Las cicatrices más difíciles de curar son las que no se pueden ver.
IRIE RYUEN
Viernes 1 de Octubre del 2010.
Para colmo llegue tarde a mi primera clase, todo por estar haciendo corajes casi toda la noche por lo que sucedió con René, ya ni quiero acordarme, sólo hace que me enoje más, y sólo por eso me quede dormida y no llegue a mi clase, al menos llevo una falta, ahora sólo debo de preocuparme por no llegar tarde el resto del año.
Al llegar al salón de la siguiente clase note que Paulina me estaba guardando un lugar a su lado, rápido me senté, le di las gracias y le conté que llegue tarde por quedarme dormida, nos empezamos a reír y como aún no llegaba el profe, les conté esa misma aventura a los demás, todos se morían de la risa, jamás se imaginaron que yo me quedara dormida, me sentía ridícula confesándolo, pero era divertido, además no tenía nada de malo, supongo que por lo menos alguien se ha quedado dormido en su vida más de la cuenta.
Pero paso algo muy raro… cuando salude a María, a Oscar y a Julián, entre los tres no se hablaban y por primera vez en todo el día no nos llegaron a llamar la atención los profes por su culpa y ni en un solo momento se sentaron juntos los tres, nos dejaron a Paulina, a Karen y a mí a sus lados, fue tan incomodo, se sentía un frío gélido en el aire, con la seriedad de Oscar, más la cara de enojo de Julián y la cara vale ma&#¿¡ de María, era muy incomodo estar alado de ellos.
Cuando le pregunte a Paulina si sabía algo… me dijo que no, pero no pareció importarle mucho, en cambio Karen… aunque tampoco sabía las razones de ese extraño comportamiento, estaba muy preocupada y cada vez que los veía otro poco y pelearse ella hacia todo lo posible por cambiar el tema y sólo conseguía empeorarlo, yo me sentí bastante mal por ella, pues Karen solo quería ayudar y esos tres en su ambiente tan pesado la ponían a ella en apuros, así que todo el tiempo trate de tener a Karen a mi lado, Paulina también se dio cuenta así que también me ayudo a evitar a que se acercaran esos tres.
Al finalizar las clases, me encargue de llevar a Karen hasta su clase de contemporáneo y después me fui a la mía, donde me encontré con Alma y Cynthia platicando, Alma aún sigue siendo algo penosa, pero sorprendentemente Cynthia le ha logrado sacar largas pláticas y me ha estado echando una mano para ayudar a Alma con esa pena suya.
Alma se siente cómoda con Cynthia, aunque prefiere más mi compañía y no se me quita de encima, parece pegoste, es tierna pero me sigue pareciendo rara.
Al llegar con ellas, les platique mi raro día y lo que estaba pasando con mis amigos, ella se sorprendieron, pues sabían muy bien de mí que Julián, María y Oscar eran inseparables y de pronto, de un día para otro se pelearon y nadie sabe nada y por más que les preguntamos, jamás dieron alguna explicación.
Cynthia me sugirió que dejara de pensar en eso y dejar de darle vueltas al asunto, y que todo se aclararía cuando ellos dieran explicaciones, así que mientras tanto debía de ser paciente. Alma no dijo nada, pero sí se mostro preocupada y con intenciones de ayudarme, pero razono con lo que Cynthia dijo y mejor dejo esa idea de lado.
Mientras tanto Beltrán estaba parado justo a lado nuestro, con su típica cara de enojado tras cachar a alguien hablando en su clase, de inmediato nos callamos y con una sonrisa complacida Beltrán se alejo, aquel señor podía ser realmente intimidante, al menos tras ver la buena actuación de Alma me dio las gracias más sinceras que he visto en mi vida.
En la clase solo hicimos ciertos ensayos de obras anteriores y eso fue todo, así que nso fuimos Alma y yo, mientras que Cynthia se fue a sus clases, no sin antes despedirse de mí como un amantes despidiéndose antes de que uno parta a la guerra, así de exagerada llega a ser mi mejor amiga, en fin, Alma estaba roja de celos, ya me estoy convenciendo de que esa chica piensa más en mí como una posible pareja que como amiga y de grado escolar superior., sin embargo no sabe que yo estoy enamorada de alguien más… aunque aquel sea un idiota total y el hermano mayor de mi mejor amiga.
