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Final Del Juego por kakashiruka

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Notas del fanfic:

Es mi primer fanfic original ^^, disfrutenlo =D 

Notas del capitulo:

Holas a Todos!

Es mi primer fic original... en realidad soñé algo parecido y como no se amoldaba mucho, o por lo menos en mi imaginacion, al Kakairu sentí la obligacion conmigo mismo de publicarlo así, original

Espero que les guste, y si no se entiende bien porfavor avisenme y lo especificaré un poco 

Esta historia es totalmente (hasta los personajes) invención mia.... asique lucraré algún dia con ella jakjakaj XD algun dia - cara de esperanzado u.u

 

gracias y si os gusta, recomienden ^^

Sin importar la hora, ni lo que estuviera haciendo; siempre era así. Apenas sintiera un mínimo sonido, e inclusive hasta el suave murmuro de sus ronquidos le eran audibles, y aun estando en distintas habitaciones, se dirigía a él.

El tiempo había jugado tanto con ambos que ya ni recordaba cuál fuera el motivo que les soldara en un principio. Ni el mal humor de quien siempre llegaba a dormir, como si no quisiera ver al otro, causó en otros tiempos un distanciamiento como ese. En realidad si lo hizo, y por bastantes meses, es más; años. Pero de algún modo a  Javier no le habían ganado tales cosas la batalla de querer estar junto a ese ser tan mal humorado.

Trabajaba en una habitación no muy cercana a la de él. Y aunque le doliera la falta de saludos al llegar del otro, no dudaba en hacer lo de siempre en el instante  que sentía su presencia. Tal como rejuvenecer y recordar esos tiempos en donde las heridas no existían, aquel periodo en donde no había días en los cuales se ausentara un saludo. Pero a la vez no. Era tan fría la habitación. Y de momentos creía en que ésta poseía mayor calor sin él.

Ese día, como siempre, le escuchaba. Por mucho que se hubieran distanciado, no importaba, le resonaban en la soledad esos ronquidos, esos con los cuales le jugaba bromas al desayuno, o que simplemente, mientras dormía, interrumpía cerrando las fosas con sus dedos.

En parte aun le eran incuestionables sus culpas del pasado.

 

 

Encontré novia

Bastaron horas para que le abandonara.

Lo peor fue que Javier jamás fue en su búsqueda, ni siquiera cuando su supuesta boda con la chica se cancelara por un fortuito misterioso.

Le alegró lo último en esa instancia. Sólo que no esperaba volver a topárselo en un día de lluvia.

Llovía a cantaros, y el viento le había quitado el paraguas. Quizás la peor lluvia del periodo. Las calles del centro se hallaban inundadas, pero por suerte había logrado arrancar de aquellas. Lo malo era que se le empapaba hasta la ropa interior. Y así fuera como el milagro ocurriera. Pese a tener los cabellos impregnados al rostro a causa del agua, fue reconocido por Javier.

Él iba con su paraguas negro, un abrigo gris y una maleta de cuero. Fue innegable la sorpresa al verlo. Por razones obvias la culpa le apuntaba fijo a su ser, pero también, y de alguna rara manera, podría ser el momento en que el azar se pusiera a su favor y dejara enmendar una parte de sus errores.

—Necesitas secarte – pronunció Javier, sin cubrirlo aún con su paraguas.

—No te preocupes, tienes que hacer.

El orgullo los consumía a ambos, pero más al de la maleta. Se le desfiguraba el rostro buscando alguna forma de contrariar las irónicas palabras, pero su consciencia se encargaba de lo contrario, cerrándole la boca.

—No te he visto en años – intentó entablar de nuevo Javier.

—Debe ser mi culpa.

Sabía por experiencia que su ironía no causaba efectos malignos en el otro, por el contrario, siempre le robaba una sonrisa con sus tontas palabras.

Y eso le agradaba.

Veía como las gotas le seguían golpeando sobre la cabeza, y las punzadas atacaban sobre su corazón.

Al llegar ambos a esa casa – que ahora compartían –, que si bien no era enorme, sí lo era para un solitario y ermitaño hombre. Se miraron, como si esperaran aquello que el tiempo jamás le concediera, o que sus mismos orgullos nunca cedieron para con el otro.

El dueño de casa simplemente evadió la mirada contraria y encendió la chimenea.

—Ven y calienta un poco tu cuerpo. Iré a buscarte una toalla y ropa.

—Prefiero andar desnudo, siempre has tenido mal gusto.

—Creo que no sería conveniente.

Por ese mismo tipo de bromas nunca estaba seguro de declarársele. Y quizás a causa de ello le daba miedo ser lastimado. Pero ¿Qué clase de amigos, que se pelean bastante, siguen dañándose y pasando por alto cosas que los seres normales no harían?

Cómo no olvidar las tardes de lluvias, que pasaban horas junto a sus tazas de chocolate caliente, que luego sería licor, y jugando con juegos de mesa.

Mientras se sacaba la ropa húmeda las sonrisas le ocupaban el rostro. Quería llorar. Pero simplemente fue recostándose en la alfombra de frete a la chimenea, como abrazando una duda, un eterno qué pasaría.

Despertando, al día siguiente, se vio en la habitación que ocupara hacía unos años, exactamente igual y con todas sus pertenencias. De seguro el otro se había tomado las auto-atribuciones de mudanzas. No le discutió, no lo haría.

 

 

Pero esa noche, meses después de continuar viviendo juntos y volver a esa rutina, que si bien era más fría que la anterior, le hacía sentir pleno, sintió nuevamente esos ronquidos. Ronquidos hipnóticos que le llamaban a abandonar lo que hacía.

Caminó con tranquilidad por los pasillos, acariciando las murallas con las yemas de sus dedos, hasta la puerta. Y abriéndola con cuidado, tal como lo hacía para despertarle de sus profundas siestas, se sentó a su lado, en una orilla de la cama.

Se veía bien, como si algo le cuidara del desgaste del tiempo.

Pese a ser un acto raro, y algo acosador, permanecía su estrategia para ver ese misterio que se haría presente en segundos, ese misterio que se producía todos los días a esa misma exacta hora. Si fuera un juego, o no, no importaba, en realidad si fuera una maldita y desalmada broma de él, volvería cada noche a escondidas a ser víctima del mismo solaz.

La mano del durmiente se acercó a la suya y se fusionaron en un enlazamiento mutuo.

Ahí viene.

—Solo deseo estar él. Aunque es un idiota.

Entonces los ojos amortajados por los párpados despertaron para acabar con el juego. Un juego que durara años de mentiras y apariencias, de trampas y misterios sin resolver.

 

 

Fin del juego.

Notas finales:

gracias por leer ^^ te recomiendo mis otras historias


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