Pasado, presente y futuro no son lo mismo.
IRIE RYUEN
Martes 24 de Agosto del 2010.
Hoy es el segundo día que llevo en el turno de la mañana, y es cierto, es horrible cambiar de horario de un momento para otro, un viernes yo estaba en el horario de la tarde, entrando a las 2:30 p.m. y saliendo a las 8:20, ahora estoy entrando a las 7 a.m. y saliendo a la 1:40 p.m., es desgastante, aún así anoche pude conciliar muy bien el sueño como hasta las 11 p.m. y claro, hoy me la pase como zombie en clases pararse a las 5:30 a.m. me dejó molida, de pura suerte y nadie se dio cuenta, pues cada vez que pasaba algún profe cerca alguno de mis nuevos amigos me movían o me daban un codazo para despertarme.
Mis nuevos amigos tenían razón en cuanto a hablarle a mi amiga Cynthia y quedarnos de ver en la prepa y platicar un rato, y como Karen tenía que irse a inscribir con los demás a sus talleres de artes, yo me quede con mi amiga a solas, la cual para mi desgracia, se dio cuenta de que tenía mucho sueño.
-Nada más te faltan las ojeras-me dijo riéndose.
-Cállate-le dije molesta.
-Hahahaha ya tranquila, mira mejor ya vete a tu casa y descansa.
-No puedo, tengo que inscribirme en el taller de teatro, ¿te vas a meter este año conmigo otra vez?
-Claro-me sonrió-no puedo dejarte sola, burris, eres un peligro para ti misma, mira cómo estás-volvió a mofarse de mí.
-Ya no me lo recuerdes-dije tallándome los ojos.
-Casi te cachan en clases, no juegues.
-Me siento como tonta, haciendo puras babosadas y quedándome dormida en clases.
-Anda ya, despabila, vámonos a inscribir al taller de teatro-Cynthia se levanto y de un solo jalón me puso en pie.
No niego que tenía sueño, pero no tanto como para chocar con cuanta cosa tuviera en frente, Cynthia me mantenía despierta con su alegre plática, hacia lo posible por verme sonreír, ella se dio cuenta de que ayer me puse mal por el mensaje que me mando, y ahora trataba de reparar su error, se disculpo varias veces y le dije que no había problema, que no era un tema que fácilmente pudiera ocultarse, pero ni modo, en algún momento tenía que salir a la luz otra vez.
Mi amiga es una chava un poquito más alta que yo, con ojos color miel, piel blanca y cabello lacio color café claro, es muy activa y divertida, hace de mi vida una locura, siempre se muestra relajada, pues le desespera ver a los demás todos locos por cosas sin sentido, su lema es “siempre sonríe y tranquilízate”. Debo de admitir que también me desespero fácilmente y que de no ser por ella yo no sería capaz de mantenerme tranquila,
-Sabías que Fabian también se cambio al turno de la mañana sólo por seguirte-me dijo Cynthia.
-¿En serio se cambio de horario?-pregunte sorprendida.
-Sip, ayer hable con él por msn y me dijo que no soportaba la idea de no volverte a ver y también pidió su cambio, no sé en qué grupo le habrá tocado.
-Pues no fue en el mío-dije-no hubo nadie nuevo.
-Ah, pues cuídate mucho, ese niño no te deja sola.
-Lo sé, es un buen chico y todo, pero no me gusta y eso no lo entiende.
-O no quiere entenderlo.
-Cierto.
Fabian era un chico que iba conmigo y Cynthia en el turno de la tarde, muy alegre y cariñoso, a veces hasta empalagoso, pero muy simpático, y yo le gustaba, claro, uno se siente feliz o bien cuando alguien se le declara a uno, pero siempre es difícil decir que no, y en mi caso así fue, Fabian siempre insistía en que saliera con él y a pesar de que yo siempre le dijera que no y que Cynthia le dijera que a mí me gustaba alguien más, no entendía pero para nada, y claro, ahora que sabe que me rompieron el corazón, él intenta que yo lo ame, pero las cosas no pueden ser así, porque simplemente él no me gusta y no quiero andar con nadie por ahora, el amor es un asco que rompe el corazón a su antojo, pero también es la salvación, pues puede repararlo fácilmente, pero en mí caso no ha sido así y dudo mucho que conozca algún día a alguien más a quien sea capaz decirle “te amo” imposible, hasta me dan escalofríos de solo pensarlo, que miedo.
