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Sol de Invierno por Carito_d

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Notas del capitulo:

Hola! primero que todo mil disculpas por nuestra ausencia, la verdad es que estuve en un perioso de estres llegando casi a la depresion por culpa de mi trabajo, pero no hay nada que pegarle un combo en el hocico al jefe para ke todo se solucione no? ok no, es broma. Prometo no ausentarnos mas y seguir como antes con este fic, de hecho el capitulo esta hecho hace tieeeempo xD asi ke como recompensa para mi y para ustedes les tengo una propuesta: 

CUANDO LLEGUE A LOS 10 REVIEWS DE ESTE CAPITULO SUBIRE EL SIGUIENTE ALTIRO

O sea que si de aqui a mañana llegamos a los 10 reviews prometo subir el siguien. Porfavor amennos y no nos reten por ausentarnos, besitos a todos ♥

Capítulo 19

Habían sido los tres meses más extraños de su vida. Los más llenos de emoción y los con mayores vaivenes emocionales que alguna vez había tenido. Pero se sentía feliz. Como si de un momento a otro se hubiese abierto una cortina y los rayos de sol le hubiesen dejado ver algo que nunca pensó sentir; mariposas en el estómago y bruscos movimientos en su corazón.

 

Maldito Choi.

 

En el momento que se le había antojado aparecer en su vida, nada pero absolutamente nada, había vuelto a ser igual. La necesidad de esconder sus sentimientos y seguir protegiendo esa maldita barrera que solo conseguía hacerlo más desconfiado e inseguro, la había deshecho de un momento a otro, burlándose de todos los años que se había demorado en formarla.

 

-       ¿Qué piensas tanto?

 

Siente su voz golpeándole en el cuello como una suave brisa de media tarde. Se mueve perezoso bajo el cubrecamas y le sonríe. Taemin siente que podría morir en ese momento y ni siquiera le importaría.

 

-       Pensé que estabas durmiendo.

-       No- le miente-. Estaba mirándote.

-       Con los ojos cerrados- se burla.

 

Minho le da un corto beso en el cuello y él sonríe; no es necesario que lo perdone, no es su culpa que no hubiese dormido en dos días para que esa tarde pudieran estar juntos. Se lo agradece mientras ve como se le cierran los ojos inevitablemente.

 

Y lo mira. Lo mira cuando vuelve a quedarse dormido sobre su hombro, respirándole sobre el cuello y sosteniéndose de su cintura. Le mira las pestañas y el labio inferior que descansa en forma de puchero. Minho era sol, nubes y tempestad.

-       Para de mirarme- le interrumpe de pronto, soltando un gran bostezo.

-       ¿Y si no puedo?

 

Le gustaría que sonara como broma, pero no le resulta demasiado.

 

-       Te acusaré a mi mamá- ríe, abrazándolo de lleno y quedando sobre él.

-       En este momento soy yo el que te puedo acusar- enreda sus dedos en el cabello de Minho, mientras él se vuelve a apoyar en su hombro-. Puedo decir que no te conozco y te metiste a mi cama sin autorización.

-       Soy demasiado inocente, sabrán que es una mentira.

 

Cuando Taemin ríe el cuerpo de Minho tiembla junto al de él. Su cabello le hace cosquillas en el cuello y sus manos intentan temperarse por sobre su piel. Si Onew o sus padres llegaran en ese momento, sería lo peor que podría suceder.

 

Y el moreno le besa con cuidado bajo las sábanas tomándolo desde las mejillas mientras él se deja estar, se deja acariciar y se deja marcar sin poner algún tipo de resistencia. Minho le besa el cuello, los pómulos, la huella de su mandíbula, la punta de la nariz y él solo cierra los ojos. Sus pestañas chocan y el menor sonríe inevitablemente ante el roce.

 

Le gustaría quedarse así por siempre y que el tiempo se detuviera y solo fuera necesario vivir con Minho. Que Minho fuera su oxígeno y le fuera imposible separarse de él.

 

Era algo demasiado extraño y que no se creía capaz de admitir alguna vez.

 

-       ¿Me vas a decir qué piensas tanto?

 

Minho se sienta sobre su cintura, atrapándolo con sus piernas. Le mira serio, preocupado, como si algo grave estuviera pasando.

 

Solo me di cuenta que me estoy enamorando de ti. Es solo eso.

 

-       No pasa nada- miente.

