Hoy te he visto entrar nuevamente a esa florería. La primera vez no comprendía comoes que un hombre tan serio y atemorizante como tú, entrase a un lugar así. Estavez me he soprendido aún más viendote salir a muy temprana hora con un arreglo de al menos 100 orquídeas entre tus brazos. Ahora que lo pienso, ese cuerpo tuyo al fin ha logrado llenar por completo el traje fino y negro de mafioso que ahora usas, y que para serte honesto, ha desentonado un poco contigo ésta mañana. Tu mirada no se veía tan desafiante. El día de hoy he notado un ligero… nerviosismo?
¿Aquién van dirigidas esas flores que hasta a tu carácter hacen temblar?.
Estuve a punto de llamarte, pero he decidido mejor seguirte entre los calles de la radiante pero concurrida Roma. Has crecido lo suficiente como para poder conducir un auto; seguramente también lo has hecho como para amar como un verdadero hombre.
“Hayato, Hayato, Hayato…”
Ansio llamarte por tu nombre y leer la expresión en tu rostro al escucharme pero, ultimamente cuando pienso en nombrarte, un gran frío se apodera de mi interior y me oprime llevando a mi pecho a tal grado que siento dentro un vacio que me consume y me desgarra tanto que decido mejor callar. Antes eramos tan solo unos niños. jugando a ser de la mafia, buscando conseguir más miembros a la familia y jurar su protección y bienestar. Si, tan solo fingía estár dentro de un juego, así cuando ya no pudiese seguir cargando con esto, tan solo tendríamos que dejarlo y todo volvería a ser como antes… así esto que siento terminaría también. Pero aún luego de tanto tiempo y de haber dejado nuestro jugueteo y esparcimiento, ¿Por qué estos sentimientos no pararon?
Has estacionado frente a la base de los Vongola y te he visto ir hasta la parte trasera, sacar una cajetilla y fumar en secreto. Seguramente el todavía te regaña por eso….
Aún recuerdo el día que fui a buscarte… Todos estaban festejando con bonanza y satisfacción que Tsunayoshi al fin había tomado el lugar de Capo en la Familia. Hasta Hibari había logrado venir a rastras y regaños de Cavallone. Sabía que detestarías estár entre tanta aglomeración por lo que el único lugar al que pensé que podías era “ese”. Fue un momento de euforía y lleno se sentimientos,en el cual recuerdo haber subido corriendo por las escaleras con un fuerte palpitar hasta llegar a lo másalto de la mansión. Recuerdo haber tratado de que mis ojos solo te vieran a ti, pero extrañamente se volvieron llorosos tan rápidamente que todo se volvió borroso de un momento a otro. Todo lo que pude ver fue sus miradas conectadas, esas sonrisas intercambiadas y… sus manos tomadas entre si formando un vínculo que seguramente haría de ese día uno muy feliz en tu vida. Pero, ¿sabes..?, desde ese entonces no han parado dentro de mi extraños sentimientos que arremeten en contra de la tranquilidad que con tanto trabajo guardo en mi interior.
-Yamamoto..yamamoto – le escuche llamarme – Yamamoto, recuerda que debes de entregar lalista de los nuevos aspirantes para Varia – Terminó por sacarme de mis pensamientos ese castaño.
-Tsunayoshi…Claro! No te preocupes. Dejamelo todo a mi! – le he dicho sonriente y seguro como debería de ser.
Tsunayoshi, hace tiempo que hecomenzado a llamarte por tu nombre completo. Ya no eres aquel niño cobarde que solías ser. Has dejado atrás al chico débil, desconfiado e inseguro para dejara su paso a un gran hombre digno de respeto. Un Vongola que dirige y protege auna familia, que posee un gran poder y que tiene a un amante de cabellos plateados y ojos verdes a sus pies. ¿Acaso es por él, que también has madurado tanto?.
-Tsunayoshi,espera! – te he detenido mientras que dejaba los papeles sobre el escritorio y pasaba al tu lado para acomodar el cuello de tu saco. Bueno, algunas cosas núnca cambian. – listo, Ya te puedes ir. Seguro que ha preparado algo espectacular para ésta noche – he agregado insinuante y regalandole una gran sonrisa.
¿Cuántoy a qué grado han cambiado ustedes dos que han llegado a transformarse en los hombres que son ahora? ¿Cuántos sentimientos habrán tenido como para continuar juntos…?
He ido a buscarte debido a que me imagino que has de estar nervioso en un momento así, ¿No es cierto?
-Gokudera!– te he llamado al encontrarte nuevamente en la biblioteca y completamente solo.
-Hey...idiota ¿Qué haces aquí? – preguntas mientras que llevas tus manos a tu cabello y lo alborotas un poco.
