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Un bal au loin por Mel_01

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Notas del capitulo:

The colours of Autumn - Gymnopedie No.1, de Satie. La canción que me inspiró a escribir. Por si desean escucharla mientras leen.

Para una chica que preguntó, Minho es el narrador, las letras cursivas son diálogos de cualquier personaje.

Caía de nuevo y esperaba ser sólo yo el que caía. Taemin me visitaba a menudo, quizá por miedo a que me encerrara en mi departamento y no volviera a ver la luz. Y debo reconocerlo, los días en que él no iba no sacaba pie de mi cama para otra cosa que no fuera ir al baño o por algo de comer.

 

...

 

Dos meses y los días seguían pasando, dos meses y mi corazón aún saltaba cuando se abría la puerta de mi departamento, esperando que fuera él, pero sólo encontraba la amplia sonrisa de ese muchachito de cabellos claros.

 

...

 

Me esperaba frecuentemente fuera de la universidad, ya no trabajaba en el café, vivía conmigo y practicaba con un grupo de bailarines todos los días. Le debo todo mi futuro a Taemin, si no hubiera sido por él habría dejado los estudios y es que no ver a Kibum me impactó más de lo que yo creía. No ver su sonrisa o sus pucheros cuando hacía berrinches me partía el corazón. Nunca pensé en llorar por algo o alguien, llorar cada vez que lo extrañaba y que en cada llanto se me metiera más en el corazón.

 

...

 

Casi no frecuentábamos la cafetería, ni siquiera pasábamos por fuera de ella porque cada vez que lo hacíamos yo llegaba al departamento y me perdía en mis pensamientos. En un principio no me molestaba, aunque sea sufriendo me gustaba tenerlo en mi mente, recordar su linda carita cuando lo espiaba en la cafetería, cuando esa noche colapsó, cuando me decía que me quería. Pero pasado los meses y, también pasadas muchas cosas entre Taemin y yo, ya no me parecía justo, debía poner más atención a mi presente y Kibum en definitiva ya no formaba parte del ahora.

 

...

 

Juraba ver su mirada felina posarse en mi cuerpo, escuchar sus jadeos cuando lo embestía o sentir sus tersas manos recorrerme el rostro, pero entre un pestañeo y otro me daba cuenta que no era él, no era otro más que el muchachito que me dedicaba sus sonrisas cada día, ese que aún me llamaba por el "hyung" a ratos, con el que yo había decidido darme una oportunidad.

 

...

 

Medio año, otoño, como cuando lo conocí. Cada vez que aseguraba haberlo olvidado se hacía presente con algún detalle. Para mi mala suerte cumplíamos meses con Taemin, él pensando en que regalarme y yo pensando en el paradero de Kibum. Fuimos a la cama de nuevo, hicimos el amor y recordé cada parte de él, apostaba la vida creer oler su aroma.

 

...

 

Estaba demasiado nostálgico con la estación, recuerdo cuando fui a buscarle a la cafetería, Taemin me vio esbozando una sonrisa llena de lástima, nuevamente nos sentamos a beber café y picotear pasteles pero no reímos. “Kibum se fue con Jonghyun, su novio, se fueron de Corea a Estados unidos… él no volverá nunca más”. ¿Cómo te enfrentas a algo que nunca esperaste? Mil veces imaginé que me dejaba por su novio, que nuevamente corría a sus brazos pero saber que no está en 1000 km a la redonda era totalmente diferente. Ya me era inalcanzable cuando pensaba que estaba en brazos de otro, ahora me parecía un milagro volver a verle, si quiera como ves a las personas en televisión, en menos de un segundo y sin distinguirlas bien. 

 

...

 

Un año y aún me pregunto ¿qué estará haciendo?, ¿dónde estará?, ¿aún seguirá con su novio? ¿se acordará de mí? Ese sentimiento me inunda cuando lo traigo a la vida desde los recuerdos y mi corazón se encoge, mis pulmones colapsan y mis ojos amenazan con dejarlo ir entre lágrimas. Un año y aún lloro secretamente por él, un maldito año y este sentir no hace más que robarme el aliento y hacerme caer más que el primer día.

