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Un bal au loin por Mel_01

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Notas del capitulo:

Antes que nada el título significa: una vida feliz y es una canción de Jun Shibata. 

 

No lo esperaba. Fue doloroso, sí, no lo negaré. ¿A quién engaño? Sentí que me daba un golpe directo con su fuerte puño a todos los sentimientos que generaba, aquí, en mi corazón. Siempre creí que el arrogante sería yo o el cobarde… Siempre creí que sería yo el que cortaría la relación, es que lo veía más débil, aunque casi siempre era yo el que corría a sus brazos porque me hacía falta, porque a los minutos de que se iba ya nada era igual, porque todo carecía de ese sentido especial cuando me volteaba a verlo y recordaba que por mi decisión él no estaba a mi lado, porque ver su espalda al caminar mientras se alejaba de mi era la sensación más molesta y que más me disgustaba. Un estúpido de primera. Quizá debí haberle rogado… ¡Pero Dios! Soy Kibum, jamás he dado mi brazo a torcer, ¿y qué hubiera sacado con eso?. Me habría dejado igual, pero tal vez yo no tendría esta sensación de que lo deje ir así sin más, casi como si no me importara, lo dejé ir prácticamente como si hubiera estado esperando el fatídico momento en que me diría: “perdóname, ya no puedo verte más”. Y lo dijo, él muy condenado lo dijo y yo no respondí nada. No estaba preparado, realmente no lo estaba, en el fondo, bien en el fondo, aún quería que me dijera “te amo”, aún deseaba verlo morirse de la felicidad cuando le preparaba un café, de esos que nos recordaban los viejos tiempos, esos que ahora sabían amargos, tanto como tomar café sin él. Mi primer error fue dejarlo y el segundo fue permitirle irse de mi lado. Tal vez la emoción de tener a una persona tras de mí que dijera amarme, para la cual fuera importante, esa es la emoción que sentía con él y era lo que mantenía esta entretenida relación, era por lo cual no me decidía a que dejara todo por mí, porque en el momento en que eso pasase la magia habría desaparecido. Puede que sólo haya confesado mi amor para corresponderle, pero no porque en verdad lo sintiese así. Ah, ¿a quién engañas Kibum?. Quizá eso es cierto, pero quizá las lágrimas que he derramado con cada cosa que me recuerda a él son más sinceras que mis pensamientos.

   

... 

No lo esperaba. Sentí como si tomabas mi corazón, lo hacías añicos y tomabas cada pedacito volviéndolos a unir quedando perfectamente, como en un principio. Pensé tantas cosas, incluso quise llorar. ¿Me habría visto como un niño cierto? Siempre me lo dices y me gusta, no hay forma de que no lo hiciera. Debo confesar que por instantes la desconfianza se apoderó de mi y dudé, no de ti ni de mi, menos de tus sentimientos por mí, ni de esta relación, sino de tus sentimientos por… él, por Kibum hyung, ellos parecían fortalecerse cada vez que le veías. Cuando eso pasaba dolía tanto, ni de niño creí haber sentido este dolor, se sentía fuerte casi cuando perdí a mi madre, pero diferente, ni cuando llegabas al café esperando verlo, cuando tus ojos buscaban su figura y la felicidad explotaba en tu boca en una hermosa sonrisa, no, ni en ese tiempo dolía así. Quizá fui muy sincero con mi rostro porque la forma en que me vio me espantó un poco, aún así no me atrevía a hablar de inmediato, sino hasta minutos después, en que rompí el silencio. “¿Estás seguro?”  Le pregunté, es que aún no me lo explicaba, yo siempre fui el segundo, el que miraba detrás, el que se conformaba con pensar en él y desearle bien. “Lo pensé bien y eres la persona para mí, la que quiero en mi vida.” Quedé atónito. Mi mente se disparó por el cielo gris que nos acompañaba ese día y que, a pesar de eso, era hermoso. “Taemin…” Tu voz grave hizo eco en mi cerebro y me trajo de vuelta a la realidad. Sólo pude abrazarte porque las emociones me habían dejado mudo. Creí sentirme completo en esos días, todo marchaba tan bien, así es, todo parecía estar bien ante mis ojos. ¿Y ante los tuyos?

