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Sol de Invierno por Carito_d

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Notas del capitulo:

Hola mundillo perver! jijiji ok no, Hola a todas como estan? espeor que bien como todos los domingos (o casi todos) les traigo un capitulo nuevo lleno de emocion xD Este capitulo va dedicado a todas las Taemint's de chile ke leseamos siempre ahi en el grupito de Face jijiij las amo ♥

ATENCION: SI LLEGAMOS A LOS 50 REVIEWS EN EL CAPITULO SUBI EL SIGUIENTE


Y si no llegamo esperan hasta el proximo domingo jijijiji.

Capítulo 22

Unos cálidos rayos de sol le acariciaban el rostro, mientras él sostenía sus pies sobre el marco de la ventana, despreocupado y botando lentamente el humo del cigarrillo.

Dos de la tarde con tres minutos y él seguía ahí, como estaba haciendo hace cinco días sin el más mínimo índice de querer ir al colegio. Había inventado excusas convincentes y sin sentido que habían conseguido engañar a un despistado Onew. O eso creía al menos.

Le da una nueva calada al cigarrillo y cierra los ojos al sentir el suave roce del viento en su cabello, jugando con él como solían hacer un par de manos días atrás.

No. Pésima idea. Tenía que pensar en otra cosa.

-       ¿Taemin?

La voz aparece tan de pronto al otro lado de su puerta que ni siquiera se había percatado cuando alguien había entrado a su casa. Apaga rápido el cigarrillo contra el muro para luego lanzarlo sobre la ventana y acomodarse lo suficiente en su cama para dejar las sábanas a la altura de su pecho y un poco más arriba.

Si era su mamá, cosa que rogara que no fuera así, probablemente lo haría levantarse e ir en ese mismo instante al colegio.

Pero no fue así.

-       Ah- bufa apenas ve entrar a Key por la puerta-. Eras tú.

El rubio entra decidido a la habitación, mientras Taemin se volvía a destapar de las sábanas y colocaba nuevamente sus pies sobre la ventana,  sin ninguna vergüenza de encontrarse solo en ropa interior delante de él.

-       Sí, era yo- bufa de igual manera-. ¿Qué esperabas acaso? ¿Que me quedaría como si nada mientras no sé nada de ti hace más de cinco días?- da unos pasos amenazantes hacia él y frunce el ceño-. Y esta habitación está asquerosa a cigarro.

-       Si me vas a molestar puedes irte por el mismo lugar que entraste.

Taemin intenta intimidarlo, pero Key ni siquiera se siente dolido. Ni por su tono de voz, ni por su mirada, ni por su posición, por nada.

-       No vengo a molestarte- se ablanda un poco y continúa-. Estoy preocupado de que no hayas ido a clases hace cinco días, y por lo visto ni siquiera te has levantado.

Termina por sentarse al lado del menor en la cama, comenzando a acariciarle lentamente la cabeza, buscando la forma de que se calmara y dejara de sonar tan amenazador como intentaba serlo.

Taemin tenía la mirada rota y él lo sabía desde que entró.

-       Ay, Taeminnie, por Dios- una mueca de asco se apodera de su cara, pero aún así no detiene el cese de sus caricias-. Ni siquiera te has bañado. Tu cabello huele asqueroso.

-       Ni siquiera Onew se da cuenta de esas cosas- le susurra abrazándose levemente a sus piernas.

-       Onew es más responsable lamento decirte, no como tú que eres un flojo.

El menor parece ignorarlo, quedándose hipnotizado en un vaso que yacía lejos, mientras Key aún le acariciaba lento, pero constante.

-       ¿Me vas a decir qué te pasa o no?

Está raro. El brillo en su mirada ya no existía y tampoco esa sonrisa que le regalaba apenas lo veía. Ahora solo se abrazaba a sus piernas, casi buscando protección.

Como solía hacer antes.

-       Terminé con Minho- le susurra de pronto-. En realidad, no sé si terminamos porque nunca empezamos algo, solo le dije que no me buscara nunca más.

Key se detiene y lo levanta de los hombros, en busca de su rostro, para mirarlo serio. Y más que sorprendido.

-       Tranquilo, ya se les pasará.

