Gaara no se podía decidir entre matar a su rubio amigo o contar hasta mil y tenerle toda la paciencia del mundo, aunque el fuera la persona menos paciente en el planeta, pero trataba de entender el noble corazón de su amigo, desde que eran unos simples bebes se conocían, le había aguantado demasiadas atenciones con personas que no habían sido muy amables con él. Suspiro y tomo por los hombros a Naruto.
-confiare en ti y en el hermano de Itachi-san aunque no lo conozco, pero si ese tipo se atreve a sobrepasarse contigo le daré una muerte lenta y dolorosa.
Dijo con tono sombrío y el rubio solo se limitó a sonreír, si su querido amigo pelirrojo se lo proponía podría llegar a ser muy cruel y frívolo, pero con él no, solamente se enojaba y le dejaba de hablar un par de semanas hasta que le pidiera perdón.
Siguieron caminando dentro del edificio hasta llegar al salón de gastronomía, Naruto se detuvo en la puerta del salón en el que vería a Itachi para poder llevar acabo la clase se despidió de su amigo, pues Gaara si estudiaba gastronomía por completo.
Después de unos minutos el salón se fue llenando poco a poco él se encontraba sentado en el escritorio mirando por la ventana cuando vio pasar a cierto azabache que tenía el rostro lastimado.
-“Ahí está ese egocentrista… aunque no es nada… feo…”-
Sacudió la cabeza para sacarse ese pensamiento que lo hizo sonrojar, frunció un poco el ceño porque ese tipo se había atrevido a coquetearle pesando que sería un chico fácil, pero él no se dejaría ¡no señor! y mucho menos después de aquel terrible amor que vivió hace algunos años, su mirada se tornó un poco melancólica por los amargos recuerdos, pero fueron interrumpidos por una linda chica de cabellos negros azulados y ojos perla.
-Naruto-san… ¿es verdad que quedara como nuestro profesor?-
Pregunto mirándolo esperanzada con los ojos llenos de emoción.
-Eh… pues sí, pero ¿Cómo lo supiste?-
Eso era raro él no se lo había dicho a nadie, además Itachi no le había dicho nada sobre guardar el “secreto” pero él es una persona bastante discreta.
-Pues… me lo dijo Itachi-sensei hace un rato que me lo encontré en la zona de enfermería-
Sonrió con pena mirando al piso y en el rostro de Naruto solo se formó una sonrisa falsa pero por su mente pasaban muchas ideas malvadas de como regañar a su senpai, aunque desde que lo conoció hacía más de dos años por parte de su primo Deidara, se dio cuenta que era algo malo para guardar secretos o ¿no?
-Se lo dije porque no había razón para guardar el secreto, se los voy a decir en este momento.
Dijo Itachi entrando con una sonrisa amplia que le daba un aire bastante elegante que dejaba sin aliento a más de una chica. La mayoría de los alumnos que se encontraban en el aula estaba mentidos en sus asuntos, hasta que la fuerte voz de Itachi los hizo poner atención a la noticia que les iba a dar.
-Bien…Bueno chicos, durante un tiempo tendré que viajar lejos del país…- Muchos de los chicos comenzaron a celebrar entre ellos pensando que no tendrían más clases por el resto del semestre.- Pero ni crean que se van a quedar sin clases, para esto esta Naruto-kun- le apunto de forma poco educada al pequeño rubio que solo lo miraba con cierto rencor.- él les dará las clases y aprenderán de él y saben que es muy bueno en lo que hace, no podría dejarlos en cargo de alguien más- Le sonrió de forma muy coqueta a Naruto, el solo le dio una sonrisa muy mal fingida llena de ironía y sarcasmo.- espero que les vaya bien durante mi ausencia… Bien que comience la clase- comenzaron a sacar los recetarios que tenían debajo de las mesas, Naruto comenzó a pasearse entre las mesas para estar al pendiente que sus próximamente alumnos realizaran de forma correcta y en caso de tener alguna duda ahí estaba él para resolverlas.
Ya estaban por terminar aquellas largas horas de clase, el salón se fue vaciando de la misma manera como se llenó, Itachi se había retirado treinta minutos antes para poder preparar sus cosas para el viaje, Naruto se quedó arreglando algunas de las mesas de trabajo, puesto que algunos de sus alumnos no eran muy organizados ni limpios, pero estaba seguro que hacían su mejor esfuerzo o por lo menos eso era lo que él quería pensar. Comenzó a recoger sus cosas del escritorio principal y se encontró con dos cartas dentro de su mochila, una era por parte de Hinata, aquella chica que se le acercó al inicio de la clase y otra por parte de… solo frunció el ceño, arrugo un poco la segunda carta y se dispuso a tirarla en el basurero que se encontraba cerca de la puerta del aula, pero lo pensó mejor y decidió guardarla, mas tarde la abriría en compañía de su pelirrojo amigo.
No sabía que pensar, después de todo él lo había engañado con una de sus amigas de la preparatoria, que por cierto actualmente no se atrevía a saludarla, pero de que le servía guardar rencor contra las personas, al final de cuentas la culpa no fue suya sino de su exnovio por no esperar hasta estar casados.
-de que me sirve recordar aquellos terribles momentos ahora… digo ya han pasado más de tres años- se dijo a si mismo el pequeño rubio, no se podía dar el lujo de torturarse el mismo, aunque era completamente extraño que justo ese día se le ocurriera mandarle una carta… aunque ahora que lo pensaba, ¿Quién se la pudo haber dejado entre sus cosas? Él no asistia a esa universidad… se encogió de hombros y siguió caminando hacia la salida de la universidad, llevaba los audífonos puestos, mientras caminaba con completo ritmo en su caminar de acuerdo a la canción, pero se vio interrumpido al escuchar el sonido de llamada entrante, era Itachi quien le llamaba.
-¡Hola!- Saludo con voz alegre.- ¡hola, Naru! Oye solo llamaba para pedirte que pasaras al departamento de mi hermano a las 6, para que puedas conocerlo hoy mismo- aquel tono de voz como lo desesperaba algunas veces, puesto que sentía que se burlaba cruelmente de él.- por supuesto, ¿podría mandarme la dirección de su hermano por mensaje?- Itachi solo hizo un pequeño sonido de victoria como “yuuupii!”, Naruto solo esbozo una pequeña sonrisa.-en un momento más te lo mando, te repito trata de no caer en sus bromas ni insultos- aquello solo hizo que Naru soltara una sonora carcajada, como si no supiera a lo que se enfrenta si podía soportarlo a él. Con un pequeño adiós y deseos de buen viaje termino la llamada, ahora sentía mayor curiosidad de cómo sería el hermano de su senpai, aún le quedaban tres horas para ir a visitar al susodicho.
Mientras nuestro rubio vivía sus dudas cierto pelinegro estaba mirándolo de lejos.- nunca antes alguien me había rechazado…- una sonrisa burlona se plasmó en su rostro, ese pequeño chico de ojos azules sería suyo a como diera lugar, no le importaba las cosas que tendría que hacer… salió de sus pensamientos al escuchar a un monton de chicas gritando su nombre, como detestaba a sus fanáticas, ¿es que no se cansaban?, se mantuvo un tiempo más en su escondite, hasta que recordó que su hermano le pidió que llegara a su casa a las 6, ya que iba a recibir un “paquete” muy importante, ¿Qué sería?