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Sol de Invierno por Carito_d

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Notas del capitulo:

Jejjeje lo prometido es deuda y aqui el capitulo 21 despues de 50 reviews! esos son muchos, asi que muchas gracias a todas las ke leen y nos dejan sus reviews. Esta semana no hay metas con los reviews pero si dejan hartos tratare de subirlo lo mas pronto posible ♥

Capítulo 21

Deja las tijeras a un lado y pincha los alfileres en su lugar correspondiente apenas siente la vibración de su teléfono desde su bolsillo. Lo toma con cuidado y se deshace de un par de hilachas que no lo dejaban en paz.

Sonríe apenas lee el mensaje. Sonríe por el contenido y porque sí. Porque es Jonghyun y a pesar de todo lo hace sonreír siempre de alguna forma.

¿Aún estás furioso conmigo? L

Nota el detalle de la carita triste al final del mensaje y de cómo utiliza la palabra furioso en vez de enojado. Se nota que ya lo conoce bien.

Sí, porque eres muy tonto.

Envía el mensaje sin quitar la sonrisa de su rostro, quedando un par de segundos pegados a la pantalla de su teléfono. Jonghyun le ponía contento a pesar de lo muy tonto o lerdo que fuese. Le gustaba así, lamentablemente.

-       ¿Y si estás furioso conmigo porqué sonríes?

Pega un saltito al oír su voz detrás de él, espiándolo. Cuando se voltea a encararlo se da cuenta cuanto lo había extrañado en ese par de días y lo bonito que podía hacer que fueran sus lunes en la mañana.

Intenta no sonreírle. Le cuesta.

-       ¿Estabas espiándome?- le pregunta afirmando sus brazos desde su cintura. Jonghyun ríe y da un paso, acercándose cauteloso.

-       ¿Ya no me odias?

-       Te pregunté algo, Kim Jong Hyun.

El muy desgraciado se acerca otro paso, acortando cada vez más la distancia y sonriendo más grande si es que era posible. Key se siente débil y expuesto. Le es difícil resistirse a él, es lo único que le impide ser perfecto.

Esa maldita debilidad que tenía con ese sucio moreno.

-       Me encanta que me digas así.

Su cuerpo suelta un escalofrío y desvía la vista porque no puede mirarlo más y no resistirse a comerle la boca. Siente como su mano se posa sobre su rostro, obligándolo a que lo mirase.

-       Vamos, Key, no puedes odiarme por toda tu vida. Te extraño demasiado como para que sigas haciéndolo.

Inevitablemente le ablanda el corazón.

Solo un poco.

-       Entonces deja de ser tan bobo.

-       ¿Ayúdame a dejar de serlo?

Key lo mira y él le guiña un ojo, coqueto, como siempre era con él. Lucha contra su mente y sigue los fuertes latidos de su corazón que se podían oír a kilómetros.

Ahora él acorta la distancia y asiente rápido antes de permitir que lo abrazase y él pudiese fundirse en ese olor que le era reconocible entre miles de personas. Esconde la cabeza en su hombro y sonríe cuando él no lo ve.

-       ¿Cuándo se te va a quitar esa maldita manía de espiarme mientras trabajo?

La voz de Key golpea el cuello de Jonghyun como suaves oleadas de calor que lo hacen sonreír cada vez más. Lo extrañaba demasiado, era cierto.

-       Nunca- se separa y le da un corto beso en los labios-. Cuando me dejes de gustar y eso no pasará nunca.

Kim Ki Bum ríe y su cabello se mueve junto a él. Intenta recordar que estaba haciendo antes de que fuera interrumpido, pero solo consigue distraerse más al ver como el moreno pegaba un saltito y se sentaba sobre la mesa en la que se amontonaban un montón de telas. Quiere regañarlo por ser tan despreocupado, cuando se pilla a si mismo mirándolo más del tiempo normal.

-       Supongo que me has extrañado.

El rubio avanza con seguridad, mientras Jonghyun lo atrapaba entre sus piernas sin dejarlo escapar. Unos minutos más y eso no terminaría en buen camino.

-       Mmm- se hace de rogar-. Puede que sí, puede que no.

Un beso y luego otro de mayor intensidad que se vio interrumpido por Key que no paraba de pensar en que podía entrar alguien y verlos en una situación comprometedora.

Jonghyun dijo “que vean, ¿qué hay de malo en eso?”

-       Hey.

El rubio le ordena el flequillo e intenta ordenar un poco ese desordenado cabello que parecía tener vida propia. Su concentración era impune.

