porque con ella era capaz de iluminar una habitación y un planeta completo.

Minho traga saliva y mueve un poco la mano tras quemarse con el calor de la comida.

Fueran lo que fueran. Amigos, novios, desconocidos. Le daba lo mismo.

Con esa sonrisa era capaz de vencer dragones y saltar montañas. Montañas que nunca nadie había logrado saltar y que él por primera vez pudo y Taemin no se opuso.

Cuando Taemin se da cuenta de su presencia y lo mira y sonríe aún más, Minho cree que podría morir de felicidad y que ni siquiera se opondría.


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