- El punto es que tu padre accedio a apoyarme con... - dijo Mizuho.
- ¿Con que? ¿La cama o la billetera?
- ¡No te permito que me hables así! Me acabas de conocer ¿por que me hablas así?
- ¡No te acabo de conocer, te conocí hace 17 años, cuando fuiste y te revolcaste con mi padre como una vil puta! - le grito Naruto enojado.
- Eso no es verdad - dijo ella indignada.
- Sabes que lo es, y no me digas que no, lo conoces a la perfección.
Ella lo ignora y vuelve la vista hacia otro lado.
- Si esa no es la verdad, dime cual es - dijo el menor colocandose las manos en la cintura.
- ¡Ya te lo dije! ¡Mi hermano se muere y yo no tengo donde quedarme a vivir!
- Ah pobrecita,pero, ¡bingo! , asi que planeas sacarme de aqui para follar a gusto con el, sin ninguna interrumpción - le grito con lagrimas en los ojos.
- ¡Bueno! ¡Al parecer te malcrio! Mirate, exigiendo explicaciones como si fueras alguien - le dijo ella en el tono más cruel que podia hacer - De seguro el te mandara muy lejos en cuanto le cuente a Minato como me estas hablando. Y yo me quedare con el ¿entendiste, niñito?
- ¡C-callate! - le grito herido (psicologicamente claro).
- ¿Y sabes que? Sí, vine para casarme con el, ¡como debio de haber sido cuando la zorra de tu madre se murio al tener a la escoria con la que estoy hablando!
Naruto perdio los estribos y le pego una bofetada en el mismo momento en que Minato entraba por la puerta y lo veia hacer eso.
- ¿¡Pero que carajos esta pasando aqui!?
- Oh, Minato, llegaste - dijo ella en tono lastimero antes de ir hacia su pecho, donde se abrazo como si fuera la víctima.
- ¡Esta perra me dijo que dejara de ser tan egoista para que me vaya y ella pueda acostarse contigo y yo yo pueda interferir! - dijo al tiempo que las lagrimas se desbordaban de sus ojos, luchando por explicarle y sabiendo aún así que no le creeria.
- ¡Disculpate!
- ¿Disculparme? No, no lo hare. Me estas reprendiendo por decir la verdad - le miro por primera vez con rencor - como si ella tuviera el derecho de acostarse contigo, que por supuesto no lo tiene ¡y tu lo sabes! Deja que se venga a vivir, pero te advierto. En cuanto eso ponga un pie en NUESTRA casa - enfatiza la palabra "casa" - me largo y jamás me vuelves a ver. Es ella - la señala - o soy yo - se señala a sí mismo.
Minato suaviza un poco el gesto de enfado que tenia, sabia que a Naruto no le iba a gustar tener a una mujer en la casa y sabia tambien que se lo ponia dificíl. Lo queria, sin duda, lo amaba, era su pareja actual. Pero ella era su amiga, más que su amiga, su amiga con derechos, no podia evitar pensar en los días que estuvieron juntos como amantes antes de que tuviera que ir a vivir al extranjero. Pero el pasado habia quedado atras, o eso creía, y Naruto no debia de hablarle asi.
- Ve a nue... a tu cuarto - dijo en voz baja, corrigiendose para que Mizuho no sospechara nada.
Naruto indignado derramo un par de lagrimas más y corrio a la recámara, Se encerro y se puso a llorar. No entendia porque no le habia creido. ¿Porque la defendia?
- Lo siento Mizuho - se disculpo el mayor.
- No te preocupes, es solo un niño - dijo esta sin una sola lagrima de las tantas que habia fingido llorar.
- ¿Puedes quedarte en algun otro lugar hoy?
- Sí, tengo algo de dinero, aunque sea solo un poco.
- Gracias, tengo que arreglar este pequeño inconveniente primero.
- Claro. Entonces ya me voy.
- Sí - la acompaña a la puerta - Llamame si necesitas algo. Este es mi número - le tiende una hojita con los dígitos que segundos antes habia escrito.
- Gracias. Adios Minato, espero que puedan arreglarlo.
- Sí, adios - cierra la puerta y se vuelve para caminar hasta la puerta de su habitación. Trata de abrir, pero el menor la habia cerrado con seguro. Suspira - Naruto - llama y no recibe ninguna respuesta - Naruto - vuelve a pronunciar su nombre y nada.
Deja de intentar, sabiendo que esa noche no arreglaria nada. Se aleja hacia el sofá y se acomoda para dormir. Ya no tenia hambre y no prepararía nada.
Naruto dentro de la pieza se acosto sobre la cama y abrazo la almohada de su padre con brazos y piernas llorando sin consuelo, esperando que al día siguiente todo hubiera sido una pesadilla.
El dolor y las lagrimas al final le hicieron dormirse entre suspiros que llamaban el nombre de su amante.