 

 …

 

No fue que lo sintiera así, mis sentimientos respecto a Taemin no habían cambiado en absoluto y hacia Kibum tampoco, aunque puede que sólo un poco, pero eso no era el trasfondo del asunto y menos el motivo de mi decisión. Tan sólo me sentía cansado y creí que ésto no hacía bien a nadie. Por un lado, yo y Kibum no teníamos nada formal y con Taemin... a él sólo le estaba haciendo daño a cambio de ratos de felicidad. Lo pensé muchas veces, cada vez que podía, intenté cambiar los ángulos de visión de esta situación pero al final llegaba a la misma respuesta: ¡definitivamente esto estaba mal!  Recuerdo haber ido a pasear al parque, los lugares cerrados tan sólo me frustraban más porque me recordaban la situación de “encierro” que estaba viviendo y que, peor aún, yo sólo me había buscado. Vi a muchas parejas, unas jóvenes, otras de más edad y comprendí, Kibum nunca me vio como una pareja, para él siempre fui “el remplazo” de Jong, aunque él dijera lo contrario y yo no lo quisiera aceptar. Nuestra relación comenzó así, yo sólo fui el escape de él, por eso nunca se atrevió a algo más conmigo y por otro lado esa es la justificación de mi parte para no arriesgarme por él, sé que me rechazará, porque simplemente no me adecúo a su figura de “relación”. Lo nuestro empezó así y terminará de la misma forma, sin haber concretado nada.

 

 

Me fue más fácil permanecer lejos de él, más de lo que creía, la situación me agobió a tal punto que me irritaba cuando intentaba contactarse conmigo. Al parecer él no me creyó, ya no deseaba verle, ni hablarle, su recuerdo me molestaba. Aunque a veces tan sólo me gustaría que me visitara para prepararme un café, es una de las cosas que más extraño de él.

 

...

 

Por primera vez, creo, estaba haciendo las cosas bien, iba de frente y sincero pero los resultados no eran buenos. Era la segunda vez que Taemin me hablaba de que era mejor no estar juntos. ¿Por qué? Si ya todo estaba solucionado. Lo peor es que no eran amenazas de Taemin, él no solía jugar de esa manera conmigo como Kibum. Me negaba, discutíamos y él me pedía perdón. ¿Qué estaba pensando?

 

 

El día en que dejó el departamento no pude cambiar mi expresión, no pude detenerlo tampoco, lo intenté varias veces en todas esas discusiones con las que comenzaba a preocuparme por el futuro de nosotros, uno que acababa frente a nosotros y simplemente estaba sentado observando como mi decisión de estar con Taemin se esfumaba por su propia voluntad. “Este no es el Minho del que yo me enamoré, es como si fueras un completo desconocido”. Acarició mi mejilla mientras cenábamos por última vez a petición mía. “No te estoy dejando porque no te quiera, pero entiéndeme, tú necesitas tu espacio y en mi vida se vienen muchos cambios”. Con cada cosa que decía menos me convencía. Maldición, si quería dejarme podía hacerlo, ¿pero por qué no lo hizo antes? Antes de que yo me creará una vida supuestamente feliz con él, no sé si feliz, pero más tranquila, lejos del ir y venir que suponía Kibum. “No quiero irme y dejarte esperando, no seré como él”. Rió ante la comparación que él mismo hacía y consigo trajo un montón de recuerdos, noches en vela y lágrimas que derramé en ese entonces. “Si para cuando vuelva aún quieres estar conmigo y yo contigo seré feliz, si no es así seré feliz también, por haber podido amarte”. Creía que lloraría ante sus palabras. Fui todo menos una buena persona con él y así y todo es capaz de sonreírme de esa manera. Me levanté de la mesa botando los cubiertos al suelo y lo abracé fuerte contra mi cuerpo, con eso las lágrimas que él había estado aguantando se desbordaron, le sujeté el rostro con ambas manos barriendo las gotas que se deslizaban por su rostro con mis pulgares y me encontré con sus labios que me recibían gustosos por última vez, sabían a despedida, todo sabía a una maldita despedida, incluso el toque que me daban sus delgados brazos mientras se colgaban de mi cuello. Aún así me sonrió hasta el final. "Adiós" fue lo último que pude decir, adiós Taemin.

