Hoy es mi primer día de clases en la escuela de música, después de tanto rogarles a mis padres, al fin logre que inscribieran.
Soy Tom, un chico de 14 años amante de la música, la oigo a todas horas, incluso toco un poco de guitarra, pero como me quiero hacer profesional, decidí que seria mejor aprender en una escuela, y esta es muy prestigiosa, desde que supe que existía quise entrar.
Me arreglo como nunca para irme, sujeto mis rastas rubias en una coleta y me pongo una bandana, una vez que estoy listo salgo de casa y me dirijo a la escuela. Cuando llegue me emocione, había un montón de chicos por doquier, unos caminando mientras cargan sus instrumentos y otros ensayando libremente afuera.
Al principio, les explicaron a mis padres, que a los de nuevo ingreso y que fueran principiantes, se les daba un pequeño curso de introducción a la música, ya después según mis aptitudes me pasarían a algún nivel en especifico de guitarra, por ese motivo solo llevaba conmigo una libreta, aunque ya me moría por presumirles en esa escuela mi guitarra, era realmente linda y genial.
Entre al salón que se me indico y había otras 10 personas ahí, entre chicos, chicas y algunos niños. Sonó un timbre y casi al instante, apareció en la puerta la visión mas hermosa que había visto: Un chico alto de cabello rubio y corto, algo delgado pero con algo de músculos y una ligera barba, aunque lo que me llamo la atención en si, fue la bella sonrisa que nos dedico al entrar.
Lo observe bien, llevaba varios piercings en el rostro y se veía un tatuaje en su brazo izquierdo. No se ni porque, pero no podía dejar de mirarlo.
- Hola a todos. Yo seré su profesor, soy Bill Kaulitz, tengo 22 años y son Lic. en Música.– se presento con voz seria- De una vez les digo que este curso será muy divertido, y aquí es donde veremos si tiene vocación de músicos, aunque estoy seguro de que ahí mucho talento en este salón- concluyo mas relajado.
En cuanto termino de hablar, dio un repaso rápido a la gente y al final me miro sonriendo ampliamente, yo me sentí desfallecer. Su voz no era muy grave del todo pero se escuchaba muy sexy, y con esa sonrisa se veía que derretía a cualquiera.
Después de eso nos pusimos a hablar de nuestra música preferida, de lo que sabíamos o nos gustaría tocar, y luego nos dio una pequeña charla sobre la historia de la música y la física del sonido. Yo tome algunas notas sobre eso por que tal vez me serviría, pero fue muy poco, ya que prefería mirarlo, inevitablemente no aguantaba 5 segundos sin dejar de verlo. La plática del profesor era muy amena y todos participábamos y lo escuchábamos atentamente hasta que el timbre sonó anunciando el fin de la clase, que duro alrededor de 2 horas.
Espere a que la mayoría saliera, ya que no me gustaba engentarme, y justo cuando me levante para salir escuche que me llamaron.
- ¿Tom?- dijo curioso mi maestro.
- Si, soy yo- dije tímido.
- Te vi muy atento en clase. Se ve que serás un buen estudiante- exclamo contento Bill.
- Bueno, es que de verdad amo la música. Es mi mayor pasión- le explique.
- Se nota. Y tienes buenos gusto musicales. Me encanta Aerosmith.
- Son mis ídolos- dije mas relajado y contento- aunque básicamente escucho más hip-hop, pero si quiero aprender a tocar la lira.
- Haha ok, tenemos a un Joe Perry por aquí entonces.
- No es para tanto- me sonroje- solo quiero ser bueno, y el es mas que genial.
- Si- dijo en un suspiro- vale, me dio gusto charlar contigo Tom. Hasta mañana.
- Adiós.
Bill salió y yo me quede ahí aun medio hipnotizado, era tan lindo y amable. Por alguna razón sentí como cosquillas en el estomago. Le reste importancia y salí.
Al llegar a mi casa, me sentí como en una nube, no dejaba de pesar en mi profesor. Era muy buena onda, no me cabía duda de que esa clase seria genial, y mas con Bill como maestro.
Los días y las clases fueron pasando, ya llevaba casi un mes de ir a esa escuela y me sentía como pez en el agua. Bill obviamente me inspiraba aun mas a estudiar, incluso varias ocasiones igualmente nos quedamos platicando un rato después de la clase, y en una de esas me dijo que se sentía orgulloso de mí, ese comentario me hizo emocionar demasiado.
Un día mientras estudiaba, no pude evitar pensar en la hermosa sonrisa de mi profesor, cosa que estaba haciendo muy presente en mi mente últimamente, así que me regañe mentalmente ¿Por qué me causaba estas sensaciones? ¿Por qué siempre lo tenia en mi mente? Yo no era gay ni nada de eso, nunca me había gustado un chico, y menos la gente mayor que yo. Nunca lo había considerado, pero me confundía y extrañaba enormemente esa situación. Tal vez solo me estaba precipitando y en realidad lo que siento por el es mucha admiración y respeto, ya que es un tipo genial, digno de idolatrar, ¿o no?