-       No- le duele decirlo-. Ahora es para siempre.

El rubio rueda los ojos y lo suelta, ignorándolo por completo. Eso era imposible. Era imposible que fuera para siempre.

Menos si se trataba de él con Minho.

-       Ya, levántate porque vamos a salir.

Taemin suelta un bufido y vuelve a su posición inicial, acostándose en la cama y tapándose ahora hasta más arriba de la nariz.

-       No quiero.

Key continúa ignorándolo, mientras sacaba su teléfono y marcaba rápidamente un número que ya tan bien conocía. Apenas alcanza a sonar el tono cuando Jonghyun ya le daba un hermoso saludo de bienvenida que siempre lo hacía sonreír.

-       Cariño, no voy a salir contigo.

-       ¿Y por qué?- Taemin puede escuchar la voz del moreno desde la cama, integrándose inconscientemente a la conversación.

-       De nuevo por culpa de tu amiguito, y no quiero pelear, así que es mejor que vayas a verlo- mira de reojo al menor y ve como no daba ni índices de querer moverse-. ¡¿Te dije que te fueras a bañar o no?!

-       ¿Yo?- se asusta Jonghyun al otro lado del teléfono-. Si acabo de bañarme.

-       Tú no cariño, hablo con Taemin.

El aludido bufa ahora lo suficientemente fuerte para que lo oyera y arrastra los pies hasta el baño casi como si anduviera con zapatos de plomo.

Key era una persona horrible cuando se trataba de insistencia. Sabía que si no le hacía caso tendría que presenciar un show de furia en su contra por ser un vago, un despreocupado y por dejarse llevar por cosas que tendrían solución.

Si Minho te viera así probablemente le dejarías de gustar.

Como si no quisiera eso.

Abre la llave del agua caliente y lanza lejos la misma ropa interior que había utilizado hace cinco días. Sinceramente, olía mal.

Era estúpido negarlo.

Key baja mientras su amigo estaba en el baño, casi dando saltitos en cada peldaño que cruzaba. Cuando llega al primer piso de la casa, ve a Onew preparándose, al parecer, para irse de ahí.

Da un par de pasos hacia él, inseguro de si estaba bien hablarle, pero finalmente saludándolo de todas formas.

-       Hace tiempo no te veía.

Onew se cierra la chaqueta y le da un apretón de manos al rubio, que nunca había sido capaz de saludarlo como lo hacía con todos.

-       Pensé que te habías ido de la ciudad- continúa-. O que andabas de viaje.

-       No, solo he estado ocupado, eso es todo.

Se pasa la mochila por la espalda y el mayor continúa hablándole, ahora con la mirada algo triste.

Sabía que le diría algo sobre Taemin, inevitablemente siempre cuando colocaba esa mirada, era por su hermano menor, el que le hacía pasar penas de forma inconsciente.

-       Taemin hace cinco días que ha estado encerrado en su habitación- suspira-. No le he preguntado nada y tampoco he entrado a verlo porque aparentemente no confía en mí… soy un pésimo hermano, ¿verdad?

-       No- le niega de forma rápida y apenas dejándolo terminar-. No, por supuesto que no, no es eso.

El castaño continúa guardando las cosas sin dejar de suspirar para irse luego de ahí, al parecer incómodo con la situación.

-       Por favor cuida a Taemin por mi- y al fin le mira a los ojos, apenado-. No quiero que le pase nada malo.

-       Claro que sí, pero Onew, sobre tus papás…

-       Por eso no te preocupes- ahora parece más conforme y casi sonríe-. Le he dicho que Taemin ha ido a clases y ha llegado muy cansado, que por eso no quiere salir de su habitación.

-       Ya volverá a la normalidad, no te preocupes.

Onew asiente y se mueve incómodo, casi como si tuviera la intención de abrazarlo, pero sin embargo solo le hace un leve movimiento con la cabeza y se retira del lugar antes de tener que continuar con esa conversación que lo único que conseguía, era colocarlo más incómodo que antes.

-       ¿Y Onew?

Taemin aparece en el medio de la sala, con el cabello mojado y pequeñas gotas que recorrían su cuello. Ahora si se podía decir que olía bien.