Finalmente Alma nos dejo a mí y a Karen solas, pues su camino a casa era distinto, ahí en el camión fue cuando por fin Karen y yo pudimos hablar tranquilas.
-No sé qué rayos les pasa a esos tres, y me estoy volviendo loca de la confusión-decía Karen una y otra vez-¿tú qué `piensas que paso, Laura?
-Ni idea, me gustaría saber todo eso al igual que tú.
-No sé qué hacer, rayos.
-Mira, Karen, mejor ya no pienses en eso, mejor concéntrate en otras cosas.
-Cierto, tienes razón.
-Y cambiando de tema… te prometo que ya después veremos qué días podre ayudarte a mejorar en educación física-le dije poniendo mi mano en su hombro-te lo prometí y lo cumpliré.
-Gracias, me sería de mucha ayuda enserio-me sonrió-pero a donde vayamos a practicar, por fa, no lleves a Alma contigo, hace rato casi me mata con una mirada fulminante cuando te fuiste conmigo hacia el camión.
-Uy, lo siento mucho-me apene mucho y pedi cientos de disculpas-es que a ella no le gusta verme más apegada a alguien más.
-¿Apegada?
-Sí, es que paso más tiempo con ustedes que con ella…
-O ya veo… bueno… no es que me caiga mal… pero no me gusta cómo me mira.
-Tranquila-le dije-ya veré la forma de tranquilizarla, no sé qué piensa que soy de ella sinceramente.
-Ni yo, perdona si te meto en problemas con ella por estarte diciendo esto.
-Tranquila, está bien, además ella sabe que todos los días me regreso contigo.
-Bueno… si así lo pones…-me sonrió.
Miércoles 6 de Octubre del 2010.
Mi hermano Iván ha estado viniendo constantemente a casa, quiere sorprender a su esposa demostrándole que sabe cocinar… el problema radica en que Iván no tiene ni idea de lo que es usar el horno, pero ni modo, se metió en líos y ahora viene a pedir consejo a mis papás y sorprender a mi cuñada.
Mis papás gustosos lo ayudan, pero mi hermano es muy barco en eso de aprender a cocinar, así que para hacer incluso un plato sencillo, mi hermano se tarda horas, y es muy divertido verlo desesperase en la cocina, tanto que hasta mi hermana Cecilia y yo lo vemos intentando cocinar y nos votamos de la risa cada vez que se queja.
Además de que está preocupado por mí, curiosamente Iván sabe muy bien cuando estoy triste o me paso algo con René, así que se dio cuenta de que algo andaba mal conmigo y no me quedo de otra más que contarle sobre la plática del msn que tuvimos René y yo.
-Ya deberías de bloquear a ese tipo, no sabe hacer nada más que molestarte y traerte problemas, no sé cómo puede gustarte-dice mi hermano lavando los trastes que uso para hacer su fatídico platillo.
-Ya le he dicho lo mismo, hermano-dijo Cecilia sentada en la barra a mi lado-pero esta niña no hace caso.
-Mira, sé que te gusta mucho y por eso mismo no lo vas a bloquear, pero deberías de saber algo, hermanita-Iván se volteo a verme mientras limpiaba un vaso-el amor jamás destruye, el amor crea, deberías de ponerte a pensar en eso.
-Pues por lo visto el amor creo en ti un afán por la cocina que jamás vas a dominar Iván-mi hermana empezó a burlarse de mi hermano, quien casi se vuelve loco de coraje, pues sabía que Cecilia tenía razón.
Mientras mis dos hermanos mayores se peleaban yo me puse a pensar en las palabras de Iván y había mucha razón en ellas, sólo que no lograba entenderlas y aplicarlas muy bien para mí ¿Por qué será que cuando uno se enamora se vuelve cabeza hueca? Sinceramente no lo entiendo.
