Lo complicado no es el primer paso, sino los que le siguen.
IRIE RYUEN
Sábado 12 de febrero del 2011.
Normalmente no suelo despertarme tan tranquila, lo primero que hice fue respirar profundamente y abrir mis ojos poco a poco, estaba en una habitación que al principio no reconocí, así que me estire a lo que reconocí como una mesita de noche para tomar mis lentes, cuando sentí que alguien me abrazaba, claro que me sorprendí, pero sólo un poco ya que recordé lo que había pasado anoche y vi que quien me abrazaba era Karen, vaya que me sonroje y me puse roja de la pena, no podía haber momento más feliz y vergonzoso en mi vida hasta ahora. Con mucho cuidado me estire para alcanzar mis lentes y ponérmelos, pero cada vez que me trataba de estirar, Karen me abrazaba un poco más fuerte, yo sabía que ella estaba dormida, pero igual no dejaba de abrazarme, así que de un impulso tome mis lentes y me voltee a verla lentamente, quedando completamente de frente a ella.
Karen estaba profundamente dormida, con sus brazos alrededor de mí, sosteniéndome gentilmente, tenía un mechón de cabello en su rostro, medio un poco de risa y ternura, suavemente le aparte el cabello de la cara procurando no despertarla, pero no lo logre, poco a poco fue abriendo los ojos, yo no sabía qué hacer, si echarme a correr de la pena o hacerme la dormida y me tarde bastante pensando en qué iba a hacer que Karen ya estaba despierta y si mi cara era de pena, la suya estaba peor, completamente roja y apenada, trato de soltarme pero yo no la deje, la abrace y deje que se calmara mientras dejaba que se recargara en mi hombro.
-Buenos días-le dije mientras acariciaba su cabello.
-Por favor… Dime que esto no es un sueño-me dijo sujetándose fuerte de mi espalda.
-No lo es.
-¿Entonces sí paso todo lo de anoche?
-Conversamos-sonreí-nos declaramos y nos besamos, después platicamos un poco más, nos volvimos a besar y nos quedamos dormidas-traté de sonar lo más tranquila posible, pero mi traicionera voz estaba entrecortada de la emoción y Karen se dio cuenta.
-¿Yo te gusto?
-Vaya, creo que entonces no quedo tan claro lo de anoche-acaricie su mejilla-Por supuesto que me gustas muchísimo.
-…-su carita estaba toda apenada y yo esperaba que rompiera en llanto de felicidad, pero en lugar de ello se me fue encima y me abrazo del cuello-Me gustas muchooooooo-me besaba en la mejilla.
-Espera que… me lastimas…-dije mientras trataba de respirar un poco, me saco el aire cuando se me fue encima.
-Perdona-dijo sentándose rápidamente en la cama-no quise lastimarte.
-Tranquila… está bien-dije mientras me sentaba a su lado-ya me siento mejor.
Karen no dejaba de verme y acariciar mi mano, mientras yo me dejaba consentir, poco a poco sentí que su mano acariciaba mi brazo pronto sus dos manos mi hombro y lentamente subían hasta mi cuello y rostro, yo tenía los ojos cerrados y respiraba agitadamente aunque trate de estar en máxima tranquilidad. Abrí los ojos justo cuando ella acariciaba mis mejillas y poco a poco me acerque a ella y la bese, la bese aun mejor que anoche (a mí parecer).
No es de extrañarse que yo me pusiera un tanto impresionada y tensa al sentir nuestros labios tocarse, el sólo saber que me estaba besando con una mujer… mujer… wow, hace que me dé vueltas la cabeza, jamás se me habría ocurrido que algo así me pasaría y ahora que es así, sólo lo disfruto, ¿qué sentí? Vaya, me dirán cursi, pero son como mariposas en el estomago, de esas de las que revuelven el estomago y lo dejan a uno un poco mareado pero emocionado. La sujete gentilmente de los brazos mientras sentía como ella también se ponía tensa pero al sentir mi toque se calmaba y se dejaba caer en mis brazos mientras yo me le iba encima. Finalmente la tenía boca debajo de mí y mi cabello caía a nuestros lados, ella tomo un mechón entre sus dedos y empezó a jugar con él, a mí me daba risa su comportamiento, un poco infantil a mi parecer, pero igual no me importo mucho, finalmente en lo que yo estaba enredada en mis pensamientos, Karen se incorporó un poco me beso y yo con mi cara toda ida.