Pronto llegamos a los salones donde se impartía el taller de teatro, y volvimos a seleccionar el Taller del profesor Beltrán, de 1:40 p.m. a 2:30 p.m. los martes, miércoles y viernes. Ese era el único horario que Cynthia y yo teníamos en común, y también el único en el cual el profesor Beltrán daba clases, él era el director de todos los talleres de arte y fue un estupendo actor, ahora por su edad ya sólo da clases y todas las obras que ha dirigido en la prepa han ganado premios, auditorio y pasillos están llenos de placas conmemorativas en su honor y para las obras de teatro, él no es cualquier profesor y para nuestra buena suerte, Cynthia y yo somos sus favoritas si se trata de actuar.
Cynthia ha hecho papeles desde una señora chismosa y mal hablada, hasta un vampiro orgulloso y cruel, yo he hecho papeles desde una señora quejumbrosa y dramática, hasta una doncella de palacio. Prácticamente no hay papel él cual no podamos manejar, le hemos hecho hasta de hombres, pues al taller de teatro se inscriben más mujeres que hombres y todavía es más raro que alguien se inscriba con Beltrán, también es famoso por ser muy estricto, sabe que no existe la perfección, pero no acepta que no hagas bien tu papel aunque estés muy agotado, seas su favorito o no, siempre está regañando a alguien muy feo, ya me ha tocado, aún así me agrada el señor, siempre que lo veo en la prepa nos saludamos.
-Delgado y Palacios, sabía que vendrían-dijo Beltrán sentado en su escritorio, con lista en mano.
-Llegamos profesor-dijimos las dos.
-Por lo visto amaron el taller del año anterior-se cruzo de brazos sonriendo-espero vuelvan a dar lo mejor de ustedes este año.
-Claro-dijimos las dos-será un placer volver a ser sus alumnas.
-Bien-saco una pluma de su portafolio-Delgado, tú primero-le entrego la pluma a Cynthia-anota tu número de cuenta, nombre, grupo y turno.
Cynthia como buena actriz de teatro que era se encamino al escritorio con galanura y presunción, si hay algo que ame Beltrán es ver actuar a la gente, dice que así puedes saber cómo es la gente en la vida real, por ejemplo, si ve a alguien actuando sabe que en la vida real es todo lo contrario, y rara vez se equivoca en sus juicios, pero si hay algo que ame más que la actuación, es que lo traten con respeto, dignidad y hasta como si fuera el líder supremo de algo, es muy orgulloso de sí mismo y estoy segura, de que si por él fuera, sólo nos conservaría a Cynthia, a otros dos o tres del taller y a mí como su equipo favorito de actuación.
-Sigues, Palacios-dijo Beltrán pasándome la pluma-anota lo mismo que tu “comadre”.
Beltrán también ama bofarse de la gente, así sea su propia esposa o hasta alumnos, a mí y a Cynthia nos ha dicho así desde el año pasado, cuando en los ensayos tenía que ir a callarnos por estar hablando, ya no lo hacemos, pero él sigue llamándonos así, es vergonzoso, pero ya me acostumbre, dicen por ahí que hasta los otros profesores le huyen, y que curiosamente la única maestra que se le pone al tú por tú es mi maestra de biología, aunque no me extraña, esa maestra es capaz de todo porque le vale gorro todo.
-Listo-dije poniendo la pluma sobre la lista.
-De acuerdo-Beltrán tomo la lista y la guardo-las clases inician la siguiente semana, está sólo será para las inscripciones a los talleres, hasta luego, comadres-una enorme sonrisa burlona se dibujo en su rostro.
-Adiós, profesor-dijimos ambas alegremente.
