Pov Taemin.
¿Cómo que mi papá estaba en casa?
Ya habían pasado exactamente diez años desde que se había ido, cuando Sulli apenas era
una niña de cinco años. No lo puedo creer... esta realmente cambiado, recuerdo que
cuando papá se fue, llevaba el pelo largo, con un semblante rebelde. Pues si, mamá y
papá fueron padres jovenes, viviendo en la locura, pero papá no soportó más los caprichos
de mi omma, y no lo culpo.. pero, ¿para que volver luego de diez años? ¿cómo nos
encontró?
Observé como el hombre acomodaba su corto cabello y sus ropas. Lucía mayor y el aura
jovial caracteristico de mi familia no llacía en el. Era robusto, pero no tanto, de gran porte y
con aires de macho alfa por doquier.
-Taemin... -sonrió, de forma amplia mientras yo fruncía el ceño-. Has crecido tanto.
Con cada palabra que decía, yo retrocedía un paso y miraba a mi tía, quien lucía
preocupada. ¿Por qué lo dejo entrar? Luego le preguntaría.
-¿A que viniste?
-Hijo yo...
-¡No me trates como si fuera tu hijo! ¡Ya no lo soy! -escupí las palabras, enfadado,
logrando que Minzy se parara a mi costado y me tomara del brazo para que me relajara,
cosa que no funcionó.
Estaba frustrado, dolido. Se supone que es mi padre, que lo quiero, pero nunca entendí el
por qué nos abandonó a mis hermanas y a mi. Sufrimos mucho su partida, nunca supinos
nada de él, hasta ahora, cuando la herida estaba cerrada.
Desvía la mirada de aquel hombre para observar el rostro afligido de Minzy y mis
hermanas. La menos complicada con todo era Sulli, pues de seguro no recuerda a papá ni
nada de él. Ella nunca tuvo una imagen paterna, aunque trate de que me respetara como
tal, o como un hermano mayor, fuerte y responsable, había fallado. Era dificil cuando ya
estaba críado por mamá, por sus locuras y su forma de ser tan extraña. A veces creo que
la partida de aquel hombre parado frente a mi, la dejo peor. Muchas veces la vi ingerir
medicamentos, pero no decía nada, y Minzy me lo impedía. Ella era la más madura de
todas, la más centrada, y agradecía que fuera mi hermana.
La tía Song y Minzy me indicaron que tomara asiento para que ese hombre pudiera hablar
y decir de una buena vez el por qué había venido.
-Puedes hablar... -comentó Minzy sentandose conmigo, en el posamanos deese sofá,
mientras acariciaba mi cabello con cuidado.
El hombre vovlvió a su lugar apenado, avergonzado, sin ser capas de volver a mirarnos.
-No tengo cara para hablar... -comenzó-, pero lo haré de todas formas. Todos ustedes
estan tan grandes, tan cambiados... -una sonrisa se curvó en sus labios, una que nosotros
no pudimos corresponder-. El día que me fui, lo hice por que estaba cansado... Sentí que
no merecía estar con ustedes, eran demasiado buenos para mi. Aunque también tiene que
ver en el asunto su madre, su locura, su extraña forma de ser en la cual, de joven, me
había enamorado, pero cuando me di cuenta de la realidad, de como había forjado la
familia, no me sentí capas. Ustedes siempre han sido increíbles, pero su madre... lo
empeoró todo. Es triste que lo diga, que haya sido tan egoísta por haber pensado solo en
mi felicidad y no en la suya, es por eso que quiero recompensar aquello... quiero estar con
ustedes, aunque sea a una distancia, su madre debe odiarme -suspiró-. Por eso quiero ser
parte de sus vidas ahora... apoyarlos, aunque no me lo merezco.
-No puedes... -espetó Suzy, con los ojos brillando-. ¡No puedes volver luego de diez años y
hacer como si nada! -gritó, y yo estaba a su favor.
-Suzy... -Krystal se aferró al cuerpode mi hermana, consolandola para luego mirar a ese
hombre-. Tenemos que pensarlo...