-Ya vamos a levantarnos-me dijo mientras me sonreía y yo me paraba.
-¿Dónde deje mis chanclas? ¿Las viste?
-Están debajo de la cama-me dijo agachándose y alcanzándolas por mí-toma.
-Gracias-le sonreí amablemente.
Karen y yo nos quedamos viendo la una a la otra por escasos segundos, hubieran sido más de no ser porqué la puerta de su cuarto se abrió repentinamente y ambas rápido miramos hacia otro lado, era la mamá de Karen quien entraba para ver si estábamos despiertas.
-Qué bueno que ya se levantaron-nos dijo mientras se acercaba la señora y nos sonreía amablemente-Pensé que tras haber llegado tan tarde y con Karen sintiéndose mal estarían aún dormidas.
Karen noto inmediatamente mi cara de susto e impresión y rápidamente le hizo la plática a su mamá para que ella y yo nos calmáramos.
-¿Cómo está el abuelo?-preguntó Karen mientras se arreglaba el cabello.
-Ya se encuentra mucho mejor, aunque no entiendo por qué tus tíos no quisieron llevarlo antes al médico, tu abuelo se sintió mal por una semana y hasta hace dos días me llamaron porque no sabían qué hacer-la señora suspiro de cansancio-chicas, jamás descuiden a un miembro de su familia quieren-nos miro a forma de sabio que da un consejo.
-De acuerdo-dijo Karen, yo sólo asentí.
-Les iré a hacer el desayuno-la señora se disponía a salir del cuarto cuando volteo a vernos una vez más y vio nuestras caras de sorpresa y susto-¿Están bien? Parece como si acabarán de ver algo muy malo.
-Sí, estamos bien, mamá-dijo Karen tapándose la boca en señal de preocupación-es sólo que estamos cansadas.
-Ok, les creeré, vístanse y lávense las manos-cerró la puerta tras de sí.
Nosotras nos quedamos sentadas en la cama de Karen algunos minutos, esperando a que nos calmáramos un poco, ni idea de quién era la más asustada si Karen o yo. Jamás me había puesto a pensar en las implicaciones que tendría que tener al salir con Karen, sólo me había puesto a pensar en los aspectos positivos, pero jamás (o al menos no mucho) me detuve a pensar en todos los aspectos negativos por los que tendría que pasar y el más importante es el de nuestras familias, carajo… uno comete estupideces sin pensar en las consecuencias, aclaro que no es que este diciendo que besarme con Karen sea una estupidez, es sólo que hacer las cosas con el simple impulso de hacerlas, eso para mí ya implica una estupidez.
-Demonios-dije agachándome y colocando mi cabeza entre mis manos sobre mis piernas. Karen se acerco a mí y me acaricio el rostro-no me digas que me tranquilice-le dije aun cubriéndome el rostro.
-No pensaba hacerlo-me dijo con voz preocupada-esto… esto va a ser muy difícil.
-Ah, sin duda-di un largo suspiro.
-Creí que te ibas a arrepentir de estar conmigo.
-¿Qué? ¿Estás loca?-le pregunte impresionada y mirándola a los ojos-¡Claro que no!-respondí rápidamente-¿Qué te hizo pensar eso?
-Es que… te vi muy asustada y parecías arrepentida de estar aquí… conmigo.
-Bueno… es cierto que estoy muy asustada, tanto que no creo que te des una idea, pero no me arrepiento, es sólo que jamás había hecho tan monumentalmente importante en mi vida que me hiciera temblar y a la vez ponerme muy feliz.
Mis palabras parecieron calmar a Karen quien se recargo en mis piernas mientras yo tocaba su cabeza.
-Yo tampoco había hecho algo así-cerro los ojos.
-¿Lista para bajar?-le pregunte tratando de levantarme.