-       Te amo- lo acerca de la camiseta y le obliga a que lo mire-. Te extrañe tanto que me di cuenta que no puedo vivir sin ti- le da un corto beso y continúa-. Sin tus labios, sin tu aroma…

-       Jonghyun, no te pongas cursi por favor.

Kim Jong Hyun sonríe porque su novio lo mira y mueve la cabeza en forma de negación, intentando decirle que no caerá en sus redes de conquista como siempre. Sonríe porque le gustan sus mejillas y porque los ojos de Key son lo suficientemente rasgados como para perderse en ellos por tardes y días enteros.

**

Una hora de matemáticas. Una maldita hora de una interminable y odiada y latosa clase de matemáticas que hacía que su vida tuviera menos sentido. Se movía de un lado a otro. Apoyaba la cabeza en la mesa y dejaba los brazos colgando a su costado.

Le quedaban dos horas y más y sentía que iba a morir.

Dos horas que podría utilizar en comer, en dormir, o simplemente en respirar.

Respirar el oxígeno de Minho.

Sí. Esa era una excelente idea. Sonríe de solo pensarlo.

-       ¿Desde cuándo las matemáticas te hacen sonreír?

Mira a Sulli a su lado, sin levantar su cuerpo de la mesa y le sonríe más grande.

-       ¿Hay algo malo en ser feliz?

-       Estás siendo demasiado feliz últimamente.

-       La vida me sonríe.

-       ¿O alguien te sonríe?

El oxígeno parece cortarse y Sulli nota como Taemin palidece ante su pregunta, y se levanta incómodo, pegando su espalda al respaldo.

-       ¿Es verdad que estás saliendo con alguien?- le susurra mirándolo seria-. Kai me contó… me dijo que no te dijera, pero necesitaba confirmarlo de ti.

Puto Kai. Puto hablador y su gran boca de un metro. Él no sabía que se trataba de Minho, pero tampoco tenía el derecho de andar divulgando información que no le correspondía.

-       No te enojes con él, solo se le escapó- Taemin parece tranquilizarse un poco y asentir con suavidad-. ¿Es alguien que conozco?

-       No- le miente-. No es nadie que conozcas.

Sulli parece ser como Onew y tener el don de poder notar cuando estaba mintiendo. Lo estudia un poco y finalmente acepta su respuesta, sin continuar haciéndole preguntas que lo colocaban incómodo.

-       Hoy saldremos con Kai- le dice de repente, intentando volver a una conversación normal-. Deberías ir con nosotros. Hace bastante no hacemos algo divertido.

El solo hecho de que estuviera su amigo bocón le quitaba toda la diversión a la salida.

-       No tengo ganas, prefiero quedarme en mi casa, lo siento.

-       Tú te lo pierdes.

La chica parece volver a concentrarse en la clase, mientras él volvía a hundirse en un agujero de aburrimiento y dudas existenciales.

Puto Kai y sus preguntas que lo hacían dudar.

Se recuesta sobre la mesa, con la cabeza en dirección a la chica y la observa durante largos segundos, dándose cuenta lo similar que era con el moreno. Tenían la misma forma de los labios y la forma de las manos muy similares. Incluso los gestos que hacían para expresarse eran muy parecidos.

Nunca se había percatado en lo bonita que era Sulli.

-       ¿Qué pasa?- Sulli no lo observa, sigue escribiendo como si nada-. Estás algo raro, Tae.

Tae.

Al parecer era algo de los Choi decirle así.

-       No me siento bien- le miente-. Creo que es mejor que vaya a la enfermería.

-       ¿Necesitas que te acompañe?

-       Noooo, puedo solo.

Dos minutos de dejar volar su encanto con la profesora fueron suficientes para que lo dejase salir de la clase y dirigirse a la enfermería porque según ella tenía mala cara y esas ojeras malditas que parecía que no dormía hace bastante.

Lo que no era del todo mentira. Podía pasar horas pensando situaciones inexistentes en los que Minho se le declaraba por completo y lo besaba delante de todos sin importarle a nadie.

Cosa que rogaba que algún día pasase.

Apenas sale del salón camina un par de metros y se queda apoyado en una pared, dejando caer su cuerpo hasta quedar sentado en el piso; saca su teléfono y marca de memoria un número que podría llamar hasta con los ojos cerrados.

-       ¿Aló?

Escuchar su voz ya lo hacía sonreír y revolotear su estómago.

-       Soy yo.

