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Sol de Invierno por Carito_d

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Notas del capitulo:

Hola queridas lectoras como estan? espero que muy bien, nosotras aqui saltando en una pata por ese beso con papel del 2min xDDDD (si no lo han visto mas abajo dejo el link) como habiamos prometido aqui esta este nuevo cap que dentro de todos ha sido mi favorito, espero que a ustedes tambien les guste y no nos maten. Esperamos con ansias sus comentarios ♥

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Capítulo 9

 

Había sido el viaje más incómodo de su vida. LEJOS. Los viajes incómodos luego de las reuniones de apoderado no se comparaban en nada a esto. Ni la más grave falta que cometió en toda su época escolar hacía ni un cuarto de lo incómodo que había sido esa situación.

El camino hacia su casa había durado apenas veinte minutos, lo que parecieron tres horas de dolor y tortura. Los suspiros de su hermana mientras dormía en el asiento trasero, era lo único que interrumpía el silencio que se generaba entre los dos amigos.

En los veinte minutos nadie había dicho ni una palabra. Nada.

Minho había salido de la casa de Onew, esperando que su hermana saliera de una vez, mientras que Jonghyung estaba esperándolo fuera de esta, sentado en la acera. Un par de monosílabos y ya se hallaban sentados en el auto, camino a la casa de él.

Era una costumbre de siempre. Salir y terminar casi borrachos, o uno completamente borracho, y dormir en la casa del moreno. Pero ahora la situación era completamente distinta. Primero porque lo había visto besando al hermano menor de su compañero de una manera lo suficientemente acalorada como para avergonzarse y segundo, porque no tenía idea que su mejor amigo estaba interesado por los hombres.

Él le había confiado eso, pero al parecer Minho no lo encontraba lo suficientemente cercano para confesárselo.

Y una mierda.

Eran mejores amigos hace más de seis años y el muy desgraciado no había sido capaz de contarle algo tan importante como que era gay. A él no le hubiese importado mucho, menos ahora en la misma situación que se encontraba él.

Jjong, parece que soy gay.

Ah, genial.

Y eso habría sido todo. Ningún reproche y sin malas caras.

Pero claro, era Minho, el que al parecer no le tenía confianza a su mejor amigo.

Se quita la camiseta y los pantalones, quedando solo en ropa interior y se mete a la cama de su amigo. Si él no se quería acostar con él debido a lo reciente ocurrido, problema de él. Pero él no dejaría la cama. Era su lugar desde siempre.

Siente los cansados pasos de Minho al entrar a la habitación y como se detienen a un par de centímetros de la cama. Las zapatillas del moreno no se demoran mucho en caer, al igual que sus pantalones.

Al parecer el muy estúpido se acostaría a su lado y no sería capaz de decirle ni la más mísera palabra.

Siente el colchón hundirse a su lado al recibir su peso. Pero no siente sus largas piernas colándose por las sábanas ni tampoco su cabeza buscando comodidad sobre la almohada. Solo siente su peso en la orilla, como si estuviera sentado, esperando algo.

Jonghyun voltea su cabeza levemente y ve la espalda desnuda de Minho. Su respiración es constante, pero está nervioso. Él lo sabe. Lo conoce.

Y sabe que llegó el momento de hablar.

-       Me gusta Taemin.

Le da rabia que la conversación haya partido así, casi lo pone celoso.

-       Me debiste haber dicho- bufa, sin voltearse.

-       No lo sabía.

-       ¿Qué te gustaba?

Eso le da rabia, siendo imposible que no se volteara. Se sienta en la cama, con las sábanas aún sobre su vientre. Le cuesta estar tranquilo, sin poder odiarlo.

-       Minho, todos sabemos cuando te gusta alguien.

-       Tú tampoco sabías que te gustaba Key- le reclama, voltéandose y mirándolo.

Su cara no era la mejor. Su mirada estaba un poco perturbada y su cabello más desordenado a causa de los nervios por hablar ese tema.

