La reacción de Taemin no me la esperaba, hubiese creído cualquier cosa, pero no ésto. "¿Otra vez? ¿Crees que no lo he notado?". Él miraba al vacío que se formaba sobre mi hombro y yo no sabía qué contestar. "¿Lo sabías?" Qué pregunta más idiota, si me lo acababa de confirmar. "No haré nada si eso es lo que crees y esperas, no te dejaré, sé que llegará el momento en que pienses bien las cosas y al final te darás cuenta que la mejor opción soy yo". Eso lo sé, desde hace tres años que lo sé, Taemin es la mejor persona que he conocido en mi vida, se lo debo todo, pero Kibum es…
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Esta vez sentí que tu abrazo me atravesó el corazón y que las espinas habían comenzado a envenenarme. Yo estaba raro y lo notaste. Te levantaste del asiento y caminaste hacia la puerta, tan sólo antes de llegar te detuviste y volteaste a verme dedicándome una mirada llena de preocupación, estabas dolido… y yo no moví ni un músculo para detenerte. Milímetros antes de que la puerta golpeara con el marco empecé la carrera y te alcancé, esta vez no volteaste de inmediato, me hiciste sufrir unos instantes. "Esta es la última vez en que pisoteo mi orgullo por ti". Me dejaste consentirte una vez más.
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Taemin estaba distante, tanto que me hacía sentir incómodo, cocinaba como todos los días para mí pero se preparaba una bandeja y se iba a comer al cuarto. Si yo no comía al rato me preguntaba si quería comer y me servía un plato colocándolo en la mesa. ¿Cómo puedo ser así de imbécil?
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Yo… Taemin tenía razón, al final él es la persona con la que debería estar.
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No te veo hace más de 2 semanas.
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Kibum… siempre sabes lo que pienso y estoy seguro que te diste cuenta de que quería dejar de verte, eso debe haberte dolido en el alma que yo no tengo.
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Todo fue de golpe, verlo llorar definitivamente ha sido una de las cosas, en mi vida, que más me ha impactado, atormentado y me ha hecho sentir impotente. Su madre había fallecido y su tierna carita se golpeaba contra mi pecho, humedecida con sus lágrimas. ¿Porqué una persona como él pasa por todo esto? Su cuerpo se veía aun más delgado de lo que ya es con el negro. “Como su amigo ayúdalo, su madre era todo lo que le quedaba”. Qué ganas sentí en ese momento de decirle que era su novio y no su amigo. “Tranquilo Taemin…” Quiero hacer más que decirle esas palabras, quiero quedarme con él.
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Peinaba los castaños cabellos que caían sobre sus hinchados y húmedos ojos, de tanto llorar se había quedado dormido. No sabía ni entendía por lo que Taemin estaba pasando, imagino… ni siquiera puedo imaginar su dolor. Y a pesar de eso aún quiero verte, egoísta, tal vez.
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Minho no te vayas… Creí que me hablaba a mí, pero estaba sumido en lo más profundos sueños de esa noche, su madre había muerto pero aún pensaba en mí, qué patéticamente lindo. Besé sus abultados labios, sabían amargo y un poco salados, ya me había hecho a la idea.
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¿Madurez? ¿Consideración? No lo sé, pero algo me decía que no debía dejarlo, me lo impedía ¿Quizás amor?
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Lo hice, al final lo conseguí. Ésto me pone feliz, pero a la vez me llena de tristeza. Realmente nunca te ame, fuiste mi primera y única obsesión, pero te lo agradezco, gracias a ti conocí a Taemin, quien se ha convertido en el amor que siempre busqué. Nunca lo noté bien pero mientras yo te miraba y velaba por ti, Taemin me observaba a mí.
Me hubiese gustado decirte eso...
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Te amo y es un amor tan enfermo que me da asco. Me gustaría no hacerlo, quiero dejar de preocuparme por ti, quiero que ya no me importe si compartes el aire, tiempo, espacio, tu vida… con alguien más. Amarte no me trae nada bueno, sólo eso, amarte.
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Debí pensar que cabía la posibilidad de que nos encontráramos sin previo aviso o compromiso, debí suponer que algún día me verías caminar con Taemin y yo a ti con ese “alguien más”. Pero pensarlo, suponer o creer es muy diferente a que pase en verdad. No sé si se dio cuenta que mis piernas querían traicionarme para salir corriendo tras de él. Taemin tomó mi mano entrelazando nuestros dedos e hizo presión en ellos. La gente volteaba a vernos en la calle y, a pesar de eso, mis orbes no se despegaban de tu figura, los movimientos de tu cabello y las sonrisas que dedicabas a ese “alguien”. Tu intuición le avisó a tus ojos que se encontraran con los míos. A la lejanía pude percatarme que tus labios intentaron decirme algo, los míos solo se presionaron entre sí para no dejar salir tu nombre.
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Y una vez más te pensaba, tortuosamente te metías en mi mente para dejarla en blanco. ¿Desde cuándo mi determinación era tan débil?. Si no quería estar contigo o si quería hacerlo tan sólo tenía que decidirme o no por ti, pero al parecer me gustaba el vaivén en que me mantenías, la sensación masoquista de sentir amor por ti y no poder entregártelo, tan sólo en encuentros fugaces que cada vez eran menos frecuentes.
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Definitivamente la idea de la vida feliz con el amor de tu vida estaba a más de mil millas de distancia de nosotros. Rutina de pareja con Taemin, encuentros, secretos, mentiras y ¿amor?.
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Cada vez que creía que me aburriría de ti mi cuerpo comenzaba a erizarse sólo con sentir la esencia que desprendes al acercarte. Como todo en la vida se acaba, esperaba que la emoción de los encuentrillos a escondidas también se acabara o que simplemente me aburriera de esta rutina, pero parece que mi vida gira en torno a ésto.
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Soy prisionero de tu atención.
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El aroma que desprendes cuando rozo levemente mis labios con los tuyos antes de embestirlos es precisamente el motivo que me hace embestirlos.
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Eres la única y sencilla razón de que mi vida sea una porquería y eso me hace amarte más. No sé si “amar” sea la palabra, obsesión, capricho, gusto, deseo, lujuria, terquedad, una de ellas o todas juntas.
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"Minho… esta será la última vez". Cada noche que nos encontramos antes de hacerte mío lo repites, antes de comerte con cada célula de mi cuerpo me prometes que no necesitas verme más ¡Hasta lo juras! "Está bien…", te respondo porque sé que no es cierto, porque sé que habrá otra “última vez”, si no la hubiera nada tendría sentido.
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Los temblores de tu cuerpo bajo el mío, tu voz extasiada pronunciando mi nombre, tus quejidos húmedos…
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"¿Me preparas un café?". Tus caderas meneándose a la cocina.
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¿Esta es la vida que pensé? Yo…
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Lo amo… ¿Lo amo? Si, realmente amo a Kibum, pero el amor no es todo en la vida.
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Estaba ahí de pie viéndome a los ojos… "Perdóname, ya no puedo verte más", sólo eso pude decir, era lo único que debía decir.
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"¿Estás seguro?" Me preguntaste. "Lo pensé bien y eres la persona para mí, la que quiero en mi vida", le dije a ese pequeño muchachito de cabello marrón.
CONTINUARÁ...