-       Lo sé- ríe-. Por lo general uno puede guardar el número de las personas y saber quién te llama.

Si eso se lo hubiese dicho otra persona probablemente ya le hubiese cortado y le hubiese soltado un par de palabras ácidas, pero ahora solo esconde su cabeza entre sus rodillas, ocultando esa estúpida sonrisa que era imposible dejarla ir.

-       ¿Ocurre algo?

-       No- susurra-. ¿Puedo ir a tu casa? Tengo ganas de verte.

-       Creo que es mejor que vayamos a otro lugar, Sulli llega temprano hoy.

-       No llegará temprano, saldrá con Kai.

No es necesario que Minho esté al otro lado de la línea para que pudiese imaginarse su cara al escuchar el nombre del moreno.

-       Estaré en quince minutos.

Y le corta. Se levanta del piso y camino decidido hacia la salida del colegio. Ni siquiera iba con su mochila ni con un lápiz, nada, después le diría a Sulli que se los guardara. Espera unos minutos, merodeando el lugar y al menor índice de despreocupación del guardia, camina rápido, sin mirar atrás.

Ya era un experto en escaparse. Eran años de técnica y meses de envidia ganada por sus compañeros.

Apenas sale camina despreocupado por la calle como si no hubiese hecho nada de malo. Incluso se da el lujo de mandarle un mensaje a Sulli y de decirle que no volvería a clases porque ya se había arrancado.

Era hermoso como de un momento a otro su vida se comenzó a poner tan interesante.

**

Minho siente dos golpecitos en la puerta que ya conocía bastante bien. Baja los peldaños de dos en dos y cuando abre la puerta se da cuenta que su respiración antes de verlo ya se encontraba entrecortada.

Y ahí estaba Taemin. Despreocupado como siempre y más perfecto que nunca, mirándolo apoyado en el marco de la puerta, con la mirada perdida y una sonrisa que ocultaba sentimientos que Minho no podía descifrar.

Un suave hola y una sonrisa fueron suficientes para dejarlo entrar de inmediato.

-       No quiero creer que te escapaste.

Un paso de Taemin hacia él, acorralándolo entre su cuerpo y la puerta fueron suficientes.

-       Entonces no lo creas.

Otro paso más y los centímetros se acaban para ambos. Taemin le acaricia el rostro con su nariz, oliéndolo, mientras Minho cierra los ojos solo por el contacto con su piel. Y comienza un beso demasiado desesperado como para haberse visto solo hace dos días atrás. El menor parece angustiado, sin querer separarse ni dejarlo respirar. Lo toma de la barbilla y hace que abra más la boca porque quiere comérselo. Tragárselo a besos.

Minho se entierra la manilla de la puerta en la espalda y le duele, pero Taemin no lo deja escapar ni muchos menos moverse o negarse a besarlo.

Algo raro pasaba. Lo supo desde que habían hablado lo de Kai.

Le besa con desesperación el cuello, mientras Minho intentaba aferrarse a algo del uniforme de Taemin. Así como iban, parecía que en cualquier minuto comenzarían a hacerlo contra la puerta.

-       ¿De verdad te escapaste?

No se le ocurre otra cosa que decirle. Ya no piensa con el cerebro.

Y Taemin parece ofenderse porque se levanta de golpe y apoya un brazo al lado de su cabeza, sin dejar de acorralarlo. Tiene los labios brillosos y la mirada más perdida que antes.

-       Hola ¿cómo estás? Yo también estoy bien- ironiza-. Deberías empezas por eso antes de decirme otra cosa.

Minho le acaricia la mejilla y le da un corto beso en los labios, como forma de saludo.

-       Lo siento- suspira-. ¿Tienes ganas de comer algo?

El menor asiente con frenesí.

-       A ti.

Dios. El calor. Otra vez ese maldito calor.

Minho siente como una gota de sudor cae por su columna, haciéndolo estremecerse, mientras Taemin sonreía de la forma más inocente posible como si no hubiese dicho nada de malo. Como si solo le hubiese pedido un pan para comer.

Y lo peor es cuando ve que el menor retrocede y comienza a subir las escaleras en dirección a su habitación sin ni siquiera dudar en el camino. Otro escalofrío se apodera de su cuerpo y piensa en como podría seguir trabajando si Taemin venía con ese tipo de intenciones.

Sube rápidamente a su habitación sintiendo como el éxtasis comenzaba a apoderarse de su alma y de su cuerpo; y cuando entra y ve como el menor ya se estaba quitando los zapatos y el polerón de encima se da cuenta que ya no hay vuelta atrás.

