Era un día tranquilo en Grand line (si, claaaaro ¬¬) especialmente para cierta tripulación de piratas…
- ¡no le hables así a Nami-San!-
-¡cállate cejas de sushi, yo le hablo como quiero a esa arpía usurera!-
Si, un completo y común día tranquilo, habían estado navegando por casi una semana y prácticamente ya no les quedaba comida, por culpa de cierto pelinegro muy enérgico y glotón que por casualidad resultaba ser el capitán de tan cingular tripulación.
Tanto el cocinero como el espadachín seguían con su pelea matutina cuan un aura asesina se poso a sus espaldas dandole un capote a cada uno acabando con la pelea.
-¡nami-swaaaannn, te ves tan linda cuando de enfadas!!!!-
-¡hmp! Ero Cook…-
-¡maldito marimo!, ¿aun quieres seguir peleando? Todavía no termino de patearte el trasero-estaban a punto de comenzar, cuando la misma aura asesina de antes les detuvo,
-¡ya, basta de escandalo par de idiotas!, sanji vete a la cocina, y tu zoro vete a entrenar o a dormir o a donde quieras pero ¡dejen de molestar!
-¡si mi hermosa mellorine!, les iré a preparar un delicioso aperitivo a mis hermosas doncellas.
-tsk idiota- susurro zoro con cierto tinte de melancolía en sus ojos que paso desapercibido para el resto de la tripulación, que había estado observando todo, menos para una observadora morena que noto completamente el cambio de semblante en la cara del espadachín, al momento de darse la vuelta para dirigirse al cuarto de entrenamiento, aunque aun debía saber quien era el culpable de tal cambio si la navegante o el cocinero.
________________________en el cuarto de entrenamiento_____________________________
Ya habían pasado varias horas desde que comenzó a entrenar y pronto estaría listo el almuerzo, y Zoro ni cuenta se había dado pues había estado pensando (si aunque no lo crean de repente piensa ¬¬ ¡pero es tan lindo así a lo bruto!), en un asunto que desde hace varias semanas le estaba molestando.
- ¡uf! No me puedo creer, desde cuando comencé a sentirme de esta manera hacia el cocinero, si lo único que hacemos es pelearnos, tsk, no entiendo por que ahora tengo tantas ganas de molestarlo mas seguido, mmm… supongo que es para que me ponga mas atención que sus mujeres, pero Nami siempre tiene que venir a detenernos y el baboso va y le tira a los pies- si por fantástico que parezca, el temible cazador de piratas Roronoa Zoro estaba enamorado de su nakama el pervertido perseguidor de faldas Piernas negras Sanji, un Hetero de tomo y lomo, o sea, un caso completamente perdido para el peli verde. después de su pequeño monologo mental en el que quedo aun mas deprimido, se oyó la voz del cocinero llamando a todos a comer, así que detuvo su entrenamiento, se dio una ducha rápida y se fue a la cocina para ver ala razón de sus tormentos.
________________________________en la cocina___________________________________
Ya estaban todos sentados a la mesa y tanto Ussop como chopper protegían su plato de su saqueador capitán cuando Zoro llegó y se sentó a comer.
-¡Hasta que te dignaste a aparecer marimo! –decía socarronamente con una sonrisa de superioridad el cocinero, pero como Zoro seguía perdido en sus pensamientos no le respondió, haciendo que el cocinero le viera extraño por un momento, cuando estaba por reprocharle el haberle ignorado se vio interrumpido por la morena.
-cocinero-san me puedes dar más jugo por favor-
-Claro que si mi hermosa morenaza- decía el rubio con ojos de corazones y haciendo un remolino con sus piernas, en ese momento la arqueóloga miro de reojo al peli verde, dándose cuenta de que miraba al cocinero con un semblante que le sorprendió pues nunca había visto a Zoro con una expresión de tanta tristeza, comprendiendo que el culpable de aquello era el rubio que en ese momento le servía el jugo solicitado.
Esa noche le tocaba guardia al segundo de abordo, y era perfecto para el pues le daba tiempo para pensar sobre sus recién descubiertos sentimientos y que iba a hacer con ellos pues algo debía hacer ¿no?, con lo que no contaba era con la visita de quien menos se esperaba pues no compartía mucho con esa persona, aunque no sabia que esta le seria de gran ayuda y una muy buena confidente mas adelante.
- ¡t-tu! ¿Q-que haces aquí?
- Buenas noches espadachín-san.