Taemin Pov’s
-Necesito flores muertas. ¿Tienes algunas que hayan empezado a marchitarse?
-¿Perdón?-Lee Taemin miro a la mujer parada frente a el.
Tenia aspecto de que podía chamuscar una lila a veinte pasos. Era una Clienta nueva para la florería “Eterna Primavera”.
-Quiero enviarle flores a mi perro-explico la mujer-
Taemin fruncio el seño y se paso la mano por el cabello: demasiado lacio, aun debía acostumbrarse a ellos.
-¿perdon?
-Mi ex tiene la custodia, asi que no quiero nada bonito en su portal. Y quiero que la tarjeta diga: “ No son para ti, son para el perro. Mis condolencias, Roo, porque tuviste que quedarte con papa”. Voy a pagar con Mastercard
Para todo lo demás existe Mastercard. Pero no para esto.
-Me temo que no podre ayudarle- dijo Taemin con una sonrisa de falso pesar-. Todas mis flores son frescas.
-algo debe de tener- espeto la mujer.
¿Qué se le puede decir a una mujer como esa? Taemin hacia arreglos para felices Bodas, Graduaciones, cumpleaños. Hacia arreglos para tristes funerales o estancias en hospitales. Y hacia arreglos para el amor y el sexo, y tal vez no siempre en ese orden. Pero no hacia arreglos para la amargura, la ira o la venganza, y esta mujer calificaba para las tres cosas.
De acuerdo. Esto era un negocio.
-¿Cuánto quiero gastar?
-Lo que cueste.
¿Lo que cueste? Eso decía una mujer cuando estaba herida y molesta y, en el fondo, esperando que un gesto desesperado funcionara de manera mágica y la llevara a un final feliz tipo Drama.
Tae sabia que estas flores no eran para el perro. Tambien sabia cual era el mensaje que en realidad esta mujer quería enviar.
-De acuerdo- dijo secamente-. Creo que puedo ayudarle, pero necesita darme licencia creativa.
-Haga lo que guste-dijo la mujer.
Listo. Tenia permiso para hacer lo que mejor hacia: Hablar con flores sobre lo que estaba en el corazón de alguien. Tomo la información de la tarjeta de crédito y la dirección de Roo y su Papa. Antes de que se marchara Taemin le regalo un trébol a la mujer para hacerla sentir mejor.
Despues Tae se perdió tras las gruesas cortinas de terciopelo que ocultaban su área de trabajo en la parte posterior de la tienda y puso manos a la obra. Combino Claveles rojos, que simbolizan un corazón dolido, con rosas rojas del amor, la nostalgia y la pasión. Los helechos daban el verdor perfecto que simbolizan la sinceridad. En la tarjeta, escribió el mensaje detrás del “Mensaje”: Roo, ojala las cosas fueran distintas. Agrego una nota para explicar el simbolismo de las flores. Esperaría un dia antes de enviarlas. Las flores no estarían marchitas, pero ya no estarían frescas. Parecia una buena combinación.
Emergio con su obra maestra y miro en torno a la tienda, toda adornada ante las inminentes pascuas: canastos repletos de tulipanes y narcisos, arboles de huevos de pascua y guirnaldas con huevos pintados.
-Muy bien-dijo-, ustedes la escucharon. La mujer insistió. Y esto lograra mucho mas de lo que ella deseaba originalmente.
La campana sobre la puerta de la tienda sono y Sungmin, su eficiente empleado, entro diez minutos tarde, como siempre. Era una imagen en ropa retro de hippie, Cabello algo largo y broquelillos. Sungmin tenia 19 años y era muy creativo.
-¿Con quien hablas?
-Conmigo- Taemin se encogió de hombros-. Me hicieron un pedido muy extraño. Una mujer quería un ramo marchito para su perro- tae Señalo el Ramo.
-No me parece muy marchito.
-Para mañana, cuando lo entreguemos, estará tan seco como se pueda. Si la mujer no queda contenta, le regresare su dinero.
El conejo fruncio el seño y meneo la cabeza.
-Menos mal que eres bueno con la flores, por que eres terrible con los negocios.
-Mira quien habla-contesto Taemin-. Te apuesto a que si consigues un trabajo de verdad, te echaban a la primera semana.
Sungmin puso su bolso de mensajería detrás del mostrador y suspiro.
-Si, ya se que se me hizo tarde. Dormi mas de la cuenta. Ayer conoci a un hombre maravilloso- se abrazo a si mismo y cerro los ojos.
Una Pequeña hierba de celos broto en el corazón de Taemin. La corto mentalmente. El hecho de que tal vez nunca encontrara un hombre no significaba que tenia que resentirlo cuando alguien mas tenia suerte.
Sungmin tenia mucha suerte.
Otra hierba. Cortar, Tirar. Suspirar
La campana sobre la puerta sono de nuevo y entro el galan del siglo.