-       Ya se fue a clases.

-       ¿Estaba enojado?

Key le quita una toalla que traía el menor en las manos y comienza a secarle con cuidado el cabello, apenas dejándolo hablar.

-       Sí- le miente-. Estaba muy enojado, así que saldremos ahora mismo.

Le seca los ojos, el cuello y las mejillas. Le pasa la toalla casi de manera áspera, pero Taemin se deja estar, disfrutando ese leve contacto que hace varios días extrañaba.

Aunque fuera Key, agradece su sobreprotección.

La necesitaba.

-       ¿Dónde iremos?

-       A un lugar libre de arquitectos sin corazón.

El rubio sigue secándolo, ahora con mayor cuidado, mientras veía como el menor asentía sin demasiado ánimo.

Cuando ve que los ojos de Taemin comienzan a aguarse y un puchero se apodera de su boca, deja la toalla a un lado y lo acerca para darle un fuerte abrazo que le impediría respirar.

Le gustaría convencerse de que era una simple pelea y que en dos días más volverían a estar bien, pero cuando siente como las manos del menor se aferran a él y como unos suaves sollozos comienzan a escucharse, cree que simplemente, Minho se pasó de la ralla.

**

Jonghyun da un toque en la bocina y espera, sonriéndole de forma ridícula al pequeño animal que estaba a su lado.

Espera un par de segundos y toca nuevamente.

-       ¿Y qué bicho le picó a éste?- se dice a si mismo.

Roo lo mira extrañada a su lado, soltando un suave ladrido.

-       Sí, yo también creo que deberíamos bajar.

Se estaciona frente a la casa y baja en un solo movimiento, para irse a la otra puerta y dejar que su pequeña perrita bajara también junto a él. El animal suelta un par de ladridos en la dirección contraria, avisándole que alguien se dirigía hacia ellos en ese mismo instante.

-       ¡Sulli!- le grita a la chica que aún estaba lejos de él-. Dios, Roo, me sorprendes cada día más. Eres increíble.

-       ¿Y tú con quién hablas?

La chica ríe, a la vez que le da un suave abrazo en forma de saludo.

-       Con Roo.

-       Había olvidado a esta hermosura, perdóname- Sulli se agacha a acariciar al pequeño animal que se movía de un lado a otro, demasiado extasiada, cuando siente la voz de Jonghyun interrumpiéndola.

-       ¿Está Minho en la casa?

-       Sí- se levanta y camina hacia la casa, para abrirles y dejarlos entrar-. Eso creo. No ha salido de la casa hace como dos días.

Jonghyun se agacha y toma a la perrita en sus brazos, con el ceño fruncido.

-       ¿Le pasó algo?

-       Creo que está enfermo- lanza la mochila al sillón y se sienta-. En la mañana lo desperté y le dejé algo para comer en su pieza, pero sube a verlo de todas formas, puede que él te diga algo a ti.

El moreno asiente y sube rápidamente hacia un lugar que ya conocía al revés y al derecho. Llevaba a Roo en sus brazos y entró con ella cuando llegó a la pieza de Minho.

Aunque cuando lo vio durmiendo en una forma poco caballerosa y con escasez de ropa, se arrepintió de que su animal hubiese subido con él.

Que poco caballero era Minho a veces por Dios.

-       Despiértalo, cariño.

Roo que ya conocía más que bien al moreno, se subió sobre la cama y comenzó a pasar su pequeña lengua sobre su rostro, provocando que frunciera el ceño y soltara un par de palabrotas que a Jonghyun no le hubiese gustado que su perrita oyera.

-       Jonghyun- gruñe-. Saca a tu perro asqueroso. Quiero dormir.

La perrita mira a su dueño, sin saber si continuaba lo que hacía o se retiraba en ese mismo instante del lugar.

-       No la trates así- se acerca y la toma en brazos una vez más-. Aparte es una niña, irrespetuoso de mierda.

-       Aún así no se admiten perros en mi casa- continúa gruñendo y tapándose más arriba de la cabeza.

Jonghyun nota su áspero tono de voz y la bandeja con comida que había al lado de su cama, intacta como probablemente le había llevado su hermana hace ya varias horas.