-Beltrán está loco-me dijo Cynthia a mi oreja sin que la oyera nadie más, no pude evitar reírme.
-Ouch-dijimos una chica y yo con la cual choque sin querer. Ella se cayó.
-Perdóname-le di mi mano y la ayude a levantarse-estaba distraída.
-No.., per… perdóname tú a mí-dijo la chica muy tímida viéndome a los ojos, en cuanto los suyos cruzaron con los míos, los abrió como plato y se sonrojo, traía unos libros los cuales también cayeron al suelo y yo los estaba levantando.
-Tome-le di sus libros-ve con más cuidado para la próxima-le sonreí-hasta luego.
-¿Vienes a inscribirte a mí taller de teatro?-le preguntó Beltrán viéndola muy divertido por la escena-me interesas como actriz-dijo sacando su lista-esa timidez tuya será muy buena para el escenario.
-Sí… sí, vine a… inscribirme-dijo acomodándose el fleco.
-Bien anota tu número de cuenta, nombre, grupo y turno.
-Casi arrollas a la chava-me dijo Cynthia muerta de la risa, mientras yo estaba muerta de la pena porque hice que se cayera.
Con nuestra inscripción hecha en el taller de teatro, ya no nos quedaba más tiempo para estar juntas así que acompañe a Cynthia a su salón de clases de la primera hora. En el camino nos fuimos riendo y platicando alegremente, y cuando llegamos la que fue bien recibida no fue ella, sino yo, pues yo me había hecho muy buena amiga de muchos en ese salón, Cynthia y yo estábamos en el mismo grupo antes de que me cambiara, hasta pensaron que sólo había dicho que me cambiaba de grupo para engañarlos, pero no, les corregí e hice saber que realmente me había cambiado de turno y ahora sólo acompañaba a mi mejor amiga.
Muy decepcionados pero alegres de verme se despidieron de mí, finalmente llego el profesor de Cynthia y nos tuvimos que despedir, a mi amiga no le hacía gracia ya no tenerme a su lado y por supuesto que a mí también, pero ambas sabíamos que ya no podía regresar al horario de la tarde, no por ahora. Con una sonrisa en el rostro, tome mis cosas y me dirigí a la salida para ir a casa, supuso que mis nuevos amigos ya se habrían ido, así que no espere a Karen para irnos juntas.
Me la pase todo el camino hipnotizada por el paisaje, a pesar de ser la ciudad de México una de las más grandes del mundo y trasladarse de un lado a otro hasta podía tomar horas, me fascinaba el camino a mi casa, pues estaba lleno de árboles, flores y mucho pasto, bien puedo tomar el metro, pero detesto tener que ir bajo tierra, no se ve nada, en cambio por arriba veo todo verde, el cielo azul y un rico Sol que me da en la espalda y en más de una ocasión que he quedado dormida en el autobús por ir tan tranquila, un largo camino a casa ciertamente, pero no uno que lamente.
Llegue al trabajo de mi madre, ahí casi todos me conocen, desde niña iba muy seguido a su oficina junto con mis hermanos mayores, los mellizos, Iván y Cecilia, ahora Iván se ha casado y Cecilia está haciendo su maestría, son mayores que yo por 10 años, así que ahora la que llega al trabajo de mamá soy yo.
Pase por el vestíbulo, tome el elevador hasta el 7 piso, atravesé el pasillo, llegue hasta con su secretaria, la saluda y entre a la oficina de mamá, aquella con el letrero que dice “Lic. Leticia Fabel de Palacios”.
-Ya llegue-dije cerrando la puerta tras de mí y yendo a saludar de beso a mi mamá.
-Bienvenida-me saludo y abrazó-ya nos vamos-me sonrió, tomo sus cosas y abrigo y salimos.
Para mi madre su trabajo es muy importante y es muy buena en ello, es abogada y trabaja para una empresa comercial, es más de una ocasión los ha salvado de fraudes de otras empresas y hasta de los mismos clientes, ahora dirige a un equipo de otros abogados para ayudarle en los casos difíciles, en cuanto se pone en su papel de abogada, puede ser una mujer muy fuerte, seria y hasta de miedo, pero en realidad es una madre muy cariñosa y amorosa, ama cocinar y llenarnos de cosas bonitas a mi papá y a mí.