Casi le dio lástima.

Y tenía razón. Él tampoco supo en que momento le empezó a gustar –encantar- el diseñador. Era algo dificil de precisar.

-       ¿Y que te gustaban los chicos? ¿Eso también lo supiste ahora?- ironizó.

Un suspiro adelantó su respuesta.

Ese era un tema dificil para Minho. Siempre había tenido sus dudas, pero prefería ocultarlas.

-       Nunca había besado un chico si es que eso responde a tu pregunta.

Aún recuerda la imagen de su amigo con el menor en la cocina, dándole el indicio que claramente ese par tenía experiencia en las cosas homosexuales.

Por eso le sorprendió su respuesta.

-       ¿Te había gustado un hombre?- le dice ya sin odio, como si estuvieran conversando de cualquier cosa menos de sus encuentros gays con el hermano menor de su compañero.

Minho suspira y se sienta al lado del chico, apoyando su espalda en la muralla. Estira sus piernas y se queda mirándolas como si les estuviera pidiendo valentía para contarle su secreto más guardado a su mejor amigo.

-       ¿Te acuerdas de un compañero que tuvimos a los quince? Se fue ese mismo año.

Sí. Lo recuerda. Alto para su edad, simpático, estudioso. Recuerda que hubo un tiempo que se puso celoso porque Minho pasaba todo el día en la biblioteca estudiando con él.

Ahora entiende por qué.

-       Y yo que te creía ratón de biblioteca porque sí- Minho ríe, algo triste.

-       Me gustaba su forma de ver la vida. Sus pensamientos o sus planes que proyectaba.

-       Siempre tan idealista- se burla-. ¿Y le dijiste que te gustaba?

-       Sí. Me sinceré en exceso, probablemente lo traumé- recuerda-. No estaba claro de lo que sentía, solo le dije lo que me estaba pasando. Que me sentía extraño y que lo pasaba bien con él, que me sentía contento. Era muy raro y no entendía que me ocurría, en verdad. Quizás por lo mismo ese año se fue.

No fue necesaria la pregunta para saber si había sido correspondido. Los ojos de Minho delataron cierta tristeza en su historia.

-       ¿Y Taemin?

Una sonrisa se apodera incoscientemente de su boca.

Eso era un tema aparte.

-       ¿Qué pasa con él?

Un fuerte golpe le llega en brazo, provocando un doloroso grito en él. Un enojado Jonghyun lo mira desde su lado, haciéndole burlas supuestamente con el rostro que había puesto.

-       ¿Cómo que qué pasa con él? Es suficiente verte la cara para saber perfectamente que pasa con él- le introduce-. Te tiene cagado hasta lo imposible.

-       Y dices que eres mi mejor amigo y ni siquiera te habías dado cuenta.

Eso había sido un golpe bajo. Que no se demoró mucho en devolverle literalmente a su amigo. Las risas de Minho a causa de las cosquillas, obligan a Jonghyun a taparle la boca para que no despertara a su hermana que estaba en la habitación contigua.

-       Siento decirte, que el largo de tu pelo me indica de inmediato que rol cumples en la relación- se burla, colocando una mano sobre su hombro-. ¿Ahora te debería decir Minha?

-       Cállate, idiota- se ríe-. Y no estamos en una relación. Solo… pasó eso.

-       Casi se tragaron, solo eso.

-       Sí. Eso.

-       Genial.

Se quedan los dos en silencio, de brazos cruzados, meditando lo que acababan de hablar. A Jonghyun le quedaban muchas dudas, pero a Minho una en especial. Y ahora que ya tenía un cómplice, se sentia mucho más liviano al no tener que cargar solo con su conciencia.

-       ¿Crees que le diga a Onew?

-       ¿Crees que se acuerda de lo que pasó?

No había pensado en eso. Ni siquiera se le había pasado por la cabeza.

