El cielo lentamente se oscurecía, la causa eran grandes nubes purpuras que se arremolinaban ahi. Pronto comenzaría a llover y tendría que darse prisa.
Esa mujer, delgada, de cabello castaño, piel blanca y labios rojos corría lo más posible con sus zapatillas para alcanzar a gurecerse de la lluvia que ya empezaba a caer.
Acababa de decirle sus buenas palabras a Minato, un "amigo" suyo con el que había tenido historia, claro, ella había sido su amante, antes y depués de que su esposa muriera. Ambos eran felices, de no ser por su hijo Naruto, por ese solo niño el la abandono, alegando que ella no era su verdadera madre y que el lo criaría solo, ¡y con que se encontro! Con que el niñito ¡ya ni siquiera era su hijo! era su amante ¡vaya par! Incestuosos, eso era demasiado para ella, ¿como minato había podido escoger a su hijo en vez de a ella? eso era imperdonable, por eso hizo lo que hizo, tenía que hacerlo, esa relación no podía ser, y le tenía sin cuidado lo que pasara después con ellos.
Cuando salio de su ensoñación se dio cuanta de que ya había oscurecido y estaba lloviendo. Se apresuro, por las calles mojadas y solitarias.
- Miren a la señorita - se escucho una voz cercana provocando que ella se detuviera y mirara a todos lados.
- Parece que se perdio - dijo otra voz diferente.
- Deberíamos ayudarla - dijo una tercera.
Reconocio las voces graves de tres hombre diferentes, los cuales le dieron muy mala espina.
- ¿Te ayudamos, nena?
Nena... esa sola palabra y su tono hizo que se le enchinara la piel.
Vio con temor surgir tres sombras desde un callejon cercano, los tres hombres eran fuertes, sus musculos se marcaban atravez de sus camisetas y la miraban a ella directamente, con sus ojos furiosos y afilados buscando una sola cosa, le veian los ropajes mojados y sus cuervas que se maracaban con la humedad.
Corrio todo lo que pudo, escuchando como esos tres hombres corrian tras de ella.
- ¡Se escapa!
- ¡Será puta!
- ¡No escapes, no te vamos a hacer nada!
- ¡Te va a gustar chiquita!
- ¡No corras, igual te vamos a alcanzar!
No pensó que sucedería eso, y menos a ella... por una vez penso en el karma...
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La luna brillaba en el cielo y su luz se colaba por las ranuras de las cortinas, el escenario perfecto para ese momento, uno que marcaría la vida de los dos para siempre.
Naruto dormía en la cama matrimonial y Minato en el sofá, abajo, en la sala, no quería molestar a su rubio, asi decidió dormir ahi.
Sin embargo no estaba dormido, con lo que tenpia en mente no podría. Hacía varias horas que le daba vueltas a la idea de cómo mostrarle su amor y su fidelidad al menor, no se le habpia ocurrido otra idea mejor que...
Sabia que Naruto no querría hacerlo, así que tendría que ser por la fuerza, pero sería por una buena causa, así le demostraría que jamas, JAMAS, le volvería a hacer lo mismo y la unica manera de demostrarle que de verdad lo queria, lo amaba era de esa manera...
Se levanto con cuidado y subió por las escaleras sin hacer ruido para no despertar al menor. Abrio despacio la puerta de la habitación y miro a su angel, que dormía profundamente. Se lleno de valor inhalando profundamente y se acerco a la cama preparandose mentalmente para algo que le quietaría todo el orgullo que podría tener, pero al fin, lo perdería con la persona que más amaba.
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- "Se ha encontrado una mujer de entre 27 y 32 años aproximadamente. Se encontro en un callejon poco transitado a altas horas de la noche. Sus heridas, ubicadas en el abdomen son bastante graves. Ya se ha trasladado al hospital más cercano, pero no se sabe si sobrevivira. Son todos los informes que tenermos. En otras noticias.."
Fue lo que transimitieron los notciarios la mañana siguiente de Minato haber entregado todo lo que era por amor...
CONTINUARÁ...