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Más allá de los recuerdos por Irie Ryuen

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Notas del capitulo:

Ahora sí q nadie diga q he actualizado tarde!!!!!! :D Es q ahora sí m estoy dando prisa xq ya pronto entraré de nuevo a la Uni XD se m acabaron las vacaciones u.u asi que trataré de actualizar el próximo cap tan pronto como pueda, hasta entonces les pido pasciencia!!!! :D

Y q malvados... XD nadie m dio ayuda en lo d halo reach XD hahahahaha ok no n.n pero ahora solicito su ayuda de nuevo para halo reach... XD ya encontre las dos snippers q quería en el mapa q quería, pero hace dos días estaba jugando en slayer en el mapa de la basesword (la del desierto) y q d repente m sale un tipo cn un láser a atacarme... alguien sabe donde se consigue ese láser??? XD ya sé donde está el lanzacohetes en ese mapa... quiero el láser XD Sería d mucha ayuda si alguien se apiada d mí y m dice donde está XD

Disfruten d la actualización!!!!! :3 Se les quiere!!!!!

La compañía de una persona amada, siempre es el mejor regalo.

IRIE RYUEN

 

Viernes 4 de Febrero del 2011.

 

Con todos los sucesos de esta semana estoy más que agotada, sin embargo muy feliz de que Karen y yo incluso hemos mejorado nuestra confianza en la otra, aún no me dice quién le gusta pues sigue diciéndome que está buscando la oportunidad adecuada y yo ya le he dicho que esperare todo el tiempo que ella decida, pero debo de admitir que mi paciencia tiene límites y es que me muero de curiosidad, ya de alguna forma me estoy adelantando al resultado sobre quién podría ser esa persona, que estoy más segura que soy yo, pero no quiero mostrarme tan impaciente y volver a arruinar las cosas, así que mejor me trato de concentrar en otras cosas aunque es casi imposible, es pensar que yo soy de quien ella está enamorándose me vuelve loca de felicidad.

 

Y claro, ahora que ya todo está tranquilo me puedo concentrar muy bien en mi mejor amiga quien sigue igual de loca que siempre, ayer le conté sobre cómo terminaron las cosas entre Karen y yo, al principio estaba sorprendida pues jamás se llego a imaginar de que yo tuviera una parte cursi (la verdad es que yo tampoco me conocía esa parte) y con cada suceso que le contaba, más se sorprendía y justo al finalizar mi relato no dijo nada por unos segundos, pero después su rostro serio se transformo en uno completamente alegre, hasta se me fue encima, me abrazo y me lleno de felicitaciones por nuestra reconciliación y es que aunque fue un problema de sólo un día, ha sido el problema que más me ha tenido preocupada toda mi vida.

 

-¡Felicidades, Laura! ¡Bien hecho!-me decía una y otra vez Cynthia que no dejaba de abrazarme.

-Gracias-decía yo una y otra vez mientras procuraba que mi amiga no se cayera al suelo de la emoción.

 

Claro que de lo ocurrido también se enteró Paulina y de parte de Karen y Cynthia, yo no tuve oportunidad de hablar con ella porque los profesores querían que fuera a ayudar a los laboratorios el día de ayer, así que al menos de mí Paulina no se enteró de nada, aunque ya en la noche hablamos por Messenger y le di las gracias por ayudarnos a Karen y a mí, yo no podía dejar de darle las gracias pues ella nos ayudo mucho a ambas para convencernos de arreglar las cosas y cuando pienso en esto por supuesto que estoy muy agradecida con Paulina y Cynthia (mi amiga también dio de su parte) pero también me invade la vergüenza pues me hace pensar que no fue lo suficientemente capaz de encontrar el coraje necesario para hacer lo que hice, pero bueno, el punto es que ya pasó, no es bueno arrepentirse del pasado (aún si esto fue de hace dos días).

 

En fin, hoy Cynthia sale temprano de la prepa, a las 6 pm y como tengo que comprar el regalo de Karen, pero no quiero ir sola, le pedí a Cynthia que me acompañara y me dijo que sí vendría conmigo, así que en estos momentos estoy esperando a que ella llegue a mi casa, pues de aquí nos iremos a la plaza comercial a conseguir el regalo. Me sorprendió mucho que Cynthia aceptará venir conmigo a la primera y es que generalmente los viernes en la tarde ella y Paulina salen a divertirse (o al menos esa es la versión que le dicen a su familia) y pasean toda la tarde hasta que alguna de las dos termina a la otra invitando a cenar.

 

-¡Hola!-me dice mi amiga entrando a mi cuarto mientras yo me termino de vestir.

-Hola, que bueno que llegaste-le sonreí.

 

Hace mucho tiempo que Cynthia y yo perdimos la pena de entrar al cuarto de la otra aunque nos estemos cambiando, así que no nos pasa nada si vemos que la otra se está cambiando, aunque me he puesto a pensar en qué pasaría si Karen me llega a ver cambiándome, seguro que me muero de pena y es raro verme avergonzada aunque si es Karen quien me ve, supongo que puedo permitirlo.

 

-Ya sólo busco un suéter y listo-le digo mientras voy a mi closet a buscar ropa.

-Vale-me sonríe mientras se sienta en mi cama.

-Pensé que saldrías con Paulina está noche-dije poniéndome el suéter aunque me sorprendí al ver que Cynthia ponía una cara de sorpresa-¿Dije algo malo?-pregunté preocupada.

-Es que… sí íbamos a salir esta noche, pero…

-¿Qué pasó?

-Te cuento mejor en la plaza-empezó a jugar con sus manos aunque su expresión era seria-aquí no es seguro.