-       ¿Y a ti qué te pasa si se puede saber?- se sienta en su cama y Roo se acuesta en el piso, esperando-. No te he visto ni un minuto en clases y tenemos entrega pasado mañana.

Minho continúa ignorándolo como si no hubiese escuchado ni una mísera palabra.

-       ¿Me estás escuchando o no?- le pega un manotazo en la pierna, recibiendo de inmediato una blasfemia de vuelta.

-       No me pasa nada.

¿Por qué mierda hablaba en ese tono como si gruñese sin parar?

-       ¿Cómo que nada? Tiene que haber algo para que estés así de simpático y amable.

El moreno se destapa de golpe y lo mira, con los ojos inyectados en sangre. Jonghyun no había notado eso y cuando lo vio, sinceramente se preocupó.

-       Te dije que no me pasa nada- le repite, enfurecido-. Ándate. No quiero hablar.

Jonghyun se levanta ofendido y Roo junto a él.

-       Como quieras- le dan ganas de lanzarse palabras hirientes, pero sus ojos le indican que algo anda pésimo-. Me voy. Espero que mañana asomes tu maldita presencia en clases porque no estoy de ánimos como para hacer el trabajo solo, ¿entendiste?

-       Vete a la mierda.

Minho vuelve a taparse el cuerpo hasta no verse, mientras su amigo se queda de pie, entre ofendido y preocupado por su actitud.

¿De qué se había perdido ahora?

Apenas se sube a su auto y acomoda a Roo a su lado, suena su celular, asustándolo entre sus pensamientos.

Coloca la llamada en altavoz, comenzando a manejar de inmediato de ahí, antes de que Minho se asomara por la ventana y le lanzara dios sabe qué.

-       ¿Fuiste a ver a tu amigo?

Key parece igual de serio que él. Aunque probablemente él tuviera razones para estarlo y no como él que apenas entendía que ocurría.

De hecho, no entendía.

-       Sí, pero fue en vano. No me dijo nada.

-       Minho hijo de puta- gruñe casi gritando-. ¿Por qué mierda es tan como solo él puede serlo?

-       Hey más respeto que voy con una señorita a mi lado.

La risa de Key lo hace sonreír también.

-       No sabía que ibas con Roo, lo siento.

-       ¿Desde cuándo eres adivino?

-       Siento decirte que no tienes más mujeres aparte de Roo- la perrita suelta un ladrido, apoyando al rubio que ya comenzaba a cambiar su voz a una completamente más destruida-. En fin, Taemin está pésimo. No quiere ver a Minho nunca más en su vida. Con suerte quiere saber si existe.

Jonghyun frunce el ceño, uniendo un poco las piezas en ese imposible rompecabezas.

-       Minho al parecer está igual- suspira-. Pero no me dijo nada, solo se dedicó a putearme sin parar. Faltó poco para que me pegara.

Key intenta contarle lo que sabía, pero se interrumpe rápidamente diciéndole que Taemin ya había vuelto con un par de golosinas para ambos. Le susurró un suave te amo que no como siempre, consiguió tranquilizarlo.

Por primera vez, desde que había pasado lo de su padre, Jonghyun estaba preocupado por Minho.

En serio que sí.

**

Key se remueve incómodo en su cama, sin querer creer que alguien estaba golpeando su puerta a esa hora de la madrugada. Abre un ojo con mucha dificultad y ve como el pequeño y minimalista reloj que había en su mesita, indicaba que eran las cuatro de la mañana con 5 minutos.

4:05.

Se repite a si mismo sin creer que otra vez habían golpeado y ahora con mayor intensidad. Si se trataba de Jonghyun, era capaz de castrarlo en ese mismo instante.

No se coloca las pantuflas ni ningún tipo de zapato, solo camina a tientas por su habitación sin prender la luz y llegando hasta el pasillo de su moderno departamento en el que se escuchaban mucho más fuerte los golpes que desde el interior de su habitación.

Si seguían así, probablemente le echarían la puerta abajo.

-       ¡Dios ya voy!- se acerca a la puerta y mira por el pequeño orificio para ver de quién se trataba. Y cuando se da cuenta, tiene que ver de nuevo porque no cree que sea cierto-. Mierda, es Minho.