Un día más en la historia en que Minho no podía ser fuerte y resistirse a los placeres de Lee Taemin.

-       No me acordaba como era tu habitación de día.

El moreno avanza y se sienta en su cama, mirándolo embobado y atrapándolo entre sus piernas. Taemin ríe apenas lo roza, creyendo que el chico no le preguntaría nada y que ya se había acabado su ataque de preocupación.

Cosa que no era así. Minho no era alguien fácil de engañar.

Las llamadas que le había hecho a medianoche o incluso más tarde, podían hacerle notar que algo extraño sucedía, que no era normal que lo llamase a esa hora solo para saber qué hacía y que cuánto lo quería.

Taemin estaba extraño y Minho no era tonto.

-       ¿Por qué necesitabas verme tan de repente?

Lo acerca para acariciarlo, pero el menor lo toma con otro sentido, lanzándose nuevamente a besarlo. Enreda sus dedos en su cabello, jalándoselo lo suficiente para que así abriera más la boca y pudiera enredar mejor su lengua con la de él. Minho se resiste, pero le cuesta y finalmente cae. Se siente débil, pero no puede hacer nada para remediarlo.

Puta debilidad.

-       Porque sí- le susurra en su boca, saboreándolo.

Minho mueve su cabeza hacia atrás, dejando que Taemin siguiera en lo suyo sin ningún problema. El menor apoya ambas rodillas entre sus rodillas, demasiado cerca del entrepierna del moreno, tentándolo.

Y ahí ya sabía que estaba perdido.

Que lo que había comenzado como una simple visita, que al parecer Taemin nunca tuvo la intención de que fuera así, se convirtiera en una verdadera batalla de saliva y secretos fluidos.

Un mordisco en su cuello y Minho no se resiste más y comienza a colar sus manos bajo la camiseta del menor, apretándolo y arañándolo. Taemin gozaba y el moreno sufría de placer.

De demasiado placer.

Y más aún cuando ve como le quitaba la camiseta con suma facilidad y la lanzaba lo suficientemente lejos para no verla. Taemin lo enfoca en su rostro nuevamente y le pasa la lengua sobre su boca, provocando un gemido en el chico.

-       Dios Tae.

-       Shtttt- lo calla con un beso y sonríe-. No hables.

Cierto. Él iba a preguntarle si le ocurría algo, que lo notaba extraño como si se le cruzaran distintos pensamientos inseguros por su mente, pero Taemin lo empuja en la cama, acostándolo y comenzando a bajarle rápidamente los pantalones, mientras él se quitaba la polera y quedaba en igual condición que él.

Y Taemin sabía que no era buena no decirle lo que sentía y preferir curar todo con sexo.

Era una pésima idea, pero lo único que necesitaba era ser deseado y amado en ese momento, no pedía más.

-       Tae- le susurra siendo devorado por su boca nuevamente-. Taeminnnnnnnnnn.

Y ahí estaba su mano, escabulléndose y jugando dentro de su ropa interior como si fuera su propio cuerpo. Y estaba helado pero al menor parecía ni inmutarse con eso, de hecho parecía disfrutar más al ver como Minho se estremecía con el contacto.

Taemin ríe cruel sobre su boca, besándolo y tirándole el labio inferior cuando se le daba la gana. Y Minho ahí, acostado, cayendo entre la desesperación y la angustia de no ser capaz de hacer nada porque el menor estaba como loco y apenas lo dejaba respirar.

Como si estuviera en su máximo peak de adrenalina y un torbellino de emociones.

Quería morir y revivir en el mismo tiempo.

Y cuando ve como Taemin acerca su rostro malicioso a su estómago, besándolo alrededor de su ombligo, comienza a bajar lentamente el oscuro bóxer del moreno que pedía a gritos ser quitado. Cuando ya iba a casi mitad de camino, Minho palideció y se sentó rápidamente en la cama, empujando al menor y colocándole la mano en la boca, casi impidiéndole respirar.

-       Llegó alguien.

Los siguientes segundos fueron los más extraños en la vida de ambos. Taemin respiraba con dificultad bajo la mano del moreno, mientras que éste apenas se creía capaz de respirar a pesar de estar al lado de una ventana y un lugar bastante libre de oxígeno.

Tres segundos y se escucha otro ruido.

-       Mierda. Debe ser Sulli.

-       Me dijo que saldría con Kai.