-Creo, ¿y tú?
-Te digo la verdad, quiero saltar por la ventana y correr de tu casa, que siento que de aquí no la libro-la mire de manera graciosa, pero su rostro incomodo me hizo arrepentirme-ok, perdón, mala broma, lo siento-le sonreí-aunque sí es cierto que me dan ganas de salir corriendo-ella se levanto, me beso la frente y se fue a vestir.
Creo que ahora me voy dando cuenta del miedo que es tener a los suegros en frente… esperen… ¿Suegros? ¿WTF? ¡Acabo de caer en la cuenta de este tema! Tan sólo pensar en la palabra “suegros” hace que me den ñañaras.
-Uy-dije un poco asustada.
-¿Qué tienes?-me pregunto Karen mientras se cambiaba y yo miraba para otro lado. No siento que tenga el derecho de ver cómo se cambia, díganme lo que quieran, pero a eso yo le llamo educación.
-Pensé en algo que me dio cosa.
-¿Y qué era?
-En tus padres-pude sentir su mirada fulminante tras de mí, ok, puede ser que yo sea quien el gusta, pero hablar mal de sus padres… eso si que merece una reprimenda, aunque no me mal interpreten, no iba con malas intenciones-Me refiero a que pensé en la palabra suegros… Eso me dio hasta escalofríos justo ahorita-me sobrecogí.
-Ya veo-escuche como se reía-que divertido.
-¡No es nada divertido!-me defendí-¡Me dio cosa!
-Suegros-me dijo pausadamente, me dio cosa.
-Ya no sigas.
-Suegros-se acerco a mí.
-No, por favor-me acoste en su cama buscando con qué ocultarme.
-Suegros-me lo dijo a la oreja.
-Ya basta-ya estaba tan desesperada que me puse su almohada en la cabeza.
-Perdona, no pude evitarlo-me dijo mientras volvía a vestirse.
-Eres malvada-dije mientras me trataba de calmar.
-Ya, te toca cambiarte-me dijo mientras ponía su mano sobre mi hombro.
-Vale-tome mis cosas y me fui a cambiar.
Karen no tiene baño propio en su cuarto, así que me cambie en su cuarto viendo hacia la pared, no sé qué le vio Cynthia de divertido esta forma de cambiarme en presencia de alguien cuando apenas comenzábamos nuestra amistad, sin embargo pues así fui educada, una de las tantas manías que me enseñaron mis papás.
-¿Tanta pena te da que te vea cambiarte?-me pregunto Karen a mis espaldas.
-No es eso-dije poniéndome los pantalones-es sólo que así me educaron, es mi costumbre, puedes preguntarle a Cynthia si quieres, en presencia de alguien jamás veo cómo se cambia de ropa ni permito que me vea cambiarme.
-¿Por qué?-Karen parecía intrigada por mis palabras.
-Porque no tengo el permiso de la persona para verla mientras se cambia y esa persona tampoco tiene mi permiso, digamos que obedezco al dogma de que “no haré lo que no me gustaría que me hicieran”.
-Vaya-dijo Karen mientras yo me volteaba a verla, ya traía puesto todo.
-¿Qué?
-Qué eres muy educada y propia.
-¿Te lo parezco?
-Sí, hasta tu forma de hablar y de hacer preguntas, siempre muy correcta-me sostuvo de las manos-me gusta eso también de ti.
-Gracias-dije viéndola a los ojos.
De repente me entraron unas ganas desesperadas por besarla, pero me contuve, con su madre cerca no me atrevería a ponerle un dedo encima a Karen, o al menos no por ahora. De hecho ya estaba a nada de besarla y hasta Karen tenía los ojos cerrados, pero me quede a medio camino del beso, me detuve y me separe con cuidado.
-Creo que deberíamos de ir a desayunar-le dije mientras me separaba de ella.
-Vale-no me miro muy contenta que digamos pero tampoco desaprobó mi actitud anterior.