 

Se refería a mi casa y era cierto, digamos que mis padres pueden ser muy buenos y en mi opinión los mejores aunque claro, tienen sus prejuicios y más si digamos es para los que “batean del otro lado” o así les dicen ellos a quienes salen con personas de su mismo sexo, en un tiempo atrás eso no me hubiera molestado pues yo estaba segura que iba a estar con René por siempre, pero ahora… oír eso es lo que más me molesta y no me importa si se trata de mis padres, eso no es correcto. Y la casa de Cynthia tampoco se diferencia mucho de la mía o al menos en la opinión de sus padres, por eso Paulina y Cynthia rara vez se hablan a sus casas, prefieren mandarse mensajes de texto y desde que salen, ambas le pusieron clave de seguridad a sus celulares para evitar que cualquier curioso viera los mensajes que entre ellas se mandaban e incluso, que nadie viera las fotos que tenían juntas en sus celulares. Ahora que lo pienso, mi amiga no ha tenido las cosas fáciles y aún así me estuvo ayudando y apoyando, ya es hora de que reciba algo de mí a cambio.

 

-Ok-me termine de poner el suéter-mi papá nos va a dejar a la plaza y nos va a recoger una vez que acabemos-sonreí aunque con empatía hacia mi amiga.

-Está bien-volvió a sonreír como siempre, aunque se podía ver perfecto en sus ojos que estaba muy preocupada.

 

Una vez que Cynthia volvió a ser la misma (aparentemente) bajamos a donde estaban mis papás platicando abrazándose en el sillón. Debe de haber alguna forma de convencerlos de que el que te guste alguien del mismo sexo es normal, quizás en su época no lo fue, pero no es correcto aferrarse a costumbres que dañan a los demás y me duele mucho que mis papás tengan esa opinión, siendo que a mí me gusta una chava y no sólo eso, sino que es la chava más bonita que he conocido. Cynthia seguro no piensa tan distinto de mí aunque ambas debemos de ser fuertes para afrontar lo que venga aceptando el hecho de la relación que queremos tener, a mí realmente me importa poco lo que la sociedad diga sin embargo se trata de mis padres, de mi familia y se supone que el amor de la familia es incondicional, ojalá que el de mi familia sí lo sea.

 

Ahora, si yo dije que a mí me importa poco lo que la sociedad diga, no es lo mismo para Cynthia, pues de alguna forma ella estuvo un poco más sujeta a las opiniones de los demás y más si ella es una de las chicas más deseadas en la prepa y aunque lo niegue se nota que las opiniones de los demás influyen un poco en ella, lo que es contrario en Paulina (a ella de verdad le importa nada la opinión de la sociedad) lo que hace que ella sea una persona que siempre hace lo que quiere y Cynthia digámoslo así, es quien la detiene en sus locas ideas, mi amiga es quien le marca límites a Paulina, algo que ella necesita mucho, pues a veces se le suele pasar la mano. Pero debo de admitir que Paulina también ha ayudado mucho a Cynthia a que poco a poco se dé cuenta de que la opinión que realmente importa es su propia opinión, no la de los demás, aunque es imposible evitar (aunque sea un poco) que la opinión de la familia importe y claro que a Cynthia le preocupa que su relación se llegue a saber en mi casa, pues eso seguro implicaría que mis papás me prohibieran volver a verla o sino, ya no tratarla como siempre y no importa cuál de las dos opciones nos den a escoger, al final de cuentas la situación no sería buena y ninguna de nosotras dos está dispuesta de dejar de ver a la otra.

 

-¿Listas chicas?-me pregunta mi papá que abraza cariñosamente a mi mamá.

-Sí, vamos-le dije mientras les sonreía.

-Que tengan una excelente tarde-nos dice mi mamá mientras papá se levanta y se pone una chaqueta-nos llaman si necesitan algo o si quieren que ya vayamos por ustedes.

-Gracias, mami-digo mientras guardo mi celular en mi bolsillo.

-Hasta luego-dice Cynthia despidiéndose de mi mamá.

-Vamos-papá nos abrió la puerta de la casa hacia el jardín para ir al auto.

-¡Trame unos chocolates, por favor!-me grita mi hermana desde las escaleras, es una adicta al chocolate.

-¡Ok!-le grito mientras salimos de casa.

 

Aun no era totalmente de noche aunque ya se veía que el sol, tarde o temprano iba a ocultarse detrás de las montañas a lo lejos y como no teníamos ganas de volver tarde a mi casa, decidimos darnos prisa en subir al auto. Mi papá nos abrió la puerta y una vez arriba la cerro y se subió al auto y en lo nos abrochábamos el cinturón, él abrió el zaguán con el control remoto de la puerta del jardín. Y como siempre, nos preguntó por qué música nos gustaría escuchar en el camino a la plaza.

 

-La que sea está bien, por favor-dijo Cynthia acercándose un poco a mi papá para ver qué disco iba a poner.

-Muy bien-sonrió mi papá.

 

Del estuche de discos sacó uno nuevo que él había armado el día de ayer. Mis papás suelen grabar toda la música que les gusta en un disco mp3, algo así como un mix de sus canciones favoritas de todas las épocas y las ponen en sus autos de camino a algún lugar, no puedo quejarme de sus gustos de música, son excelentes y creo que eso ya lo he mencionado antes. Quizás a alguna persona le ha llegado a pasar de que cuando escuchan alguna canción, esta les trae recuerdos o les hace notar la realidad, yo opino que eso pasa cuando la persona está “sensible” o dicho de otra forma, lo que lo rodea lo hace propicio a que entienda mejor las cosas y por ejemplo entienda mejor el mensaje de una canción, o bien, también hay casos en los que solemos “oír” la música, mas no “escucharla” porque escuchando es cuando según yo se entiende mejor la letra e incluso la música. Y con todo esto, quiero decir que la primera canción en el disco que puso papá nos llego a Cynthia y a mí como un balde de agua fría, la canción yo ya la había escuchado miles de veces, sin embargo hasta ahora es que su significando nos viene pesando a mi amiga y a mí, se titula “Have you ever really love a woman” lindo título ¿Verdad? Y justo el necesario para ponernos cabizbajas a Cynthia y a mí, aunque ambas tratamos de ocultarlo a nuestra manera, Cynthia checando su celular (aunque bien que se mordía los labios con tan sólo escuchar la letra)  y yo viendo hacia la calle pero también me puse ansiosa, ya veo las desventajas de saber inglés cuando no deseo entenderle a la letra de la música.