-Pero no importa lo que pase-dijo Iván acariciándome la cabeza-nosotros siempre te cuidaremos-me sonrió.
-Donde nos enteremos que ese tipo vuelve a jugar con tu corazón, lo vamos a colgar de un puente-dijo mi hermana sonriendo de oreja a oreja.
-Los quiero, chicos-los abrase.
Con mis hermanos siendo 10 años más grandes que yo, Iván casado y viviendo fuera de casa y Cecilia en su maestría pues casi no los veo, pero me alegra mucho que al igual que mis papás, ellos están muy al pendiente de mí. Los quiero mucho en verdad.
-Laura, cielo, te llama Alma, tu compañera de teatro-dice mi mamá desde la sala-coge el teléfono por favor.
-Sí, má, ya voy-dije sonriendo.
-Cielos, aparte de Fabian y René, ahora Laurita ya se consiguió a otra fan, e igual de rara y enferma mental que los otros dos por ella-dijo Cecilia
-La persiguen los locos-mis hermanos se votaron de la risa.
Viernes 8 de Octubre del 2010.
Por fin ya estábamos en una de mis clases favoritas, la clase de ética, con nuestra amable maestra Miriam, que señora tan amable aunque bastante rara, sigue siendo muy fácil de manejar y muy buena persona, ama mucho a sus alumnos, aunque yo opino que debería de defenderse más a sí misma, pero bueno, ella es la adulto y debería de tener el control sobre su vida.
-Así que chicos, recuerden bien que si tienen problemas de cualquier índole… no duden en acudir con un profesor para que los oriente y les diga adonde ir, en el caso de problemas donde sientan que requieren de un psicólogo acudan al área de psicología del plantel, ahí podrán hablar conmigo una vez terminadas las clases… será para mí un placer ayudarlos con sus problemas, bueno... por hoy fue todo, ya acabo la clase… que tengan un lindo fin de semana. Y es que hay que recordar muy bien que las cicatrices más difíciles de curar son las que no se pueden ver.
Todos dimos las gracias a la maestra por la clase y nos retiramos a nuestra siguiente clase, durante el trayecto no deje de pensar en la proposición de la maestra con eso de recibir ayuda psicológica, este asunto del hermano de Cynthia ya me tenía harta, pero aún así cada vez que recordaba nuestros buenos momentos juntos, me enamoraba más.
Ciertamente compartí con él muchos momentos felices y muy pocos tristes, pero esos tristes superan en sentimiento a los felices… y aún así él me gusta mucho, somos tan parecidos, tan similares, era como encontrar en él lo que siempre había buscado y que con él me sentía completa, pero ahora que no está… hay un enorme vació en mi corazón… no lo soporto.
-Necesito ayuda psicológica-le dije a Cynthia una vez que vi que Alma se encontraba lejos, no quería que ella se enterara y se preocupara por mí.
-¿De verdad? ¿Tan mal te sientes aún?
-Sí… y necesito ayuda… Ya no sé ni qué decir o qué pensar…
-Si quieres puedo matar a mi hermano, por mí no hay ningún problema.
-No quiero ir a visitarte a la cárcel, amiga-le sonreí-pero gracias por la idea.
-Cuando quieras.
-Pero ya, hablando en serio… iré con mi maestra de ética para que me ayude con esto.
-Quisiera hacer algo por ti amiga-me dijo Cynthia abrazándome.
-Ya has hecho mucho por mí, en serio, no sé qué hubiera sido de mí sin ti, Cynthia, gracias-le correspondí el abrazo.
Al poco tiempo llego Alma y tuvimos que cambiar el tema de plática, además de que Beltrán nos vigilaba desde lejos. Aunque últimamente Beltrán se ha mostrado distraído esta semana.
-¿Y ya se enteraron?-nso pregunto Cynthia a mí y a Alma.
-¿De qué, Cynthia?-preguntó Alma.
-De que Beltrán se está almorzando a la de danza contemporánea-sonrió de oreja a oreja de forma pícara.
-¿Eh? ¿Cómo? No entendí-dije.