Pensé múltiples veces en tomarla de la mano y bajar al menos así, pero si tan sólo su madre se diera cuenta ¿Qué explicaciones tendría que darle? ¿Nos preguntaría algo? ¿O simplemente no se daría cuenta? Así que para ahorrarme el resolver todas estas preguntas mejor no tome a Karen de la mano y fuimos al comedor.
Ya al llegar al comedor ayudamos a la mamá de Karen a poner la mesa y todo lo que hiciera falta, dentro de pocos minutos ya estábamos sentadas desayunando. Karen y su mamá hablaban cómodamente mientras yo me moría de nervios aunque trataba de disimularlo, supongo que por eso Karen hablo más con su mamá que lo que normalmente hablan, se dio cuenta de mi nerviosismo cuando sin querer la toque mientras movía mi pie de un lado a otro, aunque más que tocarla, casi la golpeo.
Sé que el desayuno estaba delicioso, pero más allá no sabría decir, casi colapso de nervios en la mesa, hasta me tome de golpe el jugo de naranja, a lo que la mamá de Karen volteo a verme y me sonrió creyendo que me había gusto mucho el jugo, a lo que asentí dando mi aprobación, pero una vez que volteo de nuevo con Karen me limpie el rostro ya que al tomarme de golpe el jugo me ensucie.
Ya una vez que acabamos de desayunar Karen y yo nos ofrecimos a limpiar la mesa y lavar los trastes, la señora nos agradeció y se subió a su cuarto a dormir un poco.
-Yo limpiaré, eres mi invitada, siéntate en la barra y platiquemos-me dijo Karen mientras me quitaba los platos de mis manos y me tomaba de la mano guiándome hasta la barra de la cocina y sentándome en la silla-toma un poco de agua-me dio un vaso con agua una vez que me senté-te ves pálida-se burlo.
-¿Qué acaso tú no estabas nerviosa?-pregunte un poco enojada.
-Sí, estaba muy nerviosa, pero si yo me ponía nerviosa seguro tú te ibas a poner peor así que me concentre y traté de estar lo más normal posible, aunque si te das cuenta-se volteo a verme-aun me tiemblan un poco las manos-me sonrió apenada.
-Ya veo-la miré mejor.
Karen me dirigió una sonrisa coqueta y después se volteo a lavar los trastes, yo insistí en ayudarle una vez más pero volví a ser rechazada prestando mi ayuda así que ya no volví a intentarlo. Al terminar de lavar los trastes, secarlos y guardarlos, limpiamos la mesa y regresamos al cuarto de Karen.
Yo tengo que regresar a casa por lo menos antes de las 6pm, Cynthia va a pasar la noche conmigo y me insistió en que sólo fuéramos las dos esta noche, sin invitar a Karen o Paulina, accedí a su petición aunque algo inconforme, ya que planeaba invitar a dormir a mi casa a Karen.
-¿Te recogerá tu papá?-me pregunta Karen que está ayudándome a guardar mis cosas, aun faltan unas horas para que me recojan.
-No, mi mamá es la que viene por mí, papá está trabajando.
-Vale.
Fueron momentos muy incómodos los minutos que siguieron, ya que la pasamos en silencio, yo porque temía despertar a la señora que dormía en el cuarto de a lado y Karen porque se veía un tanto callada, aunque parecía que quería decirme algo, sólo que cada vez que iba a hablar, callaba, se mordía el labio y fingía que no había pasado nada.
-¿Qué tienes?-le pregunte una vez que me senté en la cama.
-Debemos de hablar sobre lo que vamos a hacer ahora-me dijo seriamente.
-Entiendo-la tome de la mano indicándole que se sentará a lado mío, no solté su mano.
-¿Qué haremos? Supongo que Cynthia y Paulina ya deben de estar enteradas o al menos se los diremos más al rato, pero… con el resto de las personas no sé qué hacer.