 

-Esta canción es muy importante para mí, me encanta-dice mi papá mientras sonríe-es una de las que le he dedicado a tu mamá-su sonrisa era de plena felicidad.

 

Y ahora que escucho eso, tengo una pregunta aunque no es para mi papá, sino para Cynthia, si ya entre ella y Paulina ya se dedicaron alguna canción o ese tipo de cosas, que me da mucha risa imaginar que Cynthia haya hecho algo así y es que mi amiga, como bien ya he dicho antes, puede que haya salido con muchos chicos, pero en esto del enamoramiento no tiene idea, aunque eso a mí no me hace una experta René me llego a dedicar dos o tres canciones y me da risa admitir que ya olvide todas las que me dedico, quizás las ahogue mientras lloraba por su perdida, ahora estoy segura que olvidarme de eso fue buena idea, pues solo serían una tortura más para mí y yo no pienso volver a pasar por ello. Le preguntaré a Cynthia si Paulina ya le dedico algo en cuanto estemos solas.

 

El camino a la plaza no es largo, el problema es el tráfico, ya que vivo muy cerca del centro de Coyoacán y atravesarlo justo en un viernes por la noche no es lo más sensato del mundo, pero lo tenemos que cruzar si queremos llegar a cualquiera de las plazas más cercanas. Primero tuvimos la idea de ir a la Plaza Coyoacán, pero Cynthia y yo pensábamos visitar muchas tiendas, así que mejor decidimos ir a Plaza Universidad, ahí fue donde mi papá nos dejo. Ya eran casi las 7pm cuando estábamos entrando a la plaza. Miré a Cynthia como esperando que ella me dijera qué hacer y ella también me estaba mirando a mí, ambas reímos y decidimos mirar las tiendas.

 

En sí yo no tenía idea de qué comprarle a Karen, cuando me detenía en las tiendas y veíamos lo que vendían mi mente se quedaba vacía y no es que antes yo tuviera ideas de qué regalarle, sino qué de verdad no sabía qué regalarle.

 

-¡¿Cómo que no sabes qué regalarle a Karen?! –me gritó Cynthia furiosa una vez que se dio cuenta de que yo estaba en problemas. En ese momento estábamos entrando a una tienda que vendía prácticamente de todo, hasta tenía restaurante y bar.

-Perdón, pero es que realmente no tengo idea-dije un poco desesperada.

-¿Un peluche?-me preguntó mientras me tomaba de la mano y me jalaba al área de juguetes.

-Muy típico-dije haciendo una mueca.

-Tienes razón-me soltó de la mano y nos quedamos a medio pasillo pensando.

-¿Disco? ¿Película?

-Es que no sé qué le gusta.

-¡¿No sabes qué le gusta?!

-Nada concreto-dije aún más nerviosa.

-¿Ósea… cómo?

-Es que a ella casi todo le gusta y no tiene objeciones contra casi nada.

-Entonces cualquier cosa que le regales sería un bonito detalle.

-Pero no quiero regalarle algo cualquiera, tiene que ser algo especial, algo que le guste muchísimo.

-Vale, ya entendí, sigamos buscando. Al rato me dirás todo lo que le gusta a Karen-me sonrió.

-Ok-me sonrojé un poco al pensar en Karen.

 

Buscamos por casi media hora en esa tienda y lo que más nos gusto fue una pulsera un tanto bonita, pero no lo suficiente para querer comprarla. Así que nos fuimos en busca de más tiendas. La mayoría eran de ropa (obvio, es una plaza comercial) pero yo no quería darle ropa, además que ni sé qué talla es, así que más de la mitad de las tiendas  no las visitamos por vender sólo ropa. Fue cuando ya casi nos rendíamos en nuestra búsqueda que pasamos frente a una tienda donde vendían un collar un poco curioso de forma.

 

-Ese collar-dije atentamente mientras me acercaba a la vitrina de la tienda-tiene que ser ese.

-Vamos a verlo-me dijo mi amiga y entramos a preguntar por él.

 

El collar tenía una cadena delgada, al parecer de oro que después nos lo confirmo uno de los que atendían en la tienda que nos mostró el collar.

 

-Un excelente obsequio si me permite agregar-dijo el chico al terminar de hablarnos sobre el collar-además tiene como adorno una figura de oso pequeña tallada en roca volcánica.

 

Por esa forma de oso fue que concentré mi vista en él, ya que el animal favorito era de Karen, además de que era el animal que colgaba de la pulsera que ella y yo compartíamos y que Karen compró el día en que salimos de paseo por Navidad. Fue ahí cuando me decidí a comprarlo. Además le hicieron pruebas al collar para probar que era de oro y al ser una tienda de joyería en una plaza muy visitada, sino era de oro era seguro que la tienda se llevaría una buena demanda.

 

-¿Cuál es el precio?-pregunte seriamente.

 

Para mí el precio no tiene problema, por supuesto que desde hace tiempo yo sabía que el cumpleaños de Karen se acercaba y quería darle un regalo especial, así que ahorré parte del dinero que me dan mis padres durante un largo tiempo y ya tenía al menos una cantidad razonable, sumándole al hecho de que mis papás me dieron un poco más de dinero por si no me alcanzaba para el regalo. Pero pensando en que a mí no se me presenta ningún problema pagar en estos momentos algo caro, eso me hace pensar en las diferencias entre Karen y yo, ella sí pidió beca de estudios para solventar los libros y materiales que tenemos que obtener y del resto le ayudan sus papás, yo no pedí beca porque mis papás me dan dinero, sin embargo eso no me hace pudiente, sino que el dinero lo uso en otras cosas y con esta clase de pensamientos me da temor de que Karen no quiera aceptar algo caro aunque yo quiera dárselo.  

 

-480 pesos, señorita-dijo el chico tomando el collar en sus manos.