 

 

No soy hipócrita y no lo negaré, la idea de buscarlo de nuevo se cruzó por mi mente, pero que le diría, “Taemin me dejó por eso te busco de nuevo”. Seguro me golpeaba con un palo en la cabeza, eso como mínimo. Quizá Taemin tenía razón, en algún punto de estos distorsionados acontecimientos yo me había perdido a mí mismo, creí amar, creí extrañar y perder, pero era ahora cuando más sentía la pérdida, cuando más amaba y por sobre todo cuando más extrañaba. Dos personas especiales para mí ya no estaban y esa era la inminente realidad. Nunca luché verdaderamente por Kibum, nunca, ni cuando quedó solo sin Jong y ciertamente Taemin se aburrió de mí, aunque no me lo haya querido decir, es así, yo cambié, me fui apagando, como si el amar hubiera destapado lo peor de mí. No podría compararlos, ambos eran tan diferentes, de Kibum me enamoré al instante de verlo y con Taemin el amor surgió de encuentros y con el tiempo.

 

 

Es momento de cerrar la página de este libro y comenzar de nuevo. Nada saco con recordar y recordar encerrado entre cuatro paredes, saliendo sólo a buscar comida y teniendo encuentros sociales con los pájaros que se posan en el balcón. Esto es el fin.

 

 

El dramatismo de la semana pasada se me fue pasando a medida que Jinki me visitaba. Es un chico extraño, por no decir mi hyung. Fuimos compañeros en la universidad en algunas clases y de una forma casi psicópata siempre terminaba encontrándomelo, pero en el fondo no era del todo malo. Perdí el contacto con él durante el segundo año de la universidad, por un viaje o algo así, la verdad no estoy muy seguro pero al parecer se fue a hacer una pasantía de no se qué a Estados Unidos. Haciendo memoria se despidió de mí casi amenazándome con un encuentro en el futuro, reí al recordar lo gracioso de sus palabras. “Minho, ¡pollo!”. Mi hyung, un fanático a morir del pollo y sus derivados, refiriéndome a lo que sea que tuviera pollo. Me dijo que llegó hace dos meses y tuvo que arreglar unos asuntos antes de poder contactarme, aunque primero tuvo que encontrarme y me gané un golpe de su parte por no avisarle que me cambié de departamento.

 

 ...

 

“Vaya, vaya, pareciera como si te hubieran roto el corazón”. Yo nunca le conté nada sobre Kibum, de Taemin imposible hacerlo ya que no lo veía en ese tiempo, quizá yo estaba siendo demasiado trasparente con él, pero creo que ya lo mencioné, es una persona extraña que hace y dice cosas extrañas.

 

 ...

 

Me sacó a comer, más bien me engañó, dijo que iríamos a cenar, llevándome en contra de mi voluntad, pero al final era una cita. No recuerdo el nombre de la chica con la que conversaba, Luna, o algo así, la mía, imposible olvidarla, es que la impresión que me dio, nunca me había pasado. Sulli, claramente ese no era su nombre verdadero y no quiso revelármelo,  parecía una muñeca, muy alta por lo demás, tímida, apenas le saque el nombre, vale repetir que no era el real. Pestañée un par de veces y Jinki hyung ya no estaba, tampoco su compañera y me encontraba tratando de entablar conversación con esta chiquilla, que además era mentirosa, según ambas iban en primer año de universidad, pero para mí aún estaban en último año de secundaria. En vista que ninguno de los dos tenía temas de conversación y sin apetito al parecer, le ofrecí salir a dar un paseo, el cual fue peor. Caminábamos sin hablar nada, hasta que ella susurró que tenía frío, obviamente me quité la chaqueta y la cubrí, acto frente al cual ella se sonrojó, me pareció bastante linda en ese momento a lo que sonreí despreocupado, más de lo normal chocando con un poste. Sulli me miró estupefacta y agachó la mirada, sus labios se curvaron de una forma preocupante y su cuerpo empezó a temblar, a pesar de que yo fui el que me golpée y caí al piso, daba la impresión que ella estaba sufriendo las consecuencias, eso creí ingenuamente. La chica estalló en risa y, no cualquier risa, carcajadas y más carcajadas, sostenía su abdomen por el dolor que le causaba reírse tanto de mí, hasta sus ojos se humedecieron y lloró a causa de mi, al parecer, gracioso golpe.  A esto me refería con la impresión que me causó.