-       ¿Seguro?- Taemin asiente, mientras Minho acercaba una sábana a él, cubriéndolo del frío-. Si quieres me puedo ir.

-       Nooooo, estoy bien- le acaricia bajo la polera intentando convencerlo-. Estoy bien, en serio.

 

Minho le estudia por unos segundos, mirándolo con el ceño algo fruncido, mientras Taemin estiraba la boca y le lanzaba besos invisibles que esperaban ser capturados. Cinco minutos fueron necesarios para separase y sentir que podían vivir un par de minutos más sin volver a besarse.

 

El alto ríe al separarse porque dice que su boca sabe a leche de plátano por su culpa y Taemin lo imita solo porque sí. Porque lo mira y siente que su felicidad se le contagia.

 

Le dan ganas de sacarle una foto y dos y tres y mil. Minho se queja de que no quiere, pero lo ignora de todas formas. Ahora estaba él encima y él tenía el poder, por mucho que luchara no lo dejaría ir.

 

-       Minhoooo- lo sostiene con sus piernas, pero el alto consigue esconder su cara bajo la almohada-. Minho, hablo en serio, es solo una.

-       Tengo ojeras como un panda- se le puede oír bajo el cojín-. Estoy feo y… y no quieroooooo.

-       Minho- le habla en serio, intentando de infundirle miedo-.

-       No me das miedo, Tae, lo siento.

 

Sonríe solo al escucharle decir su nombre de esa forma. Se queda en silencio, mirando como apretaba la almohada sobre su cabeza, aún sin querer sacarse una foto.

 

-       Me gusta que me digas así- le dice sincero, sin recordar su pequeña pelea. Minho deja ver sus ojos moviendo la almohada lo suficiente para mirarlo-.

-       ¿Y yo?

-       ¿Tú qué?

 

Minho sonríe, se deja querer y Taemin le acaricia el abdomen como quien acaricia el lomo de un gatito en busca de amor.

 

-       ¿También te gusto o no?

 

Se lo dice sincero y con un poco de color en sus mejillas. El menor le quita con cuidado la almohada de encima de su cara y la deja a un lado para comenzar a acariciar sus mejillas. Se pierde en su mirada y en ese ojo más pequeño que el otro que lo enamoraba cada vez más.

 

Le cuesta asumirlo, pero asiente con ímpetu.

 

-       Demasiado- le susurra.

-       ¿De aquí al cielo?

 

Sonríe tímido por su inseguridad.

 

-       A Plutón.

 

Minho estira su brazo y acaricia con suavidad su cuello. Taemin goza el roce de su mano con su piel y sus mejillas intentan no enrojecer más de vergüenza. El moreno no le dice nada con respecto a eso y él se lo agradece internamente.

 

-       Ya- se convence no muy seguro sobre el tema de las fotos-. Pero ten cuidado que no las vea Sulli.

 

No fue ni una ni dos ni diez. Fueron tantas como los días que tiene un semestre. Al principio Minho se avergonzaba de tener que posar, pero finalmente lo hizo de forma natural y sonriendo en la mayoría de ellas. Taemin también posó para él con algo más de entusiasmo, obligándolo también a que se sacaran un par juntos. Sabía que si alguien llegaba a ver esas fotos corrían un riesgo, pero lo hizo de todas formas.

 

Cuando el menor estaba terminando de pasar las fotos a su celular y Minho aprovechaba de acariciarlo antes de que un nuevo ataque de sueño lo atacara, suena el timbre, asustándolo de sobre manera. Taemin le sonríe y pasa la otra pierna encima de su cuerpo para salir de ahí. Cuando recordó que Minho podría creer algo mal, se le ocurre explicarle quién era.

 

-       Es Kai.

 

No sabe si eso lo consoló o fue peor.

 

Taemin baja los peldaños de dos en dos, a la vez que se cierra el polerón que le pertenecía a Minho. Se coloca la capucha e intenta no sonreír tanto para no llamar la atención. Le diría a Kai que estaba solo y esperaba que el moreno le apoyara desde arriba sin mover cosas ni meter ruido.

 

Desde que abrió la puerta comenzó a contar mentalmente para perder menos tiempo.

 

Fueron doce minutos con treinta y tres segundos.