-¿Pensarlo? -interrumpí-. Yo no quiero saber nada de él... -le dije, sin mirar a mi supuesto
padre. Minzy se paró de su lugar y se puso en medio de la sala.
-Debes hablar con mamá... -culminó con voz tranquila, después de todo era la mayor. A
pesar de cuando papá se fue ella solo tenía nueve años, uno más que yo y Krystal, pero me
sorprende lo madura que había sido siempre.
-Esta bien... lo haré. Vendré más tarde. Ahora -se levantó-, piensenlo, porfavor.
Solté un bufido y me levanté de aquel sofá, sin mirar a nadie... Estaba molesto así que lo
mejor que pude hacer fue ir a mi habitación sin despedirme de ese hombre ni pedir
disculpas por mi importunencia.
Me tumbe sobre la cama y sentí con el vehículo de fuera de casa iniciaba su partida. No
pude evitar sentirme triste, engañado y solo. En ese momento recordé vagamente los años
de mi infancia, donde papá me llavaba a ver los partidos, jugaba videojuegos conmigo,
veíamos las luchas. Al ser su único hijo varon pasaba mayor tiempo conmigo, por eso me
dolió mucho más cuando nos dejó y pensar que fue por la actitud de mamá. Y pensar que
había dado todo eso por olvidado.
¿Cómo es que nos crío sola?
Yo la admiraba, a pesar de su personalidad, la admiraba por salir adelante con nosotros,
aunque nuestros abuelos siempre nos ayudaban económicamente. Mamá siempre se ha
preocupado por nuestro bienestar sola...
Enterré mi rostro el la amohada, ahogando de esa manera un grito de frustración que deje
salir en ese momento. Me sentía abatido, decepcionado y molesto.
No sé cuanto tiempo pasó, mis hermanas no fueron a verme a mi cuarto, tampoco la tía
Song, quizá se quedaron charlando en la sala... o que se yo.. No me importaba, yo solo
quería sentir que no existía.
Algo imposible la verdad.
Me senté en el borde de la cama, cerrando mis ojos unos segundos, tratando de no pensar
cosas negativas como usualmente hago cuando estoy tan mal, sin embargo un alboroto en
el primer piso me sacó de mis propios pensamientos.
-¡Oppa! -Esa era Sulli, reconocía su voz.
Luego de eso se oyeron murmullos y pasos alejados, y una risa nerviosa.. y ¿Varonil?
claramente no era aquel hombre al cual me veía obligado a ver como padre. El no estaría
riendo con mis hermanas.. solo podría ser...
-Minho.. -Suspiré con levedad e inevitablemente una sonrisa se curvó en mis labios. Caí de
espaldas a la cama en el momento que unos pasos se oyeron tras de la puerta de mi
habitación, seguido de unos golpes-. ¡Pase! -grité sin moverme de mi lugar.
Ladee un poco el rostro y allí lo vi, con una sonrisa suave asomandose de a poco de la
puerta para luego pararse frente a mi, con las cejas alzadas y las manos en su bolsillo.
-¿A si me recibes? Tus hermanas fueron más emotivas.
Reí.
-Te aman.
-Lo sé.
Le sonreí de forma tenue y me senté nuevamente, el hizo lo mismo e inmediatamente sentí
la necesidad de abrazarlo, ocultando así mi rostro entre su cuello.
-Idiota. ¿Por qué viniste?
-No sé, lo hice y ya. Si me encontraba con tu mamá, le inventaría algo.. pero por suerte me
recibió.. ¿Tu tía? Fue muy amable, tus hermanas le dijeron que estudiaba contigo... -rió y
yo lo hice con él-. ¿Tan joven me veo? -bromeo.
-Lo eres... Tonto. -Le mordí el cuello y me aleje, pero esta vez sentí mi mirada más
pesada, creo que el abrazarlo me hizo sentir debil y carente de cariño.
Bueno, aunque eso es verdad.