 

...

 

“Minho, ¿en qué piensas?” Podría jurar que Taemin en realidad quiso preguntar ¿aún piensas en Kibum?

 

...

 

Lo vi, lo vi, la maravilla atravesó mis ojos, lo vi y fue fantástico. Me importó poco que fuera la presentación de baile de Taemin, mi cuerpo se movió veloz en busca de su cuerpo, pero… no estaba. Me volvía loco, más de doce meses y estaba alucinando con él. “Minho…” Cerré los ojos deseando que esa voz tan dulce que entraba por mis oídos, tan dulce y triste, no fuese de Taemin. Caminamos en silencio a casa, yo no tuve que decir nada, él me oyó llamarlo entre la multitud, escuchó mi afanosa voz que gritaba “Kibum” esperando que se volteara a verme, que esa figura producto de mi imaginación me dedicara una mirada y una sonrisa. Determinación o no sé cómo llamarlo. “Te salió todo bien, pero debes mejor más Taemin-ssi~” dije con tono travieso rompiendo el silencio entre ambos. Él me vio sorprendido y una vez más me dedicó esa sonrisa que me alegraba el día, Taemin era mi presente y mi futuro.

 

...

 

Dos años, cómo pasa de rápido el tiempo, en un año más termina mi carrera y había estado pensando en que me gustaría hacer una especie de película, aún no decido el tema, pero me interesan las realidades humanas. Ensayaba grabando a Taemin bailar, en todos mis cortometrajes él participaba gustoso, nuestra vida estaba tomando forma.

 

...

 

Tres años y me quedaban días para la titulación, estaba a punto de dar otro paso en mi vida junto a él, Taemin. Amarlo era diferente, era pausado, un amor tranquilo, lleno de esperanza, seguro. Taemin me daba estabilidad, contaba con él, su apoyo era incondicional. Dedicarme a amarlo era lo mínimo que podía hacer.

 

...

 

“Te amo Minho”, me dijo con esa sonrisa característica de él.

 

...

 

Llegué al departamento cargado, sólo deseaba meterme al agua y dormir hasta el otro día, para poder descansar y en 4 días más ir en busca de Taemin al aeropuerto y recibirlo como se merece de su gira con el ballet nacional. Mi corazón se arrugó cuando volteaste a verme con tus ojos brillosos por las lágrimas, esos ojos felinos que me fascinaban. Tiré todo al piso de la impresión y cerraste tus párpados con fuerza como si eso amortiguara la caída de las cámaras. Te acercaste sigiloso y con miedo, cual gato, tomaste mi mano y a pesar de estar fría sentí tu calidez. Te estreché con fuerza y no te solté. Llené tu brillante piel de mis besos y caricias, se sentía tan magnífica como la primera vez, seguías siendo tan magnífico como te recordaba. Dolía tanto poder amarte pero era lo que me llenaba y me hacía feliz. Lloré como un condenado cuando toqué tus labios, tan deliciosos y maravillosos, salidos de mis más anhelados sueños, estaban frente a mí, ahí, implorando que los besara. Temblaba mientras sostenía tu rostro, estaba asustado, moría de miedo porque esto fuera el final de mi locura de amor, en la que creía tocarte, en la que creía sentirte con cada componente de mi cuerpo. Estaba loco. Tú sublime cuerpo bajo el mío eran gotas de cordura que caían entre mis ojos, poder apreciar tu figura una vez más. Te presionaba el cuerpo con las manos hasta que te quejabas del dolor, necesitaba comprobar si eras real. Podría haberte matado sólo para comprobar que eras tú, así de loco es mi amor por ti. Deje correr mis labios en tus muslos, que suaves me recibían, los apretaba con los dientes y me detenía cuando te quejabas, qué excitante. Era como si mi cuerpo hubiese estado muerto todo este tiempo, estos tres años, esperando  que fuese tu esencia la que reactivara mi alma. No te dejé descansar, cada vez que abrías la boca temía que dijeras algo que no quisiera oír, así que te callaba a besos y mordiscos. Estar en tu interior es el acto que me ha hecho sentir más vivo, amarte y demostrártelo a través de mi cuerpo es lo único que he disfrutado en mi vida.

