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You´re not he por karu-suna2

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Notas del fanfic:

Personajes de Masashi Kishimoto

ADV. Ooc (un poco), sasodei, kakuhidan, painkonan, insinuaciones leves de itadei e itasaso

Notas del capitulo:

Hey!! He aqui un nuevo proyecto!:3 esta vez en conjunto con "Valeria15" de fanfiction, deno decir que la idea base de esta historia es de ella asi que en ff encontraran este fic en su cuanta mientras que yo lo subo aqui.

En fin espero sea de su agrado.

You´re not he

El viento entraba por la ventanilla a medio abrir, la música, las risas y platicas inundaban el interior de aquella Van* Wolsvagen restaurada,  el caminó había sido largo, unas 6 horas en carretera pero el ambiente salino se sentía ya en el aire.

Al volante Pain seguía las indicaciones de Konan que algo confundida giraba y retorcía el mapa entre sus manos negada a admitir que no sabía cómo entrar a la costa, al final de las hileras de asientos Zetsu dormitaba junto a Kakuzu que hacia cuentas una y otra vez de los gastos en gasolina, pagos de casetas, alimento, en fin de cada cosa necesaria para ese pequeño viaje de “mochila al hombro”, a su diestra Kisame se entretenía en una pequeña consola, tras haber vivido prácticamente toda su infancia junto al mar lo hacía poco impresionable ente el hecho.

En medio a los pasajeros Hidan discutía con Madara, desde la primera media hora de salida no lograban ponerse de acuerdo en que actividad harían primero apenas tocaran la arena, y finalmente justo atrás del conductor Itachi, Deidara y Sasori compartían asiento cada uno en sus asuntos, el moreno no separaba su vista de aquel libro de misterio que su hermano le había regalado en su último cumpleaños, iba por la tercera vez leído pero realmente le gustaba.

El rubio pasaba su vista por cada edificio, paisaje, o automóvil vecino que se cruzaba por la ventanilla junto a él completamente maravillado, no eran muchas las veces que podía salir de la ciudad, así que aprovechaba cada una al máximo y finalmente el pelirrojo (después de cansarse de tanto grito), permanecía inclinado hacia el frente ajustando el GPS e indicado a la única mujer como guiar sin morir en el intento.

Una salida normal entre amigos, impulsada por la llegada de las olas a la playa trayendo consigo a cientos de turistas y surfistas que aprovechaban el temporal, para su fortuna lograron ubicarse en un pequeño paraje alejado de las multitudes, un área destinada para acampar, así que el hospedaje quedaba cubierto, tiendas de campaña y la misma camioneta eran todo su refugio y no necesitaban más.

Tras montar el pequeño fuerte las bebidas y la comida no tardaron en rodar de mano en mano, una pequeña fogata adornaba el centro iluminado la ya creciente noche, Deidara permanecía de pie hechizado por la vista, la olas rompían con algunas rocas el borde de la arena, la luz casi inexistente del sol brillaba como reflejo en la superficie cristalina del océano perdido en el horizonte, su sonrisa se ensanchó al ver el mar embravecer y aquella conocida ansiedad en el comenzó a invadirlo.

-Dei… ¿vienes a comer?,  Itachi está preparando carne asada y Kisame trajo algo de pescado

El rubio se volvió aun con el gesto al escuchar la voz de Sasori sintiendo el cálido contacto de su mano sobre su hombro, sus ojos brillaron al recordar la promesa hecha antes de salir y asintió enérgicamente  encaminándose al grupo.

-Danna no olvides lo que me dijiste, me enseñaras a surfear ¿cierto?-preguntó entusiasmado

-Ya te lo dije…tanto para ti como para los demás todo depende de cómo se comporte el mar, si es peligroso tendremos que limitarnos al campamento y la vista

No es que fuese un profesional, en realidad Kisame lo superaba y por mucho pero su experiencia manual fabricando tablas algunos veranos atrás les ayudaba mucho en dicho pasatiempo, sintió la mano que sujetaba temblar un poco pero al voltear la misma sonrisa adornaba el rostro de su compañero, debía ser la emoción del viaje, pensó.

El cansancio del trayecto era notable en la mayoría que se limitaba a disfrutar de la corriente cálida y el crispar de la madera en el fuego, cada estomago lleno, pero el rubio sonreía y movía los pies infantilmente echado sobre la arena  y uniendo con líneas invisibles las estrellas adornando el firmamento.