 

Me sorprendí al escuchar el precio, yo pensaba que iba a estar un poco más caro pero no, entonces pensé que también me alcanzaría para agregarle algo más a su regalo ya que en sí el collar iba a ir en una cajita y yo quería darle algo grande (aunque ya lo grande fue el precio del collar), sin más que decir pedí que me vendieran el collar y lo pusieran en una cajita muy bonita y presentable, con moño y todo.

 

-Wow, pagaste mucho-me dijo Cynthia sorprendida, mientras el chico iba por una cajita.

-¿Tú crees?-le pregunte curiosa.

-Me refiero a que ni siquiera le vas a dar un regalo de “pareja” o algo así, sino que de cumpleaños y ya estás dando algo extravagante.

-Ya entiendo-sonreí.

-¿No crees que lo rechace?

-No lo sé y eso es lo que me da miedo-suspire.

-Hay muchas diferencias entre ustedes más que sólo de pensamiento-se refería al aspecto económico.

-Lo sé-dije-pero no me importa.

-No es que yo opine que eso está mal-Cynthia me sonrió-sino que pareces su príncipe azul.

-Ya veo-sonreí-pero aquí hay una diferencia, yo no soy su “príncipe” seré su “princesa” y ella la mía-sonreí confiadamente.

-Te gusta mucho, por lo visto.

-Así es, además, ahorre mucho para este collar y lo que le quiero comprar aún, lo que no me hace pudiente. El saber ahorrar es el privilegio de saber comprar. Además no es que yo sea algo así como de la realiza y que me fije en alguien diferente, es sólo que yo quiero darle cosas que se merece-me reí.

-¿Le quieres comprar algo más?-me miró sorprendida.

-Claro-dije ingenuamente-y ya sé qué más darle.

-Bueno-me dijo sorprendida-ya ni a mí me das regalos tan costosos-se burló de mí.

-Graciosa-me reí-sabes que esto es distinto.

 

Después de que nos entregaron el collar lo guardamos muy bien en mi mochila hasta el fondo en una bolsa pequeña dentro, para evitar robos o cualquier otro percance que pudiera hacer que el collar se perdiera. Una vez que lo escondimos bien, nos fuimos a ver qué más podíamos comprarle, ya sé que me estoy excediendo un poco en esto, pero este dinero lo tenía destinado para el regalo de cumpleaños de Karen y quiero darle algo que jamás olvide, entonces por eso seguimos viendo qué más puedo darle y fue ahí cuando la idea del peluche no me sonó tan mala esta vez.

 

-Piénsalo-le dije a Cynthia para convencerla de comprar el peluche-ya sé que dije que no iba a comprar peluche, pero se me acaba de ocurrir la idea de que el peluche puede estar sosteniendo la cajita de su collar y sería algo muy tierno.

-Pues sí es tierno, pero… ¿No crees que es excesivo? No es que no me gusta la idea, es sólo que tal vez la estás llenando de muchos regalos.

-¿Muchos? Si sólo son dos.

-Bueno, ya cómpraselo, además yo ya le compré su regalo ayer-me sonrió y saco un peluche del estante.

-¿Qué tal este?-me enseño un caballo, era de color café claro y crines negras, con su equipo de montar y todo, se veía muy bonito.

-Me gusta-sonreí-se ve lindo, aunque no sé si le gusten los caballos.

-Yo creo que el peluche va a ser lo de menos-me sonrió.

-Entonces nos llevamos este-lo tome entre mis brazos-vamos a pagarlo.

 

Ya con el peluche y el collar era más que suficiente para que yo le pudiera regalar, todos mis fondos destinados a su regalo se habían agotado y ya sólo quedaba pasar a cenar algo y platicar. Buscamos comida en la zona rápida y acabamos comiendo comida china, pero como era mucha mejor la compartimos entre nosotras y al acabar nos quedamos a platicar un rato más, primero sobre los gustos de Karen, algo que Cynthia deseaba saber, respondí a cuanta cosa pude, aunque me he dado cuenta de que Karen y yo somos muy diferentes en cuanto a gustos. Finalmente le pregunte a Cynthia si ya podíamos hablar sobre su problema, no había mucha gente alrededor nuestro y ya casi iba a llamar a mi papá para que viniera por nosotras.

 

-¿Qué sucede amiga?-le pregunté mientras bebía de mi refresco-¿Sucede algo con Paulina? ¿Están bien las cosas?

-Las cosas ahorita están muy bien, creo que mejor no podrían estar, pero… el problema soy yo-sonrió tristemente.

-No te entiendo-di otro pequeño sorbo.

-¿Recuerdas que yo te había dicho que tengo miedo a enamorarme? ¿Y que incluso no me es fácil decirle “te quiero a alguien” a excepción de ti y de mi familia?

-Claro-la mire atenta.

-Bueno… hoy que Paulina entro a una de mis clases de la tarde, nos la pasamos platicando y mandándonos mensajes por papel para que el profe no se diera cuenta y bueno, las cosas iban muy bien, me decía que yo le gustaba mucho y yo le decía que ella también me gustaba, pero en cierto momento… me escribió… “me estoy enamorando mucho de ti”, en ese momento me asuste mucho, tanto que no le respondí a su mensaje, porque conozco a Paulina y sé que lo dice en serio y la verdad es que yo…

-¿Tú qué?-pregunte curiosa.

-Yo también estoy enamorada de ella, me encanta, me vuelve loca, pero… no fui capaz de decírselo, medio miedo el pensar que no se lo pude decir, después de ello no le devolví el mensaje y el resto de la clase nos la pasamos serias, al finalizar la clase Paulina ya se tenía que ir a casa, me tomo de la mano y me pidió perdón por lo que dijo, me dijo que se había pasado de la raya al decirme eso y que la perdonará, que sabía lo delicado que podía ser un asunto así para mí y que me dijo eso porque quería decírmelo, además de que me dijo que por hoy no nos viéramos, que quería dejarme pensar las cosas. Yo no podía creer que estaba escuchándola decir todo eso, se veía muy triste y dolida, pero no enojada, yo era la que estaba enfadada conmigo misma, trate de detener a Paulina de irse a casa, pero me dijo que por hoy me iba a dejar pensar, yo quería decirle que me perdonará y que no se fuera, que quería estar con ella, pero no pude, al final deje que se fuera y yo me moría de ganas de gritarle que me gustaba mucho y que también estaba enamorada de ella, pero el temor a su rechazo si me escuchaba diciendo eso enfrente de toda la prepa y encima si se enojaba conmigo aún más me detuvo, solo me quede parada mientras la veía irse.