-Tsunayoshi te está esperando - dije sin inmutarme
-Maldiciónlo sé!, en seguida iré… - Has recobrado tu seriedad y tus ojos verdes dibujan una enorme felicidad.
–Vamos, muevete idiota – sigues clamando como cuando eramos unos niños
Hayato, ¿Tan feliz estás?
-Tsuna,es hora – Dices entrando a la habitación si previo aviso mientras que yo medirigo de nuevo hasta el escritorio.
¿Tanto tiempo ha pasado quesu relación es tan íntima como para llamarse por su nombre…?
Ha estado un rato coliteando cosas sin sentido mientras que fingo estár viendo y ordenando algunos documentos. Como siempre me encuentro en un aura llena de alegría y vida, todo lo contrario a como comienzo a sentirme. Es tan cansando seguir fingiendo pero es peor aún tener que sentir el peso de cada segundo, de cada minuto con ustedes aquí. No, Tsunayoshi no es la razón. He comenzado a sentirme inquieto debido a que estámos en el mismo cuarto y no he podido parar de pensar en lo afortunado que soy. Si tan solo pudiera darme vuelta y verte defrente. Pero la cruel realidad no perdona y se que al hacerlo a quien le sonreirás no será a mi.
-Yamamoto, te lo encargo… - Mencionas por última vez antes de dejarle pasar. Ahora estando un poco lejos de ti logro sentir en mi un ligero olor a flores. Vaya, con razón la habitación se ha tornado tan agradable. Se ha impregnado el olor a Orquídeas en tu traje... hasta tu rostro me vuelve a mostrar un leve rubor. Eso es todo lo necesario para que el Décimo ahora esboce una sonrisa como esa. En serio que desde que tomo el puesto de capo, pocas veces le he visto temer a algo. Seguramente también espera ansioso esa velada.
Me despido con un ademán con la mano dispuesto a quedar nuevamente solo dentro deesa habitación, siendo tan solo tu sombra… Pero me has mostrado un último acto el día de hoy. Creí que no les volvería a ver hacer lo mismo desde esa vez, pero ahora antes de cerrarse la puerta, te he visto tomar entre tu mano la de él y apretarla firmemente mientras le dedicabas una sonrisa se satisfacción. Realmente no quise ver más, pero ésta vez mi corazón me ha jugado sucio por que no se me ha vuelto borrosa la vista. Tuve que verte hasta el último segundo partir.
“Hayato, Hayato, Hayato…”
Repito tu nombre en silencio mientras que un espasmo me obliga a abrazarme fuertemente. Lo que desearía por llamarte así. Las cosas que no haría por recibir un sonrojo tuyo. Lo que daría porque me mirases aunque sea una vez.
Si, ya hemos parado de jugar, el tiempo ha pasado y tanto nuestos cuerpos como nuestros corazones han madurado. Entonces, ¿Porqué aún dueles aquí adentro? De un momento a otro siquiera puedo mantenermede pie.
Ya debería de estár acostumbrado. Hacen lo mismo cada año, entonces… Oh! Es verdad,ahora lo sé. La razón por la que pesa tanto verlos juntos éste día. Debería detomar asiento debido a que mis piernas flaquean brutalmente y sin descanzo… Pero no puedo ir al asiento del Décimo, núnca podré tomar el lugar de un hombre tan respetable.
Hoy es su Décimo aniversario, vaya ironia.
He comenzado a ordenar todos los archivos y tomarlos firmemente entre mis manos. Más tarde se los llevaré a Giannini para que se encague de distribuirlos en su sector y tome medidas. Si, tenemosdemasiado trabajo y como guardian debo de hacer todo lo que esté en mis manos para proteger a la familia.
No creí que mis ojos se pondrían ya borrosos. A pesar de que mantego la misma sonrisa de siempre, se apoderan de mi sin compasión y comienzan a inundar mirostro sin detenerse. No entiendo que sentido tiene sufrirlo en éste momento, no cuando tengo tengo que entregar estos archivos, no cuando tengo aún mucho por entrenar. Cierto, hoy veré a Squalo y tendremos una batalla. Al parecer ya ha comenzando a tenerme un poco más de respeto o eso quiero creer… Yo… quiero ir, pero mi cuerpo, no me permite avanzar más… La garganta se me ha cerrado y un nudo terrible se coloca de ella. Mis manos tiemblan a pesar de que sigo enderezando esas hojas contra el escritorio…
“Hayato,Hayato, Hayato, Hayato!”
Quiero gritalo fuertemente pero el miedo a que no contestes ya es demasiado para mi.
Diez años han pasado desde que ustedes están juntos y comparten su felicidad; Diez años han pasado desde que conservo estos sentimientos por ti pero, hasta alguien como yo ha llegado a su límite y no puede contener por más tiempo éstas lágrimas por ti.
***