-       Claramente ya volvió.

Minho se levanta de golpe de la cama, y se acomoda su ropa interior que no alcanzo a ser quitada por completo. Enreda sus piernas en el pantalón, mientras que se colocaba la camiseta a la vez que caminaba.

Cuando salió de la habitación sin mirar a Taemin o intentar darle alguna frase de consuelo, el menor se sintió cayendo al vacío.

Kai tenía razón. Si ellos estuvieran en una relación formal no tendrían que estar preocupados en este momento. No tendrían que separarse como un golpe eléctrico porque sienten ruidos ni tampoco tendrían que mentir sobre las llamadas repentinas que les aparecían.

Todo era un maldito juego de detectives. Y Taemin ya estaba aburrido de tener que esconderse.

-       No era nada.

Minho entra a la habitación con un rostro completamente diferente al que había salido. La sonrisa volvía a ser natural y sus mejillas volvían a estar rojas por la adrenalina.

Pero Taemin ya no estaba acostado ni tampoco con las hormonas a flor de piel. Ahora estaba sentado al borde de la cama y con los pantalones puestos, sin abrochar. Y le mira. Le mira decepcionado de la situación y cabreado con todo.

Con Sulli, con sus padres, con Onew, con él.

-       Había una ventana abierta- ríe, sentándose a su lado-.

-       Genial.

El moreno frunce el ceño y descarta la idea de seguir besando el hombro de Taemin como había comenzado hace un par de segundos.

-       Olvidé decirte algo que pasó- ahora le besa la mejilla y el menor apenas se inmuta-. Sulli vio fotos tuyas en mi teléfono.

Al fin parece salir de su ensimismamiento y mirarlo como se debía. Abre los ojos más de lo normal, al punto de llegar al shock.

-       ¿Estás hablando en serio? – Minho asiente-. ¿Por qué no me habías dicho?

-       Digamos que lo intenté, pero no me dejaste hablar.

-       Ah- se sonroja, pero no lo suficiente como solía hacer-. Lo siento. ¿Qué le dijiste? ¿Le dijiste la verdad?

Los ojos de Taemin parecen brillar hasta que Minho suelta una risa irónica y le responde.

-       ¿Estás loco?

Sí. Loco de tanto crear escenarios en los que el moreno le contaba a todos sobre su relación y no tenían la necesidad de esconderse.

¿Loco? Sí. A punto de reventar.

-       Le dije que no sabía de que hablaba- continúa diciéndole-. Que Onew me había pedido el celular y nunca supe porqué y que quizás él las sacó y después no recordó borrarlas.

Era Onew. Era una historia creíble si se trataba del despistado de su hermano.

-       ¿Y… te creyó?

-       Sí. Fui convincente.

-       Genial.

Minho sabe que pasa algo, solo que ya no se aguanta más y se lo dice.

-       ¿Pasa algo?- le acaricia la mejilla y Taemin apenas lo mira-.

-       Sí- le responde serio-. Sí, Minho, pasa algo.

Era ahora o nunca.

-       ¿Qué somos?

El moreno frunce el ceño y deja caer su mano, sobre su cuerpo.

-       ¿A qué te refieres con eso?

-       No somos amigos, ni compañeros de curso ni novios. ¿Qué somos?

-       ¿Importa que seamos algo?

Taemin esconde la cabeza entre sus manos, más frustrado que nunca. Era una conversación que evitaba tener, pero que si no la tenía en ese momento, solo conseguiría cagarse la cabeza una y otra vez.

Como estaba haciendo todos los días antes de dormir.

-       ¿Desde cuándo te importa que seamos algo?

-       Desde que me aburrí de andar escondiéndonos, Minho- le repite su nombre porque está enojado y el moreno solo consigue desesperarlo más-. ¿No te aburre tener que inventar historias cada vez que nos vemos? ¿Tener que haberle mentido a tu hermana sobre las fotos? ¿Acaso no te da rabia que no podamos tener una relación como cualquier pareja?

-       ¿Por qué dices que no podemos tener una relación como cualquier pareja?

-       ¿Encuentras normal tener que esconderte?

-       ¿Estás diciéndome que quieres que le diga a los demás que soy gay? ¿Que estoy contigo? Taemin ¿estás hablando en serio?

El menor se levanta de la cama y camina de un lado a otro, desesperado. Quería romper las cosas, quería llorar, quería pegarle. Quería arrancarle la piel a Minho y que sufriera tanto como él en ese momento.

Le costaba respirar. Le era difícil, más que nunca.