Muchos podría pensar que es raro verla salir tan rápido de su oficina en cuanto me ve llegar, tal vez porque oculta algo, así piensan muchos, pero en realidad no es así, mi mamá y papá siempre nos educaron para siempre pensar primero en la familia antes que el trabajo, pueden ser muy buenos en sus trabajos, pero a la hora de ser papás son los mejores, saben qué hacer cuando estoy triste, últimamente hacen cualquier cosa para verme feliz, pues saben que para mi problema ya no se puede hacer nada, sino llorar hasta sentirme mejor, “así desahoga uno sus penas” dice mi mamá. Por eso, siempre que llego mi mamá ya me espera para irnos y aunque se le acumule el trabajo eso no le importa si va a pasar toda la tarde conmigo y papá, mi hermana casi siempre se la pasa en la Universidad con su maestría y hasta que la termine volverá a trabajar, por el momento vive con nosotros, pero llega muy tarde, a veces suelo esperarla para platicar con las noches, me gusta luego hacerle maldades, y verla como zombie por casi no dormir nada por hacer su maestría.
De camino a casa pasamos por fruta para llevar, en mi casa mis papás se turnan para hacer la comida, pues tienen horarios de llegada diferentes, hoy le toca a mi papá hacer la comida, y nosotras nos encargamos de lo que haga falta para que cuando lleguemos la comida ya esté lista.
Ya en casa papá en verdad nos esperaba con la comida lista, nos fuimos a lavar las manos y asearnos, para comer. Papá me saludo abrazándome y dándome un beso en la mejilla, y a mi mamá obvio con sus besos acostumbrados de pareja casada.
-29 años y aún sigo enamorado de ti-dijo mi papá a mi mamá abrazándola fuerte.
-Basta que me haces cosquillas-se empezó a reír mi mamá besándolo.
Para mí 29 años suenan a una eternidad, y eso que 16 los he pasado con ellos, me gusta verlos juntos y hasta les tengo envidia, yo también quisiera casarme por amor algún día.
-Vamos a comer-dice papá guiándonos al comedor.
Mi papá, Héctor Palacios, es un hombre alto y fornido, de piel blanca, cabello y ojos negros, usa lentes y trabaja en una fábrica de productos alimenticios como contador. Mi mamá, es un poco más bajita que papá, esbelta y sorprendentemente bien proporcionada, con el mismo color de piel que el mío, de cabello rojizo y ojos café oscuro, como bien dije, ella es abogada.
Comimos sopa de calabaza, pechuga de pollo empanizada con pepinos y zanahorias, de postre helado napolitano y fruta la que cada quien quisiera, yo me comí dos manzanas, como las amo.
Ya más tarde cada quien se retiro a hacer sus deberes, el que todos volviéramos temprano a casa no significaba que tuviéramos la tarde libre, para mis papás había trabajo en la oficina que compartían en casa, y para mí había tarea, por suerte poca menos que ayer, eso me dejaba tiempo para divertirme un rato sola antes que mis papás se me unieran.
Aunque he vivido en esta casa toda mi vida, no soy buena amiga de los otros vecinos de mi edad, son muy raros o tal vez yo soy la rara para ellos, casi todos ya tienen auto, o están casados o hasta con familia, muchos dejaron la escuela o son hijos de papi que aunque vayan a la escuela no tienen que esforzarse pues saben que sus padres le heredaran todo. Para empezar no sé conducir, no estoy casada ni obvio tengo hijos, aún no quiero pensar en eso, sigo en la escuela y no voy a heredar nada, ni tengo expectativas de tener algo de mis papás. Con razón me ven con mala cara y encima soy de las mejores en deportes y mis actuaciones de teatro son formidables, con vecinos así para qué quiero enemigos. Cynthia es la única que nunca me ha visto de forma rara y no vive muy lejos de mi casa.