-¿Y qué hiciste después?

-Me resolví a hablar con ella, pero tuve clases y después tenía que venir a tu casa, le mande dos mensajes pero a ninguno me ha respondido, solo me mando uno que decía que había llegado bien a su casa y que nos veríamos este lunes como siempre. Y ahora sé qué hacer, es sólo que… reconocer que me gusta Paulina no fue lo difícil, sino reconocer que estoy enamorada de ella, es casi idéntica a mí, me divierto mucho con ella y sus besos son los mejores del mundo, mejor que cualquier otro chico que he besado en la vida y no quiero que esto se arruine y que nuestra relación se vaya al traste, me enamoré de ella y no puedo evitarlo, incluso ahora que estoy alejada de ella, quiero correr a sus brazos y que me abrace y me sostenga fuerte, quiero acariciar su cabello, quiero besarla locamente.

-Pues llámala y dile.

-No, tengo que verla, quiero verla, por eso mejor me esperare hasta el lunes y sirve que pienso mejor las cosas y hago algún plan o yo qué sé para poder estar junto a ella otra vez. Además de que pienso comprarle algo, un disco de su artista favorito o de su género de música favorito. ¿Me acompañarías a comprarle algo?

-Claro-di el último sorbo a mi refresco-vamos-le sonreí-y tranquila, ya verás que todo saldrá bien, Paulina te quiere muchísimo y si te dio tiempo para pensar las cosas, no es porque ella esté enojada contigo, sino por qué sabe que lo mejor para ti es pensar en lo que quieres y no ser presionada.

-Tienes razón-me tomo de la mano-hace unas pocas horas que me di cuenta de eso.

 

Después de cenar fuimos en búsqueda del regalo de Paulina, finalmente Cynthia le compró un disco de música electrónica, creo que el artista era Armin Van Buuren, lo he escuchado antes en la radio, es muy bueno y debo de admitir que Paulina tiene muy buenos gustos. Pero me dan ganas de decirle que tiene a una novia que se preocupa mucho por ella, pues Cynthia en su vida había dado algún regalo a alguno de sus novios y el que le esté comprando uno a ella (además de todos los que ya le ha dado) es algo muy bueno y ventajoso, pues demuestra que Cynthia de verdad la quiere.

 

Domingo 6 de Febrero del 2011.

 

Hoy celebramos en cumpleaños de Karen en el departamento donde vive, su mamá le hizo una comida familiar y aprovecharon para invitarnos, estaban sus abuelos, sus tíos, sus tías, sus primos (todos de parte de la familia de su mamá, por estar sus papás divorciados, hasta donde yo sé, la fiesta en casa de su papá sería la siguiente semana), no sabía cómo afrontar a Beltrán el día de hoy, ya que al ser el tío de Karen, era seguro que iba a estar ahí, le iba a decir a Cynthia sobre ese detalle, pero se me olvido, así que ahora me dará mucha risa ver su rostro impactado al ver a Beltrán en la fiesta de Karen, además de ir mi familia y yo, también fue la familia de Cynthia y la de Paulina además de ellas mismas y algún otro amigo y amiga de Karen de años anteriores.

 

Jamás espere que el departamento de Karen fuera grande o al menos lo suficiente para que en el estuviéramos todos los invitados reunidos, pero así fue y nadie estuvo incomodo, nunca había estado en su casa, era cálida y acogedora, en un cuarto piso y podría decirse que tenía vista periférica, lo que más resaltaba eran las blancas paredes y el piso de imitación madera, algunas fotos de paisajes colgaban de las paredes y blancas y largas cortinas cubrían las ventanas. No era un departamento en mal estado y al parecer era el mejor cuidado de todos los edificios en esa área. Quizás yo no sea muy observadora, pero detalles como estos son los más obvios para mí como para describir el lugar.

 

Me dio mucha pena ser presentada ante toda la familia de Karen, o más que pena… temor de que me fueran a comer viva si descubrían que Karen me gusta, así que decidí mantenerme tranquila, aunque de repente mi nerviosismo me traicionaba y decía cosas sin sentido, fue ahí cuando vi a Beltrán sentado en la sala de estar con la maestra Delia entre sus brazos platicando animadamente con la mamá de Karen, en cuanto nos vio a mí y a Cynthia entrar se dirigió a nosotras. Cynthia casi se echa a correr del miedo y de la impresión, no se esperaba ver a Beltrán aquí, pero Paulina quien acaba a de llegar la detuvo sosteniéndola gentilmente de los brazos.

 

-¡¿Por qué no me dijiste que es el tío de Karen?!-me grito poco antes de que Beltrán llegara ante nosotras.

-Es que se me olvido, pero tú actúa normal-trate de defenderme.

-Ok… Que miedo, él es el tío de Karen. Si que tienes problemas-se burló de mí.

-Lo sé-dije apesadumbrada-pero no me importa.

-Así se habla-me sonrío Paulina-tranquila, ya verás que no te hace nada.

-Buenas tardes, señoritas-dijo Beltrán poniéndose frente a nosotras-que bien que vinieron al cumpleaños de Karen.

-Buenas tardes profesor-dijimos las tres.

 

No importa la situación que se presente, Beltrán nunca deja de ser propio ni en su forma de hablar ni de vestir, siempre es muy formal, hoy por ejemplo está usando mocasines café oscuro, pantalones de mezclilla negros, una playera negra y una chaqueta de cuero del mismo color de sus mocasines.