-Caramba- Exhalo el conejo, hablando por ambos.
Taemin le disparo a Sungmin una mirada, luego pregunto:
-¿En que puedo servirle?
Parecia un poco avergonzado, quizás por la descarada admiración de Sungmin o por la circunstancia de estar en una florería Era Alto, con un pecho estilo Schwarzenegger. Llevaba vaqueros, camisa de algodón y botas de trabajo, tenia el cabello chocolate y algo largo, unos enormes ojos café y la piel de un delicioso color bronceado de un hombre acostumbrado a trabajar fuera.
-Necesito ordenar unas flores- dijo declarando lo obvio.
Taemin Camino hcia el. Olia a aserrín y Locion.
-¿Ya tiene una idea de que quiere?-pregunto Taemin. El tenia un idea; nada que ver con flores.
-no lo se. Un tipo de arreglo.
-¿para su novia?- Gorjeo Sungmin detrás del mostrador.
-mi madre- el cliente meneo la cabeza-. Es su cumpleaños y no se me ocurre donde puedo conseguir algo bello y expresivo.
Un guapo que quería a su madre. El hombre tenia que tener un defecto. Taemin camino hacia la mesa de hierro forjado donde guardaba el libro con fotos de sus arreglos, y lo abrió.
-¿le gustaría ver algunas muestras?
-eh, de hecho tengo que ir de nuevo a trabajar. Mi empresa esta renovando este edificio.
La renovación del edificio que albergaba su florería, la tienda de regalos “lo que se te ofrezca”, y los “edredones de Emma” había hecho del ruido de martillos y serruchos un cotidiano sonido de fondo en lo que los constructores apuntaban la combada estructura en la parte posterior del inmueble. Asi que el lo había escuchado antes de verlo.
-Tal vez pueda usted elegir algo- sugirió el hombre.
Taemin detestaba que la gente dijera eso. Las flores tenían un lenguaje propio, y cada arreglo debía decir algo especial que reflejara el corazón de quien lo daba.
-las flores son algo personal-Taemin le dijo-¿Su madre tiene una favorita?
- le gustan las rosas- sus cejas se fruncieron-. No vive en Seúl, esta mas cerca de ichieyeon, ¿entrega hasta alla?
- no hay problema- Taemin asintió- ¿Cuánto quiere gastar?
-El precio no importa
-Las rosas rosa oscuro simbolizan el agradecimiento. Puede agregar unos narcisos y el contraste de colores será estupendo.
-¿esos simbolizan algo?
-si, como todas las flores. Los narcisos simbolizan el respeto, Chaqueo los dedos y señalo a Taemin como si el hubiese tenido una idea brillante.
-Perfecto, Agreguelos.
Fijo su vista en el.
-muy Bien- dijo el. Fue al mostrador y el lo siguio, sacando suu cartera. Taemin abrió en su computadora un formato de pedido y tomo el nombre y dirección de la destinataria- ¿Y que quiere que diga la tarjeta?d
-¿Feliz cumpleaños, mama?- adivino el hombre.
Sungmin se rio entre dientes y Taemin lo fulmino con la mirada.
-Las palabras no son mi especialidad, aunque si las aprecio. Estoy abierto a las sugerencias.
A Taemin le gustaba esta parte de su trabajo. Disfrutaba ayudar a la gente con las tarjetas que acompañaban sus regalos casi tanto como al crear los arreglos de flores.
-Ya que ha elejido flores tan simbólicas, seria bueno decirle lo que significan. Asi que, ¿Qué le parece “rosas por gratitud, narcisos por respeto”?
-Me gusta- dijo y asintió.
-¿Y la firma?- pregunto Tae.
-Con amor, MinHo. No mejor, que sea amor y gratitud.¿ que le parece?
Miraba a Taemin como en espera de una aprobación.
-eso lo dice todo-Dijo el
Eres perfecto. Para otro, no para Taemin.
El entrego su tarjeta de debito. El miro el nombre impreso. Choi MinHo. Era un nombre Bello, de sonido Solido, que armonizaba con esos musculos bellos y solidos. Ah ya basta.
Terminada la compra-venta, el inclino su cabeza, sonrio y dio las gracias. Luego salio de la tienda.
Taemin lo vio marcharse
-Maravilloso Trasero- dijo Sungmin, haciendo eco de sus pensamientos-. Sin anillo de bodas. Me pregunto si tiene novia o novio.
-¿Qué no conociste al señor fenomenal anoche?- Taemin Bromeo
Sungmin hizo un gesto.
-No para mi, sino para ti. Ha de tener 25 años. Es tu edad.
-¿yo?- Taemin meneo la cabeza-. No es mi tipo.
-un hombre asi es el tipo de cualquiera.
No de cualquiera, pensó Taemin. Un hombre como ese necesitaba una mujer o un hombre perfecto, no uno que estuviera marcado.