Minho impregnado en alcohol. Casi en un coma etílico.

Porque cuando le abre la puerta y el chico casi cae sobre él, sin la conciencia suficiente de su cuerpo, se da cuenta del pésimo estado en el que se encontraba. En el pésimo, deplorable y horrible estado.

Y sabía perfectamente porqué. No eran necesarias las explicaciones.

-       ¡Key!- se abraza a él, traspasándole su asqueroso exceso de alcohol barato-. Te extrañaba tanto.

Eso es lo que logra entenderle entre tanta saliva y lengua sin vida que lo único que hacía era dificultarle más el trabajo de hablar.

-       Minho, Dios- intenta moverse, pero el chico se niega-. Estás borracho.

-       Sí- ríe a carcajadas-. Borracho de amor.

El rubio abre los ojos asustado y lo empuja con mucha dificultad hasta lograr dejarlo sentado en el sillón. Por unos instantes tuvo miedo de que le vomitara encima, pero era eso o tenerlo encima durante quién sabe cuanto.

-       Te haré un café, no te muevas, te estoy mirando desde aquí.

Minho asiente con exceso de energía y comienza nuevamente a reír, mientras intentaba levantarse una vez más. Lo que hizo después de muchos intentos, para lograr sentarse mucho más cerca de Key para que escuchara lo que tenía que decirle.

-       Tengo que decirte algo, tú, rubiecito.

Le da risa verlo en ese estado. Es imposible no hacerlo hasta que le entra el estado de preocupación maternal.

-       ¿Cómo llegaste aquí?- le dan ganas de pegarle-. ¿¡Te viniste en tu auto!?

-       Nooooo- el moreno se afirma de la barra de la cocina y sonríe de una forma que hasta borracho parecía tierna-. Me vine caminando, querido, ca-mi-nan-do.

-       ¿Y tu auto?

-       Ups. No sé. Lo perdí.

-       Dios- se rasca la frente preocupado y continúa su labor con el café-. Le diré a Jonghyun que lo busque.

-       ¡No!- le niega rápido-. Él no puede venir aquí. Tengo que hablar contigo seriamente de algo serio.

-       ¿Te me vas a declarar acaso?

-       No seas estúpido- frunce el ceño sin pensar en lo que estaba hablando, casi como un fluir de la conciencia-. Estoy cagado por Taemin, no por ti, idiota.

Demasiada información. Hasta Key que no se veía involucrado se siente incómodo ante esa declaración. Le revuelve el estómago y le hace revolver más rápido el café para comenzar a obligar a Minho que lo bebiese.

-       No quiero café- se niega y voltea la cabeza-. ¡Quiero hablar, no beber café!

-       ¡No grites!

Minho se tapa la boca con ambas manos y comienza a sonreír suavemente.

-       Lo siento.

Key comienza a soplar lentamente el café para luego entregárselo al moreno, que al fin aceptaba el maldito líquido que lograría quitarle un poco la borrachera.

Le mira los dedos largos y flaquísimos y las ojeras que nunca se habían visto tan oscuras. Estaba mal. De eso no había duda.

-       ¿De qué quieres hablar?

-       Este café está delicioso- sigue riendo-. El mejor café que he probado en mi vida.

-       Minho- intenta hacerle volver a tierra, pero el moreno seguía impactado por el líquido-. ¿De qué querías hablar?

-       ¿Quién te enseñó a hacer un café tan rico?

-       ¡Minho!- le grita desesperado-. ¿Hasta cuándo pretendes negar a Taemin?

El chico deja de golpe la taza sobre la mesa y lo mira tan serio como nunca pensó verlo. Le ve los dedos apretando y aferrándose a la vajilla, mientras sus nudillos emblanquecían por la fuerza. Le dolía.

Le dolía todo el cuerpo cuando escuchaba su nombre, era obvio.

-       Es eso, ¿cierto?- Key da un paso hacia él y le quita el café para que no se siguiera haciendo daño; casi le dan ganas de acariciarlo, pero se contiene-. Quieres hablar de Taemin.