 

-Tengo entendido que sólo la señorita Palacios sabía que yo soy tío de Karen-me miro fijamente-y a juzgar por el rostro de sorpresa, por no decir casi de infarto de usted señorita Delgado, sé que se acaba de enterar justo en este momento.

-Así es-dijo Cynthia con toda propiedad.

-Ya veo.

-Paulina es la única que ya sabía que el tío Arturo y yo somos familia-dijo Karen que se acercaba felizmente a saludarnos.

 

Al ver a Karen acercarse a saludarme, no pude evitar quitarle la vista de encima, traía unos jeans un poco rotos pero acampanados, un cinturón café claro, una blusa blanca y el cabello recogido en media coleta de caballo. Se veía tan hermosa e incluso su aroma me parecía maravilloso. La mire de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, no importa el ángulo en el que la viese, era preciosa, entonces me sentí orgullosa de mí misma y pensé “Me enamoré de la chica más cariñosa, amable y hermosa del mundo entero” y era cierto y me vale si alguien más dice lo contrario, Karen es preciosa y punto.

 

-¿Estás bien, Laura?-me preguntó Karen que se colocaba a lado de Beltrán.

-Sí, estoy bien-dije un poco intranquila pero feliz.

-Qué curioso-dijo Beltrán viéndome fijamente-está sonrojada, Palacios-se notaba furioso y claro, él ya se había dado cuenta de el por qué.

-No estoy sonrojada ni mucho menos nerviosa, profesor-sonreí mientras me tranquilizaba, aunque Beltrán no me creyó del todo.

-Qué bueno que llegaron-dijo Karen quien me miraba divertida, al parecer había percibido algo de lo poco que acaba de suceder-son bienvenidas.

-Gracias-dijimos las tres y dejamos que Karen nos guiara hacia la sala, donde fue que conocí a su familia.

 

Los regalos de Karen fueron colocados en su cuarto, o al menos ahí me dijo su mamá que los pusiera, así que acomode el mío cerca de su cabecera, su cama estaba repleta de regalos y me dio mucho gusto saber que Karen era apreciada por todos los que estábamos ahí reunidos. Deje al peluche de caballo sobre su almohada, con la cajita del collar amarrada al peluche con un pequeño listón. Espere a que Paulina y Cynthia dejaran sus regalos en la cama de Karen y nos fuimos a comer con los demás invitados.

 

Karen y su mamá estaban ocupadas sirviendo a los invitados y muchos al darnos cuenta nos ofrecimos a servir y que mejor ellas disfrutaran, aunque fue imposible, sí conseguimos ayudarles, mas no quitarlas de hacer quehaceres. Una vez que me senté a comer, me toco a la izquierda de mi papá y la derecha de Cynthia, Karen estaba hasta el otro lado de la enorme mesa. Entre todos los de la mesa intercambiamos opiniones y gustos de muchas cosas, casi no tuve oportunidad de hablar a solas en la mesa con Cynthia, pero lo poco que me dijo al oído fue que ya había hablado con Paulina y que después ella me diría lo que paso y que a juzgar por la forma en que las veo, solucionaron muy bien las cosas y he de admitir que estoy inquieta por ver la forma en la que lograron arreglar las cosas.

 

Después de comer, todos los chicos y chicas que estábamos ahí nos salimos del departamento hacia los parques que todos los departamentos compartían, para conocernos mejor o bien, para socializar un rato entre nosotros. Los únicos rostros familiares de los que nos salimos fueron los de Cynthia, Paulina, Karen, Oscar y María, Julián no había venido porque no quería ver a Oscar cerca. De los otros chicos y chicas eran compañeros de la secundaria de Karen, eran al menos dos chicas y un chico, sus nombres eran Alicia, David y Rocío, al parecer ellos habían venido solos, es decir, sin sus padres aunque los tres llegaron juntos. Y había una sola chica de la primaria de Karen y su hermano, Jessica y Josué. Éramos 11 chicos reunidos en el patio, al principio nadie sabía qué hacer o decir, creí que Karen se pondría nerviosa al notar aquello y estaba dispuesta a ayudarle a sacarse algo de la manga para mejorar las cosas, pero me sorprendí al ver que ella ya estaba preparada, primero nos presentó a cada quien y habló de cómo conoció a cada uno de nosotros, al momento de hablar de mí, me gustó todo lo que dijo de mí “una chica valiente, muy amable y por sobre todo cariñosa y amorosa conmigo” después de ello se sonrió y me abrazo, de ahí siguió hablando de los que faltaban, pero sin soltarme, yo estaba en las nubes y estaba tan feliz y contenta que ni escuche qué dijo sobre los demás hasta que ella propuso jugar cartas.

 

No es lo mismo una fiesta de adolescentes que una de niños, de aquellas en las que nuestros padres invitaban a todos nuestros amigos de la escuela y había una enorme piñata, pastel, payasos o botargas, o bien, un enorme juego inflable. Karen cumple 17 años y todos nosotros y ya somos de esa edad o estamos a punto de cumplirlos (en mi caso aún me falta un mes para cumplirlos), entonces lamento decir que ya cosas de fiestas infantiles ya no son mi máxima diversión aunque claro, me parecen divertidas y de vez en cuando me subo con mis sobrinos a sus juegos inflables a jugar aunque después me bajen regañándome pues ya no estoy en edad, me daría gusto decir que tengo primos menores, pero sólo tengo mayores, de por sí me llevo 10 años con mis hermanos, soy la más joven de todos los primos que somos.

 

-¿Qué quieren jugar?-nos pregunto Karen mientras barajeaba, jamás llegue a pensar que ella supiera algún juego, pero ya veo que sí, un dato más que no sabía de ella y que me parece más atrayente de ella todavía.

-¿Alguien conoce el juego de “viuda negra”?-pregunto David, quien sonrió confiadamente.

-Sí-dijeron algunos, el resto solo asentimos.