No es que realmente me importe la opinión de los demás, sin embargo es cierto que para poder estar juntas, mínimo debemos de dejar en claro que lo que sentimos la una por la otra es sincero y que de verdad nos queremos, por mi parte no hay ningún problema si se lo decimos a nuestros amigos y amigas, sin embargo con la familia… me temo que ese tema es todavía más delicado. Hablando de amistades estoy segura de que todos o al menos la mayoría les vendría valiendo con quien salimos, pero con la familia es distinto, la familia siempre espera de uno muchas cosas, principalmente que nos graduemos de la Universidad, tengamos un trabajo decente, una casa o departamento propio y medio de transporte seguro, lo que claro, también incluye que estemos rodeados de grandes amigos y amigas y que por sobre todo encontremos el amor con alguien y de preferencia (sino es que es por obligación en el caso de muchas familias) en personas del sexo opuesto, por nuestra parte, nosotras vamos por buen camino salvo en el tema del amor y estoy segura que tanto para la familia de Karen como para la mía sería algo de verdad impactante y hasta de terror el que estemos saliendo con alguien del mismo sexo.
-Estoy segura que nuestros amigos nos apoyarán, además podremos ver así quienes realmente son nuestros amigos, quienes no, bueno… pues fue un gusto conocerlos y quienes nos acepten, que buena onda-sonreí dándole confianza, ella me sonrió de la misma manera-podemos decirles que andamos sin problemas y como nosotras no somos tan famosas como Cynthia y Paulina en la prepa, no tendremos ningún problema-la sujete más fuerte de la mano.
-Siempre consigues hacerme sentir mejor-me dijo recargándose en mí, mientras yo la abrazaba y con cuidado nos recostaba a ambas en la cama-te quiero-me beso el cuello, eso me chiveo, pero no es momento para ponernos de cursis.
-Yo también te quiero-bese su frente y sostuve gentilmente sus manos entre las mías.
-¿Y con la familia?-su tono pareció aun más preocupado.
-Respecto a ese tema la verdad es que no lo sé.
También deseo aclarar que cuando estuve pensando en andar con Karen, si alguna vez se me paso por la cabeza sincerarme con mi familia, jamás pensé que sería tan pronto una vez que saliera con Karen, pero si hay algo que realmente odio es esconderme, mi orgullo nunca me ha permitido hacer cosas a escondidas y más si ahora tengo a Karen a mi lado, es por eso que accedo a ver de una vez el tema de las familias. Ahora que lo pienso… esto me suena a Romeo y Julieta, no del todo a la obra pero si al menos en el aspecto de conflicto seguro que surgirá entre nuestras familias, vaya que me gusta meterme en problemas, pero al mirar a Karen me doy cuenta de que realmente el riesgo vale la pena.
-¿Alguna idea?-le pregunto abrazándola tiernamente.
-Pues… estaba pensando que podríamos decirle primero a mi familia.
Inmediatamente me levante de sorpresa, con los ojos bien abiertos y mi cara de “¿Estás hablando en serio?”. Karen se extraño de mi actitud, aunque sólo se incorporó y me tomo de la mano, como vio que yo no respondía, ella volvió a hablar.
-¿Recuerdas que te había dicho que mis padres al estar divorciados y todo eso, yo siempre he sido su tema que no deja de causarles conflictos?
Asentí.
-Bueno, estoy segura que por lo menos uno de los dos va a estar en contra de nuestra relación y basta con decirle al otro que no fui apoyada y así conseguiré un apoyo de alguno de los dos.
-¿Segura?-la mire incrédulamente, más que nada enojada e inconforme.
-No te enojes-me miro muy enojada-era solo una idea-se volteo enojada.
Hay ciertos momentos en los que aun sigo descubriendo cosas nuevas de Karen pero ahora he notado que a mi lado ella realmente me demuestra cómo se siente y al ver su rostro enojado entiendo perfectamente que mi reacción no le agrado, pero es cierto que pienso que eso que piensa no es correcto a mi parecer.
-Mira-la gire delicadamente, pero ella volvió a voltearse-no es que me parezca una mala idea, es sólo que no creo que debas de usar tu situación familiar de esta forma-ella se volteo confusa.
-¿A qué te refieres?
-Es cierto que por lo menos uno de tus papás nos va a apoyar, pero seguramente será contra su voluntad solo por llevarle la contra al otro, yo no quiero que aprueben nuestra relación si debe de ser de esa forma, a regañadientes.
