Sola una noche de amor, mañana un amanecer de olvido.
Besos con besos se fundieron, ropa con ropa se quedaron a una esquina de la puerta, cuerpo con cuerpo se mesclaban en un mismo ser, ¿Cómo llegaron a la habitación, mas preciso a la cama? Seguiría siendo una incógnita para ellos.
Solo importaba el ahora, no el ayer, el mañana, menos el futuro, se tenían allí comiéndose a besos, saboreando la boca de uno, recibiendo con gusto el otro.
No existía un cantante, escritor, no solo un compañero de sexo, y porque no decirlo de amor prohibido. Se acariciaban como si no hubiera un, Mañana lo repetimos amor, despacio tenemos mucho tiempo. ¿Por qué lo hacían tan desenfrenadamente?, se excitaban mas así, como animales en celos, temiendo que se vaya con otro.
Pues la verdad es que, no tenían sexo, solo hacer el amor de forma salvaje, ¿Por qué? pues mañana el uno no estaría con el otro al amanecer, él ahora era el tiempo, más si lo desaprovechaba no habría un segundo raund.
El pelirrubio, lo besaba de aquí para allá, no debía perder ningún lugar de ese cuerpo que se entregaba por primera y última vez a él. Mientras tanto el pelirrosa se ocupaba de recibir con entusiasmo la atención de su amante en todos ángulos de su cuerpo.
Los gemidos formaban el canto de esa habitación que encerraba el secreto de su lujuria, lo penetro sintiendo el paraíso al entrar en esa cavidad tan estrecha, lastima ese paraíso solo lo vería una sola vez nada más, luego terminara como empezó sin sentido.
El destino, la vida, la suerte, el amor, la esperanza, la fe. Juegan en un mismo equipo se divierten de sus víctimas los humanos, ellos resultaron candidatos para ese partida.
El destino los presento, la vida les arreglo una cita para conocerse más a fondo, la suerte les ayudo a que nadie se enterara de lo que escondían tras sus miradas al observarse, el amor llego a ellos como una ráfaga de viento inevitable, la esperanza los hizo creer que podían amarse sin dañar a terceros, la fe los cegó.
Y al final se dieron cuenta, juntos jamás en esta vida podían estar, la venda de los ojos se desato, lo amargo llego, las lágrimas no se hicieron esperar. Los te amo se los lleva el cálido viento que a sus cuerpo envolvían en esa noche oscura que se entregaron por primera y única vez.
El pelirrubio abrazando a su amante de una sola noche, pensó que no podría dejarlo ir, pero no era decisión de uno y fuerza de otro, el adiós se escondía detrás de la puerta esperando al pelirrosa.
Se enamoraron, se besaron, se acariciaron, se digieron los mil y un te amo que no podía decirse afuera.
El pelirrubio casado con dos hijos, uno con apenas 4 años un inocente, otro a la edad tan bella de los 8 años, quería a su esposa, no la amaba solo por obligación esa unión se realizó.
El pelirrosa casado con un hijo su luz, su alegría, quería a su esposa, pero como el pelirrubio no la amaba su padre eligió la candidata, el solo acepto sin más.
En una reunión de sus empresas, se conocieron, al mirarse se conquistaron, al entablar una conversación, se dieron cuenta que eran el uno para el otro.
Lástima tarde llego su alma gemela, no podían dejar a sus respectivas esposas e hijos. Por eso un contrato con lágrimas y dolor firmaron.
Una noche pasarían juntos los dos, harían el amor sin mirar atrás y al frente, a la mañana no se hablarían cada quien se iría a sus respectivos hogares.
Si no podían estar juntos toda la vida que les quedaba, pues una noche lo harían ya que si no lo hacen morían de amor sin tocar solo una vez el cuerpo del otro.
A si fue como firmaron el contrato de sola una noche de amor, mañana un amanecer de olvido.
FIN
THE END
OWARI