-Bien, podemos jugar ese y si nos aburrimos podemos cambiar de juego-dijo Karen pasándole a David las cartas.

-Vale.

 

Karen traía 4 juegos de cartas, 2 españolas y 2 inglesas. Quizás por el número de jugadores por si nos faltaban cartas. Hay juegos en los que se pueden jugar con más jugadores de lo normal si se meten más cartas del mismo tipo, además de que hicimos el juego interesante, podíamos elegir entre apostar, o verdad o reto en caso de que alguien perdiera, la apuesta solo nos sirvió cuando el juego se ponía interesante y todos apostamos dinero, no lo primero que encontramos, he visto que hay chicos que en ocasiones así, apuestan lo primero que ven en el suelo, nosotros apostamos dinero. En viuda negra perdí 20 pesos, no gane nada, fue Alicia quien gano casi 120 pesos en viuda negra. Después cambiamos de juego varias veces, todos daban ideas de distintos juegos que conocían, la que más dio ideas fue Paulina, quien estaba sentada en el suelo de piernas cruzadas y Cynthia estaba amorosamente recargada en ella.

 

-Juguemos “burro castigado”-dijo Paulina que se acercaba más a Cynthia.

-¡No!-dijo María-¡En ese siempre pierdo y te manchas conmigo en los castigos!-le grito desesperada a Paulina.

-Bueno, entonces no juegues y ya, solo observa mientras los demás jugamos.

-Ok-dijo María ya más convencida.

 

No es que yo sea una vaga y me la pase jugando cartas, pero sí, he jugado muchas veces cartas y casi cualquier juego entre mis amigos y amigas de años anteriores y como Cynthia y yo no nos hemos separado nunca, ella también los conoce, aunque nosotras dos siempre fuimos la excepción en este tipo de juegos, pues la mayoría fumaba o bebía mientras jugaban y en el peor de los casos… se drogaban, nosotras solo jugábamos y en los juegos donde el castigo era beber, nunca participamos en ellos. Pero burro castigado, es uno de mis juegos favoritos, aunque yo también odio cuando pierdo, porque claro… es burro castigado.

 

Sólo jugamos 4 rondas de burro castigado, ya que la mayoría empezó a quejarse de que muchos que pasaban de listos con el castigo, en sí en burro castigado los castigos dependen de los símbolos en la baraja (en este caso, española) y del número, yo fui castigada una sola vez por Karen, aunque logre salvarme en mi turno de salvación. Karen se veía realmente dolida cuando le toco castigarme cuando salió un 5 de espadas.

 

Después volvimos a cambiar el juego una y otra vez, jugamos póker, carta feliz, conquián, 21, 7 y medio y para finalizar, mi favorito… “pendejómetro”., el objetivo en pendejómetro es nunca perder en cada ronda, de lo contrario se anota una letra de “Pendejo/a” en una hoja donde están escritos los nombres de los jugadores y quien complete la palabra “pendejo” es el perdedor y se le hace un bonito diploma anunciándolo como ganador (aunque realmente es perdedor) del juego. Se juega con la baraja inglesa y hay que sacar a todas las cartas menos a los cuatro reyes, reinas, las sotas y los ases. Todos los participantes se colocan en círculo. Se barajean las cartas y se entregan 4 cartas boca abajo a los jugadores disponibles, el juego solo se pone interesante si hay más de dos jugadores, y aunque solo haya 4 juegos de cartas, si hay más mazos disponibles, se pueden agregar más cartas de la misma denominación. Una persona es quien reparte las cartas y da las órdenes, es decir, la orden de levantar las cartas y ver el juego y para si se pasa una cata a la derecha o a la izquierda, diciendo al lado al que hay que pasar la carta. Lo que hay que hacer es forman un juego de póker, es decir, tener al rey, la reina, la sota y al as, si el juego está incompleto para tener esas cuatro cartas, se pasa la inservible al lado donde diga el de las órdenes, si el juego de las cuatro cartas se consigue, quien lo tenga debe de decir “póker a la mesa” y coloca rápidamente sus cartas al centro de todos, los demás deben de colocar inmediatamente sus cartas sobre el juego tirado inicialmente y quien coloque al último su juego, se le pone una letra de “pendejo” y así se va el juego hasta completar la palabra, pero… está prohibido tener el juego de las 4 cartas desde el inicio, no importa si quien barajeo las entrego así, “póker a la mesa” sólo es válido a partir de las órdenes de la persona.

 

Ese juego duro casi una hora, nadie daba el brazo a torcer para perder, pero fue María quien junto la palabra “pendeja” al final del juego, todos le decoramos su diploma y se lo entregamos, la pobre estaba furiosa, pero se divirtió mucho, Karen y yo nos quedamos en “pend”, Cynthia en “pende”, el resto no sé y Paulina fue la única que no junto ni una sola letra, era increíblemente rápida en el juego.

 

Ya era de noche cuando volvimos al departamento de Karen, ahí le cantamos las mañanitas y comimos pastel. Después todos quisimos ver sus regalos y Karen fue por ellos para abrirlos. Ella logro adivinar de quienes eran todos los regalos y el mío fue al que más rápido adivino, sin embargo lo vio casi hasta el final ya que los iba viendo en orden.

 

La mayoría fue ropa, películas y discos. Mis papás le dieron un disco de música clásica (Karen ama la música clásica), Paulina le dio un reloj muy bonito, Cynthia le dio unos audífonos muy grandes pero bonitos (a Karen le gustaron muchísimo), su mamá le dio un perfume con un aroma exquisito y Beltrán le dio un libro lleno de fotografías de aves, un regalo que en mi opinión era del tipo de regalos que él daría, pero un regalo que sería bien apreciado por Karen, pues ella ama ir a los aviarios, las aves también son sus animales favoritos además del oso.

 

Finalmente tomo mi regalo y al ver al caballo lo abrazo tiernamente y miró divertida que el caballo tenía algo amarrado a su silla de montar, tomo la pequeña cajita y la abrió. Yo estaba muerta de nervios, las piernas me temblaban y trataba de calmarme cerrando fuertemente los puños. Cynthia me toco gentilmente del brazo y me dijo que todo saldría bien, que estuviera tranquila, así que me calme.