Ya para la tarde entre mis papás y yo vimos una película, “Buscando a Nemo”, ¡amo a la pececita Dori! Me recuerda a mi amiga Cynthia, al menos en la parte de que siempre está toda relajada, un día por hacer tonterías entre ella y yo, nos pusimos a hablar cetáceo de niñas y admito que de vez en cuando lo hacemos.
Yo preparé la cena, unos huevos revueltos con nopales, fruta y yogurt, puede que sea una combinación rara, pero nos sabe muy rico. Vimos otra vez la tele un rato y nos fuimos a dormir, caí rendida en cuanto me acosté, eran más o menos las 11 p.m.
Miércoles 25 de Agosto del 2010.
Nada nuevo que reportar, salvo que hoy conocí a otros de mis nuevos profesores, entre ellos a la profesora de ética, la maestra Miriam, una mujer a mi parecer muy sumisa y excesivamente paciente, el salón puede estar en plena fiesta y ella dando clase, son muy pocos las que ni la ven, yo no me incluyo, trato siempre de poner atención, y al parecer a la maestra eso tampoco le hace gracia, espero pueda mejorar ese carácter tan sumiso que tiene.
Viernes 27 de Agosto del 2010.
La maestra de ética hoy dijo algo muy importante en clase, o al menos para mí, algo que me hizo sonreír de alegría, dijo “Pasado, presente y futuro no son lo mismo, puede que muchos hayan pasado cosas horribles o que las estén pasando, pero eso no significa que el futuro sea igual, o puede ser al contrario, que sea el futuro el que se torne negro. Tienen que recordar algo muy importante chicos, la vida siempre va a abrirnos y cerrarnos puertas, y piensen de esta forma, si les cierra una puerta eso significa que hay otra abierta, sólo hay que saber bien cuál es la puerta correcta y eso sólo lo van a saber si analizan bien la situación y no sólo actúan por actuar, es bueno tener siempre éxito, pero también es bueno equivocarse, pues de los errores se aprende, no se depriman si ahorita no les está yendo bien, ya verán que pronto las cosas cambiarán. Pero ojo, eso pasará sólo si ustedes permiten el cambio, pues si deciden quedarse estancados en el pasado, eso jamás les traerá nada bueno, hay cambios buenos y malos, siempre elijan el mejor para ustedes, el que los haga más felices. Está bien si por el momento quieren quedrase en el pasado un rato, pero no se queden el toda la vida, eso es horrible, siempre sigan adelante y recuerden que pasado, presente y futuro no son lo mismo”.
Que hermosas palabras, todo el salón se quedo callado pensando en las palabras de la maestra, hasta mis amigos revoltosos, no es por decir nombres, *coff* Julían *coff* María *coff* Oscar, supongo que hasta ellos tienen sus propios problemas o si no los tienen, entonces seguro piensan que las palabras de la maestra les servirán en la vida, ahora sólo queda recordarlas bien.
Y hoy me tope con Fabian, o más bien, él me encontró justo saliendo de clases para irme a casa junto con Karen, en cuanto me vio se hecho a correr para abrazarme, Karen hasta se asusto, pensó que un loco venía a atacarnos y estaba ayudándome a quitarme de encima a Fabian. Mi amigo casi llora de la felicidad por verme, debo de gustarle mucho. Me estrecho una y otra vez la mano y me abrazo más de mil veces, me dijo que me extrañaba mucho y que quería volver a verme, que se había cambiado a la mañana sólo por mí, pero que no se metía al mismo taller que yo porque el teatro no era lo suyo.
Sólo hablo muy poco de él y quería saber todo de mí, Karen se sorprendió mucho por la actitud de Fabian y se espero pacientemente a que él y yo, o mejor dicho, él terminará de hablar, me dijo que iba en el grupo 513 y que se iba a meter al taller de pintura, y que estaba deseoso de hacer un retrato mío a lápiz. Le dije que sí.