Se lame los labios, aún sintiendo restos de sabor a tequila en ellos. Cree que aún es capaz de sentir la desesperada presión de Taemin en contra de él. Siente restos de él por  toda su boca y cuello, como si lo hubiese marcado. Casi como un perro marca su territorio.

¿Puede ser alguien capaz de olvidarse de haber besado a alguien a pesar de su estado de ebriedad?

Minho recuerda un par de veces que se emborrachó y que tuvo nebulosas al otro día, sin ser capaz de recordar que había hecho. Pasó muchas veces episodios de terror intentando recordar, mientras que Jonghyun le inventaba historias sobre lo que había pasado con él.

Una vez incluso le inventó que una chica quería violarlo.

Nunca supo si fue verdad.

-       ¿Cómo puedo saber si Taemin recuerda que nos besamos?

Obtiene un silencio como respuesta, mirando a su lado, para que su amigo se sintiera presionado y le respondiera algo consolador por lo menos, pero lo único que consigue es que Jonghyun se cargue más sobre él, cayendo completamente dormido.

Definitivamente las situaciones cambiaban y ellos crecían, pero aún dormían juntos como si tuvieran quince años y el tamaño de la cama soportara sus grandes cuerpos.

Minho sonríe y como siempre, es el último en apagar la luz.

**

-       Es injusto, soy el invitado, no tendría porqué ir a comprar yo.

-       De hace seis años que eres el invitado, para de quejarte.

Minho le pasa un par de billetes que encontró un pantalón, esperando que éste parara de resongar y fuera a comprar la leche que necesitaban para tomar desayuno.

-       ¿Y si tomamos agua con cereal?

Un empujón es suficiente para sacarlo de la casa y dejarlo afuera, obligándolo a que fuera al maldito negocio. Minho se queda apoyado en la puerta, sintiendo fuertes punzadas en la cabeza a causa del exceso de alcohol de la noche anterior.

Odiaba la sensación de la resaca. Sentía que se iba a desmayar constantemente.

Su hermana ya se encontraba arreglándose con una energía increíble para salir con alguien que la venía a buscar que no le entendió, y que irían a no sé dónde, que tampoco entendió.

Sube las escaleras con lentitud, afirmándose con una mano desde la pared por si perdía el equilibrio. Había pasado por esa situación anteriormente y no había sido nada de grato.

Y apenas llega arriba, ingresa de una sola vez bajo el ardiente calor de la ducha, que casi le quemaba la piel. Sentía como los vellos de su cuerpo se erizaban con el contacto y como su piel se tornaba más roja en los lugares sensibles. Deja caer el chorro de agua sobre su cabeza, moviéndola de un lado hacia a otro en busca de una mejor posición.

Finalmente se deja masajear su bien formada espalda, quedándose bajo ésta quizás con exceso de tiempo. El timbre lo interrumpe, obligándolo a volver a la triste realidad de una resaca.

-       ¡Minho no puedo ir! ¡No estoy vestida! – le grita su hermana desde su habitación.

El aludido corta el agua, sacudiendo su cabeza de un lado a otro para que el agua se fuese de ella.

-       ¡Había olvidado que uno se duchaba con ropa!- le grita pasándose rápidamente la toalla por el trasero, para subir de un solo golpe sus oscuros bóxers.

Siente como las gotas caen desde su cabeza por su cuerpo, mojándolo más aún. Pero de todas formas sale solo con su ropa interior puesta, corriendo descalzo a abrirle a un desesperado Jonghyun que no se aburría de golpear.

Sacude un poco su cabello antes de abrir, sin preocuparse si era la persona que creía o no.

-       Si no había leche, te mat

No era Jonghyun. Tampoco su madre. Ni el cartero, ni el jardinero, ni un ladrón.

-       Hola Minho.

Siente como las gotas caen por su pecho, casi como si estuvieran exponiéndolo más a la vergüenza pública. Minho se queda de pie en la puerta, con una mano apoyada en ella y con su cuerpo impidiendo el acceso.

Con su cuerpo que se encontraba solo cubierto por una mísera prenda que solo cubría sus partes nobles.