 

Karen estaba anonadada, sorprendida, tomo al collar entre sus manos y lo miro atentamente y no dejaba de acariciar al oso tallado en la roca volcánica. Estaba muy sorprendida, pero pronto su rostro cambio a uno completamente feliz, llena de alegría y felicidad se acerco a mí y con ojos casi llorosos me abrazo me dijo…

 

-Este ha sido el mejor regalo que he recibido en la vida-sostenía fuertemente mi mano-gracias.

-De nada-dije cuando vi su rostro tan feliz. Ni en mi vida la había visto así, ame ver su rostro lloroso y lleno de alegría.

-Muchas gracias-me dijo mientras se sentaba a mi lado y me abrazaba del brazo.

 

Mi regalo fue el último que ella abrió, después de ello todos los reunidos ahí nos pusimos a platicar y a los pocos minutos muchos se empezaron a ir, pues ya era tarde y mañana sería lunes, día de escuela. Karen y su mamá iban a despedir a cada uno de ellos. Finalmente cuando Cynthia y Paulina se fueron con sus respectivas familias, yo estaba recargada en el balcón de la sala viendo como mi amiga y su novia se despedían como “amigas” frente a sus padres, se notaba que estaban nerviosas al tenerlos a ellos cerca, así que se despidieron sin los méritos que se merece ser pareja, en ese momento pensé que los problemas para mi amiga apenas comenzaban y que yo estaba muy cerca de recorrer el mismo camino que ellas. Ya sólo estábamos esperando a que mi papá terminara de tomar su refresco para irnos.

 

-¿En qué piensas?-me pregunto Karen que se acercaba más a mí, su rostro era muy feliz.

-En nada-dije sonriendo.

-Ya veo-me tomo de la mano.

-Fue una tarde maravillosa-le dije mientras la sujetaba gentilmente de la mano-gracias por invitarnos.

-Gracias a ustedes por venir-me sonrió tan cariñosamente que un fuerte impulso se apodero de mí y la abrase con ternura y la pegue mucho a mi cuerpo. Al principio se sorprendió, pero después me abrazo también.

-Ya nos vamos-dijo mi papá que se levantaba del sofá, él no nos había visto, pero al escuchar su voz rápidamente nos separamos.

-Ok-dije mientras dejaba de abrazar a Karen-ya nos vamos-le sonreí.

-Espera-me detuvo de la mano-antes de irte… ¿Podrías ponerme el collar que me compraste?-me enseño el collar.

-Claro.

 

Tome el collar entre mis manos y me coloque detrás de Karen, sujete con gentileza su cabello y lo hice a un lado, para después colocarle el collar. Karen respiraba agitadamente y debo de admitir que yo también, pero trate de mantenerme tranquila, pues mis papás estaban cerca. Una vez que le coloque el collar, Karen se volteo hacia mí y me sonrió.

 

-¿Qué tal?-me pregunto.

-Hermoso.

-Me encanto, gracias-me dio un beso en la mejilla.

-De nada-me deje consentir.

 

Muchos podrían decir que aquello fue noche agradable, pero para mí ha sido de las mejores en el mundo. Y con el hermoso rostro de Karen tan feliz y sonriente, me fui tranquila de su casa y en lo que me quedo de tiempo consciente antes de ir a la cama sólo pude pensar en ella y en lo feliz que estaba, sin duda una chica muy hermosa y amable Sé que comparar a las personas no es correcto, pero sólo por esta vez me permitiré hacerlo… René no le llega ni a los talones a Karen en ningún aspecto. Yo me esforzaré mucho más aun para demostrarle a Karen lo mucho que me importa.

 

-Que hermosa es-dije mientras me ponía el pijama. En ese momento recibí un mensaje de texto. Era de Karen.

 

Karen Valencia.

06/02/11  10:35 p.m.

 

                Gracias por mi regalo,

                Me encanto, pero sin duda

                El mejor regalo que pude

                Recibir hoy, fue que estuvieras

                Aquí... conmigo.

                Te quiero mucho :3

                <3

 

-Y atenta y amable también-dije al terminar de leer el mensaje.

 

Aquel mensaje lo releí hasta que caí rendida de sueño. Cuando hace cosas como está, hace que enamoré más de ella.

Notas finales:

Ah!!!!!!! :D ya se acabo este cap u.u pensaba poner lo q va a pasar al día sig del cumpleaños d Karen... pero nooooo XD q mejor sea sorpresa para el prox cap. y lo más seguro es q el siguiente cap este d vdd bn sentimental XD xq ya casi llegamos al nudo d todo el problema!!!! :D Ni crean q ya se va a acabar este fic, le falta mucho n.n


Y  q creen?? el juego dl "pendejómetro" es mi favorito XD y soy una suertuda d lo peor, xq nunca me ha tocado diploma XD a mis amigas de la Uni y a mí nos encanta jugarlo y luego ahí estamos las 8 jugandolo todo el tiempo XD Si tienen tiempo o quieren jugarlo... jueguenlo XD está padre. Además... otro dato curioso... XD el collar que recibe Karen en su cumpleaños, es muy parecdo a uno que yo tengo... sólo que la figura es distinta :3 Aunq no m lo dio qn me gusta... u.u d hecho yo soy la q se la pasa consintiendola XD

Y A.O. este no es el cap. q t voy a dedicar n.n tal vez sea el sig o en dos... es q no sé si deba de poner todo en una sola parte o en dos XD pero t prometo q t va a gustar y q una parte en especial la vas a reconocer d nuestras pláticas x msn n.n q x cierto ni t he visto conectada :(   pero en fin n.n t va a gustar t lo prometo :D

Los dejo mis queridos lectores!!!!! :D Hasta entonces!!!!! Se les quiere!!!!!

Saludos!!!!!! :D

IRIE RYUEN


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