 

 ...

 

Ya era costumbre llegar a mi departamento y que estuviera hyung y Sulli en mi sofá viendo la televisión, los primeros días me molestaba, mas ya después hasta me alegraba encontrarlos, así yo no pensaba estupideces recordando el pasado y se creaban ratos agradables. “Me dejó plantado, Minho, ¡¿sabes lo que es eso?! Ah… que cruel es la vida”. Jinki hyung lloriqueaba por Luna, la chica de la cita, que lo había dejado diciéndole que con él no se puede hablar nada serio. Supongo que tenía razón, así es hyung. “Claro, como tú tienes a Sulli…”. Tiró por su boca provocando el sonrojo de la chica, bien sabiendo que el interés de ella no estaba en mí. “¡Oppa! ¡No es verdad! ¡Yo no estoy interesada en Minho oppa! En realidad a mí…” Le tapé la boca para que no lo dijera tan sólo porque Jinki tenía curiosidad. “Minho eres malo con tu hyung, me come la curiosidad, ¿porqué no me lo quieren decir?". Simple, cuando le das pollo a hyung él podría decir lo que sea, hasta el más importante secreto de la humanidad y Sulli tenía conflictos con varias chicas, las que la detestaban sin razón, quizá por ser demasiado linda.

 

 ...

 

Ese día la vi llorar, triste, me rompía el corazón verla así e incluso me recordó momentos en que sufrí lo mismo con Kibum. “Me… me rechazó…”. Lloró como niña pequeña, en realidad es una aún. Sulli me había contado que un día antes de que acabara la secundaria iría frente al chico a confesar sus sentimientos, al parecer no todos la encontraban tan hermosa como yo. La llevé a comer un helado y me extrañó que ni lo tocara, con todo lo que le gustan, siempre me hace competencia incluso a veces se come el mío. Decidí llevarla a casa. Llovía. El día definitivamente no era el más adecuado. Le pasé una toalla y le dije que sacara de mi ropa si quería cambiarse. Salió desecha del cuarto, se había demorado más de lo normal y sus ojos cada vez estaban más hinchados. La senté en el sofá y prendí la calefacción, preparé unos cafés de esos que tanto me recordaban a él y le lleve uno. “Oppa, ¿Porqué?”. Lloró de nuevo, en mis brazos. Parecía que si seguía llorando se partiría en pedacitos de cristal rosa. “Nunca más volveré a enamorarme de nadie”.  Al momento no le discutí por la situación en que se encontraba, pero eso es imposible, uno no decide de quién enamorarse y eso lo sé bien.

Ese día el café supo bien en su compañía, Sulli era radiante, aún con lágrimas en sus ojos, es de ese tipo de chica a la cual siempre quieres proteger. Dormimos en el sofá acompañados del sonido del agua chocando con todo lo que se encontrara a su paso. Al próximo día la llevé temprano a su casa y casi la obligue a ir a la graduación. Me presenté frente a sus padres, la madre parecía estar maravillada y el padre me miraba con cierta desconfianza, a pesar de que le expliqué una y otra vez que yo no era su novio. Sulli renegó hasta que la convencí para que pudiera entrar con ella. Todos la miraban y como no si iba con un chico unos cuantos años mayor que ella. Al final de la ceremonia y demás me mostró cuál era el chico que la había rechazado, uno que en unos cuantos años se arrepentiría de haberlo hecho. Al salir tan sólo me aceptó un helado de chocolate y ya era una vez más la Sulli de siempre.