 

Con suerte hubo un intercambio de palabras, un roce de cuerpos en su saludo y la entrega de su cuaderno para que copiara lo que habían pasado en el colegio tras su ausencia. Kai lo miraba extrañado y Taemin lo apresuraba, mintiéndole de un supuesto encuentro con su madre.

 

Sabía que algo se traía entre manos hace bastantes días. Ya lo averiguaría.

 

Cuando Taemin entra a la habitación con el aliento entrecortado por subir las escaleras tan rápido, ve a Minho con un rostro completamente al que salió. Se encontraba sentado en la cama y con el cubrecama tapándole las piernas, sino fuera por sus brazos cruzados y esa mirada algo ceñuda no lo hubiese notado.

 

Se acerca sigiloso y se sienta al lado de él, aún con los pies sobre el piso, y le da un corto beso en las mejillas. Disfruta del roce de sus pestañas con su piel y sonríe.

 

Minho no lo hace. Ni siquiera se inmuta.

 

-       ¿Qué quería Kai?

 

Su voz es áspera. Es sin sentimientos y como si las palabras le costaran salir de su boca, más aún cuando se ve obligado al decir el nombre de su amigo.

 

-       Un cuaderno- le responde con su habitual tono de voz, a la vez que le acaricia el torso de su mano. Juega con sus dedos y Minho no los mueve-. Estaba enfermo y no pudo ir a clases.

-       ¿No se los podía pedir a otra persona?

 

Deja la caricia de lado y se concentra en mirarlo, serio.

 

-       ¿Qué tiene de malo que me lo haya pedido a mi?- sin querer su tono se vuelve un poco áspero, pero aún sin alcanzar el nivel de Minho-. Es mi amigo.

-       Eso decía también de Sulli- le recuerda esperando que entendiera a que se refería.

 

Taemin lo captó de inmediato. El moreno creía que su nivel de amistad era igual a intentar tener una relación casual como lo había intentado con su hermana.

 

Solo que a ella no le resultó.

 

-       ¿Crees que está intentando algo conmigo?- ahora si se enoja-. Minho, no seas idiota. Es Kai.

-       ¿Pretendes que diciendome “Es Kai” me caerá mejor? ¿Que logrará agradarme?

Taemin suelta un bufido y se levanta de la cama. Se queda de pie y se mueve incómodo porque odia esa situación. Porque odia lo infantil que se puede volver Minho de un momento a otro y porque odia esa sensación de tener que estar peleando por algo realmente estúpido cuando hace tan solo unos minutos atrás lo estaban pasando tan bien.

 

Puto Kai. Putos celos. Puto Minho.

 

-       No puedo creer que estés celoso de Kai- le dice casi burlándose-. De Kai, por favor.

-       ¿Yo? ¿Celoso? Taemin, no digas estupideces.

 

Odia que ya no le diga Tae. Le enoja más.

 

-       Si fuera por eso, yo tendría más derecho a estar enojado que tú- le recrimina. Minho rueda los ojos, esperando-. ¿Crees que me pongo muy contento escuchando los malditos comentarios de la mitad de las amigas de Sulli alardeando sobre lo guapo y la sobrenatural belleza de su hermano? ¿Crees que es grato tener que soportar todas sus putas hormonas cuando te ven por la mañana? ¿Que ellas me caen muy bien?

-       No puedo creer que te importe lo que dicen esas pendejas.

-       Te informo, Choi, que esas “pendejas” tienen la misma edad que yo.

 

Minho sabe que la cagó porque: Taemin sigue de pie y no lo mira. Ya no lo mira y no tiene intención de acercarse y volver a acostarse junto a él. Porque cuando se levanta y se coloca frente a él y se acerca y tiene la intención de besarlo, el menor da vuelta la cara. Y porque cuando le pregunta si quiere que se vaya, por mucho que le cueste decirlo, ve como se toma unos segundos y asiente lentamente, pero lo hace.

 

Y no lo mira ni una vez más. Ni una maldita vez.

 

**

 

-       ¿Y Key?

 

Taemin cierra la puerta tras entrar Jonghyun y se queda un rato, apoyado en ella y mirándolo algo cabizbajo. El moreno es tan distraído que ni siquiera lo nota, solo se sienta en el lugar que había estado hace un rato el menor, e incluso se bebe el vaso de bebida que se había servido a si mismo.

 

-       Está bañándose.