Así que mañana me pondría una prueba para aclarar mis sentimientos: me le quedaría observando, si me sonríe y comienzo a sentir esa revoltura en mi estomago, creo que si es amor, pero si puedo verlo normal y seguir concentrado en mis estudios, es solo admiración.
Al día siguiente fui a mi secundaria, todo normal, y luego de comer me arregle minuciosamente (cosa que empecé a hacer instintivamente), y luego me fui a la escuela de música para llegar temprano. Por suerte mi profesor ya estaba ahí y no pude evitar acercarme a charlar con el cuando me lo encontré sentado tranquilamente en la cafetería.
- Hola profesor- lo salude cohibido.
- Ah, hola Tom- dijo alzando la mirada y sonriéndome mientras se tomaba su café- ¿tan temprano por aquí? Vaya que si amas esta escuela.
- Hahaha si, y mas porque tengo un excelente maestro- explique sincero.
- Vale, yo solo hago mi trabajo, aunque esto lo veo más que como un empleo. Lo veo como la oportunidad de descubrir que mas personas tienen el mismo amor por la música que yo- dijo suspirando, yo por alguna razón me sonroje.
- Bueno, en eso concordamos. La música lo es todo parar mi- respondí sentándome frente a el.
- Lo noto. Oye Tom, ¿te puedo pedir un favor?
- Dígame profesor.
- Ok, para empezar y por que te tengo confianza, dime Bill, pero solo cuando estemos solos.
- De acuerdo, ¿Qué favor Bill?
- Mucho mejor- sonrió- ¿podrías quedarte hoy después de clase a ayudarme con un proyecto?
- Pues no se, tendría que avisarle a mis papas.
- Llámalos ahora, y si es posible me los pasas.
- Vale- dije sacando mi celular y marcando.
- Hola- dijo mi madre al descolgar la bocina.
- Mama, soy Tom- respondí
- ¿Qué pasa hijo?- cuestiono algo preocupada.
- Veras, es que el profesor Bill dice que si puedo quedarme al final de la clase a ayudarle con algo- le indique.
- Mmm… ¿de que se trata?- dijo ella-
- Un proyecto. Mira, deja te paso al maestro, esta aquí conmigo- dije dándole el teléfono a Bill.
- Hola señora. Soy Bill Kaulitz, el profesor de Tom- hablo el con voz seria.
- Hola señor Kaulitz, ¿algún problema con Tom?- escuche en murmullos, ya que mi madre tenia voz fuerte.
- No ninguno, es un excelente alumno. Y como le tengo confianza, quería saber si me lo permite unas cuantas horas después de su clase para ayudarme en un proyecto que tengo. Yo mismo lo llevo a su casa mas tarde si es necesario- le explico mi profesor.
- Oh bueno, esta bien. pero no se moleste en traerlo- dijo tímida ella.
- No es ninguna molestia. Entonces, ¿puede?- insistió Bill.
- Seguro. Gracias por avisarme.
- De nada. Gracias a ustedes. Hasta luego- Bill se despidió y me devolvió el celular.
- Ya escuchaste, nos vemos al rato- dije feliz.
- Si hijo, cuídate mucho- dijo mi madre mas tranquila.
- Vale, adiós- murmure colgando.
- Bueno, vamos a clase entonces- exclamo Bill levantándose y poniendo su mano en mi hombro y yo asentí siguiéndolo.
Entremos al salón, ahí estaban ya todos mis compañeros, algunos se quedaron extrañados al verme entrar junto con el profesor. Aun no sonaba el timbre pero Bill se sentó en su escritorio a repasar notas hasta que sonó.
La clase transcurrió tranquila, mas no aburrida, ya que cada que mi profesor me miraba me sonreía y yo le correspondía tímido. Al terminar me quede en mi lugar hasta que todos salieron y Bill recogió sus cosas rápidamente, su mirada mostraba un semblante pícaro.
- Tom, ¿me esperas un momento? Solo iré a guardar unas cosas en mi oficina y nos vamos- dijo serio y yo asentí.
El salio y yo lo espere afuera del salón, suspire inevitablemente ante esa situación y trataba de imaginar de qué se trataría el proyecto del profesor. Estaba tan sumido en mis pensamientos que de pronto un grito me hizo reaccionar.
- ¡Hey Tom! ¿en quien piensas?- era Gustav, uno de mis compañeros.
- Eeeh… en nadie, meditaba algunas cosas que tengo que hacer- dije apresurado.