Minho agacha la cabeza y asiente sin mirarlo.

-       ¿Por qué no lo detuviste?

Le agradece que Taemin sea su mejor amigo y no haya tenido que contarle todo desde un principio. Se deja caer por el mueble de la cocina, hasta quedar sentado en el piso.

-       ¿Tienes una cerveza?

-       Olvídalo- se sienta junto a él y espera-. Habla, Choi, ya me despertaste, así que ni se te ocurra irte antes de hablar.

-       Soy un cobarde- dobla sus piernas y esconde la cabeza entre sus rodillas-. Un maldito y puto cobarde.

-       ¿Por negarlo?

No le dirá su nombre. No quiere verlo llorar antes de tiempo.

-       Por negarme a mi mismo- susurra ahora con algo más de fluidez-.

-       ¿Negarte que te gusta?

-       Negarme que soy gay- levanta la cabeza y tiene los ojos aguados, provocando de inmediato que a Key se le rompiera el corazón-. ¿Nunca te preguntaste si alguna vez había estado con un hombre?

El rubio se tapa la boca sorprendido, admitiendo que no había sido así. Pensó en la virginidad de Minho y en las cosas que Taemin tenía tan idealizadas en su mente.

Eso le rompería más el corazón.

-       No pude- le responde antes de que se siga imaginando cosas-. No pude, Key. No pude porque me obligué a creer que era heterosexual. Me obligué a creer que me gustaban las mujeres y me obligué a tener relaciones sexuales con una chica, ¿ahora entiendes lo tan en la mierda que estoy?

Las lágrimas comienzan a caer rápidamente, mientras el rubio lo miraba con el corazón destruido. Ya no le daba asco su olor a alcohol ni su cabello sin lavar. Comienza a limpiarle una a una las lágrimas que van cayendo, mientras Minho tiritaba lentamente a causa del llanto.

-       ¿Qué tiene de malo que seas gay?

-       Que soy el hombre de la casa- solloza-. Que soy el que se tiene que hacer responsable, el que tiene que ser el fuerte ante dos mujeres que dependen anímicamente de ti. Desde que mi papá murió no puedo fallarle, no de esta manera Key.

Los sollozos del moreno comienzan a ser más fuertes, probablemente escuchándose en cada rincón de su departamento. Y él no resiste más porque aunque haya hecho sufrir a Taemin y lo tenga completamente destruido, sabe que él tampoco lo está pasando nada de bien. Que quizás sufre más que el menor y que es la primera vez que es tan sincero con él. Consigo mismo.

A Minho le duele el pecho porque no es capaz de contener tanta angustia y a Key le duele el corazón de verlo así. Así de mal. Así de perdido y desadaptado.

-       Taemin ya no me quiere ¿cierto?- le pregunta sollozando ya de forma descontrolada.

-       No seas babo- le limpia las lágrimas y le acaricia la mejilla-. Por mucho que te odie le es imposible hacerlo, por eso sufre tanto.

-       Tiene que dejar de hacerlo. Él se merece una persona mucho mejor que yo, Key. Tú sabes que sí.

-       Dudo que haya una persona que logre amarlo más de lo que haces tú.

-       ¿Soy tan obvio?- sonríe entristecido, aún con lágrimas cayendo sobre sus mejillas como verdaderos riachuelos.

-       Solo yo me he dado cuenta.

Minho asiente más entristecido de lo que Key alguna vez imaginó.

-       Deberías hablar con él. Decirle lo que sientes.

-       ¿Para que sufra más por culpa de mis problemas?

-       Él te entenderá- el rubio se levanta y estira una mano para levantarlo a él, con mucho más dificultad-. A veces me asusta lo maduro que puede lograr ser.

El moreno se afirma de los hombros de Key, arrastrando los pies, en un intento de caminar.

-       ¿Dónde vamos?

-       A acostarte- bufa-. No te irás a ningún lado así.

-       Nadie sabe dónde estoy.

-       Jonghyun ya se encargará de eso.

El rubio abre una puerta anterior a la de su habitación, prendiendo la luz y dejando ver una sencilla habitación de invitados. Había una cama y un par de libros junto a un gran clóset que Minho ya podía saber de quién era.