-¿Pasó algo?
Fruncí los labios y volví a dejarme caer sobre la cama, el me imitó y tomó una de mis
manos entrelazandola con la suya. Ambos teníamos la vista en el techo, por que yo no
quería mirarlo y sentirme más mal, y tampoco sentí su mirada sobre mi.
Tomé un poco de aire y me dispuse a hablar.
-Vino mi padre.
Un movimiento sobre la cama y supe que la mirada de Minho estaba atenta sobre la mía.
-¿Eso es malo?
-Demasiado -me limité a decir, sin mirarlo aún-. mamá no sabe, temo que es lo que pueda
pasar... Tengo miedo Minho, no sé que quiere ese hombre.
-No entiendo mucho de esas cosas... No sé mucho de ti la verdad -su voz sonó algo triste, y
yo apreté su mano en respuesta-. Pero sé que eres un chico fuerte, has soportado cada
cosa, que de seguro esto no será nada.
Esta vez le miré y le sonreí de forma suave. No era necesario que me diera un consejo
para no sentirme triste, estando con el era suficiente, ¿para qué quería más?
-Te quiero... -murmuré suave antes de sentir sus brazos rodear mi cuerpo y sus labios
besar reiteradas veces los míos.
Esa tarde hyung se quedo conmigo, así pude distraerme, pero la hora se nos fue volando,
el reloj marcaba las ocho de la noche y yo no había hecho ni mis deberes ni nada y para
colmo, mamá ya estaba en casa.
-Tae, Tae... Mamá está acá.. Esta furiosa, baja. -La voz de Minzy se oyó del otro lado de la
puerta de mi habitación haciendo que Minho y yo soltaramos los controles de la consola de
videojuegos.
-Esperá acá.
-No -Minho tomó de mi muñeca para que no me fuera, cosa que no entendí-. Iré contigo.
-Pero Hyung...
-Pero nada -sonrió-. Dudo que sepa o sospeche algo, no seas paranoíco.
Asentí y solté un suspiro para luego salir de mi habitación junto a hyung. Bajamos las
escaleras y fuimos a la sala de estar, donde una nueva reunión aguardaba.
Para mi sorpresa no solo mi madre estaba en la sala de estar, si no que también, mi
padre, pero bien lejos de mamá.
En el amplio sofá estaban mis hermanas y mi tía, más como apoyo moral que otra cosa. En
los sofás individuales mi mamá y ese hombre, uno a cada esquina de la sala de estar.
Minho y yo nos paramos tras el sofá donde estaban mis hermanas.
Todas las miradas se posaron sobre nosotros y eso me incomodaba.
-¿Quién es él? -Preguntó mi mamá, sin embargo no fue ni Minho, ni yo quienes
respondimos.
-Es un compañero de él.. ¿No? -cuestionó Krystal sin mirarnos esta vez. Ella era la única
que no sabía de "nosotros".
-S-Si... -asentí, sin embargo mi mamá no parecía conforme a fin de cuentas esa era una
reunión familiar.
Minho sostuvo una de mis manos con la suya y entrelazó sus dedos con los míos.
-En realidad soy su novio.
Nadie dijo nada, y estoy seguro que nadie siquiera respiró, aunque Sulli comenzaba a reír,
más por la actitud de los dos adultos de la casa (Mi tía song no cuenta, ella es una niña de
alma). Mamá y papá saltaron de sus safás incrédulos.
-¿¡Qué!? -exclamaron al unísono, y no me sentí realmente pequeño por el grito.
-¿Es una broma, verdad? -cuestionó aquel hombre, rascando su cabeza con desesperación
para luego pegar su mirada en mi madre-. ¡Es tu culpa!... No has podido críar a nuestro
hijo.. ¡Nuestro único hijo varon! Ahora... Ahora... sale con que es Gay...
En ese momento solté la mano de Minho, él no tenía ningún derecho a reclamarle algo a mi
mamá, aunque esta también estaba algo molesta y decepcionada de mi.