 

Arrastra los pies mientras camina y se sienta a su lado, dejando caer la cabeza en el apoyabrazos. Y vuelve a quedarse pegado en la televisión y en ese maldito programa de cocina que lo tenía ensimismado hace ya bastante rato. El chef parecía hacer arte con las manos haciéndolo sentir más frustrado de lo que ya estaba.

 

Cuando Jonghyun lo siente soltar un suspiro, cree que le pasa algo.

 

Solo lo cree, así que piensa en poner el único tema en común para romper el silencio incómodo.

 

-       ¿Y Minho?

-       ¿Y Minho?

 

Jonghyun sonríe al escuchar que le pregunta lo mismo y al mismo tiempo, y cree que el menor reaccionará igual, pero cuando lo mira, lo ve más apagado de lo alguna vez lo vio.

 

Ahora si está seguro de que pasa algo.

 

-       ¿Qué?- está confundido-. Pensé que estarías todo el día con él. Ayer y antes de ayer me hizo trabajar todo el día para que hoy tuviera libre… ¿¡Trabajé por nada!?

 

Key aparece antes de que Taemin alcance siquiera a abrir la boca, saludando menos cariñoso de lo normal a Jonghyun, besándole corto y suave los labios, mientras que el moreno lo abrazaba desde las piernas sin levantarse.

 

Taemin no quiere mirarlos, desviando su vista nuevamente hacia el televisor.

 

-       ¿Cuándo será el día que llegue y estés listo?- Key se sacude el cabello a propósito sobre él, mojándolo con pequeñas gotas-. Tenías que estar listo hace rato si sabías que íbamos a salir.

 

No alcanza a entender las muecas y señas que le hace su novio cuando ve que Taemin los mira a ambos, extrañado.

 

Al fin se desconcentraba de ese maldito programa de cocina que lo único que hacía era darle más hambre.

 

-       ¿Qué?- ahora todo le calza y le parece hasta una buena idea si salieran los cuatro-. Podríamos ir los cuatro. Nosotros dos y tú, Taemin, y Minho. Yo no tengo problema.

 

Key suelta un sonoro bufido, mientras ve como su mejor amigo se levanta más cabizbajo que antes y se cierra ese polerón que le parecía haberlo visto en otra persona.

 

-       Taeminnie- le acaricia las mejillas y el menor sonríe entristecido-. No te vayas. Me puedo quedar acá. Jonghyun no tiene problema.

-       ¿Ah?- el moreno replica enredándose una vez más-. ¿No saldremos los cuatro?

-       Mejor me voy- le corta el menor-. No me siento bien. Quiero dormir.

 

Le da un beso en la mejilla a su amigo, intentando asegurarle que estaba bien y se despide de Jonghyun de forma menos cariñosa, pero igual que siempre. Cuando el menor cierra la puerta tras pedidos lastimosos pero inútiles de Key, la venganza del rubio recién comienza.

 

-       ¿¡Eres estúpido o qué!?- toma el primer cojín que se le cruza por su camino y se lo lanza en su cabeza, esperando darle en pleno rostro. Falla por poco-. ¡Eres igual de imbécil que tu amigo!

 

Ahora de verdad no entiende. Incluso había entablado conversación con el menor para que lo tratara así de mal. ¿Tenía un problema hormonal tal vez?

 

-       ¿Qué mierda hice que no sé?- está confundido y se levanta del sillón antes de que le llegue otro cojín.

-       ¿¡No eres amigo de ese imbécil de Minho acaso!?- le escupe más enojado que antes-. ¿¡Acaso no se cuentan sus problemas!?

-       ¿Qué problemas?- está tan perdido que está preguntándose si de verdad era él el culpable que tenía que recibir todos esos insultos en nombre de su amigo-. ¿Le paso algo a Minho? Key, cariño, no sé de que me hablas.

 

El rubio se ve obligado a intentar recuperar la calma y contar hasta un millón para volver a si. Jonghyun lo mira preocupado y él se consigue equilibrar un poco emocionalmente.

 

Maldito Minho te odio todo lo que no es capaz de hacer mi pequeño Taeminnie.

 

-       Pelearon- le introduce bufando apenas comienza-. Fue todo culpa de tu maldito amigo que es celoso hasta de su sombra, regañando a Minnie por juntarse con Kai. ¿Entiendes lo infantil que es eso? – Jonghyun asiente, instándolo a continuar-. Y eso llevo a otra cosa y ese idiota, dijo algo que no debió decir, hiriendo el pequeño corazón de Taeminnie.

