Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sol de Invierno por Carito_d

[Reviews - 918]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola queridisim@s, el capítulo se viene un poco tarde pero viene igual :)smile! luego de muchas discusiones internas x el capítulo finalmente lo terminamos; primera vez que nos cuesta tanto un capítulo u_u así que ámenlo por favor heart<3 otra cosa distinta al tema, es que ambas somos chilenas e iremos al music bank (no sé si todos lo saben, pero vienen a Chile muchos grupos como Super Junior, Rania, After School, Davichi, CN Blue y MBLAQ) grin!! así que comenten quién también irá a gritar y llorar como nosotras smile:')

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene lemon :O



Un review es un besito de Minho para Taemin heart<3

 

Minho voltea la hoja de la croquera y suelta un suspiro aún sin creer lo aburrida que podía ser esa clase. Anota con rapidez un par de palabras que el profesor les sermoneaba, mientras Jonghyun imitaba su sonido solo que tras el sueño que lo tenía profundamente atrapado.

Llevaba más de quince minutos dormido sobre su cuaderno y ya estaba mojando la hoja hace bastante rato con su saliva. Era algo deprimente, pero a Minho le causaba bastante gracia.

-       ¿Es posible que alguien pueda dormir tanto como Jonghyun?

Onew se sienta a su lado rápidamente, llegando atrasado y con un café en la mano, lo que le dejaba claro que se había quedado dormido una vez más.

-       Parece que tú también puedes hacerlo- se burla.

-       No es mi culpa que se esté llenando de autos Corea- bufa, sacando una croquera para ponerse a escribir.

-       Debiste salir antes.

-       Si lo hice, solo que Taemin me pidió que lo llevara y me atrasé.

Cuando Minho escucha su nombre a la mitad de robarle un sorbo de café a su amigo, siente como el líquido quema su garganta casi obligándolo a escupir.

Taemin de mierda.

-       No pensé que mi acto de buen hermano causaría tanta impresión- se burla dándole suaves golpecitos en la espalda.

-       Y yo creí que odiaba que lo fueras a dejar.

-       Yo también- asume sin sospechar porque Minho sabía eso-. Pero ahora está distinto… está como cambiado.

-       ¿Cambiado?

Un fuerte salto de Jonghyun asusta a ambos chicos, despavilándolos de su tema de conversación y enfocándose en él. Y ven al muchacho tan desorientado y con los labios brillosos tras la silava derramada, que lo único que causa en ellos, es una risa que apenas pueden disimular.

-       Estaba soñando- les susurra, rascándose los ojos-. Y era un sueño tan lindo, pero tu celular de mierda me despertó.

-       ¿Mi celular?

Atrae hacia sí la mochila en la que su mejor amigo dormía plácidamente y saca el teléfono que ya se encontraba encendido tras la vibración.

Tenía un mensaje de texto y sabía perfectamente de quién.

Sonríe antes siquiera de leerlo.

Te echo de menos. Extraño tus cariñitos ricos :(

-       ¿Quién es?- le interroga Jonghyun.

-       Alguien que consigue que sonría como imbécil- le responde Onew intentando levantar un poco la cabeza al igual que Jonghyun que también quería husmear.

Pero Minho era más rápido y escondió el celular dentro del bolsillo de su pantalón.

-       Era Sulli.

-       Sí, claro- le responden al unisono.

-       Taemin anda igual que tú- le dice Onew de pronto.

Minho se remueve en la silla incómodo por volver al tema del menor, mientras que Jonghyun se acomodaba mejor para oír como solían hacer las viejas.

-       ¿Igual que Minho?

-       Sí, igual de sospechoso.

-       Silencio allá atrás o sino se retiran los tres por su cuenta.

Jonghyun hace el intento de levantarse para irse realmente, pero Minho logra jalarlo del asiento para que volviese a sentarse, pero sin la intención de dormir.

-       Era un tema interesante- susurra el moreno a Onew.

-       ¿Mi relación con Sulli?- ironiza.

