Siempre me mantuve incrédulo ante lo que algunos llaman “Amor a primera vista” lo que claramente en conversaciones de tal calibre dentro de mi circulo cercano me trajo uno que otro dilema ; más de alguna vez tuve que bancarme algunos calificativos y frases como “insensible” “lo dices porque nunca te ha pasado” “no tienes sentimientos” y blah blah blah.. generalmente cuando esas situaciones se daban optaba por dar media vuelta y seguir mi camino hacia donde nadie pudiera molestarme.
Fue así como en uno de mis tantos intentos por evadir el sermón de alguna persona de pensamiento rosa llegué hasta un café del cual jamás había tenido conocimiento.
-Buenas tardes, ¿Puedo tomar su orden? –
-Sí claro, quiero un caf..é… - en ese momento las palabras y todo lo que tenía en mente se esfumó como por arte de magia.. ¿El causante de todo eso?..el hermoso castaño que tenía en frente pidiéndome la orden.
-¿Señor? –
-A-Ah.. sí disculpa.. –
-¿Entonces? ¿Sólo se servirá un café? –
-Sí, solo eso gracias.. –
-Okey, enseguida regreso. –
¿Qué había sido eso..? ¿Qué eran todos esos cosquilleos que sentía en el estómago? y más aun, ¿Por qué mi corazón ahora latía a tal punto de amenazar con abandonar mi cavidad torácica? Claramente eran sensaciones nuevas e inexplicables las que estaba experimentando, alguna vez había oído hablar de ellas, sí, pero siempre había sido yo quien renegaba y salía a contradecirlas con tal determinación y seguridad que hasta hacía dudar a quienes con anterioridad habían defendido su idea de manera excepcional.
Volvió con el café y lo dejó frente a mí, en todo momento evité mantener el contacto visual con él, mas no por ser grosero ni nada por el estilo, es solo que al sentirlo cerca la calidez que emanaba de su cuerpo me hacía temblar y no quería ceder ante esta nueva descarga de emociones que tenía haciendo estragos en mi interior.
-Que lo disfrute.. – tan solo asentí fingiendo indagar en mi móvil y en un par de segundos percibí su ausencia, sólo ahí me digne a levantar la cabeza y tal como a un objeto de custodia nacional sólo pude observarlo a lo lejos.
Ya en casa, tirado sobre el sofá, aun podía sentir su perfume fluir alrededor mío, una mezcla entre madera y café, algo tan único.. tan especial.. definitivamente algo cambió desde ese día..
…el café sin más se volvería mi bebida favorita..
¿Esto era de lo que todos hablaban? ¿Esto era el “Amor a primera vista”?
No, definitivamente no, Amano Shinji no podía caer ante algo así..
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Al día siguiente decidí darme una vuelta por dicho café, en todo momento me sentí ansioso, sobresaltado por la lluvia de sensaciones que comenzó a inundarme cuando me vi frente a la entrada de dicho local, me apronté a seguir antes de que la puerta se me cerrara en la cara y al hacerlo la primera figura que divisé fue la de ese chico, acomodé mi bolso y seguí mí recorrido hasta la mesa que había ocupado con anterioridad.
Me deshice del abrigo y tomé el menú, no para elegir algo en específico, yo sabía que venía por una taza de café…
-Buenas tardes.. ¿Puedo tomar su orden? – estaba tan concentrado revisando la lista que ni cuenta me di cuando tenía a un mesero a mi lado, no pude evitar sobresaltarme al escucharle, y más aún, al imaginarme de quien podría tratarse, mas, me llevé una “desilusión” por así llamarlo cuando al levantar mi vista me topé con una imagen totalmente lejana a la que esperaba encontrarme.
-Yo.. nada por ahora.. gracias.. - ¿Nada? ¿Fui a ese lugar por nada?
-Está bien. Por cualquier cosa no dude en llamar.. – asentí esbozando una sonrisa completamente forzada y luego volví a sentirme solo.
Me dediqué a recorrer con la mirada el lugar, sillones rojos y cómodos por doquier, mesas limpias y con algunas servilletas sobre ellas, el menú acomodado perfectamente a un costado y.. la imagen de aquella figura que divisé al entrar nunca más volvió a hacerse presente.. Negué contrariado por mis pensamientos.
¿En qué demonios estabas pensando al venir a perder tu tiempo aquí Shinji? ¿Qué buscabas? ¿Seguro que una taza de café?