-Entiendo-me tomo de las manos-pero no quiero que tengamos que hacer todo a escondidas, sé que es muy pronto para estar hablando de estos temas si tan sólo hace pocas horas que empezamos a andar, pero quiero estar contigo como cualquier pareja, con el permiso de mis padres y de los tuyos, aunque me asusta mucho tener que decirles, pero me asusta más que no pueda estar contigo-se acurruco en mi pecho.
-Tranquila-le dije abrazándola y besando sus mejillas-ya verás que lo lograremos-le sonreí y luego la bese.
-Pero realmente quiero intentar decirle primero a mis padres, de preferencia a mi papá primero, siento que él podría de verdad apoyarnos, sé que no lo conoces, pero le he hablado mucho de ti y confía en que res una gran amiga y muy especial para mí, con él hablo de cosas con las que mi mamá no podría, mi papá es de mente un poco más abierta que mi mamá, aunque eso no significa que nos vaya a apoyar.
-¿Cuándo sería?-pregunte nerviosa.
-No por lo menos en algunas semanas-se acurro aun más en mí, como si quisiera calmarme- Aliviada y tranquila di un largo suspiro-¿Qué sucede?-me miro divertida.
-Creí que querías sincerarte cuanto antes-dije dando otro suspiro-ya me estaba empezando a asustar.
-¿Por qué? Sólo es sincerarnos con nuestros padres.
-Puede que lo digas fácil, pero créeme que por mi parte no la vamos a tener tan fácil, mis padres no son tan de mente abierta y es más que seguro que se enojen muchísimo conmigo-vi su cara de preocupación-tranquila, a ti no dejaré que te toquen-la acerque aun más a mí-me ha costado mucho estar contigo, darme cuenta de lo mucho que me gustas y me importas y no permitiré que alguien se atreva si quiera a tocarte, aun si se trata de mi familia.
-Yo tampoco dejaré que alguien te dañe, te quiero.
Al escuchar aquellas palabras, por supuesto que dejo escapar mi sonrisa estúpida de mega felicidad, por supuesto que muchas personas me han dicho “te quiero” en mi vida, pero ninguna que me hiciera tan feliz y que hiciera ponerme de cursi a los pocos segundos como Karen, ni René no hubiera logrado.
-Logras sacarme lo cursi en segundos-le digo besándola de nuevo.
-Vaya, que halago-se empieza a reír, me gusta mucho su risa, es muy atractiva a mi parecer.
-Entonces hablaremos primero con tu papá-dije cambiando un poco el tema-me va a dar mucho miedo-dije cerrando los ojos con fuerza y tratando de controlarme.
-Sí, pero estoy segura que solo se sacará de onda al menos por unos días, pero después se le pasará e igual y nos ayuda a convencer a mi mamá de lo nuestro… e igual… a convencer a los tuyos-su voz se volvió pesada e intranquila.
-Los míos van a ser todo un reto-trate de reír aunque sin muchos ánimos-¿en cuántas semanas?
-¿Tanto así quieres tener ya todo planeado?
-Sólo quiero saber para poder hacer mi testamento a tiempo-bromee, pero una vez más Karen no pareció nada contenta con mi broma-perdón-sonreí-pero estarás de acuerdo conmigo que a ningún padre le hace mucha gracia conocer a su yerno o nuera en nuestro caso llevándose a su hija… a su princesita, y créeme que eso a mí me saca bastante de onda.
-Ya te entiendo-se empezó a reír-hubieras empezado explicando eso.
-Ok, la próxima planeo mejor mis bromas.
Karen y yo nos abrazamos fuertemente y empezamos a quedarnos dormidas, anoche no dormimos mucho que digamos, sin embargo en ningún momento me atreví a soltarla y nos besábamos cada cierto tiempo, a veces besos pequeños y en otras veces algo más duraderos, aunque claro que íbamos poco a poco en nuestra relación, todo esto es demasiado nuevo para mí, tanto que no sé bien ni qué papel debo de tomar en esta relación, sé que soy la novia y Karen también, pero estaremos todos de acuerdo que esos papeles no ayudan mucho, yo sólo quiero saber qué hacer para no arruinar las cosas con Karen, con mi novia.