-       ¡Les hablo en serio!

El grito de la profesora alerta al grupo de amigos y sobretodo a Jonghyun que no paraba de despotricar en su contra. El silencio que generó en la sala fue tan sepulcral que más de una cabeza se volteó al sentir la vibración de un celular.

Para rematar, de Minho nuevamente.

-       ¿Sulli otra vez?

Jonghyun es el primero en tener que salir de la sala. Minho fue el siguiente y por culpa del recién nombrado que se dedicó a llamarlo al celular para que también lo echaran del lugar.

Por suerte del moreno, Onew no tuvo que salir por lo que no se vería incómodo ante una nueva mención de Taemin.

Ya que no vienes nunca a verme, obligado a tener que hacerme cariño solo.

-       ¿Y tú dónde mierda te vas tan rápido?

Las pisadas de Minho apenas alcanzaban a oírse con la rapidez que iban. Jonghyun mira el camino por el desaparece, quedándose un par de segundos para ver si en serio lo dejaría solo en el pasillo.

Al parecer sí porque nadie va con esa rapidez al baño porque te dan ganas de la nada. O tenía problemas gravísimos a la próstata o había comido algo vencido hace más de un año.

Y ojalá fuera así.

Porque cuando Minho entra al cubículo del baño y cierra de un solo golpe, no despotrica contra su próstata ni contra algo vinagre que le cayó mal al estómago.

Despotrica una y otra vez porque Taemin con solo una oración haya conseguido colocarlo tan caliente de la nada.

**

-       ¿Estás segura que me puedo quedar acá? No quiero ser una molestia para tu mamá.

-       Nooooo, en lo absoluto- Sulli le da un golpecito en el hombro y sonríe-. Ella te ama y ni siquiera estará, tiene turno esta noche. Y Minho… solo estará en su pieza y apenas existirá.

-       Oh.

-       No tienes de qué preocuparte.

Taemin le sonríe como respuesta y se acomoda a su lado sobre el sillón. Era una buena idea, por mucho que estuviera mintiendo o más bien, “omitiendo información”, era una excelente idea que tan solo le había llevado cinco minutos en concretar.

Los mejores cinco minutos de toda su vida.

O por lo menos hasta que ocurririera algo esa noche. Si es que era posible.

-       ¿Es aburrido que tus papás se vayan al sur, no? Yo los odiaría.

-       Suelo odiarlos incluso hasta los días que están acá.

-       Ah, bueno. En ese caso no es aburrido.

-       En absoluto.

Ambos ríen hasta que la puerta de acceso se abre y deja al descubierto una figura que ambos tan bien conocían. Minho se queda en el umbral, algo impactado sin atinar si entrar o no. Llevaba unos cartones en la mano, mientras que en la otra aún sostenía las llaves de la puerta.

-       ¡Al fin veo tu cara!- le grita Sulli con una enorme sonrisa.

A Taemin le dan ganas de gritárselo también, pero se ve en la obligación de esconderlo. Se odió por no haber podido hacer lo mismo con su sonrisa.

-       Como si fuera posible que olvidases mi cara- logra responderle luego de salir del estupor y cerrar la puerta para acercarse y darle un largo abrazo.

Cuando llega el turno de saludar a Taemin, la cosa se vuelve un poco más complicada. Le gustaría tener la posibilidad de algo como un abrazo eterno o un beso que llegue a faltarle el aire, pero una leve inclinación de su cabeza es lo único que consigue.

Por ahora.

-       ¿Cuántos contratos conseguiste hoy de parte de tu profesor?- le pregunta una cariñosa Sulli que casi consigue poner celoso a Taemin. Minho recién recuerda que no están solos en la sala y que su hermana estaba ahí, por lo que desvió la mirada y se dirigió a ella. Con dificultad.

-       ¿Para que quieres verme trabajar tan pronto? ¿Para conseguirte tus costosos lujos?

-       Para que me dones tu habitación y la pueda usar como guardarropa- se burla.