-¡No tienes derecho a decir eso! -Grité, acercandome a ambos.
-Pero... Esta mujer no a sabido críarte... ¡Te vas conmigo Taemin!
-¿Qué? .. ¿Perdón?.... -Parpadee incredulo-. ¿Con qué derecho?
Mi madré se paró a mi lado, seguido de Sulli que al oír los gritos fue a aferrarse a la
cintura de mamá.
-Omma... No... no griten. ¿Es malo que Tae oppa esté con Minho oppa? -murmuró bajito,
logrando que la mirada de mamá se posara sobre ella, acariciandole el cabello.
Le oí suspirar.
-No lo sé... ya no sé nada. -luego dirigió mi mirada hacia mi-. Tae.. Lamento -otro suspiro-.
Lamento haberte vestido de mujer, de no apoyarte en tus cosas... Pero creo que tendré
que apoyarte... ¿No? Aunque soy la última en enterarme... creo.
Papá no hacía más que mirar la escena con incredibilidad de como mi madre se tomaba a
la aligera el asunto, y yo eso lo agradecía, pero quien también estaba algo shockeada era
Krystal.
-¡No es normal! -se levantó mi hermana-. ¡Taemin! ... ¡Papá! -al llamara aquel hombre el
aludido alzó la mirada. Krystal si quería a papá, y mucho.
El hombre se revolvió los cabellos y volvió su mirada hacia mi y luego mi madre.
-Te quitaré a nuestros hijos.. Te lo juro.
El caos en ese momento se desató, mis hermanas se opusieron, menos Krys. Minho había
vuelto a mi lado, mirando fríamente a mi papá, sin embargo no intercambiaron palabras...
Solo miradas frías y de odio.
Me aferré a hyung cuando aquel hombre se fue, aunque oí como mi tía Song le decía unas
cuantas cosas desde la puerta.
En la casa las emociones en el aire eran casi insoportables, la única que no entendía nada
era Sulli, quien ahora era atendida por Suzy, quien la abrazaba.
***
Pov Minho.
No puedo creer que me halla atrevido a decir eso. No sé si fue peor o mejor, pues todo
había terminado en una discusión y gritos en los cuales yo no tenía nada que ver, pero me
mantenía allí para apoyar a Taemin. Encontraba todo muy injusto, en como aquel hombre
había llegado de un día para otro a interponerse en la vida de mi dongsaen. Todo era muy
difícil de entender, y al parecer nadie sabía el por qué aquel hombre había vuelto.
No entendía, pero era mejor no preguntar.
La familia se había disuelto en la sala de estar, y habíamos quedado Taemin y yo en
compañía de la señora Lee, quien no nos podía mantener mucho la mirada, pues
estabamos sentados juntos y ella en el sofá aparte.
-No voy a preguntar nada. Ustedes ya estan juntos, ¿no? -suspiró y nosotros asentimos-.
me cuesta creer esto, ni tus hermanas, Tae, tienen novios y tu sí. Que irónico, pero es todo
tan repentino y con el asunto de tu padre, prefiero no enterarme aún como se conocieron,
o si fue por mi causa por disfrazarte de mujer... ¡Ah, no sé! No sacaré ninguna conclusión.
Pero... -pensó unos instantes y luego posó su mirada en mi-. ¿cómo era que te llamas?
-Minho.. Choi Minho -respondí algo apresurado.
-Bien... Minho, espero que cuídes de Tae, y que lo apoyes estos días. Se nos viene una
batalla algo pesada, no quiero perder a mis hijos... Eso nunca.
Dicho esto Taemin se paró del sofá y fue a abrazar a la señora de forma cálida, un abrazo
que yo hace mucho no comparto con mi progenitora.
Solo esperaba que esta tormenta no durara demasiado.... Ya sufuciente tenía con el asunto
de Key y Jonghyun... Ahora esto. Solo había que ser fuerte, ¿no?
Habían que fortalecer los lazos en el grupo, de eso no cabía duda.