-Cielos, que nuevo y extraño suena eso en mi mente-dije en voz baja.
-¿Qué sucede?-me pregunto Karen aun abrazada a mí.
-Uhm, estaba pensando en que tú y yo somos…-no puedo creer aun lo que voy a decir-novias y me paso lo mismo que hace rato cuando pensé en la palabra suegros, me panique.
-Yo tampoco puedo hacerme a la idea de que tengo novia… Vaya, tienes razón, suena tan curioso, aun así no me molesta-se voltea a verme pero sigue abrazándome, se pone encima de mí y me acomoda el cabello detrás de las orejas-¿y a ti eso te molesta?-parece dominante sobre mí, eso me deja sorprendida. Karen se acerca peligrosamente a mí, lista para besarme tras escuchar mi respuesta.
-No-digo en voz muy baja pero tan “sensual” (como diría Cynthia) como puedo, tanto que Karen me sonríe y se acerca más a mí, me acaricia suavemente las mejillas mientras yo me dejo consentir.
Y como siempre, vuelvo a descubrir cosas nuevas sobre Karen, en estos momentos me doy cuenta de que le gusta ser coqueta y atrevida, y aunque esto me toma por sorpresa debo de admitir que me gusta y de cierta forma me tranquiliza, pensé que ella sería más tímida y todo eso, pero no tanto, de hecho ella es quien está encima de mí y eso me hace sentir entre cómoda e intranquila, pero bueno, el punto volver aprender a amar y si es con Karen. Sé que no pierdo el tiempo intentándolo de nuevo.
-Supongo que esto es salir del closet con estilo-le digo al oído mientras ella me besa el cuello.
-Yo no lo diría así-me dice Karen colocando sus manos en mi cuello acariciándolo-yo lo llamaría más como “caerse de boca del closet”-se empezó a reír con fuerza, al principio no entendí al chiste hasta unos pocos segundos después, que me reí bastante.
-Tienes razón-le dije besándola-eso de caerse de boca del closet no es bonito, saca de onda-me empecé a reír.
-Learn to love again-me dijo al oído y acto seguido volvimos a besarnos, temiendo que su madre entrará por la puerta, al menos Karen tuvo la prudencia de poner el seguro, pero eso no quita que la señora se preocupe si se da cuenta que el cuarto de su hija tiene seguro.
Antes de seguir besándonos, pienso si estará bien decirle de cierta forma, no es que yo sea de las chicas que le llamen a sus parejas “amor, corazón, cielo” o cualquiera de esos nombres, de hecho me da cosa cuando pienso en decirle alguna vez así a alguien, por razones que ahora no vienen al caso y que explicaré más adelante. Pero realmente quiero dejarle en claro a Karen una cosa, así que respiro hondo y fuerte, Karen nota que me pongo seria y se me queda viendo curiosa, aun sigue encima de mí mientras ambas estamos acostadas en su cama. Vuelvo a tomar aire y me inclino hacia ella acariciando su mejilla.
-Mi chica-le digo mientras la beso-mi novia-la vuelvo a besar. Karen no se aguanta más y se me va encima besándome.
Sé que esto es el comienzo de algo bueno y muy hermoso, el punto es que no sé hasta dónde podré seguir adelante con Karen, lo único que sí sé es que no quiero alejarme de ella en mucho tiempo y decirle lo mucho que me gusta. El pensar que aún me quedan muchas cosas por descubrir en ella me hace ponerme feliz y optimista por el futuro, pero claro, ¿Por qué no? A la vida siempre le ha gustado verme en apuros, supongo que le hace gracia ver a los humanos sufrir por culpa del corazón y no hacerle caso al cerebro. Por muchos años había hecho alarde de ser más que nada cerebral y no dejar casi que mi corazón me gobierne, sin embargo esta vez soy completamente de Karen y sé que ella piensa lo mismo de mí.
-Me gustas-me dice antes de volver a besarme y recostarse encima de mí.
Por fortuna su madre… mi suegra… sigue dormida.