-       Pensé que eras Jonghyun- es lo único que se le ocurre decir.

-       Lo siento. Soy Taemin.

Lo tenía más que claro.

-       ¿Puedo pasar?

Y una y otra y otra gota se agalopan en la espalda y en el pecho del chico, descendiendo de tal forma que provocan que Taemin se quede algo hipnotizado en ellas. Baja lentamente junto a ellas, llegando al filo de la desesperación, recorriendo cada cuerpo del moreno, cada músculo, fibra o lo que fuese. Se pierden cuando llegan al elástico de su ropa interior.

Taemin también cree perderse ahí.

-       Sí. Lo siento.

Minho mueve su cuerpo hacia un lado, casi de manera torpe. Cree chocar con la puerta, sin recordar perfectamente como funcionaba la coordinación de su cuerpo. Parecia que aún habían restos de alcohol en su cuerpo.

De tequila.

Y Taemin se queda de pie frente a él, mirándolo con una sonrisa como si no hubiese pasado nada. Como si se vieran por primera vez después de una reunión en la iglesia, en la que se juntaron a conversar en como distribuirían los fondos entre la gente pobre.

Y Minho se siente nervioso. No sabe si es parte de su juego o parte de la borrachera que en verdad produjo que no recordara nada.

Intenta sonreírle de vuelta, pero no le sale.

De pronto recuerda su vestimenta.

-       Voy a decirle a Sulli que estás acá- le dice algo nervioso-. Y creo que debería vestirme.

Entonces cuando el moreno se voltea y comienza a subir las escaleras, dejando a un casi tímido Taemin en el living de su casa, cree escuchar que le habla, pero prefiere pensar que es todo parte de su cabeza. De esa estúpida y hueca cabeza que no dejaba de transmitir pensamientos revoltosos.

Debería estar prohibido que te vistieras.

Abre la puerta de la habitación de su hermana de una vez, advirtiéndole que no tenía buenas intenciones al hablarle.

-       ¿Por qué no me habías dicho que podía ser Taemin? Mira como fui a abrirle la puerta.

Sulli chasquea la lengua, sin dejar de arreglar su cabello mientras se lo miraba en el espejo.

-       Da lo mismo. Están equipados de la misma forma, dudo que le importe mucho si te ve desnudo. No es como si no tuvieran lo mismo.

Eso le da más rabia, provocando que saliera por el mismo lugar que por donde entró. Pero antes de salir la voz de su hermana lo interrumpe.

-       Parece que te picó algo en el cuello. Tienes rojo.

La ignora, pegando un fuerte portazo. Ahora él tendría que entretener a Taemin, como si no hubiese pasado nada entre ellos la noche anterior, y fueran amigos de toda la vida.

Aún no está del todo seguro si el chico recuerda algo.

Baja, mientras se pasa una camiseta por su cabeza, sin prestarle demasiada atención a lo que le había dicho su hermana. Y ve a Taemin sentado de perfil, sacudiendo sus piernas levemente, provocando un suave sonido al chocar sus talones con el sillón.

Minho cree que es una de las cosas más enternecedoras que ha visto en su vida. Y no se cree capaz de seguir bajando las escaleras, quedándose en el último peldaño, analizándolo.

¿Cómo podía esa persona que se veía como un pequeño niño de ocho años, actuar como una de más de veinteaños casi violándole su boca?

¿Desde cuándo Taemin le había parecido tan intrigante?

De repente siente unos ojos sobre él, obligándolo a enfocarse y poner los pies sobre la Tierra. El menor lo miraba desde el sillón, sonriéndole. Lo había descubierto antes de que él mismo lo pudiera notar.

-       ¿Se va a demorar mucho?

Minho baja el último peldaño, intentando adivinar a qué se referia. De pronto recuerda que tenía una hermana de nombre Sulli y que Taemin era su mejor amigo.

¿Tenía que justo fijarse en el mejor amigo de su hermana?

-       No lo sé. Sube a verla.