 

...

 

Desperté y no estabas, te grité. Revisé todo el departamento y te hallé en el baño, desesperadamente tome tu cuerpo. Prácticamente te violé o así lo sentía yo. No te resististe demasiado y eso lo hizo perfecto. Me abrazaste con ternura al terminar, calmándome cual madre a su hijo travieso.

 

...

 

Lloré de nuevo mientras me preparabas el desayuno y corrí a tu cuerpo, desperdicié el bonito desayuno que me habías preparado y en vez de eso comí de ti. Estaba demasiado exaltado, no podía controlar mis impulsos. Te penetré con fuerza y sin preocuparme por los gritos de dolor que escapaban de tu boca. Me dedicabas miradas cargadas de tristeza que me atravesaban como espinas el corazón. Acariciaba tu rostro temeroso de haberte lastimado, “Está bien Minho, todo está bien…”.  

 

...

 

Te apartabas de mi vista y en seguida te buscaba otra vez, como hacen los bebés. Te creía desaparecer de mi vida si te perdía el rastro con los ojos.

 

...

 

Te mantenía abrazado por la cintura y podía notar que no podías respirar bien a causa de que mi abrazo te asfixiaba. “Me fui con Jonghyun a Estados unidos, creyendo volver en un par de semanas. Íbamos a participar en un concurso, sí ganábamos tendríamos mucho dinero y yo volvería para estar contigo, esa era mi última travesía que compartía con Jjong. Llegamos y nos robaron… yo me resistí, fui un idiota. Una bala iba directo hacia mí pero por alguna razón impactó en el pulmón derecho de Jong… dos días en el hospital y la agonía terminó. Estaba solo, me sentía condenadamente culpable por matar a Jong, quería un abrazo tuyo, que me llevaras como esa noche a tu departamento y me sirvieras un café, quería estar sentado en tu sofá viendo como estudiabas y que así pasaran mis días. No supe que hacer, vagué de centro en centro para pobres de ese país, en ningún trabajo me aceptaban por no tener hogar. Nadie confiaba en mí por ser extranjero y el poco inglés que sabía parecía ser nada ante los insultos de todos. Y aún así te pensaba y todo estaba en calma, imaginaba tus brazos y pasaba todo, creí volverme loco. Tres años me costó volver, poder ver tus hermosos ojos de nuevo…”. Esta vez los dos lloramos.

 

...

 

Hicimos el amor tantas veces nos permitió el sol y continuamos acompañados de la luna. No me cansaba de hacerlo mío, no, no necesitaba otra cosa que no fuese sentirlo.

 

...

 

No te juzgo, no te dije nada, quería que fuese una sorpresa, mi orgullo tonto me hizo pensar que me esperarías, supongo que tres años es mucho”. Te espere cada día.

 

...

 

El cuarto y último día había llegado, Taemin llegaba mañana. Lo hice mío de una manera tan brutal y sin sentido que me vio asustado, con terror. “Te… te amo….te amo Minho…” Me aterraba la idea de que me dejara de nuevo. “¿Aún soy tu remplazo?” Mis emociones se desbordaron al escuchar eso de sus labios. “Maldita sea, Te amo Kibum, desde la primera vez que te cruzaste en mi camino”.

 

 

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Algunas veces narro en pasado, presente o en tercera o segunda persona. Es lo que me sale. Si está triste el capítulo es porque estoy depresiva. Espero les guste. 


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