-Ni yo…-dijo Alma.
-Que Beltrán anda con la maestra de danza contemporánea… la misma que da clases los mismos días y a la misma hora que Beltrán nos da clases… creo que es la maestra de tu amiga Karen, Laura.
-¿En serio? Vaya, Karen no me conto nada al respecto.
-Es que es un secreto… o al menos lo fue hasta ayer… dicen que un alumno de 6 año los cacho otro poco y en pleno “asunto” por el gimnasio y pues ni modo, ya dieron a concoer su relación hoy formalmente.
-Wow… ni quien viera a Beltrán-dije muy divertida.
-Sí… yo pensé que Beltrán era un profesor serio… y no que se besara con la maestra de contemporáneo…
-Cierto-dijo Cynthia-y pues como ahora ya que formalizaron su relación… creo que algo tienen planeado para nuestra clase… aunque ya no me terminaron de contar bien el chisme.
-¿Y quién te conto todo eso?
-Ah, el chico que se los encontró, es que hoy lo estaba gritando a los cuatro vientos cuando llegue a la prepa, pero tengo entendido que esto lo sabe la dirección desde ayer, aun así las relaciones entre maestros no están prohibidas a menos que ya sean clasificación C-Cynthia comenzó a reírse a carcajadas.
-¡Ustedes tres. Ya dejen de platicar!-grito Beltrán cruzado de brazos y muy irritado.
-Lo sentimos-dijimos las tres.
-En fin, vengan para acá todos, tengo importante que decirles-dijo Beltrán sosteniendo un libreto en su mano-ahora-sentencio.
Rápidamente todos formamos un medio círculo alrededor de Beltrán, parecía muy enojado, pero se debía a que nosotras tres estábamos hablando en clase, digamos que Beltrán no es muy conocido por su paciencia.
-Supongo…-comenzó a caminar alrededor de cada uno de nosotros, como cuando un depredador asecha a su presa-que muchos de ustedes ya se habrán enterado de mi relación amorosa con la señorita Delia. Bueno, les tengo noticias…
Beltrán sujeto fuertemente el libreto que traía en la mano y con pasos seguros y agiles se dirigió a la puerta del salón y la abrió de par en par sorpresivamente.
-¡A partir de hoy la clase de la señorita Delia trabajara con nosotros!-Beltrán con gran agilidad y delicadeza sostuvo a la maestra Delia que se encontraba fuera de nuestro salón con su clase, la sostuvo entre sus brazos y le dio un beso tan apasionado que todas las que estábamos ahí hasta envidiamos a la maestra Delia por recibir tan tierno y cálido beso, pero a la vez impulsivo.
-Oh, Arturo-dijo la maestra Delia a Beltrán-que romántico eres-acaricio su cuello.
-Sólo soy así por ti, cariño-con una sonrisa de pícaro le planto otro beso a la joven maestra.
No sé qué impacto más esta noticia en la escuela, si el hecho de que todos tenían a Beltrán como un profesor seco y estricto sin corazón que ahora tenía novia y él era un novio romántico, o que su novia fuera una de las maestras de danza contemporánea, o el hecho de que la diferencia de edad entre ambos sea de más o menos 15 años, digo… no es que Beltrán ya esté acabado, sino que… todo el mundo creía que Beltrán jamás haría caso a algo como el amor y menos con la maestra Delia tan joven y bella.
-Tú y tu grupo son bienvenidos al nuestro-dijo Beltrán cargando a la maestra entre sus brazos, era una escena entre tierna y de terror.
-Te amo-dijo la maestra sosteniéndose cariñosamente de su cuello, pasen chicos-dijo la maestra a su grupo que aguardaba a fuera tan sorprendidos como nosotros.
En el grupo de Beltrán de teatro éramos 16 alumnos, la mayoría chicas, y del grupo de la maestra Delia eran fácil unos 30, por fortuna el salón de teatro era el más grande de artes, así que cupimos perfectamente en aquel salón. Pronto vi a Karen y a Paulina que me buscaban desde la entrada del salón y con la mano las salude y les indique que vinieran con nosotras.