-       No- le responde rápido-. Estoy bien aquí.

El moreno asiente sin saber exactamente que hacer. No sabe si preguntarle sobre algo, el clima o algo por el estilo, de tal forma que lleguen al tema de la fiesta de Onew y se vea obligado a decirle si se acordaba de algo o no.

Pero está incómodo y prefiere irse de ahí.

-       ¿Quieres un caf

-       Anoche te f

Ambos ríen. Habían hablado al mismo tiempo y ninguno de los dos se había dado a entender. Taemin no para de sonreír. Casi le perturba.

Prefiere repetir él su pregunta primero por miedo a lo que él quiso decirle.

-       ¿Quieres un café?- el aludido asiente, gustoso.

-       Lo necesito. Siento que la cabeza se me partirá en dos.

Primera señal de una gran borrachera. Minho traga saliva con dificultad. Habían llegado demasiado rápido al tema de la fiesta.

Prepara dos cafés sin entrar en detalles, casi tan nervioso por aún no ser capaz de saber si el chico había recordado lo que había pasado, que estuvo a punto de echarle sal en vez de azúcar.

Y el maldito de Jonghyun aún no llegaba con la leche.

Le pasa un tazón con cuidado de no quemarlo y camina hacia la silla continua, cuando ve que Taemin quita el cojín que estaba al lado de él, dándole espacio en su mismo sillón.

Minho no tiene otra opción que sentarse al lado de él.

-       Anoche te fuiste temprano. No me di cuenta cuando ya no estabas.

Tema peligroso. Demasiado peligroso. Minho siente como el café desciende lentamente por su garganta, casi quemándosela.

Traga con dificultad.

-       Como a las tres. Jonghyun tenía sueño- intenta excusarse. Taemin toma otro sorbo y lo mira sonriendo.

-       En verdad no sé porqué dije eso. No recuerdo nada más allá de las doce.

Diablos.

Diablos.

Mierda.

No recordaba nada.

¿Tanta preocupación por nada? ¿Tanta saliva gastada por NADA? ¿Tanto miedo de besarlo por NA-DA?

Cree que esa información le llegó como una estocada a su ego.

De pronto siente una picazón excesiva en su cuello, rascándose un lugar que la noche anterior había sido denominado como propiedad de otra persona.

-       Parece que te picó algo- le interrumpe Taemin, al parecer observando lo que hacía hace un rato-. Tienes como… irritado.

Minho no soporta más y se levanta, yendo de inmediato al baño. No sabía que le molestaba tanto, como si le pulsase. Suenan los pasos de su hermana desde el segundo piso, bajando de una vez a ver a Taemin. Y el moreno levanta el cuello y ve distintas marcas pequeñas en él, pero sobre todo una, que no era ni pequeña ni rosada.

Sabe perfectamente bien que son. No son picaduras ni golpes.

Aún cree sentir los labios de Taemin, absorviendo su piel.

-       ¿Taemin?

Al parecer Jonghyun también había entrado en escena, llevándose una no tan grata sorpresa al encontrarse con el menor. Lo busca en la cocina y en el comedor, finalmente llega al baño en donde estaba escondido.

-       ¿Y a ti que te pasa?

-       No lo recuerda. No recuerda nada.

Jonghyun une los pensamientos, sin necesitar una introducción de por medio.

-       ¿Nada de nada?- Minho niega, algo apenado-. ¿Pero eso está bien o no?

El alto se encoge de hombros, sin saber que respuesta darle.

No sabe si será capaz alguna vez de volver a hacer lo que hizo con el menor o simplemente de decirle lo que sentía por él. Solo se queda pensando ante un atento Jonghyun.

Los labios de Taemin se encargan de dejarlo marcado por más de una semana. Primero fueron rojas, después moradas y finalmente azules con algo de verde. Los colores de las marcas cambian al igual que el ánimo de Minho con el paso de los días.

Finalmente no sabía si había valido la pena besar a Taemin.

 


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