-       Eso quisieras.

-       Era una broma- se cuelga de su cuello y le da un sonoro beso en la mejilla.

Y Taemin admite que sí. Que está tan celoso que le dan ganas de hacerle lo mismo sin tener la necesidad de cohibirse o esconder su deseo de comérselo a besos.

Puto mundo heterosexual.

-       No quiero que te vayas nunca de la casa- continúa la chica con ayuda de sus besos-. Ni que te cases ni estés con ninguna persona cochina de mala muerte.

El menor agradece el gesto de que haya dicho persona y no chica, lo que casi sintió como un halago poder encontrarse en esa oración de odio.

-       Ya basta, muchos besos- se queja el moreno empujándola con un brazo para retroceder un poco casi con la intención de irse-. ¿Tienen hambre?

Ambos asienten casi compitiendo por cual de los dos sonreía más.

Minho se queda hipnotizado en una sola sonrisa.

-       Deberías pedir pizza- propone Sulli. Taemin asiente.

-       ¿Seguros?

-       Sí- le responde mirándolo de una forma casi descarada, como si quisiera desnudarlo solo con la mirada-. Pizza estaría bien, Minho hyung.

Es impresionante como una persona, una mísera persona, puede conseguir que su cuerpo logre casi desmoronarse con una sola oración. Con un par de palabras que hacen que se le sacuda el estómago y algo más abajo.

Debía admitirlo, Taemin lo tenía caliente.

Hirviendo.

Y le cuesta pensar. Le cuesta recordar que existe y que tiene que respirar mientras come. Le es dificil concentrarse en la masa de la pizza si cada cierto tiempo una pierna, que dudaba que fuera la de Sulli, frotaba la suya de una manera tan lenta y desesperante que le daban ganas de frotarse contra las paredes.

Le dolía la ropa. Le quemaba.

Cuando mira a Taemin, intentando decirle que si no se detenía ahora no podría controlarse y tendría que asumir las consecuencias, el muy descarado le guiña un ojo como si Sulli no estuviera presente y ambos estuvieran solos en una burbuja.

O en un sauna.

Que era lo que más se asemejaba a un lugar con tan alta temperatura.

-       ¿Tienes que trabajar mucho hoy?

La voz de Sulli lo hace volver a la sala y a concentrarse en su respiración que ya casi se encontraba ausente.

-       Mmm… algo así. Pero estoy bien, no te preocupes.

-       Onew no trabaja tanto como tú, Minho hyung- le interrumpe Taemin de pronto, acomodándose sobre la mesa y deteniendo las caricias al fin.

No sabe si que haya detenido el roce de su pie con su pierna o el solo hecho de que le haya llamado hyung, consigue desesperarlo más.

Se rasca la frente, intentando ocultar su maldito deseo de lanzarse sobre la mesa y no solo besarlo, sino que devorarlo.

-       Es un vago- se intenta burlar.

-       Sí- admite Taemin serio-. No es como tú que te quedas trabajando hasta tarde siempre.

Sabía que eso iba con doble sentido. Conocía ese maldito brillo en su mirada y su cara de desear algo hasta tal punto que lo conseguiría.

-       Taemin se quedará con nosotros hoy en la noche, ¿te dije?

Fue una oración demasiado corta para haber contenido información tan importante.

¿Quedarse? ¿Ahí? ¿En el mismo lugar que él? ¿Toda la noche?

Oh. Oh.

Sin duda, esa noche sería más larga de lo habitual.

No había duda de eso.

**

Sostiene el cartón con una mano, mientras la otra se encargaba de cortarlo con una habilidad digna de presumir. Llevaba más de cuatro horas trabajando, ya entrando al horario de madrugada. Le daba lo mismo que al otro día tuviera que lidiar con unas oscuras ojeras mientras pudiera tener por lo menos un par de horas libres en las que pudiera hacer lo que se le diera la gana.

Como raptar a Taemin por ejemplo.