-       No sabía nada de esto- se levanta del sillón y le acaricia las mejillas a Key, intentando tranquilizarlo-. Lo siento, Minho no me había dicho nada.

-       Eso no te quita lo idiota que puedas ser- le rechaza-. Taeminnie ya se fue. Y ya no tengo ganas de salir.

 

Inevitablemente eso enojó de la nada al moreno, haciéndolo explotar de un momento a otro, toda la información que se había guardado tras momentos así.

 

-       ¿¡Te has dado cuenta que los problemas de esos dos siempre nos afectan más a nosotros que a ellos mismos!? ¿Crees que eso está bien? ¿Acaso tengo la culpa de que ellos peleen?

 

Key suelta la toalla con la que se secaba el cabello, dejándola en el piso. Y mira a Jonghyun y le dan ganas de ahorcarlo, de hacerlo sufrir y de intentar borrarle lo egoísta que puede ser tratándose de un tema como su mejor amigo.

 

¿¡Acaso no tenía sentimientos!?

 

-       Vete- le dice seco, sin ningún tipo de emoción-. No quiero que estés aquí.

 

Jonghyun se queda en silencio unos segundos y se inclina lo suficiente para besarlo, pero el rubio retrocede, volteando la cara y esperando que se fuera lo antes posible.

 

Por lo menos ahora, Minho no tendría que sufrir solo.

 

**

 

Saca una cajetilla de cigarrillos de su mochila y le ofrece, sacando en el acto uno para él mismo. Lo enciende con gracia, a la vez que Taemin niega, apoyando la cabeza sobre sus rodillas.

 

-       ¿Y esa novedad?- se burla Kai recordando todos los cigarrillos que acostumbraba robarle su amigo anteriormente.

-       Ya no fumo.

-       ¿Y por qué?- expulsa el humo y se sienta en el borde de la acera, al igual que él.

-       Ya no lo necesito.

 

Taemin lo mira dándose cuenta que su amigo lo observaba extrañado, en busca de una mejor respuesta. Solo que él no se la quería dar.

 

-       ¿Hay algo que deba saber?- el menor encoge los hombros y vuelve a apoyar su cabeza entre sus rodillas encogidas.

-       Puede que sí. Puede que no.

-       Nunca me gustaron tus acertijos.

 

Taemin sonríe algo triste, a la vez que Kai lo observaba hipnotizado botando con cuidado el humo del cigarrillo.

 

Era tarde. Cerca de las diez de la noche y aún no volvía a su casa. Había vagado por gran parte de la ciudad, terminando finalmente fuera de la casa de su amigo. El único que no tenía que preocuparse de salir con su pareja o de tener que corresponderle a alguien emocionalmente.

 

Kai era algo así como, el que nunca nadie ha sabido domar.

 

-       Digamos que…- le cuesta decirlo, pero lo hace de todas formas. Es su amigo, puede confiar en él-… que estoy con alguien.

-       ¿En serio?- se burla-. ¿Quién es el afortunado que te logró cazar?

 

Le llama la atención que haya asumido de inmediato su homosexualidad. Le hace el tema más fácil, sin exceso de preocupaciones y explicaciones que no tenía ganas de dar.

 

-       ¿O es mejor sin nombres?- Taemin asiente, agradecido-.

-       Sí, pero lo conoces. Sabes de su existencia.

-       ¿Me ha interesado?

-       Más de una vez- sonríe, imaginándose del rostro de Minho si supiera eso.

-       Campeón.

 

Kai le da un golpe en el hombro, lanzando lejos la colilla de cigarrillo sin siquiera apagarla. Taemin ve como a los segundos pasa un auto sobre ella, imaginándose historias de ciencia ficción en su mente. Le dan ganas de explotar o de esconderse bajo su cama sin verse obligado a existir, pero el moreno lo vuelve a sacar de su ensimismamiento, pegándole suave en la rodilla con su pierna para hacerlo volver a si.

 

-       ¿Tan cagado te tiene?

-       Sí- le cuesta admitirlo. Le cuesta hablar de él y no sentir una punzada en el estómago-. Me tiene algo… mal.

-       ¿Y te gusta esa sensación?- le mira con cara de asco y enciende un nuevo cigarrillo-. No podría ser fiel.