Key lo empuja y lo acuesta en la cama, comenzando de inmediato a quitarle la ropa.

-       Hey- se queja el moreno-. Puedo solo.

-       Sí, claro.

Le quita las zapatillas, lanzándolas lejos, para continuar con su chaqueta y pantalones. De verdad no le producía nada. Minho para él era como desvestir a Taemin, algo que nunca miraría con otros ojos más que de protección.

Lo mueve hacia un lado de la cama, tapándolo con la sábana y luego el grueso cubrecamas. Le acomoda las almohadas, mientras el moreno lo observaba hipnotizado sin creer lo bueno que estaba siendo con él.

Después de todo lo que le había hecho pasar a Taemin.

-       Key.

-       Qué- dobla su ropa y le hace tomar un par de pastillas para la resaca.

-       Gracias.

-       Ya. Bebe agua si sientes ganas de vomitar.

-       Te estoy diciendo gracias.

-       Si sé. Solo intenta no vomitar encima.

Vuelve a acomodarle la ropa de cama y le mira por última vez cerciorándose que todo estaba bien. Minho ya tenía los ojos entrecerrados cuando salió finalmente del lugar.

-       ¿Estás dormido?

Key se sienta en su cama, al lado de un bulto que yacía tapado a su lado. Taemin había estado todo el día en su casa, y lamentablemente también cuando Minho había llegado.

El menor apenas se había movido cuando el moreno comenzó a golpear, pudiendo así conservar la esperanza de que no se había enterado de nada.

Lo que era claramente algo bueno.

El rubio arregla las mantas sobre el menor y le arregla el flequillo que caía rebelde sobre su rostro. Aún tenía los ojos hinchados de tanto llorar.

-       Terminaré con depresión por culpa de ustedes dos- susurra besándole la frente con suavidad.

Y camina hacia su lado de la cama intentando olvidarse de todo y avisándole rápidamente a través de un mensaje a Jonghyun que Minho estaba con él, que no estaba bien y que no se enojara con él.

Que por primera vez Minho no era el culpable.

Eran ambos.

Suelta un suspiro y se acuesta sobre la cama con la mente hecha un lío y el corazón hecho pedazos. Si seguía así Key tendría que hacer de cupido, lo que en este caso, no tendría ningún sentido.

**

Taemin había escuchado todo.

Todo.

Desde que Key se enteró que era Minho el que golpeaba de esa forma, consiguiendo que dejara de respirar.

Y en el momento en que el moreno había entrado a la casa, Taemin había tenido la vista nublada y el corazón hecho un nudo. Le costaba respirar y más al escucharlo en ese estado.

A Minho no le gustaba emborracharse, le cargaba. Decía que eso lo hacían los adolescentes que no tenían nada que hacer y que se quejaban de tener una vida de mierda cuando el único problema que tenían era no poseer el celular más moderno que había en el mercado. Pero ahora él estaba así. Derrotado y ahogándose en lágrimas.

Taemin se sentó en el piso, apoyando su espalda en la cama y escondiendo su cabeza entre sus rodillas. Juraría que Minho estaba igual.

Escuchó su confesión de lo cagado que lo tenía y de los problemas consigo mismo que nunca pensó que Minho podía tener.

Estaba tan cegado.

Pero tanto.

El castaño se limpió los ojos un millón de veces. Hasta cuando Minho decía estupideces, él no podía parar de botar una lágrima tras otra.

Corrían solas por sus mejillas. Rebeldes.

Y tenía tantas ganas de abrir la puerta y caminar hacia él, decirle que él lo esperaría, que aguantaría hasta el momento en que pudiera hablar con su mamá y besarlo hasta borrarle la tristeza y repararle el corazón. Pero no podía. Simplemente no podía.

Su cuerpo estaba anclado al piso y su mente le decía que no lo hiciera. Que si seguía escondiéndose una y otra vez, él sería el único afectado como siempre solía sucederle.

-       Dios, Minho, dios.

Lo único que necesitaba era un solo abrazo. Uno. Sentir que alguien lo resguardaría del dolor y lo convencería de que todo estaría bien. Pero nunca nadie vino ni nadie lo recordó.