Sonríe solo con el hecho de pensarlo y deja el cartón recién cortado sobre un montón de papeles.

Dos pliegos más y el trabajo estaría casi listo.

Pero las piernas ya no le dan más y prefiere sentarse y darse el lujo de poner algo de música a esa hora. Probablemente todos ya estaban sumidos en un profundo sueño que será imposible de sacarlos, así que se da el permiso a si mismo de ponerlo en un volumen lo suficientemente oíble.

Clickea sobre una canción y no alcanza a pasar ni siquiera un minuto en el que siente dos manos meterse por el cuello de su polera, acariciándole el pecho como pocos tenían el derecho de hacer.

 

Minho se deja acariciar e incluso se da el lujo de cerrar un poco los ojos, disfrutando. Extrañaba sus caricias, no le era dificil admitirlo.

 

Y tampoco descubrir de quien se trataba.

 

-       ¿No tienes frío trabajando así?- Minho mueve el cuello hacia un lado y Taemin le acaricia en la nueva parte exigida-. Hace demasiado frío para que estés vestido así solamente.

-       ¿Me estás controlando?- voltea con cuidado la silla, quedando frente al menor que lo miraba con el ceño algo fruncido.

 

(Sí.)

 

-       Claro que no. Solo lo decía porque solo una persona tan anormal como tú puede andar con solo con camiseta y bóxers cuando apenas hacen dos grados.

 

Como si fuera un problema verlo así.

 

-       Estoy bien- le susurra acercándolo del polerón y hablándole lo suficientemente cerca para que su aliento lo encandilara. Lo que parecía tener efecto-. Y ahora mejor.

 

Se observan, se miran, se besan.

 

Lento pero rápido, sin sentirlo pero colocándose la piel de gallina. Minho lo acerca desde el cuello y Taemin busca algo de que afirmarse porque dios, había olvidado lo desatinado que lograba ponerlo con solo colocarle un dedo encima. Suspira en su boca y Minho le lame los labios, pero sin besarlo.

 

Le dan ganas de decirle cuánto le extrañaba, pero no quiere sonar como típica adolescente enamorada que pueda asustar en un solo minuto a Minho. El moreno le mete los dedos entre el cabello y no lo deja escapar, acercándolo una vez más.

 

Sentía que ya se estaba quedando sin saliva.

 

-       Minho- le cuesta separarse, pero lo hace de todas formas-. Minho…

-       Mmm

 

El moreno queda con el cuello estirado cuando ve que Taemin se levanta y lo mira algo extrañado. Le sonríe, pero sigue con esa mirada sospechosa.

 

-       ¿Por qué te levantaste?

 

Es casi una orden.

Taemin se acerca otra vez, pero esta vez se sienta en sus piernas, permitiendo que el moreno solo le pasara las manos por la cintura, por debajo de su camiseta. Le acaricia con la nariz el hombro, mientras que el menor se deja estar.

 

-       ¿Qué pasa Minho?

 

El moreno lo mira sin entender a qué se refería.

 

-       ¿Tiene que pasar algo?

 

Le besa el hombro, el cuello y debajo de la oreja. Taemin disfruta y le cuesta pensar, porque es dificil concentrarse y negarse cuando te besan ahí.

 

-       Minnnnho- ya hasta le cuesta decir su nombre-. Sulli está al lado.

-       ¿Y?

 

Le da un poco de rabia su despreocupación. Solo un poco.

 

-       ¿Y? ¿Y?- lo vuelve a separar intentando poner su mirada más temible-. Que Sulli nos escuchará.

 

Minho deja caer ambos brazos al lado del cuerpo de Taemin, rindiéndose ya de lo que tenía pensado. Se rasca el flequillo frustrado aún con el peso del menor sobre sus piernas, rechazando la hermosa idea de cambiar su trabajo por algo más de entretención con el menor. Aún siente su mirada de reproche cuando una de sus manos lo acercan de la camiseta atrapando sus labios con un beso lo suficientemente salvaje como para lo que tenía pensado.