 

...

 

Los meses pasan rápido, más en compañía de estos dos nuevos personajes en mi vida. Parecíamos una familia, de la nada tenía un descuidado hermano mayor y una linda hermana menor. Mientras pensaba lo bien que estaban saliendo las cosas recibí una carta, de Taemin. Pocas palabras, buenos deseos y excelentes recuerdos que me trajo. Al final él tenía razón, yo necesitaba mi espacio para sentirme mejor. Al parecer las cosas le iban bien por su gira y eso me alegraba. Todo lo que obtenía de Taemin siempre eran cosas buenas.

 

 ...

 

Había convencido a Sulli de que tomara clases de actuación, no lo sé, pero me dio la impresión que era buena en eso por unas cuantas obras que presencié mientras era parte del club de teatro de su escuela. Al final tenía razón, eso era lo que mejor quedaba en ella. Jinki hyung, a pesar de ser un descuidado, le iba bastante bien en los estudios, pasaba metido en clases de lo que fuese, aunque no tenía nada concretado le gustaba estudiar, por el trabajo no se preocupaba, tenía dinero, no sé cómo pero nunca le faltaba y su familia no era la fuente de su dinero. Nunca quise indagar más allá, al final eran sus asuntos.

 

...

 

“¡Oppa!” Corría a darme abrazos cuando la pasaba a buscar a su facultad de arte, esa chica nunca cambiaría. Me convenció de que comiéramos cerca y mientras me mostraba el lugar vi a un grupo de chicos bailar, lo que trajo a mi mente, en cosa de segundos, la imagen de Kibum con Taemin, que vestían ropa similar a esos chicos, saltando felices por algo que nunca supe y nunca pregunté. Me sacó una sonrisa melancólica la cual ella percató y de la cual no hizo preguntas, tan sólo me invitó un helado de fresa que terminé pagando yo, no me gustaba que gastara su dinero, menos en mí.

 

 ...

 

Jinki me insistió hasta que me sacó unos gritos del enfado, ¿por qué siempre tenía que acompañarlo a sus citas a ciegas? Sulli también lo regañó por arruinar nuestro sábado de películas que había sido postergado varias semanas por mi culpa y de paso me regañó a mí también por ser un antisocial habla-pájaros sin-novia, dijo que me haría bien conocer nuevas personas, hacer amistades y quizás encontrar el amor. Y así fui obligado. Sulli se quedó en mi departamento con la excusa de que lo cuidaría,  de seguro había discutido con su padre. Nervioso me encontré en el karaoke. Las citas eran por separado esta vez, cada uno en una habitación diferente. Tan sólo iría, hablaría con la chica, le diría sobre él error de mi amigo, me disculparía y me iría a casa a ver una película o algo con Sulli, eso era lo que pensaba hacer. No pude abrir la puerta de inmediato y me fui al baño, lavé mi cara y me dispuse a ir por segunda vez. Abrí la puerta todo tímido, ¡Dios! Parecía niño de primaria. La persona que se encontraba en el lugar se levantó e hizo una reverencia de inmediato en cuanto yo puse un pie en la habitación. “Lo siento, mi amiga se arrepintió de venir y me envió a mí, en verdad lo siento muchísimo, si te…”.  No dije nada, no fui capaz de formular palabras, tampoco de pensar en nada, estaba completamente en blanco, como si no supiera pensar. Kibum. “Minho…”  No creía que volver a escuchar mi nombre de sus labios se escuchara tan condenadamente hermoso como la primera vez que lo dijo y menos que al volver a encontrarme con él estaría así de perfecto como el primer día que lo vi en la cafetería. Así es con Kibum, de una u otra forma, por obra de alguien o capricho del destino siempre terminábamos encontrándonos de nuevo y de una forma que yo no esperaba.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Espero les guste el rumbo que tomó la historia y que sigan leyendo. Creo que esta vez fui más clara al escribir, como siempre si algo genera duda me pueden preguntar. Gracias por leerme, intentaré actualizar antes que termine la semana.


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