-A partir de ahora serán nuestras nuevas compañeras de clase-dijo Cynthia saludando a las chicas-bienvenidas.
-Hola a todas-dijo Karen-cielos, parece que ahora también seremos compañeras en artes, Laura.
-Muy cierto-dijo Paulina-será un placer.
-¿Les molesta?-les pregunte desconcertada.
-¿Qué? No, nunca-me sostuvo la mano Karen- de hecho me gusta, será muy divertido trabajar contigo de ahora en adelante… ah… y hola a ti también Alma-dijo Karen un tanto temerosa de que Alma la fulminara con la mirada.
-Hola…-dijo Alma secamente
Cierto, ahora se completaban mis sospechas, a Alma le desagrada Karen y ni Karen ni yo tenemos idea de porqué, aunque supongo que en alguna parte del asunto debo de estar metida yo…
-Bien-dijo Beltrán sosteniendo por la cintura a su novia-ahora que ya se están integrando daremos a conocer nuestros planes para la siguiente obra de teatro que presentaremos.
-Sabemos que hay una enorme diferencia entre danza contemporánea y teatro-dijo la maestra Delia sosteniéndose del pecho de Beltrán-pero daremos nuestro mejor esfuerzo para que sea todo un éxito, le hemos comentado nuestra idea al director del plantel y le ha agradado, nos dio su autorización para seguir trabajando en equipo-sonrió de oreja a oreja de pura felicidad.
-La obra que presentaremos será una adaptación de la novela Orgullo y Prejuicio de la escritora Jane Austen, la adaptación la hice yo mismo tan apegada a la novela como pude, pero claro… con el límite de tiempo que tenemos en el escenario.
-Y les puedo decir que le quedo fantástica-dijo Delia besando a Beltrán.
En ese momento me sorprendí… ¿Orgullo y Prejuicio? Dios, esa es de mis novelas favoritas y lo mejor de todo es que la vamos a actuar, y nadie mejor que Beltrán para adaptar un guión y dirigir una obra de teatro.
-Pero será un problema adaptarlas a ustedes, ya que son muy pocos los de teatro y de danza hay muchos, puede que algunos de danza tengan que actuar y bailar, no será forzoso para ustedes actuar, aunque por lo visto… no están dispuestos… ¿cierto?-Beltrán arqueo una ceja muy enojado y muchos de danza contemporánea dieron un paso atrás del miedo-lo sabía-dijo Beltrán sonriendo maliciosamente.
-Pero no se preocupen-dijo Delia-si no quieren actuar, no se estresen, pueden bailar en las escenas de los grandes bailes, como parejas de apoyo para la escena. Les prometo investigar bailes de la época y acomodarlos para ustedes.
-Por mi parte ya seleccione a mi elenco principal-dijo Beltrán acercándose a donde estábamos nosotras-y como siempre serán ustedes dos, Delgado y Palacios-Cynthia y yo-las quiero en los papeles principales… pero actuando de hombres, puesto que los hombres que están en este taller-miro con enojo a los chicos que iban con nosotras-no son tan buenos como ustedes, no es la primera vez que le hacen de hombres, así que espero un excelente trabajo de su parte.
-Claro-dijo Cynthia levantando un dedo en señal de aprobación.
-Por supuesto-dije sonriendo.
-Bien, Delgado, tú serás el Señor Bingley.
-Me toco el “ternuroso”-dijo Cynthia muy contenta-no hay problema, superare con creces al Señor Bingley de la película y de la serie. Aunque veo imposible superar al de la novela.
-Con que te salga más que perfecto me conformo-dijo Beltrán sonriendo-y para ti, Palacios-me miro atentamente-tú serás el Señor Darcy, nadie mejor que tú para interpretar aquel papel tan complejo.
-¿En serio? ¿Al Señor Darcy?-pregunte sorprendida y alegre-cielos, él es el tipo de hombre que cualquier chica desearía en la vida, no se preocupe profesor, para mí será un honor poder representar a tan complejo personaje.