 

-       Eres un maldito- le susurra contra su boca, sonriendo a pesar de todo-. Si nos descubren…

-       No lo hará.

 

Taemin se levanta de sus piernas, sin separar ni un centímetro su boca, abrazándose a su cuello, mientras Minho caminaba junto a él hasta la puerta para pasarle el puto seguro que no lograba encontrar. Se quedan jugueteando un par de minutos ahí; Taemin acorralándolo contra la puerta mientras Minho luchaba por volver a tener el poder.

 

-       Tienes las manos heladas.

 

El moreno sonríe malicioso y continúa tocando al menor por debajo de la ropa, casi de forma desesperada. De un momento a otro comenzaron a caminar hacia la cama, mientras Taemin se encargaba de quitarle la camiseta por sobre la cabeza.

 

-       Ya se calentaran- le susurra Minho contra su boca, ganándose un mordisco en los labios.

 

Lo acuesta con cuidado encima de la cama, a la vez que también le quita el polerón y la camiseta con un solo movimiento. Agradecía que no tuvieran que hacerlo nuevamente en un sillón porque esa vez había sido algo casi contorsionista.

 

Taemin lo acerca desde el cuello, quedando encima de él, besándolo y saboréandolo por todo el tiempo perdido que habían tenido esos días. No recordaba el sabor de sus labios ni como su corazón conseguía alborotarse al tenerlo tan cerca.

 

Rogaba porque sus palpitaciones no se alcanzaran a oír en la habitación del lado.

 

Minho intenta luchar pero no puede porque es demasiado, porque es demasiada saliva y no logra controlarse, no logra recordar como se vivía ni como era posible ser racional en momentos así. No se acuerda de su hermana ni de la vecina ni de las paredes ni de nada. Se aferra al cubrecama porque se tiene que aferrar a algo o los labios de Taemin conseguirán asesinarlo, entonces el menor hace un rápido movimiento dejándolo bajo su cuerpo y tomando él la iniciativa.

 

Minho no se resistía, solo se dejaba querer. En alma y carne.

 

Y Taemin parte desde lugares inbesables hasta lugares irresistibles. Primero la frente, los ojos, pieldemasiadapiel, la nariz, diosMinhodios, los pómulos, la mandíbula, ese maldito hueso que tanto se acentuaba cuando hablaba y que lo hacía perder la concentración apenas lo veía aparecer. Prueba cada rincón del cuerpo de Minho, marcándolo de su propiedad y saboréandolo como si se tratara del mejor helado del mundo. Le besa el rostro, los labios, tras las orejas, el cuello, el pecho, lo muerde, diossssTaedioss, y eso consigue colocarlo más caliente si es que alguna vez no lo estuvo. Escucharlo decir su nombre entre mugidos era un deleite para sus oídos.

 

Se sienta sobre él, sobre esa maldita parte de Minho que parecía tener vida propia, y comienza a rozarle más de lo que era necesario; le besaba el pecho, el abdomen, alrededor de los pezones, mientras sus caderas no paraban de friccionar las de Minho, provocando que soltara más de un gemido por minuto.

 

Y pensar que en algún momento se preocupó por Sulli.

 

Minho se afirma de su espalda, lo rasguña, lo marca, lo hace de su propiedad y aún así no es suficiente porque si el menor no se detenía explotaría, no, ni siquiera eso, estallaría antes de lo necesario. Taemin era un malnacido, no había otra forma de explicarlo.

 

-       Diosssss- gime ya sintiendo una gota de sudor por su espalda-. Mierda, Taemmmmin, para, diosssssss.

 

El menor mueve con más rapidez sus caderas, friccionándolo aún más, con una sonrisa de oreja a oreja.

 

-       ¿Qué cosa?- el tono inocente apenas le resulta.