Mi subconsciente no dudaba en torturarme y sacar provecho de la situación, fue así como en un arranque de no aceptación tomé mis cosas y caminé rápidamente hacia la salida, pero antes de poder llegar a ésta sentí que chocaba estrepitosamente con algo, luego de eso escuché un estruendo de cosas rotas, lo que posteriormente pude traducir como una taza de café ella añicos en el suelo, de la misma forma un plato, la bandeja aun tambaleándose por la reciente caída y alguien que me ayudaba a levantarme.
-¡Cuanto lo siento! –
-No, descuida.. –
¡Fue mi culpa! ¿Se encuentra bien? – escuchaba eco en todo lo que no fueran esas palabras, confieso que reconocí de inmediato la calidez que emanaba el emisor de éstas en cuanto sentí su agarre en mi brazo, levanté la vista y pude ver la figura que esperaba encontrar…aquel castaño…
-¡Kohara! ¡Pero mira la idiotez que has hecho! –
-¡L-Lo siento señor Shiroyama! ¡Esto no va a volver a suceder, se lo prometo! –
-¡Claro que no volverá a suceder idiota, porque estás despedido! –
¿D-Despedido..?
No podía con la culpa, después de escuchar que aquel chico fue despedido no pude hacer más que retirarme del lugar, no tuve ni siquiera la valentía como para pedir disculpas o intentar arreglar algo, tan sólo lo escuché aceptar la decisión de aquel miserable y salí de ahí. Habían pasado unos minutos desde lo ocurrido, decidí esperarlo afuera del local para siquiera ofrecerle unas disculpas o en el peor de los casos ayuda, ya que a lo mejor su sustento económico dependía de eso y ahora ya no contaría con trabajo alguno.
En cuanto lo vi cruzar la calle decidí seguirlo y alcanzarlo a como diera lugar…
-¡Hey! – llamé pero al parecer no escuchaba por lo que apuré más mi andar hasta estar unos metros más cerca. –¡Oe..! – volví a llamar pero nada, mucha gente transcurría por la calle así que necesitaba captar su atención de alguna forma.. fue entonces cuando recordé como lo había llamado su ex jefe.. - ¡Kohara! – y di en el clavo, se detuvo y yo pude correr hasta alcanzarlo, me miró un tanto contrariado más no dijo nada. – y-yo..yo… - jadeé mientras intentaba regular mi respiración.
-etto.. cálmese.. no vaya a ser que le dé un ataque o algo así.. – rió con suavidad ayudándome para que me apoyara sobre su hombro.
-Gracias.. – susurré apoyándome en él, definitivamente debo dejar de fumar.
Cuando ya podía respirar bien me armé de valor y lo miré al rostro, quedando casi embobado por sus oj.. un momento.. ¿Embobado?
-¿Se encuentra mejor? –
-Y-Yo lo siento.. – murmuré y desvié la mirada.
-¿Are? –
-Sí.. fue mi culpa, lo de esta tarde en el café.. la caída, tu despido, todo fue mi culpa.. –
-Ah.. –rió con suavidad e hizo un además de negación con las manos al igual que con la cabeza. -..no, no se preocupe, de todas formas ya me tenía cansado ese imbé…mi jefe… – me sonrió. -..me hizo un favor.. arigatou.. – y no pude hacer más, todas mis defensas se agotaron al ver de frente esos ojos tan particularmente brillantes. Le sonreí como mejor pude para corresponder su acción. -..bien, ya me voy.. hasta luego. – hizo una leve reverencia y se dio la media vuelta dispuesto a seguir su camino, fue entonces cuando sentí miedo.. ¿de qué? No sé.. realmente no sé.. pero el sólo hecho de verlo alejarse me produjo ese sentimiento..
Un impulso.. sí, un impulso fue lo que me llevó a tomarlo con suavidad del brazo y hacer que se detuviera.
-Disculpa, ¿Puedo invitarte un café? – dije un tanto nervioso, mas mis nervios fueron en aumento al notar la expresión contrariada de su rostro, entonces me apronté agregar..-..e-es lo menos que puedo hacer después de lo ocurrido.. – le sonreí.
-¿Un café?...– miró su reloj. -..okey, acepto señor... –
-..Shinji.. – agregué.
-Okey, Shinji, vamos por esa taza de café… -