-       Supongo que sí- admite con algo de vergüenza-. Llevo tres meses así y no me quejo.

 

La cara de shock de Kai es tan grande que al fin algo logra sacar una sonrisa sincera en Taemin.

 

-       ¿¡Tres meses!?- no lo cree, simplemente no puede-. ¡Tres meses! Oh Dios, te perdí.

-       Kai, por favor- aún sonríe-. No es tanto tiempo.

-       Te has dado el tiempo de contarlo, eso significa que de verdad te importa- casi le escupe el humo del cigarrillo-. Supongo que ya formalizaron, están a un paso del matrimonio si estuviera legalizado.

 

Taemin frunce el ceño, confundido. Nunca había pensado en un tipo de formalización o algo por el estilo. Era algo demasiado ajeno a ellos.

 

-       ¿Por qué esa cara?- Kai suelta un escalofrío y frota las manos sobre sus piernas, intentando darse calor.

-       No hemos formalizado- le cuesta decírselo, como si tuviera que avergonzarse. Aunque cuando ve la cara de Kai siente que debería hacerlo.

-       ¿No quieres?

-       No me lo ha pedido.

-       Oh.

 

El castaño parece meditar la pregunta, quedándose absorto en el silencio. Se concentra en la separación de los adoquines, mientras Kai apaga el cigarrillo, pero esta vez dándole una patada en el piso. Lo ve de reojo, revolverse incómodo en el piso, y mirándolo cada cierto tiempo como si hubiese metido la pata.

 

Taemin cree que así fue.

 

-       ¿Y por qué no te lo ha pedido?

Le cuesta responderle. No le es dificil asumirlo.

 

-       No lo sé- susurra.

-       ¿No se supone que si llevan tres meses ya lo debería haber hecho?

 

De un momento a otro Kai le empezó a desagradar. Sus preguntas. Su tono. Su olor a cigarrillo y su ropa con perfumes ajenos.

 

Le cuesta mirarlo, pero lo hace de todas formas con el ceño algo fruncido.

 

-       No sé, Kai, no sé.

-       Yo solo decía. Eso es lo común ¿no?

-       No sé- le repite como si no le hubiese quedado claro.

-       A lo mejor no está convencido del todo.

 

No puede creer que le haya dicho eso. Taemin siente como su corazón deja de palpitar, sofocándolo de repente.

 

¿Podía ser eso posible? ¿Podía Minho… no quererlo?

 

-       O a lo mejor es hetero y está probando solamente.

-       ¿Qué te hace pensar que es hetero si está conmigo?

-       ¿Te ha dicho si ha estado con alguna mujer antes?

 

Las respuestas con preguntas le confundían más haciendo un nudo más grande en su estómago. Le dan ganas de fumar un cigarrillo o de beber o de pegarle a Kai por existir y ser capaz de preguntarle ese tipo de cosas. Mira al moreno, que ni se inmutaba al verlo completamente destruído interiormente, fumando un nuevo cigarrillo como si no fuera suficiente.

 

¿Acaso algo lograba importarle a Kai?

 

-       Ya que es de mi interés y no están en una relación, no habría nada de malo en que me lo presentaras ¿no? Eso hacen los amigos.

-       Me tengo que ir.

 

No le responde. No le mira cuando se levanta y cuando se sacude el pantalón. Kai parece querer decirle algo, pero al ver su rostro casi de forma demacrada, prefiere no hacerlo.

 

Al fin algo de cordura en su mente.

 

-       ¿Te acompaño al paradero?- también se levanta y Taemin odia el solo hecho de que lo haga. Le cuesta pensar y razonar.

-       Puedo solo.

 

Kai intenta decir otra cosa nuevamente, pero el castaño apenas inclina su cabeza para irse rápidamente de ahí. Intenta pensar en otras cosas, pero cada paso que daba le atolondraba más la cabeza, haciéndolo imaginar cosas perturbadoras que hacían que le doliese más el cuerpo. El corazón.

 

Analiza las conversaciones anteriores con Minho e intenta buscar en los más recónditos lugares algún asomo sobre su homosexualidad o la causa certera de porqué no formalizaban.

 

Quizás no estaba listo, o no le gustaba ponerle nombre a algo que no tenía porqué tenerlo.

 

Sí. Debía ser eso.

 

… ¿Y si todo era un juego? ¿Y si él era parte del juego?