 

Minho lucha con una fuerza sobrenatural y logra sentarse quedando a milímetros de la maliciosa sonrisa de Taemin. Y se contagia, también sonríe y el menor le pasa las manos por el cuello, sosteniéndolo de la cabeza. Sus pestañas chocaban y sus alientos se combinaban. Taemin le muerde el labio inferior algo fuerte, pero sin besarlo, aún con ese puto y maldito movimiento de caderas, mientras Minho cerraba los ojos inconscientemente antes de sumirse en un profundo beso. Y el menor se deja estar porque cuando el moreno va bajando las manos por su espalda, rasguñando y apropiando lo que le era suyo, llega hasta su trasero y lo aprieta y le duele porque diosssssMinnnnho.

 

No ahoga un gemido en su boca, sino que más de diez.

 

El moreno se aprovecha de su debilidad y lo toma con una facilidad impresionante y lo vuelve a colocar bajo su cuerpo porque ahora le correspondía a él sufrir todo lo que le había hecho. Taemin ahoga un nuevo gemido cuando siente los dientes de Minho incrustrarse en su hombro y luego lamer la zona que se comenzaba a poner roja.

 

Y baja, besa cada centímetro de piel y sigue bajando; crea un delgado camino de saliva brillante mientras sigue descendiendo cada vez más hasta llegar al borde de la ropa interior del menor. Levanta la cabeza lo suficiente para mirarlo y casi burlarse de su rostro de desesperación. Cuando Minho mete un dedo entre su bóxer y comienza a sacarlo con una lentitud digna de locura; Taemin emite un gruñido desde el fondo del estómago.

 

-       Shtt… con calma, Lee.

 

El castaño está deshecho del todo y Minho es malvado y siente que lo tiene que hacer pagar por todos esos malditos mensajes que le revolucionaron las hormonas durante toda la semana. Le saborea los labios, distrayéndolo y volviendo a colocarse encima de él. Despeinado y sudado, Taemin le busca la boca y ahoga un fuerte gemido cuando siente una de las manos de Minho metiéndose entre ambos cuerpos y tocándolo más de lo debido.

 

De hecho, lo estaba tocando.

 

Minho le besa entre los homóplatos, mientras su mano se manejaba casi por si sola. Y Taemin se afirma de las sábanas, de la piel del moreno, de su trasero, Minho voy a- tienes que- dios no puedo- diosssssssssss- Minhodiossssss.

 

Le pasa la lengua por el cuello y le besa el lugar recientemente humedecido.

 

-       Me gusta como hueles- ronronea cerca de su óido-. Me gusta como sabes.

 

Y lo hace. De una sola vez y sin rodeos. Embiste contra Taemin, sin haberse percatado en qué momento se quitó incluso su ropa interior. Y lo hace de tal forma que el menor suelta un gemido desde el fondo de su garganta, casi desgarrándosela.

 

Ya no sentía el mismo dolor que la primera vez, no señor, ahora sentía que podría morir de placer.

 

-       Minnnnnnnnnnnnho.

 

Lo acerca del cabello y le come la boca a mordiscos. Lo hace rápido y desesperado. Desesperado de Minho, desesperado de piel y fluídos que lo hacían perder la razón.

 

Minho le lame los homóplatos y le muerde los hombros. Marca el recorrido de su transpiración con la lengua, mientras sus caderas siguen embistiendo a un ritmo que parece siempre constante. Cuando no le está besando le acaricia el abdomen, apretándole la cintura y dejando blanca la zona por la que pasaban sus dedos. Las caderas del moreno son tan huesudas que chocan contra el culo de Taemin y nota los huesos. Pero el menor es mucho más fuerte de lo que aparenta, soportando ese maldito ritmo agónico. Rápido, despacio, más despacio y otra vez esa maldita fricción que lo condenaba. Más rápido y un poco más y el maldito condenado de Choi Minho no se cansaba.

 

Taemin está desesperado y no se lo dice nunca.

 

Le dan ganas de gritar y gemir de lo más profundo de su cuerpo cuando siente a Minho de esa manera. Se le olvida la existencia de Sulli y lo hace de todas formas.