-Bien, eso quería oír de ustedes dos. Sin embargo… aún hay que decidir quiénes serán el resto del elenco, por lo mientras ya tengo a otras dos chicas en mente, a Alma y a Karen Valencia-Beltrán miro a las otras dos a nuestro lado.
-¿Beltrán conoce a Karen?-me pregunte a mí misma-que raro, seguramente es porque es muy buena en danza y la maestra Delia la recomendó para la actuación.
-Me gustaría que Alma fuera Georgiana Darcy, hermana del Señor Darcy, presiento que el papel será todo un reto para Alma, pero con lo que ha aprendido confió en que te salga estupendo, tus apariciones tal vez se limiten a dos o cuando mucho tres, pero aún así cuento contigo.
-Claro… profesor… será un honor-dijo Alma muy alegre-seré la hermana menor de Laura en la obra, que emoción-sonrió.
-Mientras tanto, para ti, señorita Valencia-se refirió a Karen-quiero que interpretes a Elizabeth Bennet.
-¿A quién?-pregunto Karen sorprendida.
-A Elizabeth Bennet, la enamorada del Señor Darcy…
-¡Sí, ya sé quién es ella!-grito sorprendida-es sólo que… un papel así… y el estelar… ¿Por qué a mí?
-Tienes muy buena técnica de actuación y no lo niegues, te he visto actuar en cientos de ocasiones, así que considero que eres la mejor para este papel, además… tu pareja será Laura, con ella ayudándote no tienes nada que perder.
-Bueno…-digo no muy segura Karen.
-¿Karen ha actuado? Vaya, eso no lo sabía-pensé.
-Por ahora quiero que el grupo se divida en tres-dijo Beltrán-los de danza contemporánea que no quieran actuar vayan con Delia y ella empezara a poner las coreografías de los bailes, los que quieran hacer audiciones de una vez para conseguir un papel vengan conmigo, sólo hoy haré audiciones y seleccionare a los que muestren mejores habilidades, para los de danza no es forzoso pero para los de mi grupo sí, así que aquí los quiero a todos. Y por último, las cuatro que ya tienen sus papeles quiero que se vayan a alguna parte del salón y lean sus libretos que están sobre aquella mesa-señalo una mesa no muy lejos de nosotras-Cynthia y Alma pueden ensayar por separado o juntas para darse apoyo, pero a quienes sí quiero ensayando todo el tiempo juntas son a Palacios y Valencia.
-Entendido-dijimos todos.
Una vez que se dieron las instrucciones cada quien se fue por su lado al grupo al que Beltrán había dicho, y una vez más… Alma parecía querer asesinar con la mirada a Karen por estar conmigo, sinceramente a mí me venía valiendo si ensayaba con un hombre o una mujer que en la obra iban a ser mi pareja, pero al parecer a Karen era la primera vez que le pasaba y se notaba bastante nerviosa, le pregunte que si se encontraba bien y me respondió que sí, sólo que un poco confundida y ya.
Paulina fue a hacer audición con Beltrán, mientras que Cynthia se llevo lejos a Alma para ayudarle a ensayar mientras que Karen y yo nos fuimos a la esquina contraria apartadas de los grandes grupos para poder ensayar. Como Beltrán había dicho que Karen practico alguna vez teatro no quise preguntarle si necesitaba ayuda, pues para Beltrán ella actuaba bien y si él lo dice es que es cierto, así que no hice ninguna pregunta o comentario al respecto, además de que no tenía interés en saber.
Le sugerí que abriéramos el libreto en la página que fuera… y ensayar los diálogos que nos tocaban de esa página, sólo le dije a Karen que habría que decirlo y ya, no actuarlo pues por ahora lo primero que debe de hacerse al tener el primer ensayo de una obra es leerla sin actuarla, así que eso hicimos. Karen abrió su libreto y me indico en la página que se había detenido, página 15, era la escena en la cual Bingley y Darcy hablaban en el primer baile donde habían conocido a las hermanas Bennet, leyendo aquella escena mejor decidimos llamar a Cynthia y Alma a que ensayaran con nosotras, Alma en esa parte no aparecía, así que no tenía porque leer, Cynthia y yo éramos las que hablábamos y en escena sólo estaba el personaje de Karen escuchándonos hablar, una escena perfecta para ensayar en mi opinión, así que comenzamos.