Y Minho lo mira, esperando una respuesta. Esperando una maldita respuesta que él no estaba dispuesto a darle.

Pero su silencio fue peor y Taemin cree que lo que habían tenido hace unos momentos atrás, claramente no volvería a repetirse por un largo tiempo.

-       ¿Quién mierda te metió esto en la cabeza?- Minho se levanta también y lo mira con el ceño fruncido-. ¿Fue Kai, cierto? Fue ese pendejo de mierda, estoy seguro. Me odia, es obvio que fue él.

-       ¡¿Puedes dejar a Kai en paz y concentrarte en lo que te digo por la mierda?!- el moreno abre los ojos sorprendido y asustado de su reacción. No avanza hacia él, quedándose estático en su posición-. ¿Te das cuenta de lo que te digo? ¿Crees que yo quiero seguir en esta farsa? Sí, Minho. Esto es una farsa. No tenemos relación. Somos absoluta y miserablemente nada.

-       Taemin…

-       No- se agacha y recoge su polera, pasándola sobre su cabeza y colocándosela-. No me convencerás. Estoy aburrido de esto- apunta la cama y lo mira, más que dolido. Minho juraría que sus ojos habían comenzado a aguarse-. Esto somos, Choi Minho. Esto tenemos. Sexo y nada más que sexo.

El moreno parece quedar en estado de shock, sin saber que hacer ni que decir ni nada. Solo lo miraba de pie, frente a él, moviendo sus manos de forma desesperada y con la mirada más dolida que alguna vez pudo imaginar.

Taemin estaba mal hace días. Él era el idiota que nunca se dio cuenta.

-       Es mejor que no nos veamos más.

El susurro de Taemin es apenas perceptible, pero lo suficiente como para congelar el corazón de Minho. Intenta pensar rápido en algo para contradecirle, pero su garganta se seca y apenas lo deja respirar.

Se siente como un pez cuando lo sacan del mar.

No, peor.

-       ¿Estás hablando en serio?

El menor asiente, mientras se colocaba rápido los zapatos.

-       Esto no puede ser verdad- susurra Minho, dando al fin un paso hacia él-. No. Esto es una broma. Sí, es una broma ¿cierto?

-       No, Minho, basta- retrocede el paso que se le había acercado, caminando cada vez más hacia la puerta-. Me aburrí de esto. Me aburrí de esta mierda.

Su espalda choca con la salida y lo mira, con la visión mucho más borrosa por las lágrimas que se habían comenzado a acumular en sus ojos. Tenía que salir luego de ahí, no lo podía ver llorar.

-       ¿De esta mierda?- le repite dolido-. ¿Te aburriste de mi?

-       De tu necesidad de ocultarle las cosas a los demás- le aclara con la voz algo quebrada-. He sufrido mucho por mis papás como para seguir sufriendo por alguien que no es capaz de decirle a los demás que está conmigo. Estoy aburrido de que me nieguen, Minho.

-       No te estoy negando.

-       Sí, lo haces. Y… no te quiero ver más.

Abre la puerta de la habitación y lo mira, dándose cuenta que si era horrible decirle esas cosas, más lo era ver como su cara de iba transformando y hundiendo cada vez más en el dolor. El moreno parecía a punto de llorar y él no soportaría ver eso.

Tenía que ser fuerte.

Se apoya en la manilla, sosteniéndose porque no quería caer.

-       No me busques. No me llames. No me veas. No quiero nada de ti- le dice serio-. Esto fue un juego y ya se tiene que terminar.

¿Un juego? ¿Taemin estaba hablando en serio?

-       Fue un error haberte conocido Choi Minho.

Cuando el menor cierra la puerta y el fuerte golpe se repite un piso más abajo, el moreno se da cuenta de lo que estaba pasando. Analiza la situación y se da cuenta de lo que verdaderamente estaba pasando.

Cree que su cuerpo no se sostendrá y se ve obligado a sentarse.

Y pasan horas. Eternos minutos y horas que se van acumulando.

La noche se apodera del lugar y Sulli llega a su casa y lo primero que hace es ir a la habitación de su hermano. Y lo ve ahí, sentado, inmóvil desde quién sabe cuando.

Tiene los ojos rojos y la mirada perdida.

-       Sulli, creo que me rompieron el corazón.

Cuando Choi Minho llora, un pedazo del corazón de Lee Taemin va cayendo junto a él.

Notas finales:

NO NOS TIREN TOMATES LO SIENTO!


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