-¿Esa cual es Danna?- señaló un conjunto de puntos en el cielo

-Ya te dije que no lo sé mocoso, no soy astrónomo-repitió entre cansado y divertido el mayor con su vista igualmente en lo alto

-Pues no…pero tú lo sabes todo-afirmó a burla

-Es Draco

La voz de Itachi se dejó escuchar ganando la intención del par de artistas, el rubio gruñó arrojándole un poco de arena que el otro evito con su libro.

-¿Y tú como lo sabes? No pudiste verlo, al menos no desde mi perspectiva!-le retó, el moreno suspiró

-Por el movimiento alargado que hiciste con tu dedo, como una cola o un 2 deformado visto desde otro punto-aclaró seguro de sus palabras- además llevas un buen rato preguntando y la única que atinaron fue la osa menor justo arriba de la que acabas de señalar

La estruendosa risa de Hidan rompió el momentáneo silencio iniciando nuevamente los gritos y la plática, ahora Deidara y el alvino se perseguían a unos metros corriendo y riendo cual niños pequeños,  Sasori los miraba alegre, amaba esa faceta del rubio y aunque probablemente terminaría siendo víctima de algunos de sus desplantes o bromas lo valía con tal de ver esa sonrisa.

La luna no tardó en llegar a su punto más alto y cada uno se encaminó a su tienda, ocho en dos y la pareja por derecho de antigüedad (y organizadora del viaje) en una para ellos solos, era obvio que  Pain no dejaría que “su” Konan compartiera con alguien más que no fuera él.

 

 

No podía dormir y llevaba más de dos horas rodando dentro de la bolsa de dormir bufaba con molestia a cada segundo (aunque moderadamente no quería molestara a sus compañeros), abría y cerraba los ojos a ratos esperando que el sueño lo invadiera pero lo único que sentía era emoción y una extraña pero acostumbrada hiperactividad y el escuchar como música de fondo el constante movimiento del mar no ayudaba en absolutamente nada.

Rendido se irguió lentamente mirando a ambos lados, a su izquierda Hidan dormía a pierna suelta medio abrazando a Kakuzu al que parecía no molestarle la incómoda postura, a su derecha Sasori respiraba pausadamente, se vio tentado a despertarlo para que lo acompañara en su desvelo, después de todo era su pareja desde hace poco más de medio año y era parte de su responsabilidad como novio, suspiró, sabía que no era justo, se inclinó cuidadosamente y depositó un beso en la pelirroja cabellera, salió.

Corrió el cierre de la tienda apenas la cruzó, los pequeños granos de arena impulsados por la brisa le golpearon el rostro, las fogatas de otros grupos se veían a lo lejos, seguramente aquellos que iban a beber y a hacer desmanes como muchos, para su fortuna el escandalo apenas llegaba a sus oídos, se acercó a la orilla donde la marea apenas rosaba cambiando el color del polvo bajo sus pies y de nuevo pensó.

Aquella inmensidad, si se tratase de un espejo no podría distinguir el derecho y el revés, el horizonte parecía tan lejano y tan atrayente, era la primera vez que estaba tan cerca de territorio de Poseidón y cada escrito que había leído se quedaba corto, ahora se sentía en disyuntiva, ¿el cielo o el mar?

Sus manos temblaron y las apretó nervioso más sus labios se curvaron hacia arriba, conocía ese sentir y le intrigaba el hecho de ser la segunda vez en ese día que la ansiedad lo inundaba, aspiró e inhalo pausadamente en un intento de tranquilizar sus desbocados latidos pero no funcionaba, como último recurso hurgó en el bolsillo trasero en su holgado pantalón sacando una pequeña capsula roja y sin necesidad de líquido alguno lo paso por su garganta dejándose caer sobre la arena.

Se mantuvo un rato así, sentado con las piernas estiradas y las manos  como apoyo tras él, ya eran casi cinco meses desde el último incidente y no planeaba repetirlo pero su consciente no parecía ayudarlo, comenzó a divagar, ahora que veía mejor en medio de la penumbra el mar no tenía fin, al menos no visualmente ahora frente a él se unía con el cielo y parecía una enorme mancha negra similar al entrar a una habitación a oscuras la escala se perdía por completo y no podía diferenciar bien si las rocas entre las olas estaban a unos metros o tan solo eran muy grandes.

Sintió la necesidad de comprobarlo y se levantó entrando un poco al agua, apenas le llegaba arriba de los talones pero esa vocecilla dentro de él lo detuvo, no era buena idea, dio pequeños saltitos en sus sitio como si tratara de sacarse algún insecto de encima y sonriendo volvió a su lugar unos metros atrás, la noche le pintaba demasiado corta y le pareció bien esperar para ver el amanecer.