Sr. Bingley:
Ven Darcy, tienes que bailar. No soporto verte con esa cara tan enojada y esa actitud tan tonta.
Sr. Darcy:
Bingley, no pienso hacer tal cosa. Sabes muy bien lo que pienso de este tipo de bailes, además no bailare con nadie que no conozca, en una fiesta como esta… imposible. Tus hermanas ya están comprometidas y si bailo con alguna mujer de este salón sería como el mismo infierno.
Sr. Bingley:
¡Por Dios, Darcy! Que hombre tan exigente eres. Te juro que en mi vida había visto chicas tan bonitas y hay algunas especialmente hermosas.
Sr. Darcy.
Bingley, estabas hablando con la única chica guapa del lugar. Mayor grupo de tontas jamás había visto en mi vida.
Sr. Bingley:
¡Aquella chica es el más hermoso ángel que he visto en mi vida! Pero mira, atrás de ti está una de sus hermanas, la señorita Elizabeth Bennet y se ve muy agradable también.
Sr. Darcy:
No niego que la señorita Bennet no sea hermosa, pero no es lo suficientemente atractiva para tentarme. Además no quiero bailar con mujeres que están escasas de hombres. Será mejor que vuelvas a disfrutar las sonrisas y atenciones de su hermana, pierdes tu tiempo conmigo.
(Salen de escena el Sr. Bingley y el Sr. Darcy, siendo este último perseguido por la mirada cruel de la señorita Elizabeth Bennet).
-¡Vaya! Que personaje tan más complicado te toco, Laura-me dijo Cynthia una vez que terminamos de leer esa escena-será divertido verte interpretar un papel tan chocante y orgulloso.
-Opino lo mismo-dijeron Alma y Karen sonriéndome.
-Supongo que sí-dije sonriendo-pero no hay papel que yo no domine.
-Bien, entonces deberíamos de ponernos de acuerdo para ver qué días podríamos ensayar juntas, con el resto del elenco ya ensayaremos en clase, y como ustedes van en el mismo salón-se refería a mí y a Karen-pues pueden ensayar todo el tiempo que quieran.
-Sí, ensayaremos-dijo Karen sonriéndome-además de que Laura me prometió ayudarme a entrenar para educación física.
-Vaya, ahora eres maestra de educación física y la vas a ayudar en teatro, wow-dijo Cynthia muy alegre.
-Sí, suena algo raro… creo-dije.
El resto de la clase volvimos a repasar aquella escena, solo la decíamos una y otra vez imaginándonos la situación, mientras Alma era la única que repasaba sus líneas aparte puesto que ella no actuaba en las mismas escenas que nosotras. Al finalizar la clase Beltrán dio a conocer al todo el elenco…
-Elizabeth Bennet: Karen V. (danza contemporánea)
-Sr. Darcy: Laura P. (teatro)
-Sr. Bingley: Cynthia D. (teatro)
-Gergiana Darcy: Alma F. (teatro)
-Jane Bennet: Paulina A. (danza contemporánea)
-Mary Bennet: Sandra E. (teatro)
-Catherine Bennet: Analí F. (danza contemporánea)
-Lydia Bennet: Jessica S. (teatro)
-Sr. Bennet: Armando S. (teatro)
-Sra. Bennet: Carolina E.(teatro)
-Sr. Wickham: Raúl G. (danza contemporánea)
-Sr. Collins: César A. (danza contemporánea)
-Charlotte Lucas: Mariana B. (danza contemporánea)
-Sr. Hurst: Gabriel H. (teatro)
-Lady Catherine de Bourgh: Ana M. (teatro)
-Caroline Bingley: Carmen U. (teatro)
-Sr. Hurst: Nadia G. (danza contemporánea)
Todos nosotros conformábamos el elenco y a cada quien se le entrego una copia del guión, Beltrán dio indicaciones de fechas de ensayo y también dijo que el vestuario se nos iba a mandar a hacer, además de que felicito a los de danza contemporánea que habían cumplido sus expectativas para pertenecer al elenco. Una vez concluido todo esto se despidió de nosotros y en cuanto tuvo oportunidad se llevo entre sus brazos a la maestra Delia.
