Sasuke e Itachi se encontraban en la cama con las repiraciones agitadas.
- Pero que maravillosa bienvenida rie y une su frente con la de su amante. Luego sin dejar de reir rueda y pone a Sasuke sobre el. Lo besa con dulzura.
- ¿Señores? - tos falsa.
Casi sin inmutarse se voltean y ven a una chica parada en la puerta.
- Lamento interrumpir, pero... ¿donde pongo esto? - le enseña unos papeles.
- Dejalos en la mesa - dice Itachi molesto.
- Claro - sale, los deja y se va.
- ¿Quien era esa?
- Mi asistente.
- Ahh...
- Y que bueno que esa sábana nos cubre medio cuerpo, por que aparte de que acabamos de hacer el amor, me dan celos de que vean tu cuerpo perfecto.
- Ash jajaja - lo mira tiernamente - Ire a preparar la cena - se levanta y apenas da dos pasos cuando es jalado de vuelta a la cama.
- Primero dame un beso - lo besa.
- Ya - va a levantarse cuando el otro lo regresa.
- Otro - le besa.
- Ya - e levanta y el otro lo regresa.
- Otro - le besa.
Y luego otro, y otro, y otro.
- ¡Ya Itachi! - rie - Tenemos todo el tiempo del mundo para hacer esto.
- Buu, bueno - se levanta.
Ambos se visten y preparan la cena.
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Naruto y Minato se estaban bañando juntos, tallando sus espaldas y besandose de vez en cuando.
Al salir se vistieron sin pena alguna.
- ¿Que haras ahora?
- Comenzare mi juego donde me quede - rie.
- ¡Oye! Soy tu amante, necesito atención.
- Y ya te la di - rie zorrunamente y se va corriendo.
- ¡Ven aca! - lo persigue.
Acostumbraban perseguirse por la casa en modo de juego, era divertido.
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Horas despues.
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Era una noche de otoño, con una brisa fría y un ambiente deprimente que era iluminado por la luna llena en lo alto del cielo con las estrellas resplandeciendo. Pero eso a el no le importaba, sus bellos ojos color aguamarina estaban inundados de lagrimas. A pesar de que ya era muy noche estaba sentado en un columpio, en el parque, columpiandose suavemente y repitiendo el mismo nombre una y otra vez.
- Sai... mi Sai...
Decia sin cesar y derramando lagrimas con una profunda tristeza. No podia creerlo, él, el chico que habia conocido gracias al cambio de escuela lo estaba haciendo llorar y todo por que el habia tenido que irse y el tenia que despedirlo, pero no lo hizo. Y esa noche se cumplia un año de su partida, una año lleno de tristeza. Esa misma tarde habia salido de su casa y habia vagado sin rumbo hasta llegar al parque, donde habia vivido muchas cosas con su Sai.
Un trueno horrible invadio el cielo dejando paso a la lluvia que era bastande ligera. El joven se levanto y susurro debilmente.
- ¿Donde estas mi querido Sai?
Levanto la mirada al cielo y dejo caer otra lagrima que se confundio con la lluvia. Empezo a caminar hacia su casa.
- Aqui estoy.
Una voz con un timbre familiar hizo que el chico se volteara a ver una figura masculina un poco más alta que el, pero sus ojos se nublaron de nuevo por las lagrimas. No puedo más y se dejo caer de rodillas en el mojado cesped, el chico se apresuro a tomarlo entre sus brazos, n le importaba nada, ni siquiera podia ver otra cosa que no fueran esos ojos aguamarina que hace ya tres años lo habian cautivado.
- Gaara...
Susurro el joven al oido del otro, quien abrio los ojos para perderse en la mirada color negro vivo del lindo Sai.
- ¿Sai?
Alcanzo a preguntar ya más tranquilo para toparse con la sonrisa del chico. Se veian tan lindos sonriendo y con ese rubor en las mejillas. Al parecer ninguno notaba que las nubes ya se estaban despejando, dejando ver las estrellas.
¿Que pasa mi querido Gaara?
Se levanto haciendo que el otro se levantara tambien. Este se seco las lagrimas que eran persistentes, aspiro y comenzo a hablar. Sai habia llegado hacía unas horas y se paso el día buscandolo.
- Yo... quiero... yo... quiero que tu...
Las manos de Sai aferraban las del pelirojo.
- Yo... quiero... que tu...
No podia decirselo, ¿por que? Habia planeado la forma de decirselo durante un año completo. Sai miro como el otro bajaba los ojos confundido y con su mano le levanto el menton para obligar a mirarlo, pero el pelirojo desvio la mirada.
- ¿Tanto me aborreces como para no verme?
Gaara levanto rápidamente la mirada y lo miro sonriendo.
- ¿Aborrecerte? ¿Como?
Habia un extraño brillo en los ojos de ambos. El de ojos claros ya no lloraba y el rubor persistia en ambos.
- Tal vez me odias por dejarte tanto tiempo ¿no es asi?
Esas palabras dolian y sabia que el pelirojo podria no corresponderle. Ninguno se soltaba. El moreno fue más inteligente y paso los brazos del otro por su espalda
-No... claro que no te odio Sai... y tambien perdoname tu a mi, ese día no quise acompañarte - dijo entre sollozos.
- No hay nada que perdonar.
- Pero... ¿por que te fuiste? ¿Por que me dejaste? - intento deshacerse del abrazo, pero el otro lo sujeto más fuerte.
El moreno subio su mano y acaricio su mejilla. Suavemente se inclino para posar sus labios sobre los de su Gaara. Todo les daba vueltas, ahora el tiempo ya no importaba.
En ese momento las lagrimas de Gaara mojaron a Sai, quien termino el beso.
- ¿Por que lloras?
- ¿Por que no he de hacerlo? Te vas y regresas despues de un año y...
- Te amo - interrumpio el moreno volviendolo a abrazar - Siento haberme ido, pero era urgente, tenia que hacerlo. Prometo contarte todo, pero yo te amo y no volvere a irme jamas.
Gaara agarro su camisa con fuerza y se saco un diez al decir.
- Te amo...
El viento movio la cabellera de amobos, levantando las hojas. Las nubes taparon la luna dejando solo las siluetas de Sai y Gaara besandose en la oscuridad.
CONTINUARA...