 

Cuando las sensaciones son demasiado reales, parecen irreales.

 

Le besa como si fuera un juguete y le muerde donde le plazca. Entonces cuando Taemin le amenaza que está al borde del colapso, que no soporta más, que no resiste, él le dice ni se te ocurra. Siente que las embestidas están durando una eternidad y que está tan expuesto que no se cree capaz de poder abrir los ojos. El placer lo está inundando y Minho se hunde con él. Siente un ir y venir de emociones, casi como si estuviera flotando en el cielo y una estocada cada cierto tiempo lo hace volver a la tierra y recordar que vive, que de verdad siente lo que siente y que la electricidad que le recorre todo el cuerpo al sentir a Minho dentro de él no es algo de su imaginación.

 

Siente un placer al final de su columna vertebral y está seguro que eso es verdad.

 

-       Diosss-Minho-no-aiiish-Minhhh-te odio- ashhhhh.

 

Le entierra las uñas, lo muerde apenas se acerca y no lo deja escapar. Es injusto que solo él este sufriendo esa agonía mientras el muy hijo de puta parece gozarla más que nunca. Se siente en el vacío y en el lleno, cayendo y flotando.

 

Minho le da una embestida con más fuerza quedándose atrapado en los labios del menor, mientras Taemin lo aferraba hacia si porque no lo quería dejar escapar. Siente que se pueden quedar así por mucho rato, inmersos en ese puto placer que apenas los dejaba respirar. Le pasa las piernas por la espalda, abrazándolo, a la vez que encogía rápidamente los dedos de los pies porque ya se veía venir.

 

Minho pierde el control de repente y sin aviso. Su ritmo se quiebra y cae sobre él, repitiendo palabras y su nombre revuelto entre ellas con una voz irreconocible. Balbucea palabras sin sentido y sin control.

 

Respirando con esfuerzo y sin aguantarse más, Taemin lo imita. Mientras Minho intenta volver a la realidad, el menor explota desde su interior manchando mucho más de lo que se creía posible. El moreno jadea y coloca un brazo sobre su cuepo y de repente el mundo parece un lugar mejor. Taemin huele a sexo y le cuesta respirar, le cuesta volver a concentrarse en vivir y en recordar en donde se encontraban. Es intenso y mucho más masculino de lo que alguna vez alguien tendría la posibilidad de ver.

 

Taemin era lija y terciopelo. Fantasía y realidad.

 

Le dan ganas de confesársele y decirle todo lo que siente y lo que le hace sentir en su estómago apenas lo ve o escucha algo sobre él, pero se aguanta porque no quiere sonar cursi ni asustarlo.

 

-       Lo sabía, Choi.

 

Su voz suena rasposa y sensual. A Minho le dan ganas de lamerle la cara y el cuerpo entero.

 

-       ¿Qué?

-       Que soy tu maldita debilidad.

 

Siente los ojos de Taemin mirándolo de costado y le dan ganas de que esa noche dure toda la vida.

 

Toda su maldita y puta vida.

 

**

 

Un rayo de luz llega directo a la cara de Taemin que se encontraba escondida en el espacio del cuello de Minho. Lucha un poco en contra el sol, escondiéndose en el moreno y abrazándolo desde el estómago.

 

Entonces piensa.

 

Eso no estaba bien. Para nada bien.

 

Levanta nuevamente la cabeza, aún abrazado del moreno y nota los fuertes rayos que lo habían despertado. Ve a su alrededor y reconoce el lugar en el que se encontraba. Ve los cartones amontonados y su ropa tirada cerca de la puerta. Dos bóxers terminaban de adornar el desorden en el medio de la habitación.

 

-       Mierda. Sulli.

 

Se despega rápidamente de Minho, provocando que el moreno se quejara un poco para luego voltearse y seguir durmiendo como si nada hubiera pasado. Taemin se queda pegado observándole el cuello e intentando inventar una mentira en su mente para esos moretones que comenzaban a aparecerle una vez más.

 

Maldito desgraciado.