Paulina había logrado tener el papel de Jane Bennet, la enamorada del Sr. Bingley, es decir, de Cynthia y entre ambas empezaron a bromear y a alegrarse de trabajar juntas como pareja. Finalmente Karen y yo fuimos a dejar a Alma hasta donde nos separábamos de ella y una vez que nos dependimos, Karen y yo nos dirigimos a la parada de autobús, una vez en el camino empezamos a platicar sobre la obra de teatro y lo bien que Beltrán había adaptado el guión, muy apegado a la novela en nuestra opinión, puesto que Karen también ya la había leído, y hasta me comento que de alguna forma no imaginaba para mí mejor papel que el del Sr. Darcy y realmente opino lo mismo, siento que ese papel será de los mejores que interpretare en mi vida.
Sin embargo en esos momentos me puse a pensar en las palabras de la maestra de ética y sobre que yo había tomado la decisión de ir a terapia con ella, eso significaba que por lo menos un día no me podría regresar con Karen, así que le iba a decir todo eso cuando la vi distraída, parecía estar pensando en algo serio, y me miraba a ratitos como que muy confundida, como si quisiera decirme algo y la verdad es que yo la miraba igual, ambas queríamos decirnos algo importante pero no encontrábamos las palabras.
-Oye…-nos dijimos ambas-¡Perdón, tú primero!-volvimos a decirlo juntas-No, tú, insisto.
De pronto nos miramos y nos dimos cuenta de lo ridículo que se veía todo esto así que acabamos riendo.
-Dime… ¿qué querías decirme, Karen?-le pregunte ya más tranquila de la risa.
-Es que te iba a comentar algo… es sobre lo que dijo la maestra de ética el día de hoy.
-Oh ya veo, yo también quería contarte algo relacionado a eso, pero dime tú primero-le sonreí.
-Bueno… pero no se lo digas ni a María, Julián o Oscar, ya que aún siguen peleados y no quiero meter más problemas al asunto, sólo a Paulina si quieres.
-Está bien-dije amablemente.
-Es que… verás... planeo asistir a terapia psicológica con la maestra de ética, así que habrá un día en el que no pueda acompañarte a casa.
-¿En serio? Vaya-dije sorprendida-no te preocupes, en realidad yo también te iba a decir lo mismo, que pensaba tomar también terapia con la maestra de ética…
-Wow, parece que cada quien tiene sus propios problemas… ¿no lo crees?-me pregunto preocupada.
-Sí, ya lo creo, pero sea lo que te haya pasado, Karen-sostuvo su mano-yo sé que lo superaras y si alguna vez quieres hablar… aquí estaré para escucharte-le sonreí amablemente.
-¿En serio? Muchas gracias… me será de mucha ayuda en serio-sostuvo gentilmente mi mano entre las suyas-y de igual forma, si tú quieres hablar con alguien, puedes contar conmigo.
-Gracias, Karen-recargue mi cabeza en su hombro.
-No hay problema-me dijo Karen recargándose en mi cabeza.
-Aún nos falta mucho trayecto de aquí hasta donde bajamos-me sonrió Karen.
-Cierto-le dije.
-Pero cuando platico contigo… el tiempo se me va volando.
-Qué curioso, a mí también me pasa eso cuando estoy contigo-le sonreí.
-¿Quién podría decir que está tomando un viaje en autobús junto al Sr. Darcy, siendo yo Elizabeth Bennet?-Karen sonrió de manera alegre.
-No creo que muchos puedan presumir que vieron a Elizabeth Bennet y al Sr. Darcy en el camión-nos comenzamos a reír a carcajadas.
En todo el camino Karen nunca soltó mi mano.