- Vale, como en declarártele al maestro- murmuro astuto mi amigo rubio. El era el chico del salón con quien mejor me llevaba, era muy buena onda que no dude en decirle lo que me pasaba con Bill.
- Yo… yo no… no estoy enamorado- respondí nervioso desviando la mirada.
- Ok, ok. Ese es el primer paso, negarlo. Ya no te hagas tonto, por como te ve el profe yo diría que le gustas.
- ¿Tu crees?
- Pues al principio no me había fijado mucho en eso, pero luego vi como te trata y sin duda ahí algo.
- Hoy quiere que le ayude con un proyecto, lo estoy esperando.
- Haha ¿Lo vez? ¿Qué querrá? Pues los adultos son más serios y directos. Si le gustas te lo va a decir y ya, y como para ellos vale cada segundo, intentara… algo mas. Ten cuidado amigo, tu sabes si quieres dar ese paso.
- No lo había pensado así.
- Por supuesto que no. Bueno ya me voy, ya han de haber llegado por mí. nos vemos y éxito con eso.
Me despedí y luego camine hacia la puerta principal, en eso Bill llego y rápidamente fuimos al estacionamiento, donde pude ver su Audi, un modelo muy elegante para mi gusto, pero se veía genial.
Bill me abrió la puerta del copiloto y me senté, luego el subió y nos pusimos el cinturón. Arranco el auto, yo me sentía algo intimidado en esa situación, no sabia que decir, ni siquiera me atrevía a preguntar a donde íbamos, pues temía por la respuesta.
- ¿Estas bien?- me pregunto Bill mirándome de reojo algo preocupado.
- Si- murmure cohibido y el sonrió poniendo una de sus manos sobre su rodilla.
- Relájate Tom, ¿nunca habías hecho algo como esto, o si?- dijo curioso.
- Pues solo eh ido de vez en cuando a hacer trabajos en equipo de la escuela, pero esto es muy diferente- respondí dudoso agachando la mirada.
El suspiro y acelero mas su auto, de repente nos detuvimos en la entrada de un edificio, abrieron una puerta y el profesor arranco de nuevo introduciéndonos en ese lugar, aparco y de inmediato bajamos del auto, yo miraba confuso alrededor.
Después Bill me hizo una seña de que lo siguiera y así lo hice, abordamos un elevador y Bill presiono el numero 5.
- ¿Dónde estamos?- pregunte temeroso.
- En este edificio esta mi departamento. Iba a llevar el proyecto a la escuela para trabajar en el, pero lo olvide- me explico tranquilo Bill.
La puerta se abrió y nos adentramos por el pasillo que se mostraba al frente, caminamos hasta llegar a la ultima puerta en la que dicho pasillo terminaba. Bill abrió la puerta y entramos, era un lugar muy grande y espacioso, no tanto como una casa, pero si era enorme, la ventana de la sala daba un panorama bastante lindo de la ciudad.
- ¿Disfrutas la vista?- dijo Bill ofreciéndome un vaso de refresco, yo lo agarre y di un sorbo.
- Si, es linda- murmure tímido- y tu departamento también es lindo- concluí dándole un vistazo rápido a la sala.
- Puedes venir cuando quieras- dijo animado- vivo solo, y a veces es algo triste estar aquí sin compañía- murmuro melancólico.
- Me imagino- respondí curioso- aunque debe ser genial tener tu propio departamento.
- Si, algo. Nadie te molesta, nadie te dice que hacer, puedes dormir a la hora que quieras, pero si tienes un trabajo debes levantarte temprano.
- Vale. Bueno a lo que venimos, ¿donde esta el proyecto?
- Oh! cierto, casi lo olvidaba. Ahora lo traigo, esta en mi habitación.
Bill desapareció y yo me senté en el gran sofá de la sala, observando detenidamente cada rincón. Se notaba que como buen profesor, era muy culto, tenia libros por doquier, y frente al sofá estaba una enorme televisión de pantalla plana. Vaya que le iba bien de maestro de música.
- Que buena vida-dije en un suspiro reclinándome en el sofá.
- Si amas esto tanto como yo, lo es- murmuro Bill muy cerca de mi- mira- dijo dándome unas hojas- esta es una canción en la que trabajo, y como tu tocas guitarra, en si lo que quiero es que me ayudes a musicalizarla- dijo mi profesor sentándose a mi lado.
- Oh! Suena genial, pero yo aun no soy profesional- respondí confuso.
- Lo se, pero eres talentoso. Los que ya están mas avanzados no me podrían ayudar como tu, eres muy creativo al no tener mucha experiencia, y eso es lo que quiero, un tono improvisado y original- me indico pacientemente Bill
- Ok. Pero, no traje mi guitarra- dije frustrado.
- No la necesitaras… por ahora- murmuro con tono perverso.
Concluyo la última frase acercándose a mí lentamente y me beso en los labios.