 

 

Estaba seguro que se había roto algo, jamás volvería a dormir de ese modo, no es que no le gustara la “naturaleza” pero dormir sobre la arena con tan solo una pobre bolsa de camper no era para nada agradable, bufó rodando entre la tela encontrando el lugar a su lado vacío y a unos centímetros los pies de Hidan, compadecía a Kakuzu.

Se estiró ruidosamente ganándose gruñidos y un almohadazo de lleno en la cara pero se limitó a reír y salir a tomar un poco de aire y a buscar a su rubio compañero, los rayos del sol lo revitalizaron instantáneamente, bostezo despreocupadamente paseando su mirada por las otras tiendas aun cerradas , la playa se veía vacía y el ruido de las olas demasiado fuerte, frunció el ceño mirando la marea subir llegando unos metros más adentro que el día anterior, no podrían surfear, pensó un tanto abatido.

Su vista se clavó en la camioneta a sus espaldas, en las tablas ordenadamente atadas al toldo, la más grande, una tabla azul eléctrico con diseños fuertes de peces y olas el mismo la había construido para Kisame su cumpleaños pasado, sobre esta una tabla blanca completamente blanca decorada en la punta por un conocido abanico rojo marca de la familia de Itachi, nada ostentoso, como él decía menos es más.

La siguiente era una tabla igualmente sencilla, el color rojo que comenzaba en la cresta parecía bañarla como una mancha sangrienta cortándose a la mitad por aquel triangulo dentro de un circulo tan preciado para su amigo religioso, aun recordaba lo mucho que se había reído al recibir el diseño del alvino y lo mucho que lo había presionado para que quedara perfecta.

Sumando arriba de esta la tabla de madera pulida, tradicional y “elegante” de Kakuzu junto con la suya propia con detalles guinda y dejando ver igualmente el material natural se juntaban las 6seistablas que habían montado como parte del equipaje.

-Las seis…-repitió en voz alta recontando las mismas, una faltaba, se acercó montándose en la defensa de la van palpando cada una y en efecto la tabla amarilla con un enorme ave blanca en el cielo no estaba-¿pero que dem…?

Su maldición se detuvo cuando su vista viajo a la costa, sus ojos se abrieron enormemente al ver la punta del tablón sobresalir entre las olas, bajó de un salto avanzando a tropezones hacia la orilla, su respiración se detuvo y las palabras se atoraron en su garganta.

Deidara braseaba con fuerza sintiendo el agua pasar por sobre su cabeza cuando lograba romper una ola con su cuerpo, sintió que estaba lo suficientemente dentro y se sentó con las piernas a ambos lados de la tabla, sonreía, sentía la adrenalina correr por su cuerpo y aun cuando el rugido del mar lo estremecía le parecía de lo más sencillo, no era como el peligroso movimiento que veía en las noticias del clima, parecía controlable y él podía, seguro que podía.

No había podido resistir más y tras correr a la camioneta por su herramienta se volvió entusiasmado hacia el mar, no recordaba siquiera el momento en que su cuerpo hizo contacto con el agua solo quería entrar y tocar la espiral de la corriente al cruzar dentro de una gigantesca ola, ya lo había hecho con anterioridad en simuladores y debía ser igual, escuchó los gritos de Sasori a lo lejos y lo miró con una enorme sonrisa agitando la mano.

-Danna!!, mira esto!!!

El pelirrojo entró en pánico, el sonido de pisadas y movimiento a sus espaldas le hizo saber que sus gritos habían alarmado al resto pero no se detuvo a hablar, las olas aumentaban de tamaño y las rocas que ayer veía lejanas y hermosas a la vista ahora le parecían mortales y demasiado cerca de su novio.

-Maldita sea Deidara sal de ahí!!!- gritó quitándose la camisa listo para lanzarse al agua pero lo siguiente que vio lo dejó paralizado.

El mar pareció enfurecer en un segundo y el rubio se veía pequeño ante la inmensa escala de aquella ola, Deidara flaqueo al ponerse de pie pero lográndolo en el último segundo, se balanceaba intentando mantener el equilibrio y aunque a los ojos de sus asustados amigos caería en cualquier momento él se sentía genial, las gotas de agua lo golpeaban en el rostro y la corriente recorría sus pies subiendo por la madera hasta sus tobillos, su cabello se mecía dando latigazos por la humedad, su vista se levantó un momento y sus ojos se perdieron en la infinidad del cielo.