Era solo él. Taemin y sus lágrimas.

Taemin el que siempre ha necesitado protección y nunca había tenido la suficiente hasta que apareció Minho por su vida.

Lo necesitaba tanto.

Siente como unos pasos se arrastran por el pasillo, acercándose, mientras otros lo jalaban para que no se le cayeran encima.

Uno. Dos. Tres.

Taemin se sube rápidamente a la cama y se tapa hasta la cabeza, cuando escucha como Key prende la luz en la habitación del lado y Minho se queja por el exceso de luz. Siente como su amigo lucha con el alto, empujándolo al parecer y comenzando a quitarle la ropa con exceso de alcohol.

Y le frustra esa situación. En la que Key puede tocarlo sin sentir culpa y él está sufriendo más incluso, sin siquiera estar viéndolo.

Los pasos de su amigo vuelven a acercarse, esta vez entrando a la habitación. Y el muy desgraciado le habla y a él le cuesta hacerse el difícil y no decirle lo necesitado que estaba de un abrazo.

Key le besa la frente y el se lo agradece de forma interna.

Y pasan quince minutos.

Quince minutos en los que tiene que esperar que el rubio se quede dormido y comience a suspirar como solía hacer, indicando que ya estaba sumido en un sueño profundo.

Pero Taemin duda. Se mueve incómodo en las sábanas y piensa una y otra vez si estaba bien lo que estaba a punto de hacer.

Cuando pone los pies en el gélido suelo, se da cuenta que ya no hay vuelta atrás.

Y camina hacia la habitación de al lado, en silencio, aguantándose incluso sus propios suspiros. Cuando empuja la puerta y le ve durmiendo hacia el lado en el que él estaba, siente como su corazón empieza a palpitar mucho más fuerte, seguro de que Minho podría despertar por culpa de ese ruido.

Junta la puerta y espera de pie, ahí, mirándolo. Apreciándolo.

Ve como el moreno frunce el ceño por una pesadilla seguramente y como su brazo caía por la cama, rozando el piso. El solo hecho de verlo ahí, después de casi una semana, le producía escalofríos.

Era impresionante lo que conseguía hacerle a su cuerpo.

Y da un paso. No muy seguro, pero lo hace de todas formas. Camina hacia él sin hacer el más mínimo ruido y se detiene a un par de centímetros de él, casi tocando su cuerpo. Siente su acompasada respiración y el olor a alcohol del que Key tanto se quejaba.

Uno, dos y tres.

Graba cada pedazo de su rostro y cuerpo, sabiendo lo que sufriría más adelante por culpa de esto. Pero si no lo hacía ahora, no sabía cuando podría volver a intentar hacerlo.

Estira una mano con cuidado y le toca la mejilla. Ahora estaba un poco más hundida y oscura, estaba seguro. Sigue el recorrido de su mano hacia arriba, acariciándole al lado del ojo y luego la frente.

Cuando Taemin se agacha para acariciarlo y apreciarlo mucho mejor, ve como Minho arruga la nariz, casi despertando.

-       Key- susurra.

No sabe si irse o quedarse estático.

-       Mmm.

-       Dile a Taemin que lo amo, por favor.

El moreno vuelve a acomodarse entre las sábanas y continuar durmiendo como si no hubiese dicho nada. Como si el corazón de Taemin no se hubiese detenido en ese mismo instante.

Y le cuesta volver a acariciarlo. Volver a tocarlo y no tiritar ante el roce.

Le acaricia las pestañas y esos labios que nunca se preguntó por cuantas personas habían sido probados.

Minho sonríe y suspira su nombre y Taemin cree que puede morir. Que el moreno le hizo la persona más feliz del mundo y ahora es el que tiene el poder de hacerlo la más infeliz.

6 días sin besarlo y sin sus caricias y el menor ya no le encontraba sentido a su vida.

Así como iban las cosas, no sabía sinceramente cuanto más podría soportar.

Notas finales:

RECUERDEN: SI LLEGAMOS A LOS 50 REVIEWS SUBO EL PROXIMO CAPITULO DE LO CONTRARIO ESPERENSE HASTA EL DOMINGO! xD


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