 

¿Y en qué momento había comenzado a sentir un vacío en su pecho?

 

Los pies comienzan a pesar y su mente a colapsar. Una suposición tras otra de porqué no eran algo, era más descabellada que la anterior, llegando al punto de obligarlo a sentarse en un paradero de micro porque no soportaba más. Porque se sentía solo, vulnerable y frágil. El frío comenzaba a apoderarse de su cuerpo y el polerón de Minho no era lo suficientemente abrigador para protegerlo.

 

Nada en su mente tenía sentido.

 

La vibración de su teléfono en su bolsillo lo interrumpe, cambiando su atención a él y obligándolo a mirar la pantalla que se le iluminaba tras la llamada. Cuando ve la foto de Minho que le había sacado hace un par de días, recordando lo hermosa y perfecta que era su vida en ese momento, hace que su estómago se sacuda de un lado a otro, obligándolo a sufrir más.

 

Le cuesta contestar, pero lo hace finalmente.

 

Cuando siente su voz, el calor que lo llenaba, ahora no consigue ni siquiera tranquilizarlo un poco. Ni una décima.

 

-       Taemin- su voz suena distinta, gruesa-. ¿Podemos juntarnos mañana a conversar? Puedo ir por ti al colegio.

 

El silencio se apodera de su garganta y las palabras se agalopan en su mente. No lo dejan pensar, no lo dejan analizar, solo martirizarse una y otra vez de lo mismo.

 

Ahora no sentía que hablaba con alguien que estaba con él. Sentía que hablaba como con una persona desconocida de la calle, que no tenía relación con él.

 

Que habían tenido sexo porque sí.

 

-       ¿Taemin? ¿Estás escuchándome?

-       Sí- susurra, apenas oyéndose en el teléfono-. Estoy aquí.

-       ¿Estás bien?

 

Minho no era tonto. No era como los demás. Tenía un sexto sentido que durante esos días lo había hecho sentir especial. Hasta hoy.

 

Le gustaría decirle la verdad, pero solo conseguirá sufrir más. Rompería más la barrera que se había comenzado a derrumbar desde que había entrado a su vida.

 

-       Sí, estoy bien.

-       ¿Dónde estás?

-       No lo sé- es sincero en un simple susurro-. Estoy en un paradero.

 

El silencio de Minho lo preocupa y se odia a si mismo porque le cuesta mentirle. Porque siente la necesidad de que él lo proteja y le rompa todos esos miedos que salen a flote con cada duda que asalta en su cabeza.

 

Taemin tiene miedo, eso es lo que pasa. Tiene tanto miedo que a veces le da miedo el mundo entero.

 

-       ¿Quieres que vaya por ti?

 

(Sí.)

 

(Quiero que me abraces y obligarte a quererme.)

 

-       No- se rasca la frente con la mano, cerrando los ojos, frustrado-. Estoy bien.

-       ¿Seguro?

 

No quiere hablar más. No quiere seguir escuchando su voz que taladrea su cabeza, sus pensamientos y su corazón. Lo quiere lejos. Quiere olvidarse de él y no recordar lo que era un bloqueo de corazón o las mariposas en el estómago.

 

-       Mañana a las 2- le recuerda sin responderle-.

-       Ya- Minho parece dudar y Taemin aún no se cree capaz de cortarle-. Taemin.

-       Mm.

-       Te quiero.

 

Minho corta primero y él se queda con el teléfono aún pegado al oído. Siente como su celular se bloquea tras no tener ni un movimiento y como sus dedos comienzan a entumecerse.

 

Tiene frío. En su interior y exterior.

 

Y cuando se acuesta bajo las mantas en su cama, sigue teniéndolo. Sigue tiritando y su corazón sigue sufriendo porque le cuesta palpitar. Piensa una y otra vez la conversación con Kai encontrándole más sentido cada nuevo análisis.

 

Y lo peor es que apoya su cabeza en la almohada y el olor de Minho parece evaporarse y colarse por cada poro de su cuerpo. Parece absorverle el cerebro y cada célula de él.

 

Lo absorve, lo analiza y lo hace sufrir.

 

¿En qué momento le fue difícil comenzar a respirar?

Notas finales:

RECUERDEN:

CUANDO LLEGUE A LOS 10 REVIEWS ESTE CAPITULO SUBIRE EL SIGUIENTE ALTIRO ASI QUE GO GO GO!

 


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