No duramos mucho hablando, él tenía que irse porque tenía que hacer mucha tarea, así que se despidió de mí de beso en la mejilla y de mano con Karen. Sorprendidas las dos nos fuimos hacia el autobús, en el camino a él, le conté sólo lo necesario que ella tuviera que saber de Fabian y el porqué de que él se comportará así conmigo.
-Tienes un amigo muy raro-me dijo riéndose-es divertido.
-Sí, creo que sí-dije riéndome.
Ya en el camión por suerte nos toco sentadas, era al menos media hora de camino a casa de Karen y 35 minutos al trabajo de mi mamá. En el camino fuimos hablando de muchas cosas, la mayoría sobre la escuela y todo eso y de que tal vez yo me metería a algún club deportivo.
-A mí me gusta mucho correr y dar saltos largos-dije sonriendo.
-Lamento decírtelo-me dijo-pero yo no soy buena en el deporte, no cómo me gustaría, soy una torpe-me sonrió-y luego con los profesores todos exigentes, como el que nos toco este año, siento que tal vez de pura suerte y roce el 8 de calificación final.
-Cuando quieras te enseño-le dije-no es muy difícil, además sería mejor que te entrenarás conmigo a estar sufriendo en la clase del profe.
-Esa idea me gusta-me sonrió-siento que tú serías mejor maestra que él, sé que no tenemos mucho de conocernos, pero veo que eres buena en los estudios, te cuesta mucho esfuerzo pero eres buena, por lo que he oído de ti eres muy buena en tu taller y en las últimas tres clases de educación física que hemos tenido, el profesor te ha elogiado por tu habilidad para correr a toda velocidad y dar saltos en la pista de obstáculos. Eres muy buena en todo lo que haces.
-Creo que sí, jamás lo había pensado-dije sinceramente, y era cierto, siempre fui muy buena en todas esas cosas y estoy segura de que fue porque mis padres y hermanos siempre me tuvieron activa y enseñándome cómo hacer bien las cosas, me ayudaban a estudiar, con mis actuaciones y me ponía a entrenar con mis hermanos mayores, me cuesta mucho que me salgan bien las cosas pero he aprendido que si me organizo bien y me esfuerzo todo me sale muy bien.
-No seas modesta-me dijo sonriente-podemos ponernos de acuerdo un día para irnos y practicar y todo eso.
-Me gusta la idea-le dije-te aseguro que conmigo como maestra no tienes nada de qué preocuparte.
-Te voy a tener que pagar con algo-dijo muy segura-no quiero que tu esfuerzo sea gratis para mí, quiero recompensarte-me dijo muy preocupada.
-No te preocupes-le dije-para mí es suficiente con que confíes en mí, sin tener aún ni una semana de conocernos-sonreí-presiento que seremos muy buenas amigas.
-No lo presientas-me dijo tomándome de las manos-lo seremos-me sonrió, me gusto mucho ver su alegre sonrisa, se parece a la de… no, eso es imposible.
-Está bien, Karen-le devolví la sonrisa-¿Y a qué taller de artes de metiste?-le pregunté-yo al de teatro.
-Yo me metí al taller de danza contemporánea, con la profesora Carmen-me dijo alegremente-siento que es casi lo mismo que el teatro, sólo que ustedes hablan y declaman, mientras que nosotros bailamos.
-De hecho si parecen tener muchas características en común-dije poniéndome a pensar.
-¿Verdad que sí?
No soltamos a reír, Karen podía ser seria y tranquila en clases, pero era muy alegre y me gustaba mucho su plática, de mis nuevos amigos 3 eran muy latosos a pesar de su edad, Paulina era tranquila pero se veía de buenas a primeras que era una diva y Karen, era de todos la más tranquila y paciente, se notaba que ya estaba acostumbrada a las extrañas manías de sus amigos.
-Me gustaron las palabras de hoy de la maestra de ética-dijo Karen entrelazando una y otra vez sus dedos-me pusieron a pensar en muchas cosas.
-Sí, a mí también-dije entre lazando mis manos y mirando, al mismo tiempo que ella, el paisaje de los grandes árboles que se alzaban en el camellón de la avenida.