Azul, por todas partes veía azul, como una hoja en blanco, como un lienzo listo para usarse siendo él el único punto en el centro, por un momento olvidó donde se encontraba y estiró ambos brazos echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, el vértigo que sintió al volcarse le revolvió el estómago y un azul todavía más intenso lo segó al sumergirse, se sintió chocar con algo que sacó de golpe el aire que guardaban sus pulmones y después solo oscuridad.

Sasori se paralizó, sus piernas no respondían aun cuando su mente le decía que corriera y se adentrara en las bravas aguas sin importarle nada, sintió una mano en su hombro y cual interruptor la “cordura” volvió,  corrió a la orilla pero aquella mano ahora lo sostuvo de la cintura, un par de brazos lo rodearon.

-Sasori detente!- gritó Itachi intentando frenarlo con ayuda de Pain

No pudo replicar cuando dos manchones pasaron a su lado adelantándose al agua, Kisame y Hidan respondieron, ambos trabajaban en el verano como salvavidas y aun cuando no lo quisiera admitir solo ellos podrían ayudar sin salir heridos.

Los segundos pasaban y lo único que podían ver era a sus amigos luchando con la olas que se empeñaban a regresarlos a la orilla, de vez en vez parte de la ahora destrozada tabla botaba hacia arriba indicándoles de cierto modo la posible ubicación del rubio, la desesperación era indescriptible Sasori respiraba agitadamente y se veía extremadamente pálido no podía creer lo que estaba ocurriendo, sintió sus piernas flaquear y apenas notó cuando quienes lo sostenían lo ayudaba a sentarse en la arena.

Escuchaba vagamente como le hablaban pero su atención estaba completamente en el mar, llevaban lo que parecían largos minutos sin ver a ninguno de los que se encontraban en el agua, angustiantes y largos minutos, repentinamente la superficie se rompió y dos cabezas emergieron, sus corazones se detuvieron al ver que seguía faltando la rubia pero tan solo unos segundos después y con un hábil movimiento del peli azul esta salió a flote.

No se movía y Hidan trataba se sostenerla a flote nadando con fuerza para llegar a la orilla, lo que antes represento un obstáculo ahora resultaba de ayuda, las mismas olas los impulsaban a la costa y rápidamente se vieron trastabillando y siendo ayudados para alejarse del agua salada.

Sasori se puso de pie ayudado del moreno viendo como acomodaban al rubio para revisar su estado, se alarmó al ver como Kisame levantaba su mentón indicando al alvino que hacer, no respiraba.

RCP, había visto esos movimientos incontables veces, Hidan daba respiraciones rítmicas al tiempo que Kisame presionaba su pecho con los brazos estirados, una, dos, tres veces y nada la tensión se sentía en cada uno de los poros de su piel, cuatro, cinco, seis veces el par aumento los esfuerzos, perdió la cuenta de cada intento y dejó salir un profundo suspiro cuando  por fin el aire entró a sus pulmones.

El peli-azul giró la cabeza de Deidara permitiendo que toda el agua en su interior saliera libremente, su pecho subía y bajaba agitado y el cuerpo entero temblaba ligeramente.

-Eso es rubia…así, saca todo- le alentaba el alvino palpando la húmeda mejilla un poco más tranquilo pero este no respondió

-Sigue inconsciente-aclaró el más alto notando apenas una enorme herida en la cabeza rubia por la que no dejaba de emanar sangre-mierda…una toalla! -pidió colocándola al instante sobre la herida- debemos llevarlo a un hospital, podría tener algún daño interno estuvo demasiado tiempo si oxigeno- comento con algo de angustia al revisar la abertura.

Utilizando otra toalla como camilla cargaron al menor hasta la camioneta, Pain se sentó al volante a toda prisa junto a Itachi que le indicaba el camino más corto, atrás Sasori mantenía la cabeza de su novio sobre sus piernas deteniendo el paño para disminuir el sangrado mientras Kisame con ayuda de Hidan sostenían el cuerpo por detrás cubriéndolo y evitando que los bruscos movimientos de la van lo lanzaran hacia el frente, el resto debía esperar en el campamento.

Aquellas pupilas azules apenas se veían en los ojos entreabiertos, ausentes y opacos, Sasori temblaba, suspiro con fuerza en un intento de recuperar la compostura, por mucho que fuese el temor que lo invadía cada que se veía en una situación como esa era el momento de estar ahí y seguir.

Se inclinó acariciando el rostro del artista, sonrió y posó sus labios sobre la pequeña frente.

-Todo estará bien…todo… saldrá bien Dei

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Notas finales:

Gracias por leer, como dato extra estaremos actualizando cada lunes como a esta hora a menos ke se cruce alguna causa de fuerza mayor nwn

no olviden comentar!


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