 

Se levanta desnudo de la cama y se agacha rápidamente a recoger su ropa y pasar sus bóxers por entre sus piernas. Rezaba mentalmente que Sulli no estuviera despierta, mientras intentaba ordenar la cama y tapar al moreno que llegaba a suspirar entre sus sueños.

 

Sonríe por el solo hecho de recordar lo que habían hecho hace un par de horas.

 

Le gustaría besarlo por última vez, pero el solo hecho de imaginar la drámatica escena que se les venía si se demoraba un segundo más, que decide irse rápidamente de ahí.

 

Cuando cierra la puerta de la habitación de Minho, cree que deja de respirar.

 

Da un paso con algo de falta de equilibrio y comienza a contar los que siguen hasta llegar a la puerta de Sulli. Cuando toma el pomo de la puerta, suelta un largo suspiro y se arregla el cabello tras recordar que no debía tener tan buena cara.

 

-       Taeminnie- bosteza la chica, abriendo apenas los ojos al verlo entrar-. ¿Estabas en el baño?

 

Taemin cree que vale la pena volver a respirar y que Dios lo ama.

 

Maldito Choi Minho de la que te salvaste.

 

-       Sí- miente, sonriéndole-. No podía aguantar más.

 

La chica da un golpecito a su cama, indicándole que se acostara a su lado. Taemin la observa y hace lo que se le ordena con una gran sonrisa.

 

A ella era imposible decirle que no. Era algo asi como su mejor amiga, la que nunca pensó en tener.

 

O una debilidad impresionante por toda persona que tuviera apellido Choi.

 

-       ¿Te fijaste si Minho dormía?

 

Se le olvida tragar cuando escucha su nombre.

 

-       Estaba cerrada su puerta.

-       Dios- mira el reloj de la pared y toca su rostro, sorprendida-. Se quedó dormido. Una vez más.

 

Cuando Sulli pasa por encima de su cuerpo y pega un gran salto para llegar a la puerta de una sola vez, Taemin recuerda en el estado en que quedó Minho.

 

Mierda. Mega mierda. Super mierda.

 

Intenta salir de la cama y alcanzarla, pero no se le ocurre una idea lo suficientemente convenciente para llegar donde ella e impedirle el acceso a su habitación.

 

Sulli no puedes entrar, tu hermano está desnudo por mi culpa, lo siento. Sí. Tengo un problema de debilidad con él, perdóname. Nunca más ¿Sí?

 

Pésima idea.

 

Cuando siente una fuerte carcajada desde la habitación contigua supo que ya lo había descubierto. Quiso taparse la cara con un cojín y morir de vergüenza ahí mismo.

 

No dudo en hacerlo.

 

-       ¿Y tú qué te crees durmiendo de esta forma Choi Minho?

 

Sulli le lanza un cojín a su hermano en la cara y le pega un fuerte palmazo en el trasero que se encontraba al aire. El moreno despierta más que asustado, y más aún al notar que la cama se encontraba vacía y su hermana con una gran sonrisa.

 

Se recuerda mentalmente de agradecerle a Taemin.

 

(Una y otra vez)

 

-       ¡Te estoy hablando!

-       ¡Y yo escuchando!- se tapa nuevamente y le da la espalda-.

-       No sabía que se te daba el exhibicionismo.

-       No sabía que se te daba violar la privacidad.

-       Y a ti violar las sábanas.

 

Minho enrojece por completo solo al oír la palabra.

 

-       Levántate o llegarás tarde.

 

Sulli se retira del lugar aún riendo y sin cerrar la puerta. Y la odia por eso, porque se tendrá que levantar desnudo y le dará frío y dios, maldito Taemin.

 

Es por eso que prefiere seguir tapado hasta el rostro y dándole la espalda a toda persona que entrara. Incluso a esa persona que se asomó después de varios minutos a observarlo y solo sonreír por el hecho de verlo así.

 

Cuando Taemin sonríe los días parecen más agradables.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).