En la casa de los Uchiha.
Itachi abre la puerta y se encuentra a Rika deambulando por la sala.
- Oh, ¿Donde estabas? Me has tenido muy procupada.
- Sí, lo siento. Ya llegue.
Ella se acerca y trata de saludarlo de beso, pero el se retira y la saluda a la fuerza en la mejilla.
- ¿Que sucede?
- Nada.
- Pero... bueno, vayamos a dormir - se dirije a la recacamara y ya esta adentro cuando ve al pelinegro tomar una colcha y su almohada, y salir de la habitación.
- ¿A donde vas?
- Dormire en el sofá.
- ¿Por que?
- Nada - sale.
Esta se quedo con cara de "what", pero luego se acuesta y trata de dormirse.
El mayor habia dejado a Sasuke en casa de Suigetzu, no sin antes darle un buen beso y pedirle que esperara un poco, pero que todo estaria bien.
A la mañana siguiente Itachi ni siquiera se despidio de la rubia, solo salio a ver al menor en el parque y cuando regreso casi entro son saludarla.
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Deidara acababa de hacer las compras apara cenar , llevaba dos bolsas en cada mano. Paso por un enfrente de un edificio de la empresa ME (Magnific Enterteinment. No se me ocurrio un nombre mejor :P) y como por casualidad volteo a mirar dentro, ¡No lo podia creer! Ahi se encontraba su (podria decirse que) artista preferido. Sasori de la arena roja, el era un marionetista muy singular y le admiraba por su trabajo, no porque creyera que las marionetas eran mejor que algo explosivo. Y tenia suerte, no habia niguna fan cerca, asi que se lleno de valor y entro a saludarlo.
- Disculpe, ¿es usted Sasori de la arena roja?
Este se volteo sorprendido pero amable.
- Sí, soy yo.
- Ah... yo... esto - se pone rojo de la verguenza.
- (rie) ¿Te gustaria ir a cenar conmigo?
- ¿Ah? Ah... sí, claro - como ni iba a aceptar la invitación de su artista preferido.
Fueron a comer a un lugar caro y refinado, que por supuesto, Sasori pago. No importo que llevara las compras.
- Y ¿como te llamas?
- Deidara.
- Que lindo nombre - sonrie.
- Gracias.
- De nada.
- ¿Podria preguntarle algo?
- Hablame de tú.
- ¿Podria preguntarte algo?
- Claro.
- Pero no te enojas.
- ¿Por que habria de enojarme?
- Bueno... - se sonroja - ¿Me das tu autografó?
- (rie) ¡Claro! ¿Te gusta mia rte?
- La admiro, ademas de que eres muy guapo.
- ... gracias - rojo.
- ... - se le habia escapado esa ultima frase.
Se formo una pequeña aura de incomodidad, pero el rubio la disipo.
- Me gustan tus marionetas, son únicas.
- Pues gracias.
- a todo esto ¿Cuantos años tienes?
- ¿Cuantos me calculas?
- No lo se, te ves muy joven.
- ¿Y tu cuantos años tienes?
- 20.
- Ah, he visto 5 veces más que tu la primavera.
- Vaya, pense que tendrias mi edad.
- Casi - rie - ¿Quieres tomar algo, un trago?
- Am... bueno.
Se fueron a un par tipo "High society" de nombre "Inframundo". Aunque el nombre prometia un bar oscuro con tonos góticos lleno de gente-vampiro, no lo era, en realidad era un lugar agradable en donde uno podia sentarse a gusto y tomar un trago. Un buen lugar sin duda.
- Deme un Kamaleon.
- ¿Ka- kamaleon*? - se pregunto el rubio a sí mismo.
- Y para mi acompañante... quizas... un... Bird*.
- En seguida señor.
- Que tipo de tragos son esos?
- Ya lo veras.
Al traerlos, el primero era de varios colores y se mezclaban entre sí. El segundo era azul.
Tomaron un par de tragos, pero al rubio se le subio muy rápido, no era muy buen tomador que digamos.
- No puedo tomar ni un trago más.
- ¿Por que?
- Como veras... no tengo mucha tolerancia.
- Me lo hubieras dicho y te hubiera pedido un Sin peligro*.
- No... esta bien... son deliciosos... ¿Podrias quedarte en mi casa? , esta cerca.
- Es una petición o una sugerencia - rie.
- ... ¿Eh?
- Estas muy borracho, vamos - se levanta y luego ayuda al otro a levantarse.
Lo llevo a su casa, la cual no estaba lejos y era muy lujosa. Llevarlo de costo mucho trabajo, pues el rubio ya no veia ni por donde caminaba.
Entraron a la casa con algo de esfuerzo, y con otro poco se quitaron los zapatos.
- Sasori-sama... tu me gustas...
- No sabes lo que dices.
- Sí lo se.... tu me... ¡Ay! - habian tratado de subir el escalon de la entrada, pero el pie del rubio se atoro y azotaron gacho. El rubio cayo encima del pelirojo y lo abrazo, quiza con algo de fuerza. El otro se rodo, quedando encima del chico y se miraron. Deidara fue más habil y subio un poco su cuello para besar sus labios, beso que fue bien recibido. El pelirojo aprovecho para meter una mano bajo la playera del menor,el que respondio cerrando los ojos fuertemente y suspirando.
CONTINUARÁ...